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Capítulo 4: Tendrán Un Castigo...

Todos voltearon al escuchar la voz gruesa y dura de Lyon, sus ojos fríos habían cambiado de color, de miel a rojo, demostrando un profundo odio, pero también un gran dolor, como si su corazón se hubiera partido en mil pedazos.

Sin que Tara lo previera, Lyon le arrebato la hoja que sostenía en sus manos, ella hizo un intento vano por quitársela, pero fue inútil, él uso el comando alfa para que no se moviera ni ella, ni ninguno de los presentes en la habitación.

—¡Querido Lyon no leas esto! ¡Es mentira! ¡Mi hija fue secuestrada! —trato de explicar Tara, pero la cayó con su voz.

—¡SILENCIO!

Su vista estaba solo puesta en las letras que anunciaban la traición de su luna, la que había nacido para él.

“Querida madre Tara, quiero agradecer todo lo has hecho por mí desde que me acogiste como tu hija cuando mi madre murió en el parto, perdóname por esto que te hago, pero yo no puedo unirme a Lyon, porque no soy su luna y nunca lo seré, conocí a mi verdadera alma destinada, y aunque luché en contra de este sentimiento, al final fue más fuerte que yo y caí en los brazos de mi verdadero compañero, me tengo que ir, lamento lo que va ocasionar mi partida, pero no puedo quedarme, Lyon cuando sepa que me entregue a otro, nos matará y no quiero que eso suceda, por eso me voy con él, para vivir feliz junto a mi alma destinada, mi lobo.

Si Lyon lee está carta, te pido misericordia para mi familia, ellos no sabían nada, y espero encuentres a tu verdadera Luna porque no soy yo, y nunca lo fui…

De nuevo perdón, pero tengo que proteger lo más preciado para mí.

Su hija que los ama Dilay.”

Al terminar de leerla soltó un rugido seguido de un aullido de dolor que se escuchó a muchos kilómetros en la redonda, afuera de esa casa, los lobos machos se unían a ese aullido expresando que compartían el sufrimiento que su alfa estaba sintiendo, pues ser rechazado por su compañera era como si una hoja afilada le atravesará el corazón.

—Lyon…—intento hablar con la voz temblorosa Tara, buscando tener misericordia, pero la mirada y la voz de él la dejó sin palabras.

—¿Con quién se fue? —preguntó a gritos mirando a ella, después a Asael, los padres temblaban por el miedo que les causaba la mirada de Lyon, cuando se fijó en Aysel ella lloraba, por el dolor que estaba sintiendo Lyon en su corazón, fue hasta ella y la tomo del cuello —¿Quién es el maldito que me arrebato a mi luna? —Lyon apretaba tanto que estaba a nada de romperle el cuello.

—Querido Lyon no sabemos, déjala las vas a matar —intervino Tara, pero él estaba sordo, ciego, solo era dominado por el dolor que sentía su lobo, y el reclamaba venganza.

—No me quieran ver la cara de estúpido —al tiempo que aflojaba el agarra en el cuello de Aysel, la aventó contra la pared sin importarle que le pasara —¿Cómo siendo su madre adoptiva no te diste cuenta que me traicionaba con otro? —grito Lyon tomando ahora a Tara por los brazos, ejerciendo la misma fuerza que había usado con Aysel.

—Ella se comportó igual que siempre, nunca me di cuenta de nada…

—Lyon te pido piedad, en la nota ella te pide misericordia por nosotros, te dice que nosotros no sabíamos nada, también para nosotros fue una sorpresa no encontrar a Dilay —intervino Asael tratando de que Lyon soltará a su compañera.

—¡Uzziel! —gritó Lyon con desesperación, iría a buscarla hasta el fin del mundo, si era necesario, pero ella tendría que volver y ser su luna —¡Uzziel!

—Dime Alfa —llegó solicito su mejor amigo.

—Que los encierren a todos los de esta casa, hasta que me digan con quien se fue Dilay —dijo al tiempo que soltaba a Tara y la dejaba caer al piso —y reúne a los mejores rastreadores, que vayan detrás de ella, y cuando la encuentren que la traigan aquí, les juró que le haré pagar muy caro esta burla, porque ella era mi Luna, mi compañera…

—Alfa ya sabemos con quien se fue —dijo Uzziel haciendo que volteará el rostro desencajado.

—Pues habla, quien fue el maldito que se atrevió a quitarme a mi luna —exigió Lyon con voz gruesa y dura.

—Joram el viajero que llegó con su hermano y que el enlace en tu ausencia le dio hospedaje —terminó diciendo Uzziel mirando a Asael, este había perdido el color en la cara, estaba tan blanco como una hoja de papel, había cometido el error de darle hospedaje y él había robado la futura luna de su manada.

—¿Cómo saben que fue él? —preguntó Asael.

—Fui por ellos para que fueran presentados ante ti Alfa y decidiera si los dejaba en la manada o los expulsabas como marca nuestras leyes —respondió Uzziel mirando a Lyon consciente de lo que estaba causando sus palabras para su mejor amigo —ahora que llegamos a su casa, no había rastro de él, ni de su hermano, parecía como si hubieran salido corriendo…

El rugido de Lyon volvió a llenar la habitación, tomo de la camisa a Asael, sería el primero en asumir su ira, su dolor, por su culpa estaba perdiendo a su luna y debía responder por esta falta.

—Yo no sabía alfa, perdóneme —dijo suplicante Asael —¡No me mate! ¡no nos mate!

Sus suplicas fueron en vano, comenzó a golpearlo hasta dejarlo inconsciente, ya algo agitado y cansado y con el cuerpo de Asael en el suelo dio una orden.

—Enciérrelos a Tara, Aysel y Asael en la celda hasta la hora de su sacrificio, ellos pagaran con sangre la traición de Dilay.

Los hombres de inmediato sujetaron a Tara, levantaron a Asael, y fueron por Aysel que lloraba no por el dolor físico que sentía, sino por el dolor que le producía las palabras de Lyon, al final de ese día ella sería sacrificada por el lobo que amaba, y que nunca iba a tener.

Sin pensarlo cuando iba pasando junto a él, se hecho a sus pies, sin importar ser humillada, le suplicaría.

—Ten piedad de mis padres Lyon, no podemos pagar por los delitos de Dilay… —Lyon al escuchar su nombre sin pensarlo le dio una patada a Aysel que la hizo chocar de nuevo contra la ventana que había junto a la cama.

Todos escucharon el crujir de los huesos de Aysel, Uzziel miró a Lyon y lo detuvo antes que siguiera lastimando a la chica, que lloraba en el suelo lastimada.

—¡No vuelvan a mencionar su maldito nombre! tú como su hermana debías saber de su traición a tu alfa, eras mi amiga, ¿Por qué no me dijiste?

—Te juró que yo tampoco supe nada, sino hubiera hecho todo para evitarte esto, porque yo te quiero —quito a Uzziel de su camino y volvió a tomar a Aysel del cuello con mucha fuerza que dejo sus dedos marcados en su piel.

—No te creo nada, todos sabían y lo pagaran, esta noche cuando la luna no salga será el día que morirán —sentenció antes de salir de esa habitación, Uzziel detrás de él tratando de hacerlo entrar razón, pero sus oídos estaban sordos.

Uzziel hizo llamar a los mejores lobos rastreadores, Lyon al verlos les dio una sola orden.

—¡VAYAN EN BUSCA DE DILAY! LA QUIERO VIVA O MUERTA AL IGUAL QUE EL MALDITO QUE ME QUITO A MI LUNA, TODOS SERÁN TESTIGOS QUE DE MI NADIE SE BURLA, ¡LES HARE PAGAR MUY CARO!

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