Los rayos del sol caían sobre su rostro, eran tan cálido y agradables, que sin saber dónde estaba quería seguir ahí, respiró hondo en la tranquilidad y la paz que sentía, a pesar de la luz del sol fue abriendo los ojos poco a poco, pensando que estaba en el mundo de los lobos, a donde se iba cuando uno dejaba el mundo de los mortales. Pero se llenó de asombro al ver el techo, su mano recorrió la suavidad de su cama, había vuelto a su casa, a su cuarto, como era posibles si ella se había lanzado al rio de lava. De nuevo cerró los ojos y como una avalancha llegaron lo que vivió, el rapto por parte de Yael, la lucha entre Lyon y él, y su muerte, cuando intentaban escapar de la manada la lucha entre los lobos, comenzó a llorar cuando recordó las bolas de energía que los atacaron, cuando iban saliendo de la aldea, las palabras de Uzziel, cuando pensó que él había muerto.Pero su loba le grito que no, que Lyon vivía, tenía que verlo, si, él la había rescatado cuando ella quiso lanzarse al
Lo último que recordaba de la pesadilla que había tenido fue que le decía a Radolf que Lyon volvería por ella, cuando abrió los ojos volvió a llamar a Lyon, pero él no pareció por ningún lado. Mira la habitación, igual a como la vio en su pesadilla, se vio el camisón, no esto era real, llevó su mano con desesperación a su cuello, si Lyon hubiera muerto ya no tendría su marca. Corriendo se puso de pie, apartó un poco la tela y ahí estaba como un tatuaje a fuego la marca de Lyon, él vivía, lo sentía en su corazón, al verse bien en el espejo abrió los ojos, llevo su mano a tocar su rostro, donde debía estar la cicatriz, pero estaba había desaparecido, su piel era perfecta, como siempre lo soñó.—¿Cómo fue que desapareció? —preguntó pensando que estaba sola en la habitación, detrás de ella se escucha un pequeño quejido —¿Quién eres?—Soy yo Dilay —por la oscuridad de la habitación no la vio sentada en la silla, encendió la luz —Radolf me pidió que me quedara aquí contigo, no sabes el gu
Su madre y todos la miraron.—La que tenía en mi cara desde nacimiento —gritó desesperada, porque todos la seguían viendo como una loca.—Mi amor tu nunca has tenido ninguna cicatriz, ni fuiste el reemplazo de nadie —dijo Radolf dando un paso al frente —desde que naciste fuiste mi compañera y no sabes lo honrado que me siento al tener a la compañera más hermosa del mundo…—No, no esto no es verdad —Aysel comenzó a sentir como le faltaba el aire —todos ustedes están mintiendo ¡Lara! ¡Uzziel! —sus gritos se escucharon por toda la casa.—Hay mi vida, cuanto daño te hizo Lyon —soltó Tara intentadola abrazar —mi niña nada de eso cierto, Radolf te está diciendo la verdad… tú siempre fuiste la Luna destinada para Radolf, él alfa por nacimiento…—No, no eso es mentira, necesito hablar con Uzziel, con Lara ellos me dirán la verdad, ellos son mis amigos… —hizo a un lado a su madre que no dejaba de llorar, paso por un lado de todos. Salió de la habitación llamando a Lara, a Uzziel, recorriendo
Aysel se vio sorprendida al momento que abrió los ojos, Radolf la estaba abrazando que su impulso fue empujarlo lejos de ella, al tiempo que se ponía en pie. Él se vio sorprendido por la forma en que despertó, se frotó los ojos un instante, cuando los abrió vio los ojos de terror de ella.—Tranquila mi Luna, estás segura conmigo —dijo Radolf con voz suave e intentado jalarla de nuevo a sus brazos a la cama —ven Aysel…—¿Qué haces en mi cama? —preguntó mirándolo con recelo, sin mover ni un solo músculo —tú habitación es otra, aquí yo duermo con Lyon.Radolf cerró los ojos un momento, tratando de tener paciencia, al abrirlos la miraba con amor, con paciencia, una mirada que nunca le había visto, sus ojos burlones habían desaparecido, no por completo.—Mi pequeña sigues con lo mismo —replicó con pesar Radolf, se puso de pie tratando de alcanzarla —está siempre ha sido nuestra habitación, Lyon tenía años sin vivir aquí, desde lo que intento hacerme a mí, dejo esta casa para siempre fue u
En las salas de café no se hablaba de otra cosa de la eminente llegada de Lyon, el alfa de la manada y su ceremonia donde tomaría como su Luna a la hija adoptiva del enlace de manada, a la más bella del lugar Dilay Chao. —No estás feliz Dilay, se dice que la próxima semana regresa Lyon y al fin te convertirás en su Luna— le decía una mujer que estaba de frente tomando una taza de té. —Si, muy feliz— contesto sin mucho animó, algo que fue notorio para todas las mujeres presentes.—Pues no se nota querida —respondió una de las mujeres con una sonrisa burlona —Está nerviosa, además extraña a Lyon, han sido tantos meses sin verlo —intervino Tara al ver la cara de su hija, le apretó la mano con disimulo para que cambiara su rostro y mostrará una sonrisa —¿Verdad cariño?—Si mamá, es la nostalgia —respondió Dilay con una mueca en el rostro. —Casi todo está listo —intervino Tara llamando la atención de las mujeres —Aysel y yo la estamos ayudando en todo, para que sea la mejor ceremonia d
Aysel no pudo aguantar más, que entró gritando a la cabaña. —¡Están locos! ¡Dilay tú no puedes hacerle eso a Lyon!—Aysel ¿Qué haces aquí? —cuestionó alarmada Dilay que se cubría su cuerpo con el de Joram que solo llevaba sus pantalones. Detrás de ella vieron a Berk que mantenía la cabeza en el suelo. —Evitando que cometas el mayor error de tu vida —respondió Aysel que avanzó por el lugar para tomar la blusa de Dilay que estaba en el suelo —ahora vístete, nos vamos de aquí —apunto a Joram en el pecho —y tú lárgate de aquí junto con Berk antes que llegue Lyon, porque si sabe que tu tocaste a su luna ya debes saber lo que te pasara ¿verdad? —Si me voy a ir, pero con ella —tomo la mano de Dilay —no pienso dejarla aquí sola a afrentar las consecuencias de nuestro amor…—¿Qué consecuencias? ¿de qué hablas? —cuestionó Aysel mirando a los dos, Dilay se había refugiado en sus brazos y Joram la sostenía con amor y protección.—Aysel hay algo que nadie sabe y si no me voy esta misma noche, m
Dos grandes lobos corrían entre los árboles, uno iba más rápido que él otro, así que le llevaba una gran ventaja. “Lyon espera, hay que detenernos para descansar” Dijo su amigo Uzziel a través de la conexión mental.“No, ya casi llegamos a la manada”Lyon ansiaba llegar, ver a Dilay era su mayor motivación, habían sido tantos días sin verla, sin escuchar su voz, que nunca imaginó que la extrañaría tanto, desde el momento que se convirtiera en su luna no se apartaría de ella nunca más. “Aunque lleguemos en media hora, no podrás verla, porque ella debe estar dormida”Lyon lo sabía, que no la vería en cuanto llegará, pero si a primera hora, porque estaría en casa de Asael cuando salieran los primeros rayos del sol. “¿Avisaste a Asael que llegaremos mañana?”“Por supuesto, seguí al pie de la letra, le dije que no le avisara a Dilay para que fuera una sorpresa”Internamente Lyon sonrió, ya podía imaginar su rostro iluminado al verlo a primera hora en su casa. Había sido el año más larg
Todos voltearon al escuchar la voz gruesa y dura de Lyon, sus ojos fríos habían cambiado de color, de miel a rojo, demostrando un profundo odio, pero también un gran dolor, como si su corazón se hubiera partido en mil pedazos. Sin que Tara lo previera, Lyon le arrebato la hoja que sostenía en sus manos, ella hizo un intento vano por quitársela, pero fue inútil, él uso el comando alfa para que no se moviera ni ella, ni ninguno de los presentes en la habitación. —¡Querido Lyon no leas esto! ¡Es mentira! ¡Mi hija fue secuestrada! —trato de explicar Tara, pero la cayó con su voz. —¡SILENCIO!Su vista estaba solo puesta en las letras que anunciaban la traición de su luna, la que había nacido para él. “Querida madre Tara, quiero agradecer todo lo has hecho por mí desde que me acogiste como tu hija cuando mi madre murió en el parto, perdóname por esto que te hago, pero yo no puedo unirme a Lyon, porque no soy su luna y nunca lo seré, conocí a mi verdadera alma destinada, y aunque luché e