Dos grandes lobos corrían entre los árboles, uno iba más rápido que él otro, así que le llevaba una gran ventaja.
“Lyon espera, hay que detenernos para descansar” Dijo su amigo Uzziel a través de la conexión mental. “No, ya casi llegamos a la manada” Lyon ansiaba llegar, ver a Dilay era su mayor motivación, habían sido tantos días sin verla, sin escuchar su voz, que nunca imaginó que la extrañaría tanto, desde el momento que se convirtiera en su luna no se apartaría de ella nunca más. “Aunque lleguemos en media hora, no podrás verla, porque ella debe estar dormida” Lyon lo sabía, que no la vería en cuanto llegará, pero si a primera hora, porque estaría en casa de Asael cuando salieran los primeros rayos del sol. “¿Avisaste a Asael que llegaremos mañana?” “Por supuesto, seguí al pie de la letra, le dije que no le avisara a Dilay para que fuera una sorpresa” Internamente Lyon sonrió, ya podía imaginar su rostro iluminado al verlo a primera hora en su casa. Había sido el año más largo de su vida, no verla había sido su peor tortura, pero como el Alfa tenía la obligación de hacer ese entrenamiento antes de tomar a su Luna. Había tenido muy pocas ocasiones para conversar con ella por medio del enlace y las veces que lo había hecho en las últimas fechas la había sentido un poco fría. De pronto el lobo negro que iba delante del lobo café pardo se detuvo de golpe al percibir un dulce aroma a flores, que conocía a la perfección, pero se mezclaba con otro fuerte y seco como si fueran uno. “¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes?” cuestionó Uzziel al detenerse junto a él. “Percibí su aroma, como si hubiera pasado por aquí hace poco, pero debo estar equivocado, porque su perfume tiene un tinte diferente, de seguro son mis ganas de verla” “Tal vez, o puede ser que se fugó con su amante” dijo en forma de broma, una que a Lyon no le gusto, porque de inmediato salto sobre su amigo gruñendo, sus ojos dorados se convirtieron en dos bolas de fuego “Es solo una m*****a broma” “No vuelvas a bromear con algo así, respeta, estás hablando de tu futura Luna, ella es mía, desde nacimiento es mía” “Si, lo tengo claro, lamento lo que dije, pero tú mismo piensas que algo raro está pasando con ella, las últimas conversaciones que han tenido por medio del enlace, la has sentido extraña contigo, como fría.” Uzziel era más que su amigo, era su hermano, con él no tenía secretos, confiaba tanto que podía dejar su vida en sus manos. Lyon le contó sus inquietudes de las últimas semanas, la forma tan distante que le había hablado Dilay, ya no existía la chispa de la emoción que siempre había sentido en ella, y su corazón era muy frio. “Puede que solo sea mi imaginación, por eso quise acelerar mi regreso, mañana que la vea volveré a sentir su amor como siempre” contestó Lyon “hay que seguir nuestro viaje, quiero estar en casa antes que amanezca” Con esas últimas palabras reanudaron su marcha para llegar a la manada luna azul. *********** Aysel había dado vueltas en su cama toda la noche, imaginando miles de escenarios cuando Lyon supiera lo que había hecho Dilay, en ninguno era favorecedor para ellos. Poco a poco la oscuridad dio paso a la luz, con los primeros rayos del sol, el corazón de Aysel comenzó a latir fuerte y rápido, hacía horas había sentido la llegada de Lyon, ahora podía sentir como se acercaba a la casa, pronto todos los de la manada se darían cuenta de la traición de Dilay. El silencio que reinaba en la casa, fue interrumpido por el grito de su mamá, había miedo, desconcierto y sobre todo alarma por no ver a su hija en la cama. La puerta de su habitación se abrió de golpe, los gritos de su madre llenaron el espacio, que Aysel no pudo permanecer mucho tiempo sin levantarse de su cama, cuando Tara la tuvo al alcance la tomo de los brazos. —¡Aysel! ¡Aysel! ¡Despierta niña! ¡despierta! —la zarandeó con desesperación, la bomba había estallado en la cara de su madre, su hija favorita le iba a causar la mayor decepción del mundo. —Ya estoy despierta ¿Qué pasa mamá? —preguntó Aysel fingiendo que no sabía el alboroto que había en casa. —Aysel por favor dime que sabes dónde está Dilay, que te dijo que saldría… —dijo suplicante Tara, tratando de mantener una supuesta calma, pero su vena de la frente saltaba como loca como cuando estaba por estallar en la histeria y locura. —No me dijo nada —respondió, su madre la soltó bajo la cabeza y comenzó a decir algo que ella no alcanzaba a entender —¿mamá que sucede? —¡Dilay! ¡Dilay no está en su habitación! —dijo a gritos —y Lyon está ahí abajo —miró a su hija, ella se había vuelto su única esperanza —sal por la ventana y ve a buscarla, mientras yo distraigo a Lyon, hasta que regresen, pero cuando la tenga de nuevo te juro que la castigare, no puede hacernos esto. Aysel no movió ni un solo musculo, ella sabía mejor que nadie que no tendría caso salir a buscar a su hermana, ella debía estar muy lejos con Joram y Berk. —Niña que esperas, sal de la cama y busca a Dilay, no puede hacer esperar a Lyon —Tara estaba quitando las mantas que cubrían a Aysel cuando entró Asael su compañero y padre de su hija. —Aysel no podrá encontrarla —dijo en voz baja, sabiendo que abajo estaba Lyon y podría escuchar el alboroto que había en las habitaciones. —¿Por qué dices eso Asael? —pregunto alarmada Tara, fijo la vista en la hoja que traía en sus manos —¿Qué es eso? —le arrebató la hoja de sus manos y comenzó a leerla, al terminar soltó un grito que fue silenciado por la mano de su compañero. —No grites Lyon te puede escuchar —le susurro Asael —está muy ansioso esperándola, quiere verla y entregarle un presente ¿Qué vamos hacer? —No tengo m*****a idea —respondió en susurro bajo —la idiota ha rechazado al alfa de la manada, se ha ido, alguien debería intentar alcanzarla y hacerla entrar en razón…. Los dos miraron a Aysel que ya había salido de la cama, ella podría ser su única esperanza, Asael fue quien se acercó a ella, usando las palabras correctas sabía que no encontraría negativa en ir a buscarla. —No puede ir tan lejos, Aysel mi niña ve en busca de Dilay, tráela antes que Lyon se entere que su Luna se ha ido con otro… —¿Qué ha dicho? —la voz gruesa de Lyon se escuchó a sus espaldas —¡Dilay me ha traicionado!Todos voltearon al escuchar la voz gruesa y dura de Lyon, sus ojos fríos habían cambiado de color, de miel a rojo, demostrando un profundo odio, pero también un gran dolor, como si su corazón se hubiera partido en mil pedazos. Sin que Tara lo previera, Lyon le arrebato la hoja que sostenía en sus manos, ella hizo un intento vano por quitársela, pero fue inútil, él uso el comando alfa para que no se moviera ni ella, ni ninguno de los presentes en la habitación. —¡Querido Lyon no leas esto! ¡Es mentira! ¡Mi hija fue secuestrada! —trato de explicar Tara, pero la cayó con su voz. —¡SILENCIO!Su vista estaba solo puesta en las letras que anunciaban la traición de su luna, la que había nacido para él. “Querida madre Tara, quiero agradecer todo lo has hecho por mí desde que me acogiste como tu hija cuando mi madre murió en el parto, perdóname por esto que te hago, pero yo no puedo unirme a Lyon, porque no soy su luna y nunca lo seré, conocí a mi verdadera alma destinada, y aunque luché e
En cuanto dio la orden todos los lobos salieron corriendo, mientras los que estaban fuera de la casa de la futura Luna de la manada comenzaban a cuchichear sobre lo que estaba ocurriendo en la casa de la futura Luna, ya se había comenzado a divulgar entre los lobos la traición de Dilay. Por medio del enlace mental ya la mayoría de la manada sabían porque llevaba la guardia a la familia de Dilay. Asael iba inconsciente, los golpes que le había dado Lyon habían sido muy fuertes, Aysel iba detrás de él, un poco lastimada por la manera que él la había aventado contra la pared, y por último Tara con la cabeza al suelo, sentía la peor vergüenza de su vida, no podía creer que su hija le estuviera causando esta deshonra, este desprestigio, ellos que eran una de las mejores familias de toda la manada. Los llevaron hasta la casa del alfa donde en el sótano había adecuado un lugar para que fueran las celdas donde encerraba a los picaros o rebeldes que se atrevían atacar su manada, pero esta v
—No, ella no puede ser mi Luna, no puedo aceptarlo —dijo Lyon poniéndose de pie, desafiando los designios de la Diosa, sabiendo que era un grave error hacerlo delante de los lobos que estaban presentes —yo rechazo a…—No sigas Lyon Alfa de la Manada Luna Azul, si lo haces te arrepentirás —interrumpió la Diosa con voz fuerte y firme. —Yo nunca me arrepiento, yo no quiero a Aysel como mi luna —volvió a insistir Lyon mirando con desprecio a Aysel.—Si eso quieres, voy aceptar tu rechazo, pero tú también aceptaras las consecuencias —replicó la Diosa tocando su frente con un dedo —si rechazas a Aysel y continuas con este crimen, perderás lo que te fue dado desde nacimiento. —¿De qué habla Madre Luna? —preguntó desconcertado Lyon, mirando a la Diosa directamente a los ojos.El oráculo que había permanecido como solo espectador, hablo con voz fuerte.—Para que usted Alfa tome el liderazgo de la manada, debe estar unido a su compañera en la luna llena antes que cumpla los treinta años, si n
Horas antes.Lyon ingreso a su casa, no bajaba el fuego que corría por sus venas, nunca antes había estado en una situación que lo pusiera contra la espada y la pared, tener que aceptar a Aysel como pareja había sido lo más difícil a pesar que muy dentro de él, se manifestaba una extraña sensación. —Creo que has tomado la decisión correcta —dijo Uzziel que entró detrás de él.—Yo no estoy seguro del todo —replico molesto Lyon —pero no podía permitir perder mi lugar que por derecho es mío, menos con sabes quién queriendo mi lugar… —Yo creo que has ganado mucho con Aysel como compañera —dijo sinceramente Uzziel que recibió una mirada dura por parte de Lyon —tú solo veías a su prima, pero Aysel tiene mejores cualidades como Luna que Dilay. Lyon gruño al escuchar ese nombre, miró a su amigo con mucho coraje, parecía que no había entendido que no quería volver a oír ese nombre. —Te dije que no volvieras a decir ese maldito nombre —su voz denotaba el odio que había dentro de él —y ¿A q
Las palabras de Lyon dejaron helada a Emel, que desvió la mirada a Aysel que permanecía en el mismo lugar.—¿Cómo es posible que ella tome el lugar de su hermana? —preguntó molesta y desconcertada —ella no puede ser tu Luna, no lo merece, es fea, por esa horrible marca en su rostro, no es digna de ti, tú mereces una mejor loba, piensa las cosas y toma otra que si… —de poco se acercó a Lyon, pero este la detuvo antes que pudiera tocarlo. —Ya está decidido, y no pienso ir en contra de los designios de la Diosa —anunció Lyon con voz fuerte y gruesa —ahora vete a tu casa, ya mi hermana no te necesita…—Pero Lyon, yo vivo aquí, soy la niñera de tu hermana, ella me necesita…—Desde esta noche Aysel vivirá aquí, y ella puede hacerse cargo de Feray, ahora vete y no me llames Lyon, soy el Alfa Lyon… —ordenó ya sin mirarla y subiendo a su habitación. Emel le hablo a su espalda, pero Lyon ya no la escucho, ni le prestó atención, lo único que quería era que se acabara ese maldito día. Emel inte
Los días se fueron volando, Aysel no había vuelto a cruzar palabra con Lyon desde que había llegado a vivir a su casa, cuando amanecía, él ya había salido de casa, y por la noche llegaba muy tarde, parecía que la quería evitar a toda costa, pero ella no se iba a dar por vencida, no era así, le haría saber que siempre la tendría. —Hoy es el gran día —dijo su madre cuando ingreso a su habitación —desde esta noche oficialmente serás la Luna de la manda luna azul. Aysel sonrió al espejo, su sueño se estaba haciendo realidad, desde el amanecer comenzó a escuchar las tradicionales competencias que eran en honor del Alfa, mientras las lobas elevaban canticos a la luna debajo de la ventana de la futura compañera, en ellos deseaban felicidad y fertilidad a la pareja que nacía ese día. —¿Cómo está mi padre? —preguntó Aysel, desde esa noche que Uzziel había ido por ella, no había salido de la casa de Lyon, por orden suya, así que no sabía nada de ellos. —Esta muy triste, por culpa de Dilay,
En la manada todo era fiesta, jubilo por la ceremonia de Luna que se llevaría a cabo en cuanto la primera luna llena del mes saliera de entre las montañas. Aysel estaba rodeada por las lobas de la manada que le hacía cantos mientras le adornaba el cabello con pequeñas flores. Ella miró un momento al otro lado, donde Lyon había sido rodeado por los lobos de la manada que danzaban, como parte de la tradición de los antepasados. Era el lobo más hermoso que pudiera tener como compañero. Cuando los primeros rayos de la Diosa de la luna comenzaron a bañar el valle, los lobos y lobas comenzaron avanzar por el camino que llevaba a la gran piedra que estaba por fuera del árbol llorón, los canticos deseaban la felicidad de la pareja destinada y los aullidos que hacían los lobos machos eran de júbilo por su alfa. Cuando llegaron ante el lugar donde los esperaba la sacerdotisa del templo con una flor dorada en sus manos, la luna ya estaba en el punto alto del cielo, el momento de la unión habí
En las salas de café no se hablaba de otra cosa de la eminente llegada de Lyon, el alfa de la manada y su ceremonia donde tomaría como su Luna a la hija adoptiva del enlace de manada, a la más bella del lugar Dilay Chao. —No estás feliz Dilay, se dice que la próxima semana regresa Lyon y al fin te convertirás en su Luna— le decía una mujer que estaba de frente tomando una taza de té. —Si, muy feliz— contesto sin mucho animó, algo que fue notorio para todas las mujeres presentes.—Pues no se nota querida —respondió una de las mujeres con una sonrisa burlona —Está nerviosa, además extraña a Lyon, han sido tantos meses sin verlo —intervino Tara al ver la cara de su hija, le apretó la mano con disimulo para que cambiara su rostro y mostrará una sonrisa —¿Verdad cariño?—Si mamá, es la nostalgia —respondió Dilay con una mueca en el rostro. —Casi todo está listo —intervino Tara llamando la atención de las mujeres —Aysel y yo la estamos ayudando en todo, para que sea la mejor ceremonia d