En las salas de café no se hablaba de otra cosa de la eminente llegada de Lyon, el alfa de la manada y su ceremonia donde tomaría como su Luna a la hija adoptiva del enlace de manada, a la más bella del lugar Dilay Chao.
—No estás feliz Dilay, se dice que la próxima semana regresa Lyon y al fin te convertirás en su Luna— le decía una mujer que estaba de frente tomando una taza de té. —Si, muy feliz— contesto sin mucho animó, algo que fue notorio para todas las mujeres presentes. —Pues no se nota querida —respondió una de las mujeres con una sonrisa burlona —Está nerviosa, además extraña a Lyon, han sido tantos meses sin verlo —intervino Tara al ver la cara de su hija, le apretó la mano con disimulo para que cambiara su rostro y mostrará una sonrisa —¿Verdad cariño? —Si mamá, es la nostalgia —respondió Dilay con una mueca en el rostro. —Casi todo está listo —intervino Tara llamando la atención de las mujeres —Aysel y yo la estamos ayudando en todo, para que sea la mejor ceremonia de Luna, ¿verdad hija? —Si mamá —contesto la joven con una media sonrisa. Odiaba que su madre se comportará como la verdadera madre de Dilay, cuando en realidad era su sobrina, hija de su hermana que había perdido la vida al dar a luz a la pequeña que estaba destinada a ser la Luna de la manada de Luna Azul. Desde ese momento su madre, Tara se hizo cargo de ella y las criaron juntas, pero siempre marcando las diferencias. Aysel observó a su hermana el resto de la reunión, notando algo extraño en su mirada, había desaparecido el brillo que caracterizaba sus ojos, parecía que nada de lo que decía su madre ya no la emocionara, podía decirse que había una repulsión con la idea de convertirse en la Luna del Alfa. —…solo falta ajustar la música y quien cantara él canto tradicional… —He escuchado que Aysel tiene una voz privilegiada, porque no ella —habló otra que miraba a Aysel que se emocionó, pero pronto ese gusto se rompió al escuchar la risa de burla de su madre. —No, por la Diosa, si lo hiciera haría el ridículo ¿verdad? —Tara le dio una mirada asesina si se atrevía a contradecirla delante de todas esas mujeres, así que solo asintió y cubrió más su cara con el cabello —la próxima Luna Llena quien brillará será mi Dilay… Aysel bajo la vista no demostrando el dolor que le causaba el desprecio de la mujer que le había dado la vida, en los años de vida eran contadas las demostraciones de cariño, eran más humillaciones y repulsión por la marca de nacimiento que cubría su rostro. Al llegar a su casa, Dilay eludió la hora de la cena con la excusa de estar muy cansada y que le dolía la cabeza. —Te han vuelto la migraña hija —la miró con amor y compasión Tara. —Si, si descanso un poco puede que se calme —dijo subiendo las escaleras… —Descansa hija, en un rato te mando un té —dijo detrás de ella —anda Aysel prepara el té… Aysel fue a la cocina, lo preparó y cuando estuvo listo lo llevo a la habitación de Dilay. —¿Qué te pasa, Dilay? No te noto feliz de saber que pronto vas a cumplir tu sueño de ser la Luna de Lyon —le preguntó mientras se sentaba en la cama, desde niña siempre había soñado con la próxima fecha de su unión, pero ahora parecía que no quisiera que llegará —él regresará la próxima semana de su entrenamiento y por fin tomara su lugar en la manada junto contigo. —No quisiera que llegue —soltó Dilay moviendo la cucharilla en la taza de té, de inmediato se dio cuenta del error que había cometido al decir esas palabras —no quise decir eso, de verdad Aysel no digas nada a mamá, si ella lo hubiera escuchado me diría que me he vuelto loca. —Pero Dilay que ha pasado ¿Qué cambió para que no quieras ser la luna como esta en tu destino? —preguntó preocupada Aysel tratando de tomar su mano, pero su hermana la aparto y bajo la vista con vergüenza y dolor. —No ha pasado nada, son los nervios de saber que pronto seré la Luna de la manada —intento mostrar una sonrisa sincera, pero le fue imposible, parecía que estaba por llorar —Aysel por favor déjame descansar, mañana me espera un día complicado con los últimos detalles de la ceremonia… Aysel aceptó, sabía que no le sacaría ni una sola palabra, pero no dejaría las cosas así, ella descubriría porque el cambio en Dilay. —Descansa Dialy… Al día siguiente durante su paseo de las tardes se topó con su amigo Berk, que al verla se puso nervioso. —Aysel ¿Qué haces por aquí? —dijo mirando detrás de él… —Sabes mejor que nadie que me gusta salir a caminar por las tardes, más esta semana —dijo con una sonrisa —mi mamá no habla de otra cosa que no sea de la ceremonia de Luna —elevó los ojos al cielo —después que Dilay se convierta en la luna de la manada, no sé qué va hacer mi madre… De pronto escuchó una risa de felicidad que le parecía familiar, el sonido venía detrás de unos arbustos, cuando iba a ver Berk tomo su mano —Yo te acompaño, vamos a caminar por acá —Berk tomo su mano para hacerla caminar hacia otro lado, pero de nuevo la risa llamo su atención, Aysel sé soltó del agarre de su amigo, siguiendo el sonido de la voz vio como Dilay entraba en la cabaña que era para los forasteros abrazada a un lobo. —Aysel no es lo que piensas… —miró a su recién amigo con rencor. —¿Qué no es lo que pienso? ¿Qué hace Dilay con tu hermano? —Berk se agarró la parte posterior de su cuello, no decía una sola palabra, que su actitud la hizo pensar lo peor. Camino hacia la cabaña de Berk y su hermano, él intento detenerla, pero fue inútil, Aysel llegó hasta la ventana de la cabaña y pudo ver con sus ojos la traición de Dilay. Ella estaba besando a Joram, mientras desabrochaba la camisa… —¿¡Dilay está engañando a Lyon con tu hermano!? —exclamó Aysel incrédula— ¿Y tú lo sabías todo este tiempo y no me dijiste nada? —Lo siento, Aysel, pero no podía traicionar a mi hermano —se disculpó con tristeza— él está enamorado de ella, dice que es su alma gemela. Que la diosa de la luna los unió para siempre. —Eso es una locura, ella es la pareja destinada de Lyon desde el nacimiento —replicó Aysel furiosa— ¿Qué va a pasar cuando él vuelva y se entere de todo? Los va a matar a los dos, y a nosotros también por encubrirlos. —Por eso he intentado convencer a mi hermano de que se nos vayamos lejos, antes de que sea demasiado tarde —continuó con angustia —pero él no quiere dejarla sola, dice que la ama más que a su vida, que se enfrentará a quien sea por ella. —Pues yo no pienso quedarme aquí a ver cómo se destruye todo —dijo Aysel decidida —voy a decir unas cuantas verdades a Dilay para ver si así entran en razón y dejan de jugar con fuego. Aysel, dio solo dos pasos para abrir la puerta de la cabaña, sin importar las suplicas de Berk que intentaba impedir que entrará, al abrir una pequeña rendija escuchó la conversación que sostenían los amantes. —Te amo, Dilay, te amo más que a nada en este mundo —le decía Joram con pasión —por favor, lo mejor es que huyamos juntos, donde podamos empezar una nueva vida. —Yo también te amo, Joram, eres mi lobo, mi compañero, lo siento aquí en mi corazón —le respondía Dilay con ternura —pero no puedo, tengo miedo de dejar atrás a mi familia, a mi manada. Sabes que soy la futura luna del alfa, su elegida por la diosa. —Si de verdad lo fueras, no dejarías que yo te bese y te toque como lo hago, no te mientas a ti misma, tú eres mía y así será siempre, la Diosa se ha equivocado— un beso interrumpió sus palabras —vámonos ahora mismo, antes que llegue Lyon… Unos cuantos besos fueron suficientes para que Dilay dijera las palabras que lastimaban a Aysel, como era posible que engañara a Lyon de esa manera. —Está bien, me iré contigo. Confío en ti, en nuestro destino —soltó Dilay con una enorme sonrisa, sus ojos brillaban como antes, llenos de felicidad y amor.Aysel no pudo aguantar más, que entró gritando a la cabaña. —¡Están locos! ¡Dilay tú no puedes hacerle eso a Lyon!—Aysel ¿Qué haces aquí? —cuestionó alarmada Dilay que se cubría su cuerpo con el de Joram que solo llevaba sus pantalones. Detrás de ella vieron a Berk que mantenía la cabeza en el suelo. —Evitando que cometas el mayor error de tu vida —respondió Aysel que avanzó por el lugar para tomar la blusa de Dilay que estaba en el suelo —ahora vístete, nos vamos de aquí —apunto a Joram en el pecho —y tú lárgate de aquí junto con Berk antes que llegue Lyon, porque si sabe que tu tocaste a su luna ya debes saber lo que te pasara ¿verdad? —Si me voy a ir, pero con ella —tomo la mano de Dilay —no pienso dejarla aquí sola a afrentar las consecuencias de nuestro amor…—¿Qué consecuencias? ¿de qué hablas? —cuestionó Aysel mirando a los dos, Dilay se había refugiado en sus brazos y Joram la sostenía con amor y protección.—Aysel hay algo que nadie sabe y si no me voy esta misma noche, m
Dos grandes lobos corrían entre los árboles, uno iba más rápido que él otro, así que le llevaba una gran ventaja. “Lyon espera, hay que detenernos para descansar” Dijo su amigo Uzziel a través de la conexión mental.“No, ya casi llegamos a la manada”Lyon ansiaba llegar, ver a Dilay era su mayor motivación, habían sido tantos días sin verla, sin escuchar su voz, que nunca imaginó que la extrañaría tanto, desde el momento que se convirtiera en su luna no se apartaría de ella nunca más. “Aunque lleguemos en media hora, no podrás verla, porque ella debe estar dormida”Lyon lo sabía, que no la vería en cuanto llegará, pero si a primera hora, porque estaría en casa de Asael cuando salieran los primeros rayos del sol. “¿Avisaste a Asael que llegaremos mañana?”“Por supuesto, seguí al pie de la letra, le dije que no le avisara a Dilay para que fuera una sorpresa”Internamente Lyon sonrió, ya podía imaginar su rostro iluminado al verlo a primera hora en su casa. Había sido el año más larg
Todos voltearon al escuchar la voz gruesa y dura de Lyon, sus ojos fríos habían cambiado de color, de miel a rojo, demostrando un profundo odio, pero también un gran dolor, como si su corazón se hubiera partido en mil pedazos. Sin que Tara lo previera, Lyon le arrebato la hoja que sostenía en sus manos, ella hizo un intento vano por quitársela, pero fue inútil, él uso el comando alfa para que no se moviera ni ella, ni ninguno de los presentes en la habitación. —¡Querido Lyon no leas esto! ¡Es mentira! ¡Mi hija fue secuestrada! —trato de explicar Tara, pero la cayó con su voz. —¡SILENCIO!Su vista estaba solo puesta en las letras que anunciaban la traición de su luna, la que había nacido para él. “Querida madre Tara, quiero agradecer todo lo has hecho por mí desde que me acogiste como tu hija cuando mi madre murió en el parto, perdóname por esto que te hago, pero yo no puedo unirme a Lyon, porque no soy su luna y nunca lo seré, conocí a mi verdadera alma destinada, y aunque luché e
En cuanto dio la orden todos los lobos salieron corriendo, mientras los que estaban fuera de la casa de la futura Luna de la manada comenzaban a cuchichear sobre lo que estaba ocurriendo en la casa de la futura Luna, ya se había comenzado a divulgar entre los lobos la traición de Dilay. Por medio del enlace mental ya la mayoría de la manada sabían porque llevaba la guardia a la familia de Dilay. Asael iba inconsciente, los golpes que le había dado Lyon habían sido muy fuertes, Aysel iba detrás de él, un poco lastimada por la manera que él la había aventado contra la pared, y por último Tara con la cabeza al suelo, sentía la peor vergüenza de su vida, no podía creer que su hija le estuviera causando esta deshonra, este desprestigio, ellos que eran una de las mejores familias de toda la manada. Los llevaron hasta la casa del alfa donde en el sótano había adecuado un lugar para que fueran las celdas donde encerraba a los picaros o rebeldes que se atrevían atacar su manada, pero esta v
—No, ella no puede ser mi Luna, no puedo aceptarlo —dijo Lyon poniéndose de pie, desafiando los designios de la Diosa, sabiendo que era un grave error hacerlo delante de los lobos que estaban presentes —yo rechazo a…—No sigas Lyon Alfa de la Manada Luna Azul, si lo haces te arrepentirás —interrumpió la Diosa con voz fuerte y firme. —Yo nunca me arrepiento, yo no quiero a Aysel como mi luna —volvió a insistir Lyon mirando con desprecio a Aysel.—Si eso quieres, voy aceptar tu rechazo, pero tú también aceptaras las consecuencias —replicó la Diosa tocando su frente con un dedo —si rechazas a Aysel y continuas con este crimen, perderás lo que te fue dado desde nacimiento. —¿De qué habla Madre Luna? —preguntó desconcertado Lyon, mirando a la Diosa directamente a los ojos.El oráculo que había permanecido como solo espectador, hablo con voz fuerte.—Para que usted Alfa tome el liderazgo de la manada, debe estar unido a su compañera en la luna llena antes que cumpla los treinta años, si n
Horas antes.Lyon ingreso a su casa, no bajaba el fuego que corría por sus venas, nunca antes había estado en una situación que lo pusiera contra la espada y la pared, tener que aceptar a Aysel como pareja había sido lo más difícil a pesar que muy dentro de él, se manifestaba una extraña sensación. —Creo que has tomado la decisión correcta —dijo Uzziel que entró detrás de él.—Yo no estoy seguro del todo —replico molesto Lyon —pero no podía permitir perder mi lugar que por derecho es mío, menos con sabes quién queriendo mi lugar… —Yo creo que has ganado mucho con Aysel como compañera —dijo sinceramente Uzziel que recibió una mirada dura por parte de Lyon —tú solo veías a su prima, pero Aysel tiene mejores cualidades como Luna que Dilay. Lyon gruño al escuchar ese nombre, miró a su amigo con mucho coraje, parecía que no había entendido que no quería volver a oír ese nombre. —Te dije que no volvieras a decir ese maldito nombre —su voz denotaba el odio que había dentro de él —y ¿A q
Las palabras de Lyon dejaron helada a Emel, que desvió la mirada a Aysel que permanecía en el mismo lugar.—¿Cómo es posible que ella tome el lugar de su hermana? —preguntó molesta y desconcertada —ella no puede ser tu Luna, no lo merece, es fea, por esa horrible marca en su rostro, no es digna de ti, tú mereces una mejor loba, piensa las cosas y toma otra que si… —de poco se acercó a Lyon, pero este la detuvo antes que pudiera tocarlo. —Ya está decidido, y no pienso ir en contra de los designios de la Diosa —anunció Lyon con voz fuerte y gruesa —ahora vete a tu casa, ya mi hermana no te necesita…—Pero Lyon, yo vivo aquí, soy la niñera de tu hermana, ella me necesita…—Desde esta noche Aysel vivirá aquí, y ella puede hacerse cargo de Feray, ahora vete y no me llames Lyon, soy el Alfa Lyon… —ordenó ya sin mirarla y subiendo a su habitación. Emel le hablo a su espalda, pero Lyon ya no la escucho, ni le prestó atención, lo único que quería era que se acabara ese maldito día. Emel inte
Los días se fueron volando, Aysel no había vuelto a cruzar palabra con Lyon desde que había llegado a vivir a su casa, cuando amanecía, él ya había salido de casa, y por la noche llegaba muy tarde, parecía que la quería evitar a toda costa, pero ella no se iba a dar por vencida, no era así, le haría saber que siempre la tendría. —Hoy es el gran día —dijo su madre cuando ingreso a su habitación —desde esta noche oficialmente serás la Luna de la manda luna azul. Aysel sonrió al espejo, su sueño se estaba haciendo realidad, desde el amanecer comenzó a escuchar las tradicionales competencias que eran en honor del Alfa, mientras las lobas elevaban canticos a la luna debajo de la ventana de la futura compañera, en ellos deseaban felicidad y fertilidad a la pareja que nacía ese día. —¿Cómo está mi padre? —preguntó Aysel, desde esa noche que Uzziel había ido por ella, no había salido de la casa de Lyon, por orden suya, así que no sabía nada de ellos. —Esta muy triste, por culpa de Dilay,