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Luna De Reemplazo
Luna De Reemplazo
Por: Elena RGR
Capítulo 1: Amantes Descubiertos

En las salas de café no se hablaba de otra cosa de la eminente llegada de Lyon, el alfa de la manada y su ceremonia donde tomaría como su Luna a la hija adoptiva del enlace de manada, a la más bella del lugar Dilay Chao.

—No estás feliz Dilay, se dice que la próxima semana regresa Lyon y al fin te convertirás en su Luna— le decía una mujer que estaba de frente tomando una taza de té.

—Si, muy feliz— contesto sin mucho animó, algo que fue notorio para todas las mujeres presentes.

—Pues no se nota querida —respondió una de las mujeres con una sonrisa burlona

—Está nerviosa, además extraña a Lyon, han sido tantos meses sin verlo —intervino Tara al ver la cara de su hija, le apretó la mano con disimulo para que cambiara su rostro y mostrará una sonrisa —¿Verdad cariño?

—Si mamá, es la nostalgia —respondió Dilay con una mueca en el rostro.

—Casi todo está listo —intervino Tara llamando la atención de las mujeres —Aysel y yo la estamos ayudando en todo, para que sea la mejor ceremonia de Luna, ¿verdad hija?

—Si mamá —contesto la joven con una media sonrisa.

Odiaba que su madre se comportará como la verdadera madre de Dilay, cuando en realidad era su sobrina, hija de su hermana que había perdido la vida al dar a luz a la pequeña que estaba destinada a ser la Luna de la manada de Luna Azul. Desde ese momento su madre, Tara se hizo cargo de ella y las criaron juntas, pero siempre marcando las diferencias.

Aysel observó a su hermana el resto de la reunión, notando algo extraño en su mirada, había desaparecido el brillo que caracterizaba sus ojos, parecía que nada de lo que decía su madre ya no la emocionara, podía decirse que había una repulsión con la idea de convertirse en la Luna del Alfa.

—…solo falta ajustar la música y quien cantara él canto tradicional…

—He escuchado que Aysel tiene una voz privilegiada, porque no ella —habló otra que miraba a Aysel que se emocionó, pero pronto ese gusto se rompió al escuchar la risa de burla de su madre.

—No, por la Diosa, si lo hiciera haría el ridículo ¿verdad? —Tara le dio una mirada asesina si se atrevía a contradecirla delante de todas esas mujeres, así que solo asintió y cubrió más su cara con el cabello —la próxima Luna Llena quien brillará será mi Dilay…

Aysel bajo la vista no demostrando el dolor que le causaba el desprecio de la mujer que le había dado la vida, en los años de vida eran contadas las demostraciones de cariño, eran más humillaciones y repulsión por la marca de nacimiento que cubría su rostro.

Al llegar a su casa, Dilay eludió la hora de la cena con la excusa de estar muy cansada y que le dolía la cabeza.

—Te han vuelto la migraña hija —la miró con amor y compasión Tara.

—Si, si descanso un poco puede que se calme —dijo subiendo las escaleras…

—Descansa hija, en un rato te mando un té —dijo detrás de ella —anda Aysel prepara el té…

Aysel fue a la cocina, lo preparó y cuando estuvo listo lo llevo a la habitación de Dilay.

—¿Qué te pasa, Dilay? No te noto feliz de saber que pronto vas a cumplir tu sueño de ser la Luna de Lyon —le preguntó mientras se sentaba en la cama, desde niña siempre había soñado con la próxima fecha de su unión, pero ahora parecía que no quisiera que llegará —él regresará la próxima semana de su entrenamiento y por fin tomara su lugar en la manada junto contigo.

—No quisiera que llegue —soltó Dilay moviendo la cucharilla en la taza de té, de inmediato se dio cuenta del error que había cometido al decir esas palabras —no quise decir eso, de verdad Aysel no digas nada a mamá, si ella lo hubiera escuchado me diría que me he vuelto loca.

—Pero Dilay que ha pasado ¿Qué cambió para que no quieras ser la luna como esta en tu destino? —preguntó preocupada Aysel tratando de tomar su mano, pero su hermana la aparto y bajo la vista con vergüenza y dolor.

—No ha pasado nada, son los nervios de saber que pronto seré la Luna de la manada —intento mostrar una sonrisa sincera, pero le fue imposible, parecía que estaba por llorar —Aysel por favor déjame descansar, mañana me espera un día complicado con los últimos detalles de la ceremonia…

Aysel aceptó, sabía que no le sacaría ni una sola palabra, pero no dejaría las cosas así, ella descubriría porque el cambio en Dilay.

—Descansa Dialy…

Al día siguiente durante su paseo de las tardes se topó con su amigo Berk, que al verla se puso nervioso.

—Aysel ¿Qué haces por aquí? —dijo mirando detrás de él…

—Sabes mejor que nadie que me gusta salir a caminar por las tardes, más esta semana —dijo con una sonrisa —mi mamá no habla de otra cosa que no sea de la ceremonia de Luna —elevó los ojos al cielo —después que Dilay se convierta en la luna de la manada, no sé qué va hacer mi madre…

De pronto escuchó una risa de felicidad que le parecía familiar, el sonido venía detrás de unos arbustos, cuando iba a ver Berk tomo su mano

—Yo te acompaño, vamos a caminar por acá —Berk tomo su mano para hacerla caminar hacia otro lado, pero de nuevo la risa llamo su atención, Aysel sé soltó del agarre de su amigo, siguiendo el sonido de la voz vio como Dilay entraba en la cabaña que era para los forasteros abrazada a un lobo.

—Aysel no es lo que piensas… —miró a su recién amigo con rencor.

—¿Qué no es lo que pienso? ¿Qué hace Dilay con tu hermano? —Berk se agarró la parte posterior de su cuello, no decía una sola palabra, que su actitud la hizo pensar lo peor.

Camino hacia la cabaña de Berk y su hermano, él intento detenerla, pero fue inútil, Aysel llegó hasta la ventana de la cabaña y pudo ver con sus ojos la traición de Dilay.

Ella estaba besando a Joram, mientras desabrochaba la camisa…

—¿¡Dilay está engañando a Lyon con tu hermano!? —exclamó Aysel incrédula— ¿Y tú lo sabías todo este tiempo y no me dijiste nada?

—Lo siento, Aysel, pero no podía traicionar a mi hermano —se disculpó con tristeza— él está enamorado de ella, dice que es su alma gemela. Que la diosa de la luna los unió para siempre.

—Eso es una locura, ella es la pareja destinada de Lyon desde el nacimiento —replicó Aysel furiosa— ¿Qué va a pasar cuando él vuelva y se entere de todo? Los va a matar a los dos, y a nosotros también por encubrirlos.

—Por eso he intentado convencer a mi hermano de que se nos vayamos lejos, antes de que sea demasiado tarde —continuó con angustia —pero él no quiere dejarla sola, dice que la ama más que a su vida, que se enfrentará a quien sea por ella.

—Pues yo no pienso quedarme aquí a ver cómo se destruye todo —dijo Aysel decidida —voy a decir unas cuantas verdades a Dilay para ver si así entran en razón y dejan de jugar con fuego.

Aysel, dio solo dos pasos para abrir la puerta de la cabaña, sin importar las suplicas de Berk que intentaba impedir que entrará, al abrir una pequeña rendija escuchó la conversación que sostenían los amantes.

—Te amo, Dilay, te amo más que a nada en este mundo —le decía Joram con pasión —por favor, lo mejor es que huyamos juntos, donde podamos empezar una nueva vida.

—Yo también te amo, Joram, eres mi lobo, mi compañero, lo siento aquí en mi corazón —le respondía Dilay con ternura —pero no puedo, tengo miedo de dejar atrás a mi familia, a mi manada. Sabes que soy la futura luna del alfa, su elegida por la diosa.

—Si de verdad lo fueras, no dejarías que yo te bese y te toque como lo hago, no te mientas a ti misma, tú eres mía y así será siempre, la Diosa se ha equivocado— un beso interrumpió sus palabras —vámonos ahora mismo, antes que llegue Lyon…

Unos cuantos besos fueron suficientes para que Dilay dijera las palabras que lastimaban a Aysel, como era posible que engañara a Lyon de esa manera.

—Está bien, me iré contigo. Confío en ti, en nuestro destino —soltó Dilay con una enorme sonrisa, sus ojos brillaban como antes, llenos de felicidad y amor.

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