Rompiendo principios

Rompiendo principiosES

Rosalía Fernández de Córdova   Recién actualizado
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Resumen
Índice

Vivir encerrado desde la infancia, lo mortificó hasta el punto de obsesionarse por buscar una salida. Siendo sobreprotegido por sus padres, buscó un método para alejarse de ellos y demostrar que podía hacer las cosas por sí mismo; sin embargo, no tomó en cuenta que alguien más no quisiera cooperar para obtener su libertad, destruyendo todo lo que pudo conseguir e impidiendo terminar su plan. Mantente sobre la línea de la moral…

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Capítulo I: Ansiada oportunidad
La brisa paró al amanecer. Mojando el árbol del patio. A través de sus hojas, una gota se deslizó cayendo hacia abajo, pasando de rama en rama. De pronto, el árbol se agitó levemente haciendo que la gota se desviara del camino, dirigiéndose al suelo; sin embargo, su trayectoria fue bloqueado y en cambio, cayó sobre una cabeza cubierta por cabellos húmedos.El joven chico sostenía, entre sus manos, un libro. Protegiéndolo de la brisa con su cabeza agachada. Al sentir la gota deslizarse por su cabello, se sacudió, mandando un ciento de gotas a volar alrededor. Estaba tan concentrado en la lectura que no fue consciente del tiempo hasta que amaneció. Estuvo haciendo huelga desde la noche anterior; así que no entró a casa a pesar del clima húmedo y se distrajo por completo cuando empezó su nuevo libro.-Teo - una voz suave lo llamó desde un lado.Por costumbre, siempre respondió a su llamado - ¿Sí?.Desde las orillas del patio, su madre lo llamó - Ven a desayunar.Sin pensarlo dos veces, r
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Capítulo II: Encuentro con sus amigos
Corrió emocionado hasta que encontró a la gente agrupada en la calle. El sudor se acumuló en su frente, no sólo por el ejercicio; sino que también por los nervios que lo invadían. Paró justo antes de introducirse en la multitud, asesando. Algunas personas tenían caras conocidas, vistas en reuniones algunas veces. De repente, escuchó - ¿Teodoro? - sus ojos se abrieron, buscando el sonido.-Ah, es cierto, es él - por un lado, dos personas salieron de entre la multitud - ¿no es un milagro o será una alucinación? - uno de ellos bromeó.-Oh, chicos - Teo los saludó.Se acercaron uno a cada lado y los dos pusieron una mano en sus hombros - No te has escapado de casa, ¿verdad? - con pesadez, recibió las palmadas de los dos chicos que tenían una gran sonrisa en el rostro.-Claro que no - sonrió, arreglándose la ropa - me han dado permiso de asistir a clases.-¡Qué bien! - el de la izquierda, vestido con un traje cafés, dio otra palmada - estarás en nuestro grupo.El otro, con camisa gris y pa
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Capítulo III: Sigilosos
Los dos jóvenes se vieron entre sí, luego miraron a Teo - Mis padres me obligaron - sus voces se mezclaron, convirtiéndose en una sola. Los dos se vieron de nuevo y rieron.Teodoro se sorprendió - ¿en serio no les importa ni un poco estar aquí?.Oliver bufó - ¿para qué?, prefiero estar en la calle que aquí sentado.-Cualquier lugar es mejor que este - agregó Edgar. Después, el de ropa gris lo miró - ¿y tú por qué has venido?.-Cierto - exclamó el otro - es muy extraño que tus padres te dejen salir, ¿también te obligaron?.Teo meneó la cabeza - No, logré convencerlos para que me permitieran asistir. Quiero conocer otros lugares. Si gano el examen me dejaran ir.Los ojos de Oliver se abrieron - Oh, te irás lejos y aún así te patrocinarán el viaje - suspiró, poniendo una mano en el suelo para apoyar su peso en ella - A mi me amenazaron con que si no venía aquí, dejarían de darme dinero.Edgar colocó una mano en el hombro de Oliver, sonriendo - Realmente eres mi hermano. Mis padres me han
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Capítulo IV: Rompiendo las reglas
La señora sonrió - Es algo bueno - luego, sus ojos se desviaron al espacio vacío entre Teo y la puerta - ¿regresaste acompañado? - preguntó con calma - ¿tus amigos están aquí?.El aire se escapó de sus pulmones - No, he vuelto solo.La señora lo vio, con la espalda erguida - Abre la puerta - pidió.Teo exhaló suavemente a escondidas. Después abrió, caminando; en tanto empujaba la puerta. No se atrevió a negarse porque sería extraño; así que se paró a un lado, descubriendo el interior del cuarto. Desde la entrada, los ojos de su madre pasaron por cada rincón de la habitación. El corazón de Teo palpitó en su pecho, temeroso que descubriera la mentira. Los ojos recorriendo en un círculo hasta posarse en el joven parado estático sosteniendo la puerta a su espalda.La señora lo miró sin decir nada - ¿pasa algo? - preguntó, conteniendo los nervios.La señora negó, desviando la mirada. Tomó los extremos de su vestido, girando para marcharse - Creo que vi mal - volteó la cabeza, dedicándole
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Capítulo V: Nueva tarea
-¿has dormido bien? - su padre le preguntó.-Sí - sonrió - aunque anoche me quedé estudiando hasta tarde.-¿a sí?, ¿cómo han estado las clases?.-Muy bien, me parecen bastante interesantes - tomó los cubiertos - ¿iremos a un lugar en especial hoy?.Su padre se aclaró la garganta; en tanto partía lo que estaba en su plato - Sabrás que hoy no iremos de paseo, ¿verdad?.Teo levantó los ojos - ¿entonces? - sintió cierta ansiedad.-Bueno - su padre no lo miró - Sabrás que al tener más privilegios, también adquieres más responsabilidades - las manos de Teo se mantuvieron fijas a cada lado del plato - te asignaré nuevas tareas. Dependiendo de tu desempeño, veremos si eres digno de marcharte a otro lugar - los ojos oscuros del señor se enfocaron en él - ¿crees poder mantener las clases junto con tus tareas?, no te cargaré mucho; pero depende de lo que tú desees.-¿qué pasa si no quiero hacerlo?.-Naturalmente, no tendrás derecho a marcharte aunque ganes el examen.Su corazón dio un brinco - L
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Capítulo VI: Sospechas
Después de un par de horas de tratar asuntos triviales, las piernas de Teo ya dolían por estar tanto tiempo parado. Se movió inquieto, intentando relajarlas - en un momento descansaremos - le informó su padre.Por la puerta, entró un hombre alto y serio. Teo lo reconoció como el tipo que vio afuera; pero el hombre no dijo nada cuando entró y escaneó toda el área. Tenía un cuerpo robusto, cubierto por un traje completamente negro. Dio pasos hacia los libreros y barrió la vista lentamente. Teo se quedó paralizado en el lugar. El hombre no saludó al entrar y no dijo nada al salir. Después, un señor mayor pasó en su lugar, apoyándose en un bastón con la espalda curvada, tratando de mantener la mejor postura posible, con una mano tras la espalda - Disculpa que mi guarda espaldas te haya importunado - a pesar de la vejez la alegría aún marcaba sus rasgos.-Descuida - su padre se paró. Dio un paso al lado; sin embargo, el viejo levantó una mano, deteniéndolo - Has cambiado de nuevo, ¿no te si
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Capítulo VII: Desobediencia
Debido al repentino encuentro con su madre, cuando llegó al salón, las puertas ya estaban abiertas. Todas las personas ya habían entrado; por tal motivo, corrió a la entrada. Puso un pie en las gradas cuando escuchó - Mira, ahí está - la voz se le hizo conocida; así que volteó. Sus compañeros se acercaban desde la pared al otro lado de la calle - ¡Teo! - Oliver corrió hasta él; mientras Edgar caminaba con más calma - ¿tuviste problemas? - habló con falta de aire al estar cerca - ¿por qué te retrasaste?.Teo se terminó de voltear - Mi madre me entretuvo hasta que se me hizo tarde.Los ojos de Oliver se ampliaron - ¿se dio cuenta que estábamos ahí?.-Tal vez sí - dijo nada más; pues no pudo saber los verdaderos pensamientos de su madre.-Bueno, entonces será complicado salir a divertirnos esta noche - Oliver bajó la vista; en tanto se acariciaba la barbilla con una mano.Teo abrió la boca - yo… - Dudó, con miedo de ir y ser descubierto.-Jóvenes - de pronto, una voz profunda se escuchó d
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Capítulo VIII: En el lugar incorrecto
Al sentarse, los chicos pidieron algunas cosas que él nunca había escuchado antes. Sólo cuando la mujer se fue, tuvo el valor de levantar la vista de nuevo. Aunque los sofás rodeaban la mesa entera, los tres se sentaron en uno mismo. Con la vista hacia la parte interna del lugar. Los otros lugares estaban ocupados, el bullicio de la gente aumentaba conforme se iba llenando el bar. Pronto, la señora regresó. Teo, trató de mantener la vista en el rostro; mientras limpiaba sus palmas sudorosas en su pantalón. Parecía tener entre treinta años o más; pero su rostro estaba bien cuidado. Con las curvas de sus labios pintadas de carmesí. Ojos negros enmarcados por largas pestañas y una nariz corta. La señora se agachó para depositar, las bandejas en sus manos, en la mesa. Sacó las bebidas poniéndolas frente a
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Capítulo IX: Haciéndose cargo de la situación
Los árboles tras las banquetas se agitaban con el viento. Al final del puente, también habían árboles al lado izquierdo que se movían de un lado a otro - Es silencioso, ¿no? - llegó corriendo; mientras Oliver se acercaba a la fuente - A esta hora los niños ya no andan haciendo ruido por todos lados. Teo intentó recuperar el aliento. Cansado por la poca actividad física que se vio obligado a hacer - ¿no es peligroso estar aquí a esta hora?, por eso los niños no salen - dijo acezando. Sus pulmones ardían. Cerca de la fuente, Oliver se giró - No - dijo con una mueca de poca preocupación, con las manos colgando descuidadamente a sus costados - Sólo les dicen eso para asustarlos. Relájate - movió los hombros al frente con la última pala
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Capítulo X: Presentado por un extraño
El hombre dio otro paso más. Como si se acercara de manera cautelosa para no asustarlo. La mano en su hombro se apretó - no son tan seguras como otros afirman - su altura era imponente. Incluso estando al final del puente podía igualarse a Teo. Teo cerró la boca. Tenía un punto en contra - Tú debes conocer muy bien estas calles, ¿no? - el hombre no respondió - Estoy con mis amigos, creo que no hay tanto peligro. Los ojos del señor se desviaron hacia atrás - Se ven muy valientes - había una pizca de sarcasmo en su tono. Luego, regresó la vista a Teo. Entonces, Oliver bajó la mano - nosotros hemos paseado todas las noches por aquí. Podemos defendernos de cualquier peligro - se puso al lado de Teo - si nos disculpas, seguirem
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