Largas piernas cruzaron el cuarto. Botas negras pisaron la grada colocándose cerca de los chicos en discusión - ¿esa es su forma de ayudar? - comentó tranquilamente.
Ambos lo voltearon a ver y de inmediato se levantaron. Erguidos, creyéndose con el valor para enfrentarlo - ¿tú puedes hacer algo mejor? - Edgar rebatió.
-¿te crees tan bueno? - los dos lo enfrentaron, sacando el pecho; mientras empuñaban las manos a los costados.
Ethan sonrió. Fue una sonrisa fría, destellando en la oscuridad como una bestia asesina. Aun alguien que no tuviera conocimiento de quién era él, con la simple aura que emanaba podría hacerlo presentir el peligro de su presencia. Sin embargo, a pesar de ser cobardes resistieron la amenaza. El
Su pie se deslizó. Sin la fuerza para detenerse, se fue de lado. Los frascos acumulados se regaron por todos lados, empujados por una cabeza húmeda. Su hombro golpeó el borde de la tina, antes de rebotar y caer al agua. Su respiración fue cortada de golpe. El susto hizo apaciguar todas sus otras emociones; pero no luchó por salir.Se hundió, sumergiéndose hasta el fondo. El agua entró por su nariz, produciéndole agitaciones. En el proceso de llegar hasta abajo, se giró de manera involuntaria. La parte baja de la espalda chocó contra el piso antes de ser expulsado hacia arriba. Su cuerpo débil salió flotando. Era abrumador tantos sentimientos negativos, que a la vez le hacían sentirse vacío. Provocándole que quisiera arrancarse el corazón.Quería
El aire golpeó su cara. Corrió por las calles apenas alumbradas por la luna. Cruzó por varios callejones. Perdiéndose en el pueblo para que su ubicación no fuera localizada fácilmente. Cuando sintió que el oxígeno no le era suficiente se detuvo. Apoyado con una mano en una pared desconocida. Miró adelante y atrás. Luego, comenzó a caminar con cautela.No tardó en toparse con el camino hacia el parque. Vigilante, ingresó a él. La fuente nunca paraba de soltar agua de la cima. El agua acumulada abajo estaba tranquila, manteniendo el estanque nítido y transparente. Cruzó el puente. Los árboles a un lado se movieron al pasar. Solitario, el silencio de la noche le ponía el vello de punta; pero había un objetivo en mente que le daba valor. Marchó, escondiéndose en las sombras. Se
-¡Hey, sigue despierto! - aunque su visión era borrosa y estaba mareado pudo ver la figura de uno de los hombres señalándolo.Luego, otro golpe en la nuca lo dejó inconsciente. Un tiempo después abrió los ojos. El sonido del agua cayendo llegó a sus oídos. Estaba tirado de lado sobre el suelo de rocas. Largas piernas de dos personas se movieron frente a él - ¿con una será suficiente? - tenía las manos sujetas tras las espalda; incluso sus pies estaban inmóviles.-¿qué están haciendo? - levantó el cuello lo más que pudo.Las piernas dieron un salto - se despertó - dijo uno.-Qué importa - habló el otro con la voz compri
Ethan se acercó. Sus cejas afiladas denotaban frialdad. En la mejilla derecha había una mancha que parecía sangre. Al verlo, Edgar bajó las manos de su camisa - ¿vendrá a amenazarnos de nuevo? - susurró Oliver.-Cállate - Edgar recompuso la cintura para quedar frente a Teo.Mientras la figura cortaba la distancia, Teo se fue escondiendo tras las piernas de Edgar. Tenía una apariencia humillante y deseaba esconderse de él. Los puños de Ethan se balanceaban cerrados a sus costados. Detrás de él, a una distancia considerable, apareció otro tipo con la misma vestimenta y el mismo porte. Con un rostro serio como si estuviera enojado con la vida.Ethan llegó primero, esquivó a Edgar y se paró a un lado. Lo m
La brisa paró al amanecer. Mojando el árbol del patio. A través de sus hojas, una gota se deslizó cayendo hacia abajo, pasando de rama en rama. De pronto, el árbol se agitó levemente haciendo que la gota se desviara del camino, dirigiéndose al suelo; sin embargo, su trayectoria fue bloqueado y en cambio, cayó sobre una cabeza cubierta por cabellos húmedos.El joven chico sostenía, entre sus manos, un libro. Protegiéndolo de la brisa con su cabeza agachada. Al sentir la gota deslizarse por su cabello, se sacudió, mandando un ciento de gotas a volar alrededor. Estaba tan concentrado en la lectura que no fue consciente del tiempo hasta que amaneció. Estuvo haciendo huelga desde la noche anterior; así que no entró a casa a pesar del clima húmedo y se distrajo por completo cuando empezó su nuevo libro.-Teo - una voz suave lo llamó desde un lado.Por costumbre, siempre respondió a su llamado - ¿Sí?.Desde las orillas del patio, su madre lo llamó - Ven a desayunar.Sin pensarlo dos veces, r
Corrió emocionado hasta que encontró a la gente agrupada en la calle. El sudor se acumuló en su frente, no sólo por el ejercicio; sino que también por los nervios que lo invadían. Paró justo antes de introducirse en la multitud, asesando. Algunas personas tenían caras conocidas, vistas en reuniones algunas veces. De repente, escuchó - ¿Teodoro? - sus ojos se abrieron, buscando el sonido.-Ah, es cierto, es él - por un lado, dos personas salieron de entre la multitud - ¿no es un milagro o será una alucinación? - uno de ellos bromeó.-Oh, chicos - Teo los saludó.Se acercaron uno a cada lado y los dos pusieron una mano en sus hombros - No te has escapado de casa, ¿verdad? - con pesadez, recibió las palmadas de los dos chicos que tenían una gran sonrisa en el rostro.-Claro que no - sonrió, arreglándose la ropa - me han dado permiso de asistir a clases.-¡Qué bien! - el de la izquierda, vestido con un traje cafés, dio otra palmada - estarás en nuestro grupo.El otro, con camisa gris y pa
Los dos jóvenes se vieron entre sí, luego miraron a Teo - Mis padres me obligaron - sus voces se mezclaron, convirtiéndose en una sola. Los dos se vieron de nuevo y rieron.Teodoro se sorprendió - ¿en serio no les importa ni un poco estar aquí?.Oliver bufó - ¿para qué?, prefiero estar en la calle que aquí sentado.-Cualquier lugar es mejor que este - agregó Edgar. Después, el de ropa gris lo miró - ¿y tú por qué has venido?.-Cierto - exclamó el otro - es muy extraño que tus padres te dejen salir, ¿también te obligaron?.Teo meneó la cabeza - No, logré convencerlos para que me permitieran asistir. Quiero conocer otros lugares. Si gano el examen me dejaran ir.Los ojos de Oliver se abrieron - Oh, te irás lejos y aún así te patrocinarán el viaje - suspiró, poniendo una mano en el suelo para apoyar su peso en ella - A mi me amenazaron con que si no venía aquí, dejarían de darme dinero.Edgar colocó una mano en el hombro de Oliver, sonriendo - Realmente eres mi hermano. Mis padres me han
La señora sonrió - Es algo bueno - luego, sus ojos se desviaron al espacio vacío entre Teo y la puerta - ¿regresaste acompañado? - preguntó con calma - ¿tus amigos están aquí?.El aire se escapó de sus pulmones - No, he vuelto solo.La señora lo vio, con la espalda erguida - Abre la puerta - pidió.Teo exhaló suavemente a escondidas. Después abrió, caminando; en tanto empujaba la puerta. No se atrevió a negarse porque sería extraño; así que se paró a un lado, descubriendo el interior del cuarto. Desde la entrada, los ojos de su madre pasaron por cada rincón de la habitación. El corazón de Teo palpitó en su pecho, temeroso que descubriera la mentira. Los ojos recorriendo en un círculo hasta posarse en el joven parado estático sosteniendo la puerta a su espalda.La señora lo miró sin decir nada - ¿pasa algo? - preguntó, conteniendo los nervios.La señora negó, desviando la mirada. Tomó los extremos de su vestido, girando para marcharse - Creo que vi mal - volteó la cabeza, dedicándole