Con sus padres asesinados, la princesa Omega del Oeste, después de ser perseguida por su tío adentrándose en la manada del Norte, se ve obligada a convertirse en la amante secreta del Alfa más sanguinario de los cuatro reinos. Justo cuando se da cuenta que se ha enamorado y está embarazada del Alfa Kian, se entera que él va a casarse con su prima rompiéndole el corazón. Dana está decidida a hacer pagar a todos los que la lastimaron y sobre todo a proteger a sus cachorros, es por eso que cuando su ex prometido aparece no duda en huir con él volviendo completamente loco de celos al Alfa despiadado.
Leer másComo siempre ese día Aris estaba en la arena mostrando su arrogante sonrisa.—¿Nadie quiere retarme? —preguntó el macho mirando a su alrededor. Por lo general solo un atrevido macho lo retaba por día queriendo derrotarlo de una vez por todas pero nunca sucedía.Ahora mismo dos lobos jóvenes se estaban llevando el cuerpo inconsciente del contrincante que lo había enfrentado.Diana le dio una mirada a Aris queriendo meterse en su cabeza y ver qué le pasaba para necesitar pelear.Desde el día que su padre los había pillado en una situación comprometedora ella había tratado de mantenerse alejada de él pero sus ojos siempre lo buscaban y ciertamente él también la provocaba estando cerca de ella.En ese instante sus ojos se encontraron intensamente y el ruido exterior quedó reducido a la nada.Diana tragó saliva pero alzó la barbilla mostrando que Aris no la intimidaba, aunque fuera todo lo contrario.—¿Nadie? —se burló él de manera oscura y creída.A Diana le irritó su actitud creída ento
Afortunadamente Diana no estaba demasiado lejos y al sentir sus pasos pesados detrás de ella no dudó en volverse para ver al macho, fingiendo indiferencia retomó su caminata pero fue interceptada rápidamente por Aris ocasionando que su cuerpo quedara pegado contra la pared y el cuerpo firme de Aris.Alzó la mirada a su rostro cincelado casi sin aliento mientras sus ojos se encontraban al mismo tiempo que él se ceñía sobre ella con la mandíbula apretada. Podía ver su rabia pero eso solo la divertía y la irritaba en partes iguales.—Quítate.—Mantente alejada de Zakiel, híbrida.Ella chasqueó la lengua.—No me hagas reír, estás obsesionado con dar órdenes pero no se te olvide que esta híbrida también es la princesa del Noroeste. La manada más grande que existe, cuando me convierta en Gobernante seguro te va a arder.—No por mucho tiempo. No me importa en lo más mínimo si eres Gobernante o no. El Este será mejor que el Noroeste y por si lo olvidas tendrás que lidiar mucho conmigo porque
Aris entró a su casa sumamente tenso.Los había seguido a lo lejos dándose cuenta de que Zakiel no había llevado a Diana a su casa sino que la había llevado al Este.Un instinto posesivo quería apoderarse de él. Próximamente sería su cumpleaños y podría descubrir a su lobo pero estaba casi seguro que era este en su interior intentando llegar a la hembra que siempre había considerado suya.Se detuvo en seco al escuchar la melodiosa risa que se clavó en su pecho profundamente. Siempre había sido su sonido favorito. De hecho, todo lo que tuviera que ver con Diana lo era, aunque jamás lo dijera en voz alta al considerarlo una debilidad. Sin embargo, no podía evitar sentir envidia cuando era otro quien provocaba su risa. Siempre se había sentido celoso de la conexión de Diana con su hermano.—Maldita sea, ¿Por qué demonios la trajo aquí?Echo una furia llegó en dos zancadas a la habitación de su hermano menor y abrió la puerta de golpe encontrándose con la imagen de Diana sentada sobre la
Ha pasado un mes completo desde que Diana evitaba lo más que podía a Aris y una parte de ella se sentía vacía y solitaria por más que estuviera rodeada de gente.Ese era un secreto meramente suyo porque no quería volver a ser humillada por Aris otra vez, incluso aunque aún le encantara provocarlo cuando estaba cerca.Él seguía trazando la línea entre ambos pero Diana podía ver la oscuridad en sus orbes al verla estar cerca de otro macho incluso aunque no se acercara directamente a ella para reclamarle cada macho que estaba lo suficientemente cerca de ella alguna vez terminaba siendo herido por Aris.Durante todo ese mes en el instituto Diana había comenzado a adquirir más poder y fuerza.Siendo su padre quien la entrenaba antes tendía a ser más delicado y no le gustaba lastimarla, pero ahora notaba muchísimo más su potencial aunque aún no hubiera descubierto su poder.—Si pudieras morir por una mirada seguramente ya estarías muerta —dijo Zakiel llegando a su lado con una bebida.Diana
Diana podía sentir las manos grandes de Aris ciñéndola a su pecho como si quisiera fundirse a ella. Comenzó a experimentar la dichosa sensación de las mariposas revoloteando en su vientre.Antes había pensado que esa expresión humana que su hermana mayor decía era tonta pero jamás se había imaginado que era real.Sin embargo, antes de que pudiera disfrutar demasiado de aquella emoción, Aris la apartó repentinamente clavando sus ojos ardientes sobre ella con el mismo desdén con el que siempre la veía.—¿Aris...?—Eso no significó nada para mí —gruñó él pareciendo por primera vez vulnerable ante ella desplazando el orgullo con el que normalmente actuaba mientras apartaba sus ojos de Diana.—Tú... tú me besaste. Ahora estás mintiendo.Sus ojos volvieron a posarse sobre ella fingiendo desdén.—Un beso no es nada, no seas tonta. Estaba aburrido y quería molestarte, eso es todo. Solo encontré una manera de callar tu retahíla. No me interesas en lo más mínimo.—Estás mintiendo, solo quieres
Diana se miró al espejo viendo lo hermosa que se veía con su vestido negro ceñido al cuerpo. Sin embargo, no se sentía cómoda.Después de lo que había pasado entre ella y Aris no habían vuelto a estar demasiado cerca de él, evitándolo todo lo que podía pero esa noche tendrían que comer en la misma mesa gracias a sus padres.—Diana, baja ahora, mi amor. Ya llegaron los chicos.Ella dejó salir un suspiro suave y salió de su habitación.Enseguida escuchó un gruñido de su padre.—¿Qué pasa...?—No me gusta ese vestido, no es para una cachorra, princesa. Luchó para no entornar los ojos frente a su padre y en lugar de eso se acercó a él abrazándolo.—Papi, es lindo. Además, no es como si cualquier macho se fuera a acercar a mí.Kian apretó contra su pecho a su cachorra.—Diana...La advertencia en su voz estaba en evidencia.—Papi.—Aris y Zakiel estarán en la cena.Ante la mención de su némesis, Diana tuvo que fingir indiferencia.—¿Y qué? No es como si me gustara alguno de ellos, Zak es
Diana vio el último golpe violento que Aris le dio al macho al que había retado a pelear y casi siseó al ver que le daba una patada final enviándolo al suelo de un golpe seco.Todos estallaron en aplausos como unos salvajes y ella miró a su alrededor indignada.—¿Que demonios...?Una risita a su lado la alertó y notó que Zakiel estaba a su lado.—¿De verdad aplauden eso? —Es un combate cuerpo a cuerpo, Di. Obviamente todos estallarán en vítores por el ganador.Diana no estaba segura de eso.Miró a su alrededor notando que las que más aplaudían eran las hembras, sobre todos las del Este.—Solo quieren llevárselo a la cama. Por eso tanto show —refunfuñó Diana gruñendo.—¿Qué? ¿Estás celosa? —se burló su mejor amigo y ella enseguida entornó los ojos molesta comenzándose a dirigir hacia la arena.Enseguida todos los ojos de las personas a su alrededor se clavaron sobre ella y Diana apretó la mandíbula incómoda.De repente su mirada se encontró con los cautivadores ojos verdes que tanto l
UN MES ANTESHasta que casi cumplía los dieciocho años humanos, su padre no la había dejado matricularse en el instituto, como una débil excusa de protección.En la escuela enseñaban a todos los lobos a controlar y manejar su cuerpo humano a la hora del combate. Más tarde, cuando los lobos se transformaban los enseñaban a luchar en su forma lobuna y a controlar su poder asignado.Ella por su parte ya debería haberse transformado, sus hermanos habían tenido esa habilidad desde que eran cachorros, sin embargo, ella se sentía como una cáscara vacía.Como si su poder nunca pudiera emerger.En secreto le asustaba ser débil y ese era un duro golpe para su ego, ella venía de un linaje poderoso. Aunque poseyera la super fuerza que muchos lobos no tenían, además de que era muy rápida. Más de uno se aterrorizaba al saber que Kian y Dana, el Alfa y la Gobernante del Noroeste eran sus padres. Su padre era el Alfa más temido, su madre era una loba roja y sus hermanos tenían poderes y habilidades
Después de que las manadas de los cuatro reinos se unieran habían creado una escuela para que los lobos de todas las manadas pudieran asistir.Entre esos lobos estaba Diana.Destacando entre los demás alumnos no solo por su poder increíble sino también por su belleza sobrenatural. Donde quiera que iba los machos la seguían con la mirada y las hembras la envidiaban.Esa noche la fiesta anual del instituto estaba llevándose a cabo mientras que ella estaba coqueteando con uno de los machos de la escuela ajena a la mirada tensa y furiosa del macho joven que iba a convertirse en unos años en el Alfa del Este, reemplazando a su padre.Diana no tenía idea que desde que era una niña había sido suya.Una obsesión oscura se había apoderado de Aris desde que eran un niño por la hija del mejor amigo de su madre.Diana y él habían crecido como hermanos, sin embargo, él jamás la vio de esa forma.El deseo y el amor representan la debilidad de un macho, él lo sabía y por eso no daba rienda suelta a