Acepto

—Quiero que la entrenes.

Seguido de las palabras del Alfa, el Beta parpadeó aturdido.

¿Qué había pasado para que decidiera tal cosa?

—Haré lo que me pide, Alfa.

Kian levantó la mano y su Beta se detuvo abruptamente.

—Una cosa más, Van. Advierte a los guardias que nadie la tocará. No permitiré que el suceso de la última vez se repita. Y no le digas a ella que fui yo quien te envió a entrenarla, no seas condescendiente o serás tú quien pagará.

—Como ordene, Alfa.

El segundo al mando salió de la habitación bajando su rostro en señal de respeto mientras que el Alfa daba un sorbo a su bebida.

—Sorprendente... para ser una Omega.

A través del cristal podía ver a la hembra quien no dejaba de caminar por la habitación luciendo histérica.

Él mismo había presenciado como se había enfrentado a dos machos resultando victoriosa.

—Actúas bajo presión. Bien, veamos de qué estás hecha. Dana.

El Alfa quería el control total sobre aquella mujer.

*

Ese hombre la había encerrado en un calabozo distinto a
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