—Bebe esto.—No voy a-El Alfa le da una mirada irritada ayudándola a incorporarse antes de hacer que tomara la medicina abruptamente sin tener tiempo para quejas. El sabor amargo penetró desde la boca hasta el estómago y Dana sintió que toda su garganta se llenaba de residuos de medicina.Tosió violentamente, pero a Alfa no le importó en absoluto. Obligó a Dana a acostarse en la cama y ordenó.—Duerme.Dana no entendía por qué la actitud de Alfa siempre cambiaba tan rápido, tomándola por sorpresa. ¿Se preocupa por ella? ¿Pero por qué no se curó completamente esta vez?Estaba muy cansada, le pesaban los párpados y todavía le dolía la espalda.*La celda estaba en silencio en plena noche, pero se oían débilmente los pasos.Alguien con el rostro y cabello cubierto se deslizó sigilosamente hasta la celda donde mantenían a la Omega después de cerciorarse que no había nadie a su alrededor y sonrió con malicia al ver las heridas de la mujer.Su piel perfecta estaba cubierta de cicatrices,
Desde su último ataque, las heridas de Dana se han reabierto y supurado, provocándole un coma.No sabía cuántos días llevaba inconsciente, lo único que sabía era que, cuando por fin despertó e intentó beber agua, oyó voces lascivas.—¿Otra vez en el calabozo, dulzura?Una sonrisa letal se muestra en el rostro de uno de los guardias y de inmediato la Omega se pone alerta pues si la historia se repetía otra vez necesitaba defenderse.En esta ocasión no creía que el Alfa Kian apareciera como su salvador. Por el contrario, ese macho debía estar planeando cómo torturarla.De todas formas no lo necesito, sé defenderme.Pensó Dana sin dejar de mirar al lobo frente a ella.—Ni se te ocurra entrar.—¿O qué? ¿Qué puede hacerme una débil Omega como tú? —se burla antes de carcajearse como si fuera muy gracioso.Dana maldijo en su mente y no aflojó las manos mientras escondía la derecha detrás de la espalda, apretando un pequeño cuchillo que había robado del botiquín del Beta.A eso se había aferr
La mirada fría del Alfa penetra las defensas de la Omega quien se estremece entre sus brazos.Kian se inclina sobre ella mirándola con furia y confusión mientras que Dana trata de no parecer desconcertada por su pregunta.—¿Quién te curó? —gruñó él una vez más.—Nadie.El Alfa toma su mandíbula con su mano grande acercándose aún más, sus respiraciones se mezclan y a pesar de aquel cosquilleo que cada vez se hace más conocido para Dana, ella intenta mostrarse impasible como él.—Estás haciendo que pierda la paciencia, Omega. Mi Beta no pudo ser, ¿Cómo te has curado?Los ojos de ambos se encuentran antes de que Kian mire los labios entreabiertos de Dana tensandose por las ganas que tenía de acercarse a ellos reclamándolos con una necesidad malsana. Las emociones que le despierta esta mujer ante él son contradictorias al punto de que lo está volviendo incontrolable. Él, quien ha sido el lobo más apático ahora no puede mantener las manos lejos de aquella maldita hembra inferior.—Yo no lo
—¿Quién crees que eres? Levántate, es hora de trabajar.Dana se levantó desconcertada, se sentía tan cansada pero sabía que debía obedecer o le esperaba un camino peor. El recuerdo de los azotes que Kian ordenó provocó un estremecimiento involuntario de su parte. De inmediato se aseó para seguir las órdenes a las que era sometida.—Sirve a la princesa Asling, está esperándote.Ella apretó con más fuerza la bandeja que estaba sosteniendo antes de asentir aunque cada parte de su cuerpo se estremeció pensando en el encuentro con su prima.—Danie, estás aquí. Ven, siéntate conmigo.Casi bufó ante la amabilidad falsa de Asling nada más entrar al comedor.—¿Te gusta mi vestido? Kian lo mandó a bordar especialmente para mí, es hermoso ¿no crees?Dana respiró pesadamente intentando ignorar aquella punzada en su pecho para después asentir en respuesta a Asling.—Pueden retirarse, mi querida prima y yo tenemos mucho de qué hablar.Las otras doncellas se retiran lanzando miradas venenosas en dir
Horas después:Nunca había pensado hacer algo como eso pero ahí estaba ella. Escabulléndose por los oscuros pasillos de la inmensa casa de la manada en busca de la cocina para robar comida.—Maldito Alfa —gruñó en voz baja entrando al fin a la cocina despejada.Su estómago está rugiendo porque se estaba muriendo de hambre. Desde esta mañana no había comido absolutamente nada. Según la cocinera ese era el castigo por su atrevimiento.Dana rápidamente tomó un puñado de fresas y arándanos. Si bien no le quitaría el hambre por completo, tampoco haría que alguien notara que alguien había estado husmeando por la cocina. Los guardó entre sus pechos para no ser descubierta si cualquiera la veía por el camino y pronto regresó por donde vino.—Que se vaya al infierno —masculló irritada—, no puede tratarme así. No es como si tuviera la culpa de que la perra de mi prima mintiera, no me merezco esto.Ella cierra la puerta detrás de sí apoyando la espalda a esta mientras saca algunas fresas de su b
Después de que el Alfa Kian se fuera de su habitación, Dana no había podido dormir nada.Se escabulló una vez más entre los pasillos hasta salir de la casa.—¿A dónde te diriges, Omega?Ella se sobresaltó viéndose sorprendida antes de encontrarse con el rostro del Gamma de la manada quien la miraba con ojos entrecerrados.—Voy al lago.—¿Te está permitido eso?—Bueno… nadie me lo ha negado.Él ladea una sonrisa peligrosa dando un paso más cerca de ella aunque sin atreverse a robar su espacio personal.—Dejaré que vayas por diversión personal.—¿Diversi-?Pero la ignoró alejándose de ella sonriendo burlonamente mientras que Dana se quedó confundida.—¿Está loco?Bufó por lo bajo antes de seguir su camino al lago. Dio un escaneo por el lugar y al verse sola se desnudó quedando solo en ropa interior que enseguida se transparentó al entrar en el agua fría.Cada parte de su cuerpo se erizó por el cambio de clima al mismo tiempo que sus pezones se pusieron duros.—Derek dijo que estaba de m
Dana no sabía en qué momento Kian la había llevado a la orilla pero ahora yacía tumbada debajo de él siendo poseída por su boca posesiva.—Estás desnudo —susurró con la respiración agitada cuando él apenas se apartó de su boca.Kian estaba posicionado sobre ella y enseguida Dana notó el ardor peligroso en la mirada del Alfa. —Tanto como tú lo estarás.Acto seguido rasgó la ropa interior que le impedía tocar aquella sedosa piel que secretamente añoraba. Ella ahogó un gemido al mismo tiempo que Kian se inclinaba sobre su pecho lamiendo uno de sus pezones.Su cálido aliento abanicó su piel humedeciendo mucho más a la chica quien cerró sus manos en puños a sus costados intentando no tocarlo porque sabía bien que aquella sería su perdición.—Estabas planeando tomarme —lo acusó intentando distraer los pensamientos atormentadores.El Alfa alzó enseguida su cabeza mirándola con posesividad.—Siempre estoy planeando hacerlo, Dana.Al ver la expresión en su rostro ella supo que las palabras se
Dos años antes:—¿Quién es ese hombre? Creo que te está mirando princesa.Dana ya lo había sentido, un vistazo y no pudo apartar los ojos de él en toda la noche.—Yo… no lo sé.Los ojos azules del Kian la determinaron perdido en aquella belleza sobrenatural de la mujer pero pronto se rehusó a seguirla mirando. Ella era demasiado hermosa, una tentación en la que no estaba dispuesto a caer.—Será mejor que no te acerques a él, querida sobrina. Ese hombre es el Alfa del Norte, su nombre es Kian aunque todos lo conocen como monstruo. Un macho como él no tendría nada que hacer cerca de ti, eres un ángel pequeña.—Yo no pensaba acercarme a él, tío.Dana se forzó a apartar la mirada pero solo cuando él dejó de verla.Ahora no podía creer que estaba tan cerca de Kian. No de esa manera.La habían educado para ser una princesa, la gobernante de la manada del Oeste. Nunca en su vida habría pensado entregarse a ningún macho antes de casarse y mucho menos yacer en el bosque a expensas de que otros