Estaba evidentemente nervioso.Se había enfrentado a grandes adversarios. A batallas que lo habían dejado con marcas no solo físicas sino también internas. Pero la inquietud de su alma en esos momento era aún mayor, incluso a antes de pedirle matrimonio a su hembra. Esta era por mucho peor porque se sentía un completo imbécil.Su mirada se encontró con aquellos ojos azul eléctrico como los de su madre, la misma sonrisa pícara que parecía burlarse de él acostada sobre la cuna. Amarok estaba agitado, del tipo de inquietud que experimentaba un padre primerizo.Era la primera vez que Devanie lo hacía cuidar él solo a su cachorrita y la responsabilidad de esto estaba abrumándolo demasiado.Adhara alzó sus manitas en dirección a su padre soltando una risita que le calentó el corazón a Amarok.Devanie estaba haciendo la cena para algo que llamaba "navidad", le gustaban demasiado las cosas de humanos pero no iba a discutir con su hembra por eso pero el que lo dejara con la cachorra amenazándo
Alison suspiró entrando a la habitación.Después de un largo día trabajando estaba agotada.Era una de las lobas centinelas de la manada así que todos los días debía vigilar una zona específica.Antes no le importaba pasar horas vigilando. Pero hace unos meses atrás no podía hacerlo como era debido.No descansaba nada por las noches.¿La razón?Se inclinó a mirarla directamente.Sus ojos recorrieron el pequeño cuerpo dormido sobre la cuña.Su niñera acababa de irse dejando a su cachorro profundamente dormido sobre esta.Alison estiró la mano acariciando la regordeta mejilla de su niño.Sí.Podía estar atrozmente cansada, pero ver a su hijo siempre la llenaba de energía y paz.De repente escuchó algo a sus espaldas y se tensó.La niñera ya se había ido y ella vivía sola.Un cosquilleo de anticipación le recorrió el cuerpo.Amplió sus fosas nasales captando el aroma tan conocido para ella.El olor de su adicción.Su compañero... Ella no se dio la vuelta pero ella sabía que se estaba a
Devanie se había sorprendido cuando su mellizo había aparecido con la centinela de la manada de Amarok.Pero la mayor sorpresa no había sido que ella fuera su compañera porque hace tiempo ella ya lo sospechaba.Lo que fue en definitiva una sorpresa para Devanie fue enterarse como todos que Alison había quedado preñada de su hermano y no se lo había dicho ni siquiera a él mismo.Devanie no se metería en esa relación pero estaba sumamente feliz de que Adhara tuviera un primo de su edad y ella tuviera un sobrino.Sus padres también estaban sumamente felices y recibieron a Alison como una más de la familia.Saliendo de sus pensamientos ella sintió la mano de su esposo recorriendo su muslo.Su corazón saltó cuando Amarok metió sus dedos entre sus piernas y tuvo que contener el gemido de excitación que amenazaba con escapar de su boca.—¿Cuánto tiempo crees que tus padres se den cuenta que no estamos? —susurró Amarok en su oído erizándole la piel—. Dormidos a Adhara y luego tú y yo...—Sé q
LA MANADA DEL OESTE—Antes de morir, ¿Cuáles son tus últimas palabras, mi querida sobrina?Veo ese brillo asesino en sus pupilas mientras levanta sus garras tratando de encajarlas en mi piel para robarme mi último suspiro, como lo hizo con mis padres. Y pronto, una sonrisa maliciosa se extiende por su cara.—¡Vas a pagar por esto, haré que te arrepientas!—¿De verdad?Está burlándose de mí, pero no le respondo. Sin que lo espere, levanto mi pierna golpeándolo fuerte con mi pie justo en la garganta logrando dejarlo sin respiración por unos segundos. Enseguida ruedo mi cuerpo por la tierra apartándome de él mientras me pongo de pie en el acto sin volver a mirar en su dirección.Esta puede ser mi última oportunidad y no voy a perderla.Estás cerca de tu destino, Dana.—¡Voy a matarte!El vello se me eriza sabiendo lo cerca que está.Soy débil en comparación a él. Un Omega que ha ido a la guerra más veces de las que soy capaz de contar mientras que yo ni siquiera tengo a mi loba aún. Sin
El Alfa completamente tenso por aquel atrevido toque y todos se congelaron mirando las manos que agarraban con fuerza la bota del Alfa.Todos sintieron pena por el atrevido intruso.Pues nadie podía tocar a su peligroso líder, ni siquiera una bota, y mucho menos una mujer.El Beta fue el primero en reaccionar, agachándose para retirar las manos de la mujer y comprobar sus constantes vitales, pero pronto negó con la cabeza.—Alfa, se está muriendo.Alfa Kian bajó los ojos mientras escrutaba fríamente a la intrusa, una mujer moribunda que había cruzado sus límites.Levantó la mano dispuesto a que el Beta se deshiciera de ella, pero con la mano congelada en el aire se quedó inmóvil al notar que aún inconsciente ella se movió y su cabello se apartó de su rostro mostrando sus rasgos femeninos.Los machos que lo acompañaban quedaron paralizados ante la belleza majestuosa de la hembra, pero el Alfa frunció ligeramente el ceño sin apartar aquellos ojos de la intrusa.No era la primera vez que
—Ni siquiera pudiste defenderte de un lobo de clase baja y aún así planeas gobernar —bufa las palabras deslizándose detrás de mí.Después de que me trajera a esta habitación es lo único que ha dicho, estoy frustrada pues sé que tiene algo de razón.La tensión entre nosotros es palpable pero aumenta de nivel al sentirlo rozar la piel de mi espalda. Intento girarme para mirarlo. El siguiente movimiento de su parte me eriza la piel provocando que me detenga en el acto. Rompe mi vestido dejando mi espalda desnuda ante sus ojos.—No te muevas —ordenó con voz de Alfa.Está acostumbrado a mandar y por más que yo sea una Omega no estoy acostumbrada a obedecer pues crecí en la realeza Omega, alejada de los Alfas. Sin embargo, estoy paralizada tal y como si él hubiera puesto un hechizo sobre mí.Siento su poder y es inquietante.La yema de sus dedos roza mi carne vulnerable por el ataque de Owen y luego siento que vierte algo en mis heridas.—¿Alfa? ¿Estás curándome?La sangre de Alfa era curat
Empujo mis manos en su pelaje pero él me gruñe enterrando su húmeda nariz en mi cuello. Contengo un gemido asustada al sentirlo lamer mi piel.—¡No!El lobo no tarda en cambiar a su forma humana quedando completamente desnudo encima de mí.Sin poder evitarlo examino sus abdominales marcados pero me apresuro a subir la mirada a sus orbes las cuales me miran fulminantes.—¿Qué demonios pretendías, Omega?¡¡¡ALFA KIAN!!!—Solo estaba caminando…—¡¿Crees que soy un idiota?! ¡Puedo oler tu malditas feromonas como cualquier macho que esté cerca! ¡Estás provocándonos!Golpea el suelo a mi lado causando que salte jadeando por la sorpresa y nuestros cuerpos se tocan enseguida.El Alfa aprieta la mandíbula, puedo ver un músculo palpitando en esta. Pero lo que me desconcierta es la dureza que siento contra mi vientre. Al darme cuenta de lo que es mis mejillas enrojecen irremediablemente y mis ojos se dirigen a esa zona pero él no me deja mirarlo sosteniendo mi rostro con su inmensa mano.—Jamá
—Alfa Kian ¿Dejarás que me vaya? —susurro acostada a un lado de él.Miro hacia el cielo estrellado y siento que él me observa de una manera tan inquietante pero aún así no me giro a verlo.—Nunca.Su respuesta gélida es algo que ya me esperaba, aún así la odio tanto como a él.O eso es lo que me digo para mantener mi orgullo intacto, sin embargo, es ridículo pensar que me queda algo de orgullo cuando me he convertido en la amante de mi captor.—Vístete, tenemos que irnos.Él ya se había levantado mientras divagaba así que no me quedó otra que obedecer.Ni siquiera sabía cómo actuar a partir de ese momento pero el Alfa me enseñó mi lugar nada más llegar a la manada.—Lidia, dale a mi doncella lo que te pedí.Su doncella.Al menos es un título más honroso que el de amante.Pensé con amargura.La mujer asintió con efusividad pero cuando él se desapareció por el pasillo su expresión cambió. Ya no era la mujer dócil de hace segundos.Las otras mujeres que quedaban en la cocina me miraban y