Hazel Newton, una joven huérfana marcada por una vida de sufrimiento, está a punto de descubrir que su calvario apenas comienza. Secuestrada y vendida a una red clandestina, cree que su destino está sellado, pero no tiene idea de que está siendo arrojada a un mundo sobrenatural del que no podrá escapar. Como parte de un siniestro experimento, Hazel es inseminada junto con otras mujeres. Una tras otra, todas sucumben… excepto ella. Erik Stone, el despiadado Alfa de la manada Luna Sangrienta, ha pasado 300 años buscando a una mujer lo suficientemente fuerte para gestar a su heredero. Cuando le informan que una humana ha sobrevivido a la noche, se siente intrigado. Pero al verla, su fascinación se convierte en desdén: delgada, débil y temerosa, Hazel no tiene lo que se necesita para ser su Luna. Sin embargo, si puede cumplir su propósito, será suficiente… por ahora. Atrapada entre su propia fragilidad y la brutalidad de un Alfa que solo la ve como un medio para un fin, Hazel comenzará a descubrir una verdad más profunda: la conexión entre ellos va más allá de lo que ambos están dispuestos a admitir. Mientras los secretos de su pasado y el de Erik se entrelazan, la atracción entre ellos se convierte en un campo de batalla. ¿Podrá Hazel romper las barreras del corazón de Erik y demostrarle que ella es más que una simple humana, o su amor estará destinado a ser consumido por el orgullo y la oscuridad?
Leer másCAPÍTULO 62: ESTRATEGIAErikEl aroma a humo llega antes de que podamos rastrear cualquier otra cosa. Una nube espesa de cenizas y brasas inunda mis fosas nasales, enterrando el tenue rastro de Hazel que hasta hace unos segundos seguíamos. No puede ser.—¡Hazel! —grito, mi voz reverbera en el aire nocturno mientras mis piernas se mueven por instinto, llevándome hacia el origen del humo.—Erik, espera. —La voz de Rosie apenas llega a mis oídos. No me detengo. No puedo.Cuando cruzo la última línea de árboles, el fuego me golpea como un muro viviente. La cabaña está envuelta en llamas, el calor es insoportable incluso a esta distancia. Mis pulmones arden con cada respiración mientras busco desesperadamente entre el caos.—¡Hazel! —Mi voz es un rugido que apenas supera el crepitar del fuego.—Erik, ¡no puedes entrar ahí! —grita Rosie detrás de mí con sus palabras teñidas de pánico.—¡Hazel debe estar ahí! —le espeto sin detenerme, mi cuerpo ya se mueve hacia las llamas. No me importa el
CAPÍTULO 61: REGRESANDO CON EL RABO ENTRE LAS PATASHazelCorro desesperadamente, con el corazón desbocado y la garganta quemándome con cada respiración. Siento las ramas arañar mi piel y las sombras del bosque cerrándose a mi alrededor, pero no me detengo. No puedo. Estoy segura de que mi vida depende de ello.Kara tenía razón.Era Erik. Lo que más me aterra no es que me haya encontrado, sino que probablemente ya sabe que no recuerdo nada. Que no sé quién es él, quién soy yo realmente.Mi mente se llena de las palabras de Kara. “Te destruirá.” Ahora, no tengo ninguna duda de que estaba diciendo la verdad.Sin darme cuenta, mis pasos me llevan de regreso a la cabaña. Lo primero que noto son las luces encendidas. Mi corazón se acelera aún más. ¿Es Kara? ¿O es Erik quien me está esperando?Abro la puerta sin pensarlo, un impulso más fuerte que la lógica. En cuanto lo hago, me doy cuenta de mi error. Qué estúpida soy. Podría haber caído directamente en una trampa.Kara se voltea hacia mí
CAPÍTULO 60: EFÍMEROErik¿Será posible que tenerla entre mis brazos de nuevo sea un sueño?La calidez de su cuerpo contra el mío es tan real como el aire que respiro, veo sus ojos aun inocentes, perdidos. Es Hazel, mi Hazel. Pero parece que para ella solo soy un desconocido. No tiene idea de quién soy.«¿A eso se refería la diosa de la luna?», pienso. «¿Es esta otra prueba? ¿O mi castigo por lo mal que la traté al principio?».El silencio se alarga entre nosotros, como si el tiempo mismo se detuviera. Cada fibra de mi ser quiere exigirle respuestas, pero me obligo a controlarme.Cuando Rosie me dijo que Hazel estaba viva, no dudé ni un segundo. Ni en confiar en ella, ni en salir a buscarla. Pero las palabras de Marcel y Daxon… no. Ni por un instante creí en esas promesas de mierd4. ¿Qué sentido tiene decir que no me matarían y que la tenían segura? Ambos me odian, en especial Carmila, que seguro querrá matarme después de lo que le hice, y yo no apuesto la vida de Hazel ni la de mi ca
CAPÍTULO 59: HUIDAHazelMi respiración es irregular, cada jadeo arde en mi garganta como si inhalara fuego. No puedo parar, aunque el esfuerzo sea un castigo para mi cuerpo débil. Ya no sé cuánto tiempo llevo aquí, atrapada en esta oscuridad. Horas, días… se sienten como meses, como si el tiempo se hubiera detenido para devorarme lentamente.El veneno o droga que Kara me dio sigue enturbiando mis sentidos. Mi mente racional es apenas un murmullo distante, aplastado bajo una bruma tóxica. Pero aun así, algo dentro de mí se aferra con desesperación a una sola idea: Kara no volverá. Y si lo hace, será para recoger mi cadáver.No debí confiar en ella. Fue el peor error. Pero ya no importa. Lamentarme no va a sacarme de aquí. Tengo que salir, de alguna manera. Si no lo hago, este lugar será mi tumba.Con las pocas fuerzas que me quedan, jalo de las cadenas de plata que sujetan mis muñecas. El metal quema mi piel, enviando punzadas de dolor que recorren todo mi cuerpo. Mi loba interior est
CAPÍTULO 58: ALIADO INESPERADOErikEl sonido del viento silbando entre los árboles y el crujir de la madera al expandirse por el frío me despiertan. Abro los ojos lentamente y me encuentro con un techo de madera toscamente trabajado. Una cabaña. Me incorporo de golpe, alarmado, y un mareo me golpea con fuerza. Llevo una mano a mi costado, donde la herida del veneno debería estar, pero todo lo que siento es la piel regenerada, aunque un ardor residual me recuerda que aún no estoy del todo bien.Mi mirada recorre la estancia. Una chimenea apagada, muebles viejos y un aire que huele a madera quemada y tierra húmeda. Estoy sin camisa, y mi cuerpo aún luce los estragos de mi huida.Un chirrido rompe el silencio cuando la puerta de la cabaña se abre. Un hombre entra, grande como un roble, con el cabello entrecano recogido en una coleta baja y una barba que le cubre el rostro. Sus ojos grises me observan con calma, pero hay algo en su postura que me hace mantenerme alerta.Me pongo de pie d
CAPÍTULO 57: ALFA ROSIERosieJuro que lo voy a matar. Si los Alfas no encuentran a Erik pronto, voy a buscarlo yo misma, pero no para salvarlo… sino para arrancarle la cabeza.¿En qué estaba pensando ese imbécil? Me dejó al mando de esta manada como si fuera una tarea sencilla. La realidad es que esto es un caos. Nadie me respeta, algunos lobos ya están hablando de desafiarme abiertamente, y si eso pasa, no tengo idea de si podré mantenerme como Alfa.—¡¿Por qué demonios me hizo esto?! —grito al aire, dejando que mi frustración rebote en las paredes de la oficina.Camino de un lado a otro, pasando las manos por mi cabello, intentando no volverme loca. Una semana ha pasado, pero se siente como si fueran meses. Entre intentar mantener esta manada de pie y preocuparme por Kelan, estoy al borde del colapso.Marcel y Daxon dijeron que lo salvarían, que sus médicos eran los mejores, pero Kelan sigue igual de mal. La herida con acónito lo tiene al borde de la muerte, y como no es un lobo pu
CAPÍTULO 56: EL PLAN EN MARCHAKaraSalir de esa maldit4 cabaña es como quitarme un peso insoportable de encima. Si tengo que fingir un segundo más que me importa Hazel o que realmente estoy preocupada por ella, juro que terminaré arrancándome la cabeza yo misma.—¡Es insufrible! —gruño al vacío, mis palabras hacen eco entre los árboles del bosque—. Esa actitud de víctima, de niña buena, es patética. ¡Estúpida!El aire frío calma un poco mi irritación, pero no la sonrisa satisfecha que aparece en mi rostro. Todo está saliendo mucho mejor de lo que esperaba. Mientras ella está atada y envenenada en ese sótano, indefensa, yo tengo el camino despejado para la última fase de mi plan.—Solo un poco más —me digo en un susurro, acomodándome la ropa antes de tomar mi forma híbrida.La transformación es rápida, casi instintiva. Mis músculos se tensan, mi piel arde un momento antes de que el cambio termine. Mi silueta semihumana se desliza por el bosque como una sombra entre los árboles, hasta
CAPÍTULO 55: CAYENDO EN LA TRAMPAHazelLos días transcurren, pero mi mente sigue siendo un lienzo vacío. Por más que lo intento, no hay un destello, una chispa, ni un eco que me devuelva a lo que fui. Todo lo que “sé” es lo que Kara insiste en decirme, como si ella fuese la dueña de mi pasado.Según sus palabras, Erik es la encarnación del mal, un monstruo sin redención que merece mi odio. De Axel apenas habla, salvo para repetir que fue él quien me transformó, quien arruinó mi vida. Su solución es clara: si quiero recuperar lo que perdí, debo matarlo.—No sé si pueda hacerlo Kara. Matar a un Alfa… eso suena a una locura —murmuro, sintiendo el peso de mis propias dudas.Ella se detiene en seco y se gira hacia mí con una mirada penetrante.—No es una locura, Hazel. Es la única forma. ¿Quieres ser humana otra vez? —me pregunta con una calma tan fría que resulta escalofriante.Asiento con fuerza, como si al hacerlo pudiera reafirmar mi propia determinación.—Por supuesto que sí. No quie
CAPÍTULO 54: CAZANDO AL ALFAErikHe corrido por demasiados días. Cada músculo de mi cuerpo está al borde del colapso, pero sigo adelante. Solo me detengo cuando el sol está en lo más alto, escondiéndome a plena vista en moteles baratos y llenando el estómago con la comida grasienta de restaurantes de carretera. No tengo un rumbo fijo, solo la necesidad de mantenerme en movimiento.Lo que hice fue una estupidez. Una jodida estupidez. Actué sin pensar, dejé que el instinto me dominara, y ahora...—Al menos estoy vivo —gruño en voz baja, como si eso bastara para justificarlo todo.Si no hubiese huido, yo y toda mi manada estaríamos muertos. Eso lo sé. Pero dejar todo en manos de Rosie, confiar en que ella mantendrá a los nuestros a salvo mientras yo desaparezco, me carcome por dentro. Los Alfas protegen a su manada, no huyen como perros asustados.Muerdo el hot cake frente a mí, pero sabe a nada. La culpa tiene un sabor metálico, como sangre.No tengo un plan. No sé dónde está Hazel, ni