Jane desea servirle a Dios con fervor como monja en el convento de Green Town, aunque en una noche lluviosa el diablo ha tocado a su puerta. Un hombre con un aura tan oscura, y ojos gatunos que la observa con deseo, su cuerpo tiembla al conectar la mirada con él, sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando la iglesia para la cual sirve está a punto de cerrar, y ella es la única que puede ayudarlos vendiéndole su virginidad al señor Morelli. Damiano es el lider de la mafia italiana, y ha quedado rendido ante los pies de una monja.
Leer másEpilogoHan pasado algunos años desde que Damiano y Jane dijeron el sí en una lujosa mansión en Sicilia. La mayoría de mafiosos de todo el mundo estuvieron para presenciar la unión de esta pareja. La única que no se presentó fue la hermana Teresa Morelli, la cual seguía negándose ante el pecado de la ex religiosa.El italiano abandonó algunos negocios de la familia luego de asesinar a su abuelo, y las cosas entre él y su mujer fueron mejorando poco a poco. Unos meses después del matrimonio llegaron al mundo los gemelos Morelli. Sam y Samantha legaron a la vida del mafioso llenándola de felicidad, de amor, y armonía.Sam se parecía demasiado a su madre en cuanto a temperamento, mientras que Samantha llevaba la sangre de su familia bien latente dentro de su cuerpo. Solía molestar a los niños del jardín de infante al cual iban, mientras que su madre tenía que presentarse a la institución más de dos veces por semana ante su mal comportamiento.—¿Qué me miras?Replica Jane, terminando de c
FinalEl corazón del siciliano latía con tanta fuerza que le era imposible respirar con normalidad. Jane estaba tirada en el suelo, mientras que un cuchillo en su estomago comenzaba a quitarle la vida poco a poco.—¡Mierda! ¡Mierda! ¿Cómo pasó esto? ¡Llama a mis hombres! ¡Maldito, Zeus! ¡Hijo de perra!El pelinegro rodeó sus brazos a la altura de la cintura de la mujer que amaba, las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas humedecieron a la velocidad de la luz la camisa blanca que llevaba puesta. Ahora sus manos estaban manchadas de esa sangre que salía sin parar del cuerpo de la ex religiosa.—¡Chris! ¡¿Qué haces parado allí?! ¡Llama al médico de la familia!Una risita por parte de su mujer amigó lo hizo temblar.—¡Ja, ja, ja, ja!—¿Chris?—Sabía que algún día te vería sufrir… —La sangre del italiano se congeló, su cuerpo se tensó rápidamente porque no comprendía lo que estaba sucediendo. —Siempre fuiste un idiota, ¿Lo sabías?Las puertas de la iglesia se cerraron de un solo golp
34—Harás que tarde que temprano deje de amarte…Jane susurró, mientras sus manos tomaban con fuerza su pecho, se sentía demasiado cansada para seguir luchando contra todo esto. Contra el imperio Morelli.—Eso jamás va a pasar…—No estés tan seguro.La ex religiosa se sentó en el borde de la cama, sus manos se deslizaron suavemente sobre sus rodillas, para acto seguido agachar la cabeza. Las lágrimas empezaron a humedecer su rostro; no deseaba esto. Ella no quería esto.—Si no me vas a amar… Déjame ir…—¡Lo sabía! ¡Quieres dejarme!El enorme cuerpo del siciliano corrió hacía la asustadiza jovencita, su cuerpo tembló casi de inmediato al sentir como el hombre que ella amaba la tomaba de los hombros obligándola casi en el acto a mirarlo a los ojos.—Eres mía, Jane Blackstone… Eres y serás mía hasta el último día de tu vida….Su mandíbula se tensó.—Entonces… Que hoy sea el último día de mi vida.Los brazos de Damiano cayeron a cada costado de sus caderas, su cuerpo se sacudió quizás com
34Damiano tiró con fuerza de Jane para alejarse de ella.Sin dudarlo salió de la habitación, con el corazón latiéndole tan fuerte que sentía que se iba a desmayar. Su frente sudaba a chorros, sus manos temblaban tanto que no podía detener los movimientos bruscos de su cuerpo.—¿Qué estás haciendo, Dam?Christopher le preguntó, mientras bajaba las escaleras.—No te interesa…—Sabes que sí.Lo miró con enojo.—No me hagas dispararte… Ella es mía.—Pero parece que no…Damiano se abalanzó contra él: —¡Hijo de perra! —Un guantazo lo tiró al suelo casi de inmediato. —¡Ojalá! ¡Ojalá no le hubiese prometido nada a tu maldita familia! ¡Ahora estarías muerto, pedazo de mierda!E
33—¡Damiano! ¡Damiano! ¡Por favor! ¡Sácame de aquí!Jane gritó lo más que pudo hasta que su garganta dolió tanto que ya no pudo hablar más. sus uñas se enterraron en su cuero cabelludo, porque ni siquiera se dio cuenta como todo terminó de esta manera.Su cuerpo cayó arrodillado ante una cama, mientras que sus manos tiraron levemente de su cabello. “¿Siempre fue así?” “¿Siempre será así? Fueron las preguntas que carcomieron dentro de ella.—¡Damiano Morelli!Gritó una vez más, aunque ella sabía que nadie la escucharía.—Tengo que salir de aquí… —Se dijo para sí misma, trato de abrir las ventanas de aquella habitación en donde la tenían retenida, aunque luego se dio cuenta que estaba en el último
32—¡Sí!Jane gritó con tanto entusiasmo que los empleados del pent-house no pudieron evitar escuchar su voz.—¿Lo dices enserio?La voz de Damiano tembló, era la primera vez en su vida que proponía matrimonio.—¡Sí quiero ser tu esposa!Los ojos del pelinegro se iluminaron, una sensación extraña recorrió su espina dorsal hasta llegar a su estómago. Sus ojos se cristalizaron, mientras que rápidamente se secaba las pocas lagrimas que habían brotado de sus ojos.—¡Serás la señora Morelli!Sus enormes brazos rodearon la delgada cintura de la castaña, los corazones de ambos latían con mucha fuerza. —Mañana…—¿Qué sucede mañana?—Vamos a casarnos mañana…—¿Qué dices?
31El corazón de Damiano no dejaba de latir con insistencia, jamás en su vida alguien lo había marcado como suyo, y ahora llegaba una chiquilla de estatura mediana a reclamarlo como parte de su propiedad. Eso lo hacía sentir orgulloso, incluso más enamorado que antes.—¿La escuchaste?Soltó el italiano, aniquilando a su antigua amiga con la mirada.—¿Perdona?Susurró ella, mientras observaba como Jane lo tomaba de la mano.—Soy de ella…El tipo no pudo ocultar su sonrisa.—Es mío, perra…—¿Disculpa?La rubia se tocó el pecho con fuerza.—¿Crees por qué Damiano te dio una orgía le perteneces?El mafioso casi se ahoga con su propia saliva.—Jane… Amor, espera…La chica se soltó de su brazo.—También me darán una orgía, no te creas especial…Sabrina intentó decir algo, sin embargo, Damiano la mandó a callar casi de inmediato. —Cariño, entremos, por favor… —El pelinegro dio una señal para que sacaran a la rubia del sitio, sin embargo, esta se interpuso.—¿Una orgía? Pensé que eras su novi
30Damiano envolvió la poca ropa que tenía Jane en el armario dentro de la antigua habitación del convento en donde vivió durante toda su vida. El ambiente se sentía extraño. Ella jamás se imaginó dejar esas cuatro paredes, y mucho menos por un hombre.—¿En qué piensas?—En ti…El pelinegro le agradó su respuesta, tanto que tiró de sus caderas para acercarla a él.—¿Es algo bueno, o malo?—Bueno… Cuando pienso en ti, pienso en cosas buenas.—¿Tanto me amas?Asintió.—Estoy dejando mi vida por ti.Los labios del mafioso besaron su hombro descubierto.—¿Siempre dormiste en esa cama pequeña y vieja?—La tengo desde hace cuatro años, antes dormía en el suelo.—¿Qué dijiste?
29Jane sintió como un fuego recorrió su espalda.Todas estas emociones eran nuevas, y la hacían sentir un tanto incomoda, ¿Tanta felicidad era buena? ¿Y si el creador la castigaba por su pecado? No quería sufrir. No quería perder al primer hombre que amaba en la tierra, así que ideó dentro de su cabeza un plan.—¿Me amas?Ella le preguntó sin titubear, Damiano arrugó débilmente su entrecejo, agarró con posesividad las mejillas regordetas del amor de su vida, y sin pensarlo dos veces asintió con la cabeza. Su corazón latía demasiado rápido, no tenía dudas de su amor hacia Jane Blackstone, pero lo único que si le molestaba era la idea de Zeus merodeando a su mujer, buscando el justo momento para arrancarla de sus brazos.—Daría hasta mi alma por ti… —La