Sinopsis: Ginebra LeBlanc, lleva una vida muy tranquila como una mujer de negocios, hasta que su madre decide casarse por segunda vez, luego de llevar años como viuda. Nada de eso parece anormal, solo el hecho de que, una noche, cuando se entera que su novio le es infiel, sale de copas con su amiga y conoce a un hombre que le hará perder la cabeza dándole una noche de pasión y llena de placer, como su novio era incapaz de dársela, pero ese hombre era Jordan Sinclair, un despreocupado Don Juan, que lo único importante en su vida, era salir fiestas, así como las mujeres, y le fue presentado en la boda de su madre como su hermanastro. Sabían que no podían dar rienda suelta a la pasión y la luju*ria que los unía, pues la familia y la sociedad entera los señalaría con el dedo. ¿Podrán evitar entregarse el uno al otro?, dos casi hermanos… ¿qué puede salir mal? ADVERTENCIA: Es una historia difícil de leer, pero los hechos son fundamentales para el desarrollo de la trama. —PASAJES HOT —LENGUAJE SOEZ —CONTENIDO SE*XUAL EXPLICITO —ROMANCE
Leer másCapítulo 80 —EpílogoNarrador:Una vez la ceremonia finalizó, los invitados se dirigieron a la recepción, y bailando su primera pieza como marido, y mujer, Jordan tiró de la mano de Ginebra para llevarla a una área privada, en donde pudiesen hablar a solas bajo el brillo de las estrellas.—Tenía miedo de que te arrepintieras al final. Que no quisieras casarte conmigo, y que saldrías corriendo de la iglesia.Ginebra negó ante lo ocurrente que solía ser su ahora esposo, y elevando su mano acarició su mejilla antes de soltar sin parar de sonreír.—¿Tú tenías miedo, Jordan? ¿Qué dejas para mí? Que si tú te arrepentías, sería una madre soltera.Jordan liberó una bocanada de aire entre asombrado, y alegre, y observándola en silencio, remojó sus labios. Una vez regresó a la realidad.—¿Qué me estás diciendo, Gin… que estás embarazada? —Ginebra con lágrimas en los ojos, y una sonrisa que no podía ocultar, solo asintió, y tomando sus mejillas, completamente feliz por la vida junto a ella, la be
Capítulo 79 —Y dimos el sí Narrador:El día tan esperado por los Sinclair, y los LeBlanc al fin llegó. Ginebra y Jordan serían declarados como marido, y mujer ante Dios, teniéndolos a todos ellos como testigos. Colocándose el velo en compañía de su madre, y amiga, Ginebra retuvo el aire una vez que terminó de prepararse, y sintiendo sus ojos cristalizarse, su madre se acercó a ella para decir.—Has crecido tanto, no esperé que esto sucediera tan pronto, y menos que fuese Jordan, el hombre con quien pasarías el resto de tu vida.Ginebra negó ante eso; de hecho, ella tampoco lo imaginó, pero la vida le demostró que las cosas no suceden como uno las planea. Viendo llegar la hora de partir a la iglesia, las tres salieron, y siendo esperadas con muchas ansias, Ginebra abordó el auto con mucho cuidado de no lastimarse.—Cuidado, no queremos que arruines el vestido.Fiorella sería la madrina de la boda, por lo que en ningún momento se separaría de ella, y permaneciendo en silencio todo el
Capítulo 77—NegativoGinebra:Los meses pasaron, y por más incómodos que fue ver como Oliver se adaptaba a aceptarnos como una pareja, logramos superar los obstáculos que se interpusieron en nuestro camino.—¿Estás preparada?Llegando a mi lado, tras tomar mi mano, Jordan procedió a depositar un casto beso sobre el dorso de ella; y regalándome una hermosa sonrisa, me tendió el micrófono para iniciar, mientras él se marchaba a su lugar para disfrutar.—Por supuesto...La fusión, como lo planeamos, se logró de manera exitosa, y presentando nuestro primer desfile dos meses después del anuncio oficial, empezamos nuestra nueva empresa. Un desfile, por supuesto, organizado por nosotros dos, los herederos de las nuevas industrias LeBlanc, y Sinclair.—Sean todos bienvenidos a nuestro primer desfile de industrias L&S, en esta colección quisimos innovar por qué tratamos...Sentía mis manos temblorosas, mi boca seca, y mis ojos cristalizados en este nuevo desafío, pero al observar al final del s
Capítulo 77 —No somos hermanosJordan:Cuando volvimos de Dubái, la casa de nuestros padres nos recibió con una mezcla de familiaridad y tensión. Ginebra y yo nos habíamos reconciliado, y aunque estábamos decididos a enfrentar lo que viniera, sabía que esta reunión no sería fácil. Al ingresar, tomados de la mano, vimos que ellos se encontraban allí. Yo quise soltar nuestro agarre, para no incomodarla, pero no me lo permitió. Apretando aún más mi mano con la suya.—Ni se te ocurra… —me dijo mirándome con firmeza.—Ok, por mí está bien, si estamos juntos en esto, que se noté.Frida y Oliver nos esperaban en el salón principal. Frida me saludó con una sonrisa cálida, pero mi padre se veía visiblemente molesto. Después de los saludos iniciales, me pidió que lo acompañara a su despacho.—Necesito hablar contigo a solas, Jordan —dijo mi padre con tono serio.Lo seguí, dejando a Ginebra y Frida en la sala. Cerré la puerta del despacho detrás de mí y me volví para enfrentar a mi padre. Él se
Capítulo 76—La noche de mi vidaGinebra:— Volveré temprano, lo prometo.Regresando a casa después de desayunar y conversar con el señor Wood solo para acompañarme; Jordan me dejó justo en la puerta de su departamento antes de ir a trabajar, y besándonos de manera desenfrenada, nos separamos cuando notamos que si seguíamos no podríamos detenernos. La mañana se hizo eterna sin tener nada que hacer en una ciudad ajena; ordené el departamento, respondí un par de correos, hasta que observando mi bolsa una vez en la estancia, se me ocurrió salir a pasear un instante antes de su llegada.Le dejé un mensaje en una nota antes de salir; "Saldré a pasear un poco... Te amo", y dirigiéndome al centro comercial, me distraje un par de horas, antes de regresar—¡Oh! Que hermososMe detuve a observar un par de brazaletes de oro en una joyería exclusiva antes de abandonar el lugar, y permaneciendo eclipsada al notar a su lado unos anillos de compromiso, a mi mente llegó una loca idea ¿Será que el amo
Capítulo 75 —Mi noviaGinebra: — Me encanta la vista que tengo desde aquí.Solté mientras mordía mi labio inferior al hallar a Jordan con su torso al descubierto, vistiendo solo un pantalón de dormir, mientras preparaba nuestro desayuno; y es que su abdomen bien marcado, y la V al final de estos, llevaban justo a la gloria.Apartándome ligeramente del umbral, di un paso hasta él, y colocándome de pie frente a la isla en medio de cocina, lo vi devorarme con su mirada antes de preguntar.— ¿Desde cuándo estás allí?Una vez notó mi presencia a escasos metros, soltando lo que tenía en sus manos, para aproximarse a abrazarme antes de depositar un casto beso sobre mis labios.— Lo suficiente como para ver lo que es mío.Amaba ese hombre, lo que era, cómo era, y lo que me hacía sentir; por lo que, intensificando nuestros besos, nos separamos. Una vez sentimos que la comida se quemaba.— Por tu culpa, ahora debemos desayunar afuera.Me encogí de hombros, por eso, ¿mi culpa? ¿Y qué había hech
Capítulo 74 — Total y completamente mía.Jordan:Nos quedamos abrazados por unos minutos, sintiendo el calor y el consuelo de estar juntos nuevamente. Cada lágrima que caía de sus ojos parecía limpiar un poco del dolor y la desconfianza que se había acumulado entre nosotros.—No puedo creer que estés aquí, Gin —dije, mirándola a los ojos —Todo este tiempo he intentado ocuparme en el trabajo, en el gimnasio, en cualquier cosa, solo para no pensar en ti. Pero siempre estabas en mi mente.Ella asintió, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.—Yo también te extrañé cada segundo, Jordan. No sabes cuánto lamenté, no haberte creído desde el principio. Cada vez que Robledo se acercaba, recordaba tus palabras y me sentía más culpable.La acaricié suavemente, recorriendo su rostro con mis dedos.—Lo importante es que estás aquí ahora. Podemos dejar todo eso atrás y enfocarnos en nosotros, en nuestro futuro.Ginebra sonrió débilmente y asintió.—Sí, quiero eso más que nada. Quiero estar
Capítulo 73 —No sé cómo estar sin ti. Jordan:Ya estaba instalado en Dubái. La vida allí era diferente, vibrante y llena de movimiento, pero no podía dejar de pensar en Ginebra. Habíamos pasado momentos increíbles juntos en esta ciudad antes de todo el caos, y ahora cada rincón me recordaba su ausencia. Decidí llenar mis días de actividades para mantener mi mente ocupada. Me lanzaba de lleno al trabajo, quedándome en la oficina hasta tarde. El gimnasio se convirtió en mi refugio, un lugar donde podía canalizar mi frustración y agotarme hasta el punto de caer rendido en la cama sin darle demasiadas vueltas a mi cabeza. Una noche, tras un largo día de trabajo y una sesión extenuante en el gimnasio, llegué a mi apartamento. La ciudad brillaba con sus luces nocturnas, pero mi mente solo deseaba descanso. Abrí la puerta y dejé las llaves del coche sobre la mesa de entrada. Todo parecía tranquilo. Al encender la luz, me quedé congelado en la entrada del salón. Allí, sentada en el sofá, es
Capítulo 72 —SemanasGinebra:Sintiendo mi corazón acelerado a la espera de una respuesta de mi madre, quien me observaba con una mezcla de confusión, y sorpresa; liberé un sollozo antes de secar mis lágrimas.—Lo siento, pero solo sucedió...Frida no dijo nada, lo cual me hacía esperar lo peor, y posando una mano en mi hombro, un par de segundos después respondió.—Y te creo, Ginebra, aun así, no dejo de pensar que no está bien lo que sucede entre ustedes, son familia.Y era justo eso lo que esperaba, de igual forma no tenía sentido su reprimenda ahora, porque él ya se había marchado. Asintiendo solo la observé una última vez antes de subir las escaleras, y marcharme a mi habitación, en donde me desplomé sobre mi cama una vez llegué. Esa noche, por obvias razones, no concilié el sueño, y tratando de ocultar las enormes ojeras al otro día, salí a la empresa.—Ginebra...Por desgracia, cuando estaba por marcharme de mi casa, escuché la voz de mi madre a mis espaldas, y deteniendo mi an