Alina está casada con Luke, un hombre al que adora; acaba de cumplir treinta y cinco años y su vida cambia para siempre cuando ese mismo día la amante de su esposo, Luke, le confiesa su infidelidad. El mundo de Alina se ve afectado por ese hecho e intentar recomenzar su vida le costará muy caro; sin embargo, en su camino aparece Artem Nader, su jefe, para llenarla de nuevas inquietudes y de ganas de vivir. Luke verá cómo un gesto tan demencial como dejar a su esposa por una loca celosa le costará muy caro.
Leer másAlina se miraba al espejo de la boutique del resort, le caía como un guante, hermoso y elegante, y la vendedora sonrió.—Se ve radiante, increíble.—Gracias por decirlo.—Es de mis presentadoras favoritas, me extrañó no verla de nuevo.—Estoy de vacaciones.—¡Espero que los disfrutes mucho!Salió con sendas fundas y pensando cómo estaba cambiando su vida. Adler jugaba en la piscina junto con Debra y ella estaba definiendo su vida.A la hora del almuerzo se reunió con Artem en el comedor.—¿La estás pasando bien?—Sí, hace tiempo que no salía de vacaciones y es relajante.—Conmigo vas a salir a muchas partes, deseo mostrarte algo —sacó una tablet ultramoderna y le mostró las portadas de los distintos proyectos que habían encargado—, espero que te gusten.Ella miraba fascinada todo y sonrió emocionada.—Se ven divinos.—Puedes cambiar lo que desees.Alina miraba emocionada las distintas propuestas.—Es como ver un sueño hecho realidad.—Así es.Sonrió conmovida. Artem pidió unos cocteles
—¡Qué estás diciendo!—Hablaré con mi abogado, pelearé la custodia de Adler, no confío en ti para cuidarlo.—Eres un… ¡No te daré a mi hijo!—Bien, perfecto —intervino Artem—. Nos veremos en los tribunales, le encantará al juez saber que tenía una amante joven desde hace tres años; si hablamos de integridad moral, la de Alina está intacta.Luke balbuceó y Artem dio la estocada final.—Mis abogados se contactarán con el suyo para hablar del caso.Luke miró a Alina con sorpresa y dijo resuelto.—Veremos, entonces.Salió molesto como nunca lo vio en su vida.—No debiste decirle eso.—No puedes dejarte intimidar, lo que ese sujeto desea es quebrarte para que te sientas acorralada. Sé cómo es esto, lo viví.—Le dije a Adler que hablara con su padre y él está muy molesto.—Lo sé y debes de entenderlo, la vida que él tenía fue toda una mentira, eso duele.Alina se sentía incómoda, nunca vio a Luke fuera de sí.**Luke estaba ardido por la confrontación con el modelito millonario y decidió ir
—¿Vas a contarme o tendré que torturarte?—No sucede nada.—¿Saldrás con Artem Nader?—No es lo que piensas, estoy realizando un proyecto personal y él se ofreció a analizarlo.—¿En serio?—Sí, y espero lograr algo.—Es un hombre bastante apuesto, ¿no crees?—Tiene lo suyo.Francis brindó por eso y le dijo con picardía.—Quisiera ya tener algo suyo y si es su chequera mejor.Entonces preguntó.—¿A dónde irá Adler el fin de semana?—Pasará una noche en una fogata, es un evento juvenil.—Suena muy interesante —le servía cerveza—. Adler es un chico afortunado.—Ni tanto… Ha perdido la comunicación con su padre y eso me duele, ni siquiera pudo decirle nada sobre el paseo.—¿Entonces Luke no sabe nada?—Justo cuando iban a hablar de eso, pasó lo de la loca esa.—¡Qué pena!Alina sonrió y no añadió más al asunto, pero Francis se hizo la película en su cabeza y llamó a Luke.—Te tengo noticias —estaba un poco ebria—. ¿Quieres escucharlas?—Francis, ahora no…—Tu exesposa, Alina, va a salir el
—¿Esa es Alina?—No… Bueno, se parece, pero no lo creo —se negaba a creer que su exesposa estuviera sentada con otro hombre almorzando—. Debe ser alguien parecido.—Vamos a ver.Tuvo que ir de mala gana y Alina degustaba un delicioso plato junto a Artem, pues los chicos se habían empeñado en traerles postres.—Háblame de tu proyecto, Alina.Ella, un poco tímida, le respondió.—Es algo muy personal, es más, no sé por dónde comenzar.—Siempre es bueno comenzar por el principio, tal vez pueda ayudarte.Ella le dijo resuelta.—No necesito ayuda, voy a realizar este proyecto por mi cuenta.—Loable, pero si me necesitas estaré dispuesto a darte la mano.En ese instante, la voz de Luke se escuchó.—¡Alina!Alina no esperó verlo de nuevo tan pronto.—Luke.Luke miró al sujeto que la acompañaba y este era muy buen mozo, se veía muy fiero.—¿Qué estás haciendo aquí?—Almuerzo con Artem…—¿Con quién?Artem se presentó en ese instante.—Artem Nader.El amigo de Luke se dijo impresionado.—El dueño
Alina llegó a la oficina de su ex y la secretaria se puso nerviosa.—Señora Dixon.—Ya no soy Dixon, soy Alina West.—El señor… él llegó muy nervioso y no desea que lo molesten.—No me importa cómo llegó, tengo un asunto que tratar con él.Entró en la oficina y Luke al verla, se emocionó y se levantó a recibirla.—Alina.Ella le dio una bofetada que lo hizo tambalear y le dijo a su ex.—¡Cómo te atreves a permitir que esa mujer altere la vida de tu hijo!—Espera… Calma, mujer.—Está bien, lo nuestro terminó, pero no te permito que esa mujer invada mi casa insultándome y alterando a mi hijo.Luke se sobó el rostro, tenía mano dura a Alina.—Lo siento, lamento que Madison hiciera ese escándalo, es joven e impulsiva.—No me importa lo que sea, defiendo a mi hijo y sus intereses.—Lo siento, hablaré con ella… —Al verla así de alterada, le preguntó—. ¿Cómo estás tú?—Eso no es relevante, no te debe interesar.Giró en redondo y él le dijo.—Siempre me importarás.—No te creo, solo mantén a e
La voz de Luke se escuchó alterada.—¡Qué!—Esa mujer le está haciendo un escándalo a mi mamá.Cerró molesto y Alina miró sorprendida a la joven mujer.—¿Qué quieres aquí?—Vine a decirte, Alina West, que no me vas a quitar a mi marido.Adler se le fue encima.—¡Destructora de hogares!—Salvé a tu padre de esta mujer.—¡Falsa, hipócrita!—¡Tengo una hija con tu padre y voy a defender mi hogar!Alina no daba crédito de lo que le estaba pasando y le ordenó.—¡Sal de mi casa!Madison vio todo y entonces le dijo muy segura.—Pronto será mi casa, quiero todo lo que tienes.Adler, fuera de sí, le gritó.—Fuera de aquí, bruja.Ella reía y les dijo molesta.—Solo deseaba que supieras que no te dejaré a Luke, se acabó todo eso, ¿entiendes o estás senil?Alina miraba a esa mujer con horror, nunca esperó ser perturbada por la amante de su exesposo.**Artem tenía un problema de cabello rosa. Su hija bajaba en esos momentos pavoneándose como la princesa del mundo.—Tenemos que hablar, Debra.—Papi
Francis, era una mujer muy picante, siempre decía lo que pensaba, pero sus frustraciones en el plano personal le dieron cierta maldad. Esa noche había citado a Luke en un restaurante, lo encontró más delgado y ojeroso, pero con ese aire de quien no le importa nada más que su persona.—No sé qué vio Alina en ti.—Vio que soy un hombre viril e inteligente. ¿Cómo lo viste tú en su momento?—Es cierto que tuvimos nuestra aventura, siempre deseé una relación con el marido de una amiga.—Y te jugó el número conmigo.—Me diste chance fácilmente —entonces le preguntó—. ¿Qué tal tu nueva paternidad?Hizo un gesto de fastidio y respondió.—Apenas si duermo.—Fuiste tan descuidado, siempre hiciste las cosas bien y ahora te dejas engañar por una mujercita, Madison es una piraña.Era cierto, Madison lo envolvió y le hizo esa pasada; tenía que reconocer que había bajado la guardia. Preguntó preocupado.—¿Cómo está, Alina?—Mal, la suspendieron.—¿Suspendida?—Sí.—¿Por qué?—Un malentendido, ahora n
Adler sintió que era una reverenda locura haber seguido a la chica del cabello rosa, por lo menos sus compañeros se divirtieron un tanto. Él, por contrario, se sintió más solo y terminó hasta maltratado.Cuando vio su casa, se sintió bastante triste, se quedó viendo el jardín en donde corrió junto a su padre de chico. Sentía que vivió por mucho tiempo en una mentira, se recostó en el volante a recordar a su padre tan totalitario y recto para ciertas cosas y tan torcidas para otras.Revisó su móvil y vio varias llamadas y mensajes de su padre.«Hijo, tu hermana ya nació».«Deseo hablar contigo, por favor».«¿Podemos cenar? Hijo, por favor».Y así había muchos textos, no quería llorar, pero en verdad se sentía decepcionado y se lo puso en un texto.«No quiero verte, me has decepcionado. Ya nada va a ser igual y no sabes cómo me afecta. Siento que te has llevado nuestra paz mental y espiritual».Se lo envió, se cogió la cabeza y le llegaron las fotos de la fiesta de la loca del cabello ro
Debra era una joven con mucha personalidad, nunca se amilanaba ante nada y en su primer día de clase debía arrasar. Entró al curso y dio una mirada rápida, vio al chico taciturno y guapo leyendo un libro y se acercó a él.—Hola.Adler la miró, le pareció bastante pedante esa chica.—Hola.—¿Cuál es tu rollo?Adler no entendió su jerga y ella continuó.—Pareces deprimido o tienes cara de lamento, no sé.—Tengo problemas.—Wow, como todo el mundo —entonces como si se tratara de nada—, mira, se me rompió una uña y no hago drama.Adler la miraba con asombro, ¿se estaba burlando de su dolor? Y le dijo:—Escucha, no me caes bien.Oh, ese chico era un estúpido y ella una loca irracional.—Dramático.—Bruja.—¡Te hechizo! —movió sus manos.—¿Qué es eso?—Un hechizo, estás hechizado o ¿qué piensas que hacen las brujas?, nene.Adler, fastidiado, le respondió.—Idiota.Ella se fue molesta y se sentó en su puesto, entonces iniciaron las clases, hasta que…Entraron unos chicos con disfraces y tambo