Ella, es dulce y amable. Él, es frío y arrogante. Estar con ella es experimentar el cielo, pero él solo conoce el infierno. Ella lucha por ser luz, él quiere que su oscuridad la seduzca. Ella lucha por sobrevivir a la vida, él quiere llevarla a su mundo. Ella soñaba con un príncipe pero, él era un demonio.
Leer másAmores mío, como siempre qué mezcla de emociones me da al ponerle el puntito final a una historia, quiero disculparme por los inconvenientes que tuve con esta historia y las actualizaciones tardías, como expliqué, después de seis años fuera de mi país, pude regresar y disfrutar de una temporada con los míos, una alegría demasiado enorme y por eso me retrasé. Gracias por quedarse y apoyarme. Les cuento que estoy trabajando en dos nuevos proyectos que espero puedan estar disponibles pronto, si todo sale bien, dos historias diferentes pero que seguro te gustarán. Te dejo la sinopsis de ambas para que puedas tener un vistazo de lo que serán. ¡HE PECADO!Ámbar Hobbs, está experimentando un momento caótico en su vida, ha perdido a su novio, su mejor amiga se ha mudado a otro país, acaba de perder su empleo...¡Todo parece ir de mal en peor!Desesperada busca aliviar sus penas entrando a aquella iglesia... sentada en un banco, allí en aquel ambiente religioso, se entrega a las lágrimas, su
Sebàstian entró al bar y buscó con la mirada a quienes se habían convertido en su manada, amigos para quien en un tiempo fuese un lobo solitario, encontró a Adam sentado en una mesa, y caminó hasta él. —Adam... lamento llegar tarde. —Fui yo quién llegó temprano, amigo—se puso de pie y compartieron un rápido abrazo. —¿Dónde está Hugh?—Aqui estoy— el rubio llegó hasta ellos y compartieron saludos—lamento llegar tarde, la morena iba a reunirse con las chicas, y la niñera me canceló última hora, afortunadamente mi Leslie es una dulzura, se ha quedado con Gisella, dormida como la niña buena que es. —terminó, sentándose y sirviéndose un trago. —Yo acabo de llegar también, peor por lo visto quien lleva tiempo aquí es nuestro amigo. ¿Seguirás bebiendo de ese modo, Adam? —Tu no lo entiendes Sebàstian, para ti es fácil porque has logrado solucionar tus problemas y Gilliam está a tu lado. —Te equivocas, no fue nada fácil. De hecho, creoque ha sido de las cosas más difíciles que he hecho.
Gilliam, terminaba una ardía jornada laboral, estaba ansiosa por descansar y agradecía que fuese sabado y que tuviese el domingo libre. Descanso...Era justo lo que necesitaba. —Hey Gil, ¿Ya te vas?—ella se giró para encontrarse con John, le sonrió tímidamente. —Si, ha sido suficiente por hoy. ¿Está todo bien? —Si... bueno, verás... —Gilliam sonrió al ver su nerviosismo.—Vamos, Dillard, dilo de una vez. ¿Qué sucede?—He invitado a Maggie a salir...—Eso es increíble —le sonrió con amabilidad— ella es una chica muy dulce, dime qué ha aceptado. —Afortunadamente ha dicho que si.—¡Felicidades!, ¿Entonces por qué estás tan nervioso? —No quiero arruinarlo— dijo preocupado, mientras acomodaba sus gafas y pasaba sus manos nerviosas por su cabello.—¿Qué crees que debo hacer?—Creo que debes estar tranquilo, y debes ser tu, natural, no muestres fachadas que cuestan mantener, si ella es la indicada sabrá apreciarte en toda tu escencia, no debes esforzarte demasiado en caerle bien. —De a
Sebàstian se sentó a la mesa junto con sus padres, por primera vez desde que tenía tan solo diez años, tenía la oportunidad de escuchar a su madre.—No mentiré, ésto ha sido muy difícil para mí —suspiró— he tenido que trabajar muy duro para poder estar aquí sentado contigo en este momento. —Lo sé, y no imaginas cuánto lo agradezco, tu esfuerzo, y la oportunidad que me das. —dijo mientras asentía con el rostro, y Sebàstian pudo apreciar que parecía muy sincera. —Esto no solo te lo debía a ti, si no que me lo debía también a mí, al niño que fui, al adulto que ahora soy, y quiero que entiendas que esto no es una puerta abierta a mi vida, debemos trabajar en conjunto, si deseas enmendarlo, costará trabajo y dedicación que pueda volver a confiar en ti. —Es lo justo, estoy dispuesta a expiar mis culpas—aseguró Lauren—sé que te lastimé demasiado, a ti y a tu padre, sé que por años me has odiado Sebàstian, sé que no me acerco a ser una buena madre, y que ya eres todo un hombre... espero al
John entro a la habitación encontrando a la pelirroja sentada en la cama. Sintió pena en su corazón, al verla maltratada y aquella herida en su frente. —Hola...—la saludó acercándose, hasta llegar junto a ella. —Hola— le sonrió ella—gracias por venir a verme, los médicos dicen que estoy bien, me darán el alta por la tarde. Hubiese alcanzado a nuestra cita para comer y...—Nuestro encuentro es lo de menos ahora, me alegra que estés bien. —Tengo un buen ángel de la guarda—sonrió—Connie ha sido mi salvadora. —Al parecer todos necesitamos a una rubia dispuesta a defendernos—sonrió.— sentí tanta preocupación cuando Rita me llamó, ella pensó que me gustaría saber que estabas aquí. —Mis amigas siempre hacen lo correcto. Ella sabe cuánto te quiero—sonrió un poco triste— sé que estás enfadado conmigo y...—No es enfado —sonrió y se ajustó las gafas— realmente me imaginé una vida a tu lado, Gilliam, es duro cuando te arrancan las ilusiones de tajo. Siempre supe que me tenías cariño, pero q
—No debes disculparte— le dijo Gilliam observando la genuina preocupación de sus ojos. —Si debo, porque Nathalie te hizo esto por mi culpa—extendió su mano, tomando entre ellas la mano de Gilliam. —Gracias a Dios, Connie estaba allí. —¿Y si no hubiese estado?—preguntó con angustia— yo... es horrible todo esto. —Lo es, he estado pensando en tomar clases de defensa personal, hasta hoy no tenía conciencia de lo frágil y vulnerable que soy— respondió ella con una sonrisa burlona— una buena preparación para evitar problemas futuros. ¿Ella como está?—Muy mal, su cara ha quedado... algunos le llaman karma, es una pena por ella, pero son las consecuencias de sus actos. — no debes preocuparte por ella, sus actos tendrán consecuencias.—Solo quiero que esté lejos de mi. —Lo estará—asintió—Gil... no sé cómo decir esto, pelirroja. —Solo dilo—se encogió de hombros— si se trata de nosotros, creo que no hay mucho por decir, lo has dejado todo lo suficientemente claro, Sebàstian.—No sé cómo l
Gilliam presionó la mandíbula con fuerza, intentando que Nathalie no notaste lo desagradable que resultaba su presencia. Pocas veces se había cruzado con ella y lo agradecería, Nathalie era una persona poco grata. —¿Qué rayos haces aquí, Nathalie?, porque no creo que sea solo coincidencia. — le preguntó enojada. —Yo no creo que coincidencias, yo creo oportunidades. — le respondió con superioridad. —¿Me has estado siguiendo?—la miró con incredulidad,.intentando descifrar sus intenciones. —Te he estado siguiendo hace mucho, no eres tan inteligente después de todo. Conozco todo lo que has hecho últimamente, a los lugares que has ido, y hasta las visitas que has recibido en casa. —Bien, creo que estás mal de la cabeza y deberías buscar ayuda— inició su caminata hacía la salida, pero Nathalie la tomó con fuerza del brazo y la empujó de regreso dentro del baño. —¡Hey!—gimió Gil—no vuelvas a hacer eso.— le dijo enojada por la manera tan brusca que la trataba. —Ahora mismo me dirás a dó
Dos días habían transcurrido desde su regreso de Santorini, dos días en los que se sentía cada vez más miserable, había llamado a Sebàstian una vez, pero al notar que él no respondía, se obligó a desistir, no valía la pena intentar llamarlo, era obvio que él no respondería y se obligaba a sí misma a no someterse a ese daño. Aquél día ocurrió lo que no esperaba, su celular timbró... era John. Hubiese esperado que él no deseara hablar más con ella y de ser así, no podría haberlo culpado jamás. —Hola, John...—Hola... ¿Cómo estás?—Bien, bien—mintió, incapaz de explicarle lo que sucedía, por dos grandes motivos; el primero, no era justo con John hablarle sobre Sebàstian, y segundo, no creía capaz de hablarlo sin llorar. —¿Y tú?—Bien... yo... estaba llamando porque me gustaría hablar contigo, Gilliam, pero quisiera hacerlo en persona.— "Gilliam", era obvio que John se estaba esforzando por mantener la distancia emocional. —De acuerdo... ¿Vienes a casa, o voy a la tuya?—Hoy no me es
Sebàstian se tensó, su cuerpo entero se puso rígido, salto de la cama en un brusco movimiento y se colocó rápidamente su pantalón de pijama.No, no podía ser, Gilliam no podía haberse atrevido a pronunciar aquellas palabras... —Sebàstian... detente, por favor...—sin siquiera prestar atención a las palabras de la pelirroja, se dirigió a la puerta corrediza que separaba la habitación del pequeño porche que daba acceso a la piscina. Respiraba aceleradamente y sentía frustración, demasiada frustración...Gilliam saltó también de la cama y se envolvió en su bata de seda, pasó las temblorosas manos por su revuelto cabello, y se dirigió a la piscina, en busca de Sebàstian. Lo encontró cerca de la piscina, mirando a lo lejos, dónde el sol se había ocultado ya y solo reinaba la oscuridad, el mismo lugar que unas horas antes estaba dando un espectáculo a la vista del espectador con la puesta de sol, pero la pareja estaba muy lejos de querer apreciar su entorno. —Te lo advertí, Gilliam— dijo c