"Volviendo al presente"
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Gilliam, estaba feliz de poder contar con esas chicas. Ella era la mayor de cuatro hermanos, y no sabía si por fortuna o por capricho del destino, era la única chica, pues estaba seguida por tres hermosos hombrecillos. Alex, era el primero, sus ojos tan verdes como los de la misma Gilliam, o los de su padre. Miguel, era el segundo era un hermoso niño de cabello castaño y enorme sonrisa, y Diego era el consentido y preferido de la casa, no solo por ser el más pequeño, sino porque desafortunadamente hacia un año que el médico diagnosticó que Diego, sufría del corazón. Desde entonces el niño vive rodeado de cuidados y atenciones, ella como hermana mayor se veía perturbada y frustrada de no poder ayudar a su hermano.
Lo cierto es que Connie y Rita, eran esas hermanas que no había tenido, no eran hermanas consanguíneas, pero eran hermanas de corazón, como ella solía llamarles, amigas muy queridas.
Había conocido a Rita hacía ya muchos años, ella fue a la biblioteca en busca de material que respaldaran su tesis. La pelirroja había sido muy gentil con ella y la había atendido de forma atenta, había comenzado hacia poco como auxiliar de biblioteca y no quería que su jefa tuviese ninguna queja de ella, lo cierto es que su jefa; Liliana Mattew, dirigía aquella biblioteca con mano de hierro, pero era una oportunidad maravillosa el poder trabajar allí, así que ella la aprovecharía al máximo. A pesar de querer hacer bien su trabajo, había logrado congeniar con Rita, de inmediato, ella era de piel clara, de cabello oscuro y unos hermosos y enormes ojos grises. Desde aquel momento se volvieron amigas inseparables, iban a todos los lugares juntas, se brindaban apoyo en todo. Rita, era hija única y su madre había fallecido, entonces encontró en Gilliam, a esa hermana que nunca tuvo.
Pero eso no sería todo, porque el mágico dúo, se trasformaría en trío
Juntas asistieron a una fiesta de fin de año donde el anfitrión era un socio del padre de Rita. Ese socio resultó ser el padre de Connie. Al conocerse se habían sentido como un trío que fue separado hacia mucho, encajaban cómo piezas perfectas de un rompecabezas y afortunadamente se equilibraban y complementaban en todo. Aunque sus personalidades eran completamente diferentes, sabían que serían siempre amigas. Connie, era una rubia alegre, fiestera de hermoso y largo cabello rubio, además de unos ojos grises verdosos espectaculares, era consentida y caprichosa, pero una excelente persona. Su padre la consentía en todo lo que quisiera. La había dotado de una excelente educación, los mejores colegios, los mejores viajes... todo lo mejor para su princesa.
—Yo... he conocido a alguien.
—¿Has conocido a alguien?— preguntó Rita frunciendo el ceño.
—¿A qué te refieres Gil?— indagó la rubia mirándola con atención.
—Yo... digamos que tendré algo así como un nuevo jefe.
—¿Nuevo?, quiere decir que es un hombre.— Rita la miró sorprendida.
—Si, morena. Es un hombre.
—¿Joven?, ¿viejo?, ¿guapo?, ¿gordo?
—Calma, Connie— suspiró Gil— a decir verdad me esperaba a alguien mayor, pero no, es joven, muy atractivo, quizás...demasiado— dijo con la mirada perdida— es muy alto, de ojos grises, cabello oscuro y...
—¡Ya me dio calor!— dijo Connie abanicándose— si no tuviese a Adam, correría tras él.
—¿Quién es?— le preguntó Rita, muy seria.
—Es uno de los benefactores de la biblioteca. ¿Recuerdan que la semana próxima tendremos un evento literario, con varias editoriales?
—Si— dijo Rita.
—Un momento...— intervino Connie— ¿Me estás diciendo que semejante bombón, también anda entre libros?
—Pues si— le dijo encogiéndose de hombros.
—¡Maldición, debí ser bibliotecaria!— dijo riendo.
—El caso es que trabajaré directamente con él, por las próximas dos o tres semanas.
—¡Menuda suerte!—dijo la rubia.
—Yo no diría suerte— respondió Gilliam incómoda— ese hombre da miedo...además es un arrogante y orgulloso.
—Puede ser una simple fachada— conjeturó Rita— quizás le estás juzgando demasiado pronto.
—¡Es un descarado!— dijo elevando un poco el tono de voz.
—¿Por qué?—quiso saber Connie.
—Me dijo que tengo demasiada tensión acumulada.
—Eso es cierto— concordó Rita— has trabajado demasiado.
—Lo que lo hace un descarado— dijo roja como la grana— es que ha dicho que nada mejor para liberar mi tensión que una noche de buen sexo, y que él está disponible.
—¡Rayos!— dijo Rita.
—¡DIABLOS!— gritó Connie, riendo— ese hombre es de los míos. ¡Sencillamente encantador!
—¡ES UN ATREVIDO!— gritó Gilliam, y tanto la morena como la rubia rieron— yo... me hizo sentir muy extraña.
—¿Extraña, cómo?
—No lo sé, nunca antes me había sentido así— dijo desconcertada— aun tiemblo internamente y se me agita el corazón, su voz es... profunda, ronca... y él... no lo sé maldición, no lo sé.
—Logró encender la antorcha del deseo— dijo Connie— es sencillo cariño, el hombre te dejó excitada y con solo verlo, imagínate si...
—Cállate Connie— le dijo roja.
—Esto se pondrá interesante— dijo la rubia— veremos si el nuevo jefe, logra destronar al insípido de John, que por cierto, nunca te ha hecho parecer tan agitada— Gilliam, tuvo que reconocer que Connie, tenía razón, John, no la hacia sentir así, ni siquiera se acercaba a todo lo que había experimentado esa mañana.
Estaba mal, algo en ella estaba mal.
Se sintió un poco nostálgica, ella quería un amor... alguien que la hiciera suspirar, así como en las novelas románticas. Pensó en John, era un buen chico y realmente sentía que podía ser feliz junto a él, John la amaba y eso debía ser suficiente, no podía negar que era muy atractivo, rubio, de ojos verdes, lindo, agradable, alto y lo mejor de todo es que sentía que se la pasaba bien con él, aunque a veces pensaba que Connie, tenía razón, John, en ocasiones podía resultar... aburrido... no, aburrido no, mejor predecible. Resultaba que este Sebàstian despertaba en ella algo que no habìa experimentado nunca, ni con John, ni con nadie más.
Sebàstian ...Manejo por las agitadas calles con una media sonrisa en el rostro y es que nunca me imaginé que aquella visita a la biblioteca nacional, tendría como resultado conocer a una mujer como ella... Gilliam Warren, hasta el nombre era bonito. Ese lindo cabello, parece de fuego, es brillante y tentador. Sus hermosos pero inocentes ojos verdes, muestran ternura, calidez y mucha ingenuidad, una nariz perfecta, una linda boca... una muy tentadora boca.A pesar de que estaba tensa y nerviosa, dio una muy buena explicación de su trabajo, lo que demostraba que era una joven competente.Bella e inteligente, una deseada combinación, sonrió al recordar en cómo se había ruborizado ante su descarado comentario. Su reacción había sido el de una jovencita quinceañera que no conoce nada del sexo y sus beneficios. No creía que fuese virgen, quizás hasta hubiese tenido muchos amantes y aquello solo fuese una actuación. Sin duda alguna seria maravilloso que ella llamase y pudiese tener una gran
Después de llamar a Connie y Rita, como todas las mañanas, se dispuso a alistarse para ir al trabajo. Desayunó tranquilamente con la familia. —¿Podrías llevarme a la escuela, Gil?— le preguntó Alex. —Llevarnos, querrás decir—añadió Miguel— vamos a la misma escuela, puede llevarnos a ambos. —¿Y el transporte escolar?— preguntó Gilliam, frunciendo el ceño. —Es que quisiera llegar temprano—explicó Alex— tengo una evaluación muy difícil de mate y Loren, quedó en ayudarme a repasar si llegaba temprano. —No hay problemas— Gilliam, sonrió— apurémonos y saldremos juntos, los dejaré en el colegio y pasaré al trabajo. —¡Si!— dijo Alex, para volver su atención al plato. —Diego amaneció muy bien hoy— dijo Gilliam— madre me asegura que vendrán a casa hoy mismo, soy tan feliz. —Así es— dijo su padre sonriendo— solo son recaídas, es un chico muy fuerte. —Lamento tanto que tenga que pasar por esas cosas. Quisiera tener un corazón que darle.— dijo triste. —No te aflijas tesoro, estará bien.
Sebàstian, salió con una enorme sonrisa de su oficina, era obvio que la pelirroja había quedado muy perturbada, le gustaba, no había dudas al respecto y aquello era un punto a su favor, a la hora de seducir. Si había atracción física, la mitad del camino estaba logrado.No se había equivocado, aquella piel era tan suave, tan firme y tersa, tan fresca, era exquisitamente tentadora y ella, ella reflejaba tanta inocencia, tanta luz que la oscuridad en él debería sentirse intimidada, pero lo cierto es que muy en contra de las probabilidades no se sentía alejado, sino atraído hacia toda esa luz que ella emanaba, era como una tonta polilla tentada por todo aquel resplandor.Después de haber comprobado su piel, estaba ansioso por morder esos sensuales labios...Gilliam, se quedó en aquella misma posición por algunos minutos, mientras se concentraba en respirar, necesitaba hacerlo porque sentía que el aire no llegaba a sus pulmones. Nunca, en toda su vida, había conocido a alguien que tuviese
Mientras caminaba en dirección al ascensor, desesperada por alejarse de aquel lugar... alejarse de la tentación que representaba aquel oscuro hombre... y así, mientras se alejaba de él, se permitió recordar lo ocurrido hace ya un tiempo atrás...Todos esperaban ansiosos la llegada de John. Su padre le tenía mucho aprecio, lo consideraba un hombre inteligente y muy educado. Su madre lo definía como todo un caballero. Sus hermanos le tenían mucho cariño, siempre solía conversar de lo que más les agradaba. Su familia lo adoraba y aseguraban que él era la mejor opción para ella. Gilliam, se sentía confundida, si bien es cierto que toda su familia lo aprobaba, sus amigas decían que John, no era el hombre indicado para ella y eso la ponía muy triste ya que quería tener un compañero de vida que contara con la aprobación de todos. La opinión de sus amigas, era realmente importante para ella.Se esmeró en su aspecto aquella noche. Quería que John, la viese muy bonita, estaba realmente nerviosa
Gilliam, maneja directamente a casa, afortunadamente podría hacerlo y no debía volver obligatoriamente a la biblioteca. Su corazón estaba completamente descontrolado y aunque trataba de recuperar la calma temblaba internamente de tan manera que se exteriorizaba.¡Ese hombre estaba loco!¿Cómo se había atrevido a besarla de aquel modo?¡Era un desvergonzado!Lo peor de todo es que se sentía terrible, la imagen de un John entristecido no salía de su cabeza, aquello la estaba atormentando sobretodo porque John era un buen chico, ella lo quería mucho y se había comportado de maravilla con ella, y a cambio le había fallado, dejándose arrastrar por los besos de aquel hombre arrogante y misterioso, le causaba miedo, no podía evitarlo, algo en él le atraía hacia él, la otra parte lo repelía con fuerzas.Quería mantenerse alejada, tenía al hombre perfecto en su vida y no quería arruinarlo. Lo cierto era que nunca se había sentido así con solo un beso, estaba tan excitada que no podía calmarse.
Después de que Connie se marchara se fue a su habitación y se metió bajo las finas sábanas. No quería pensar en Sebàstian, pero no podía evitarlo...recordaba sus besos, sus caricias... la forma desvergonzada en la que se había entregado a aquella boca. Gimió horrorizada al recordar como lo había dejado hacer. Su teléfono sonó logrando sobresaltarla, lo tomó y suspiró al ver que era un mensaje de él... "Aún siento el dulzor de tu boca en la mía...sabes delicioso" El calor la inundó, a la vez que un escalofrío la recorría. Su corazón se agitó violentamente y quiso llorar de frustración, no debía sentirse así, no debía. Decidió no responder, solo habían transcurrido unos cinco minutos cuando su celular volvió a timbrar. "Estoy ansioso por besarte...por tocarte... por..." El desgraciado había dejado la frase inconclusa, permitiéndole así imaginarse un montón de cosas. "Puedes evitarme, ignorarme, pero jamás podrás engañarte, tu cuerpo me desea Gilliam Warren, tu cuerpo tiembla entre
Llegó a la puerta y casi suspira de satisfacción, colocó una mano sobre la perilla para abrirla, se detuvo cuando aquella enorme mano cubrió la suya. De inmediato sintió la cercanía de él, su cuerpo exageradamente cerca del suyo, tembló internamente. — Déjeme ir. — No puedes— le dijo y su aliento le rozó la oreja haciéndola estremecer— tenemos una reunión importante a las diez. — Necesito irme— gimió y recargó la frente en la puerta, mientras cerraba los ojos sintiéndose completamente vulnerable. Se tensó cuando el duro cuerpo masculino se apretó contra el suyo. — Solo quiero darte placer Gilliam, solo eso... ¿Què tan malo puede ser ceder a ésto que nos mantiene en tensión?... solo una noche Gil...— deslizó sus labios por el tembloroso cuello, haciendola cerrar los ojos y contener un gemido de satisfacción.— dame la oportunidad... — No...yo... tengo novio— dijo intentando desalentarlo. — No me importa, no es como si esperara que una impresionante mujer como tu, estuviese s
Gilliam, llegó a su habitacioón, arrojando el bolso lejos se desplomó sobre la amplia y cómoda cama, cerró los ojos... No podía soportarlo, tener a su jefe allí insistiendo en que se dejaran arrastrar por la pasión, pensar en que aquella noche deberían cenar juntos y por si todo eso fuese poco... John, estaría lejos, ¿Qué era aquello?, ¿Una conspiración del destino?, reconoció para si misma que estaba perdiendo la batalla, con cada instante que pasaba su voluntad y fortaleza eran probadas, y aunque nunca había sido una joven pasional o entregada a las necesidades carnales, aquel oscuro hombre despertba en ella una necesidad que nunca antes había tenido... —Debes ser fuerte Gilliam...— se dijo con un suspiro— ¿Como puedo ser fuerte cuando el deseo me está consumiendo?— se preguntó a sí misma. Odiaba que él tuviese razón, parecía conocer su cuerpo sin siquiera hacer el mínimo esfuerzo... —¡Tienes novio, Gil!— se dijo con frustración— ¡Comportate!— se reprendió—¡No puedo!— se respondió