Artem recibió esa mañana una llamada de su exesposa, literalmente le había gritado que su hija estaba fuera de control y que se fue de casa y no sabía de su paradero.
Debra, así se llamaba la joven, siempre tuvo una personalidad compleja y explosiva. En ese momento, se estacionó frente a él un descapotable rosa chillón. Su hija llegó con su aire autosuficiente.
—¡Qué hubo, Carl!
—Señorita Nader.
—Oh, dime Debra —le guiñó el ojo—, papá.
Le dio un beso en la mejilla y él admiró a su preciosa hija de cabello rosa. Sí, usaba ese rosa pálida muy llamativa. Por cierto, la joven miró a todos lados y le preguntó.
—¿Este es tu nuevo juguete?
Observó ella mirando en torno con curiosidad.
—Sí, lo acabo de comprar.
—Vaya, ya sé de dónde saco la manía de comprar a lo grande —sonrió.
—Yo compro activos para trabajarlos, no como entretención —admiró a su hija—, ¿sucede algo?
El rostro de la joven se iluminó y entonces le anunció.
—Te vine a dar una gran noticia.
Artem no creía en las buenas noticias, muy aparte de sus éxitos laborales, pero cuando su hija decía una GRAN NOTICIA, era algo que lo afectaría y mucho.
Ella acariciaba la corbata de su padre, era de seda y de un color fuerte que le daba un toque sobrio y elegante.
—Te ves genial.
—¿Puedes decirme ya la noticia?
—Oh, la gran noticia —entonces anunció—. ¡Voy a vivir contigo!
Eso no se lo esperó y su hija sonreía emocionada.
—¿Vivir conmigo?
—Claro, me matriculé en la escuela de aquí y pienso que vivir juntos es lo mejor.
Tenía que estar muy listo con su hija enseñada a hacer lo que quisiese.
—¿Qué dice tu madre?
—Ella tiene novio nuevo y está entretenida con él.
—Ah.
La chica se empinó a besarlo con cariño en la punta de la nariz.
—Anda, papi, anda.
Artem no podía dejarse seducir por los cariños de su voluntariosa hija.
**
Alina llegó en ese momento y vio la escena con horror: ¡un hombre maduro seduciendo a una criatura y a plena luz del día! Se acercó molesta y lo encaró.
—¿Acaso no tiene vergüenza?
Artem vio a la bella dama con mirada de furia.
—¡Es solo una niña y usted podría ser su padre!
Debra miró a su padre, que estaba sorprendido ante la confusión de la bella dama, pero en vez de desmentir el asunto, de pronto comentó.
—Ya lo saben, querido —le guiñó el ojo—, saben que tú eres mi amor eterno.
Alina, escandalizada, le dijo a la chica.
—¡Niña por Dios! Si este hombre te orilló a algo malo, puedes dejarlo, no vale la pena.
—Dejar su dinero, jamás.
Alina estaba sorprendida con su respuesta, no se lo esperó y le dijo a la pareja.
—Dios tenga misericordia de usted y tú, niña, agarra juicio.
Alina se fue a la reunión.
**
Ellos se miraron sorprendidos y su hija comenzó a reír a pierna suelta divertida con lo pasado.
—Ella creyó que tú eras mi suggar daddy, ¡qué risa!
—No debiste decir eso, ahora piensa mal de mí.
—Vamos —le guiñó el ojo y le dijo a su padre—, ya lo sabrá luego, ahora, dime, papito, ¿puedo vivir contigo?
—Debra. Tengo una reunión importante, luego hablamos. Tu madre dijo muchas cosas, más bien las gritó.
—No me dejes sola en esto, además ya me inscribí en una preparatoria de aquí.
—¡Qué!
—Sabía que accederías y además necesito dinero.
—¿Para qué?
—Vida nueva, ropero renovado.
Sacó de su billetera una de las tarjetas y Debra, aplaudió emocionada, riendo de sus travesuras.
**
Artem estaba avergonzado y de alguna forma debía aclarar ese malentendido que su hija había causado. Entró sofocado a la reunión con el personal, vio la mirada censora de la bella mujer que no dejaba de verlo directamente a los ojos. Cielos era la situación más incómoda que había pasado en su vida.
Entonces comenzó la reunión y se presentó.
—Buenas tardes a todos, soy Artem Nader, nuevo dueño de la Cadena Global Capital, ahora Nader Global.
Francis se acomodó en su puesto, estaba muy interesante el sujeto.
—Quiero decirles que el trabajo que han hecho para la cadena ha sido muy gratificante.
Alina entonces lo interrumpió.
—¿Nos va a despedir?
—No, me siento satisfecho con todo lo que han hecho. Revisamos sus desempeños en los diferentes programas, él pegue del ranking en cada uno de ellos y sus redes sociales.
—¿Por qué todo eso? —preguntó Emmet.
—Para ver cómo su presencia y acciones influyen en los televidentes.
—Muchos de ustedes son bastante mediáticos y eso me agrada, porque para mí la imagen lo es todo.
Alina hizo una mueca, para ser alguien que andaba con muchachitas y a plena luz no cuidaba su imagen. Artem continuó con su presentación.
—Mi objetivo es crecer y hacer brillar la cadena televisiva.
—Para que gane más dinero —soltó Alina.
Artem respondió con tono afable.
—Para que todos ganemos más dinero.
—¿Entonces no habrá despidos? —preguntó ella y añadió—. Pero entendería si eso es así, como dicen nuevo dueño, todo nuevo.
—Ese no es mi objetivo… señora…
—West, Alina West.
Francis la miró sorprendida, se había sacado el apellido de casada.
—Señora West, mi objetivo es optimizar la Cadena, así que estoy presto a escuchar sugerencias para aumentar el rating esta temporada.
—Podemos hablar sobre la pederastia y la explotación sexual.
Francis miraba sorprendida a Alina.
—Es un buen tema —dijo un poco incómodo.
Todos se miraron y Alina dijo en voz baja.
—Maldito, pervertido.
Francis la escuchó y le preguntó.
—¿Qué tienes contra el tipo?
—Es un pederasta que seduce a los adolescentes, ni más ni menos.
Eso le pareció a Francis toda una ganga y en un descuido tecleó unas cosas en su móvil.
El secretario de Nader les indicó.
—La próxima reunión para el programa Mujeres en Alto, será el viernes dos de la tarde.
Artem sonrió, se notaba incómodo y salió con su personal privado. Francis le preguntó a su amiga.
—¿Qué fue todo eso?
—Uno ve cada cosa, ahora a pensar en ideas, no se me ocurre ninguna.
—¿Lo viste con una niña?
Alina miró a su amiga con sorpresa.
—¿A Nader? —la vio asentir y le confío—. Sí, el tipo le daba a esa niña su tarjeta y la pobre criatura. Una nena tan linda, fascinada con él.
—Eso es de grueso calibre, pensé que un tipo como Artem Nader no necesitaba incentivos extras.
Alina molesta le comentó.
—Hombre es hombre.
Entonces le contó lo que sabía de él.
—Es divorciado de una actriz, la bella Dexla Blas, duraron como 10 años hasta el escándalo —agarró aire para contarle—. La descubrió teniendo sexo con un joven artista, el que ya no es tan joven, Peter Rolex.
Toda una piraña, sin duda, era el héroe de la franquicia de superhéroes del momento.
—Se ha mantenido solo desde entonces, alguna que otra vez se lo ve con mujeres maduras, pero nada concreto.
Alina le comentó lo visto.
—Creo que optó por un mercado más joven y difícil de exhibir en público; en fin, este mundo está loco.
Estaba molesta, fastidiada por todo lo pasado en su vida. Siempre ser dejada por alguien más es ya penoso, pero cuando es más joven se vuelve más doloroso.
Se miró al espejo, ni arrugas se le notaban, su cabello era sedoso, su cuerpo esbelto. Dios, se sentía como modelo anticuado y no debía ser así.
**
Cuando Adler llegó a casa, encontró a su madre tomando un té y sonrió.
—Hola, ¿todo bien?
—Sí, tengo que hacer una propuesta para el próximo programa y no sé de qué tratar.
Su hijo entonces le comentó.
—Habla sobre el divorcio.
—Es un tema bastante triste para mí y reciente.
—Pero es un buen tema, ¿podrías decir cómo te sientes, apuesto que hay muchas mujeres en tu situación?
—Lamentablemente sí.
Sonó su móvil y vio que era su padre e hizo una mueca y le contestó.
—¿Qué quieres?
—¿Qué forma de hablarme es esa, Adler?
—¿Qué quieres? —volvió a repetir.
—Quiero verte, te invito a comer en tu restaurante preferido.
—No tengo hambre.
—Tenemos que hablar —dijo con firmeza.
—Creo que ya lo has dicho todo con tus actos —le cerró.
Alina miró a su hijo tan dolido y no sabía cómo ayudarlo, pues ella también sufría con todo lo pasado.
**
Luke miró el móvil con suma atención y molesto maldijo. Madison salió y se plantó molesta frente a él.
—¿Y ahora qué?
—Mi hijo no quiere verme —tiró el teléfono al suelo—, ¿ves lo que ocasionaste?
Madison le dijo entonces.
—No tengo la culpa de que tu hijo sea un malcriado resentido.
—Adler es un buen chico.
Entonces pensó.
—Tal vez la madre le está llenando la cabeza, ya sabes cómo es eso.
—¿Alina?
—Por favor, no la hagas tan santa —entonces dijo con un ligero dolor—. Yo haría eso, si fuese mi caso.
—Alina no haría eso, ella es diferente.
Madison se cogió el vientre y puso rostro de dolor.
—¡Me estás echando la culpa de tus problemas! —se quejó—. ¡Me duele!
—¡Qué!
—¡El bebe!
Buscó sentarse quejándose y él se acercó asustado.
—¿Te pasa algo?
—Llévame al hospital.
Salió con ella inmediatamente al hospital, donde la atendieron de urgencias. Luke sería padre de nuevo.
Hola, hola, esta novela es para ti.
Alina se acercó al cuarto de su hijo y lo encontró con sus audífonos puestos y con semblante triste y le mostró galletas, oreo y leche.—Esto te va a animar.El chico se sacó los audífonos y sonrió emocionado.—Son mis favoritas.—Lo sé.Se sentó a mirar a su hijo comer.—¿Qué te dijo tu padre?—Ese marrano no es mi padre.Ella lo miró sorprendida y entonces lo retó.—Hijo, pese a todo, él es tu padre y te ama.—No lo considero de esa forma. Él no me ama, no te ama.—Hijo, aunque las cosas no funcionaron entre tu padre y yo, eso no te separa de él.Entonces Adler le preguntó.—¿Por qué no tuviste más hijos?Ella procedió a contarle.—Después de que naciste, tomamos esa decisión para dedicarnos completamente a tu cuidado.—Mamá, ¿de qué sirvió todo eso?—Hijo, no me arrepiento de nada, te amo.—Quiere que cene con él, habla como si no hubiera hecho nada.Alina fue clara con su hijo, después de todo siempre Luke sería su padre.—Cariño, él me dejó a mí, no a ti, y eso, grábatelo en la me
Debra era una joven con mucha personalidad, nunca se amilanaba ante nada y en su primer día de clase debía arrasar. Entró al curso y dio una mirada rápida, vio al chico taciturno y guapo leyendo un libro y se acercó a él.—Hola.Adler la miró, le pareció bastante pedante esa chica.—Hola.—¿Cuál es tu rollo?Adler no entendió su jerga y ella continuó.—Pareces deprimido o tienes cara de lamento, no sé.—Tengo problemas.—Wow, como todo el mundo —entonces como si se tratara de nada—, mira, se me rompió una uña y no hago drama.Adler la miraba con asombro, ¿se estaba burlando de su dolor? Y le dijo:—Escucha, no me caes bien.Oh, ese chico era un estúpido y ella una loca irracional.—Dramático.—Bruja.—¡Te hechizo! —movió sus manos.—¿Qué es eso?—Un hechizo, estás hechizado o ¿qué piensas que hacen las brujas?, nene.Adler, fastidiado, le respondió.—Idiota.Ella se fue molesta y se sentó en su puesto, entonces iniciaron las clases, hasta que…Entraron unos chicos con disfraces y tambo
Adler sintió que era una reverenda locura haber seguido a la chica del cabello rosa, por lo menos sus compañeros se divirtieron un tanto. Él, por contrario, se sintió más solo y terminó hasta maltratado.Cuando vio su casa, se sintió bastante triste, se quedó viendo el jardín en donde corrió junto a su padre de chico. Sentía que vivió por mucho tiempo en una mentira, se recostó en el volante a recordar a su padre tan totalitario y recto para ciertas cosas y tan torcidas para otras.Revisó su móvil y vio varias llamadas y mensajes de su padre.«Hijo, tu hermana ya nació».«Deseo hablar contigo, por favor».«¿Podemos cenar? Hijo, por favor».Y así había muchos textos, no quería llorar, pero en verdad se sentía decepcionado y se lo puso en un texto.«No quiero verte, me has decepcionado. Ya nada va a ser igual y no sabes cómo me afecta. Siento que te has llevado nuestra paz mental y espiritual».Se lo envió, se cogió la cabeza y le llegaron las fotos de la fiesta de la loca del cabello ro
Francis, era una mujer muy picante, siempre decía lo que pensaba, pero sus frustraciones en el plano personal le dieron cierta maldad. Esa noche había citado a Luke en un restaurante, lo encontró más delgado y ojeroso, pero con ese aire de quien no le importa nada más que su persona.—No sé qué vio Alina en ti.—Vio que soy un hombre viril e inteligente. ¿Cómo lo viste tú en su momento?—Es cierto que tuvimos nuestra aventura, siempre deseé una relación con el marido de una amiga.—Y te jugó el número conmigo.—Me diste chance fácilmente —entonces le preguntó—. ¿Qué tal tu nueva paternidad?Hizo un gesto de fastidio y respondió.—Apenas si duermo.—Fuiste tan descuidado, siempre hiciste las cosas bien y ahora te dejas engañar por una mujercita, Madison es una piraña.Era cierto, Madison lo envolvió y le hizo esa pasada; tenía que reconocer que había bajado la guardia. Preguntó preocupado.—¿Cómo está, Alina?—Mal, la suspendieron.—¿Suspendida?—Sí.—¿Por qué?—Un malentendido, ahora n
La voz de Luke se escuchó alterada.—¡Qué!—Esa mujer le está haciendo un escándalo a mi mamá.Cerró molesto y Alina miró sorprendida a la joven mujer.—¿Qué quieres aquí?—Vine a decirte, Alina West, que no me vas a quitar a mi marido.Adler se le fue encima.—¡Destructora de hogares!—Salvé a tu padre de esta mujer.—¡Falsa, hipócrita!—¡Tengo una hija con tu padre y voy a defender mi hogar!Alina no daba crédito de lo que le estaba pasando y le ordenó.—¡Sal de mi casa!Madison vio todo y entonces le dijo muy segura.—Pronto será mi casa, quiero todo lo que tienes.Adler, fuera de sí, le gritó.—Fuera de aquí, bruja.Ella reía y les dijo molesta.—Solo deseaba que supieras que no te dejaré a Luke, se acabó todo eso, ¿entiendes o estás senil?Alina miraba a esa mujer con horror, nunca esperó ser perturbada por la amante de su exesposo.**Artem tenía un problema de cabello rosa. Su hija bajaba en esos momentos pavoneándose como la princesa del mundo.—Tenemos que hablar, Debra.—Papi
Alina llegó a la oficina de su ex y la secretaria se puso nerviosa.—Señora Dixon.—Ya no soy Dixon, soy Alina West.—El señor… él llegó muy nervioso y no desea que lo molesten.—No me importa cómo llegó, tengo un asunto que tratar con él.Entró en la oficina y Luke al verla, se emocionó y se levantó a recibirla.—Alina.Ella le dio una bofetada que lo hizo tambalear y le dijo a su ex.—¡Cómo te atreves a permitir que esa mujer altere la vida de tu hijo!—Espera… Calma, mujer.—Está bien, lo nuestro terminó, pero no te permito que esa mujer invada mi casa insultándome y alterando a mi hijo.Luke se sobó el rostro, tenía mano dura a Alina.—Lo siento, lamento que Madison hiciera ese escándalo, es joven e impulsiva.—No me importa lo que sea, defiendo a mi hijo y sus intereses.—Lo siento, hablaré con ella… —Al verla así de alterada, le preguntó—. ¿Cómo estás tú?—Eso no es relevante, no te debe interesar.Giró en redondo y él le dijo.—Siempre me importarás.—No te creo, solo mantén a e
—¿Esa es Alina?—No… Bueno, se parece, pero no lo creo —se negaba a creer que su exesposa estuviera sentada con otro hombre almorzando—. Debe ser alguien parecido.—Vamos a ver.Tuvo que ir de mala gana y Alina degustaba un delicioso plato junto a Artem, pues los chicos se habían empeñado en traerles postres.—Háblame de tu proyecto, Alina.Ella, un poco tímida, le respondió.—Es algo muy personal, es más, no sé por dónde comenzar.—Siempre es bueno comenzar por el principio, tal vez pueda ayudarte.Ella le dijo resuelta.—No necesito ayuda, voy a realizar este proyecto por mi cuenta.—Loable, pero si me necesitas estaré dispuesto a darte la mano.En ese instante, la voz de Luke se escuchó.—¡Alina!Alina no esperó verlo de nuevo tan pronto.—Luke.Luke miró al sujeto que la acompañaba y este era muy buen mozo, se veía muy fiero.—¿Qué estás haciendo aquí?—Almuerzo con Artem…—¿Con quién?Artem se presentó en ese instante.—Artem Nader.El amigo de Luke se dijo impresionado.—El dueño
—¿Vas a contarme o tendré que torturarte?—No sucede nada.—¿Saldrás con Artem Nader?—No es lo que piensas, estoy realizando un proyecto personal y él se ofreció a analizarlo.—¿En serio?—Sí, y espero lograr algo.—Es un hombre bastante apuesto, ¿no crees?—Tiene lo suyo.Francis brindó por eso y le dijo con picardía.—Quisiera ya tener algo suyo y si es su chequera mejor.Entonces preguntó.—¿A dónde irá Adler el fin de semana?—Pasará una noche en una fogata, es un evento juvenil.—Suena muy interesante —le servía cerveza—. Adler es un chico afortunado.—Ni tanto… Ha perdido la comunicación con su padre y eso me duele, ni siquiera pudo decirle nada sobre el paseo.—¿Entonces Luke no sabe nada?—Justo cuando iban a hablar de eso, pasó lo de la loca esa.—¡Qué pena!Alina sonrió y no añadió más al asunto, pero Francis se hizo la película en su cabeza y llamó a Luke.—Te tengo noticias —estaba un poco ebria—. ¿Quieres escucharlas?—Francis, ahora no…—Tu exesposa, Alina, va a salir el