Perdón confundí las novelas. Ya pueden disfrutarla en el orden en el que va.
La voz de Luke se escuchó alterada.—¡Qué!—Esa mujer le está haciendo un escándalo a mi mamá.Cerró molesto y Alina miró sorprendida a la joven mujer.—¿Qué quieres aquí?—Vine a decirte, Alina West, que no me vas a quitar a mi marido.Adler se le fue encima.—¡Destructora de hogares!—Salvé a tu padre de esta mujer.—¡Falsa, hipócrita!—¡Tengo una hija con tu padre y voy a defender mi hogar!Alina no daba crédito de lo que le estaba pasando y le ordenó.—¡Sal de mi casa!Madison vio todo y entonces le dijo muy segura.—Pronto será mi casa, quiero todo lo que tienes.Adler, fuera de sí, le gritó.—Fuera de aquí, bruja.Ella reía y les dijo molesta.—Solo deseaba que supieras que no te dejaré a Luke, se acabó todo eso, ¿entiendes o estás senil?Alina miraba a esa mujer con horror, nunca esperó ser perturbada por la amante de su exesposo.**Artem tenía un problema de cabello rosa. Su hija bajaba en esos momentos pavoneándose como la princesa del mundo.—Tenemos que hablar, Debra.—Papi
Alina llegó a la oficina de su ex y la secretaria se puso nerviosa.—Señora Dixon.—Ya no soy Dixon, soy Alina West.—El señor… él llegó muy nervioso y no desea que lo molesten.—No me importa cómo llegó, tengo un asunto que tratar con él.Entró en la oficina y Luke al verla, se emocionó y se levantó a recibirla.—Alina.Ella le dio una bofetada que lo hizo tambalear y le dijo a su ex.—¡Cómo te atreves a permitir que esa mujer altere la vida de tu hijo!—Espera… Calma, mujer.—Está bien, lo nuestro terminó, pero no te permito que esa mujer invada mi casa insultándome y alterando a mi hijo.Luke se sobó el rostro, tenía mano dura a Alina.—Lo siento, lamento que Madison hiciera ese escándalo, es joven e impulsiva.—No me importa lo que sea, defiendo a mi hijo y sus intereses.—Lo siento, hablaré con ella… —Al verla así de alterada, le preguntó—. ¿Cómo estás tú?—Eso no es relevante, no te debe interesar.Giró en redondo y él le dijo.—Siempre me importarás.—No te creo, solo mantén a e
—¿Esa es Alina?—No… Bueno, se parece, pero no lo creo —se negaba a creer que su exesposa estuviera sentada con otro hombre almorzando—. Debe ser alguien parecido.—Vamos a ver.Tuvo que ir de mala gana y Alina degustaba un delicioso plato junto a Artem, pues los chicos se habían empeñado en traerles postres.—Háblame de tu proyecto, Alina.Ella, un poco tímida, le respondió.—Es algo muy personal, es más, no sé por dónde comenzar.—Siempre es bueno comenzar por el principio, tal vez pueda ayudarte.Ella le dijo resuelta.—No necesito ayuda, voy a realizar este proyecto por mi cuenta.—Loable, pero si me necesitas estaré dispuesto a darte la mano.En ese instante, la voz de Luke se escuchó.—¡Alina!Alina no esperó verlo de nuevo tan pronto.—Luke.Luke miró al sujeto que la acompañaba y este era muy buen mozo, se veía muy fiero.—¿Qué estás haciendo aquí?—Almuerzo con Artem…—¿Con quién?Artem se presentó en ese instante.—Artem Nader.El amigo de Luke se dijo impresionado.—El dueño
—¿Vas a contarme o tendré que torturarte?—No sucede nada.—¿Saldrás con Artem Nader?—No es lo que piensas, estoy realizando un proyecto personal y él se ofreció a analizarlo.—¿En serio?—Sí, y espero lograr algo.—Es un hombre bastante apuesto, ¿no crees?—Tiene lo suyo.Francis brindó por eso y le dijo con picardía.—Quisiera ya tener algo suyo y si es su chequera mejor.Entonces preguntó.—¿A dónde irá Adler el fin de semana?—Pasará una noche en una fogata, es un evento juvenil.—Suena muy interesante —le servía cerveza—. Adler es un chico afortunado.—Ni tanto… Ha perdido la comunicación con su padre y eso me duele, ni siquiera pudo decirle nada sobre el paseo.—¿Entonces Luke no sabe nada?—Justo cuando iban a hablar de eso, pasó lo de la loca esa.—¡Qué pena!Alina sonrió y no añadió más al asunto, pero Francis se hizo la película en su cabeza y llamó a Luke.—Te tengo noticias —estaba un poco ebria—. ¿Quieres escucharlas?—Francis, ahora no…—Tu exesposa, Alina, va a salir el
—¡Qué estás diciendo!—Hablaré con mi abogado, pelearé la custodia de Adler, no confío en ti para cuidarlo.—Eres un… ¡No te daré a mi hijo!—Bien, perfecto —intervino Artem—. Nos veremos en los tribunales, le encantará al juez saber que tenía una amante joven desde hace tres años; si hablamos de integridad moral, la de Alina está intacta.Luke balbuceó y Artem dio la estocada final.—Mis abogados se contactarán con el suyo para hablar del caso.Luke miró a Alina con sorpresa y dijo resuelto.—Veremos, entonces.Salió molesto como nunca lo vio en su vida.—No debiste decirle eso.—No puedes dejarte intimidar, lo que ese sujeto desea es quebrarte para que te sientas acorralada. Sé cómo es esto, lo viví.—Le dije a Adler que hablara con su padre y él está muy molesto.—Lo sé y debes de entenderlo, la vida que él tenía fue toda una mentira, eso duele.Alina se sentía incómoda, nunca vio a Luke fuera de sí.**Luke estaba ardido por la confrontación con el modelito millonario y decidió ir
Alina se miraba al espejo de la boutique del resort, le caía como un guante, hermoso y elegante, y la vendedora sonrió.—Se ve radiante, increíble.—Gracias por decirlo.—Es de mis presentadoras favoritas, me extrañó no verla de nuevo.—Estoy de vacaciones.—¡Espero que los disfrutes mucho!Salió con sendas fundas y pensando cómo estaba cambiando su vida. Adler jugaba en la piscina junto con Debra y ella estaba definiendo su vida.A la hora del almuerzo se reunió con Artem en el comedor.—¿La estás pasando bien?—Sí, hace tiempo que no salía de vacaciones y es relajante.—Conmigo vas a salir a muchas partes, deseo mostrarte algo —sacó una tablet ultramoderna y le mostró las portadas de los distintos proyectos que habían encargado—, espero que te gusten.Ella miraba fascinada todo y sonrió emocionada.—Se ven divinos.—Puedes cambiar lo que desees.Alina miraba emocionada las distintas propuestas.—Es como ver un sueño hecho realidad.—Así es.Sonrió conmovida. Artem pidió unos cocteles
IntroducciónTodo era perfecto, podía sentir la suavidad de la seda debajo de su piel, el puesto de Luke estaba tibio, su perfume a pinos de otoño perduraba, pasaba su mano con adoración. Su esposo lo era todo para ella.Escuchó la puerta abrirse y Luke entró sosteniendo una charola con un desayuno para dos, se irguió como una cobra en celo, lo miró detenidamente: no usaba camisa, era muy sexi, y la bragueta de sus jeanes estaba abierta. Alina se emocionó y dio palmadas en la cama.—Te quiero aquí, nene.—Ya me tienes, nena.Se sentaba junto a ella con esa sonrisa que podía derretir el mundo.—¿Y todo esto es para mí?Acariciaba su pecho firme. Dios, era todo un bizcocho sexi, siempre atlético y fuerte; sus 40 años los llevaba con dignidad.—Te ves divino, querido.—Divino para una diosa —besó sus labios—. Te amo, Alina.—¿Me amas como cuando nos conocimos?—Como hace miles de años.Se besaban, el desayuno olía divino y competía con su aroma. Alina solo deseaba tirarlo en la cama y de
La Cadena Global Capital había cerrado trato con el importante magnate de los medios, Artem Nader, un hombre poderoso que en sus inicios fue modelo para una perfumería famosa. Era un hombre de metro ochenta, fornido en su musculatura, mandíbula recta y con barba ligera que le daba un aspecto rudo.En ese momento recibió su nueva adquisición. Su secretario le explicaba las bondades del entorno.—La cadena tiene varios programas de éxito, en este momento se lleva a cabo uno de los más populares —consultó con su tableta—. El público objetivo es mujeres amas de casa.—Entiendo.Caminaban por las instalaciones y revisaban su tableta con atención.—Tiene una reunión con el departamento financiero y una propuesta de la agencia publicitaria sobre el relanzamiento de la cadena.Algunos programas se estaban realizando en esos momentos y varios tenían público. Eso le gustó mucho, le gustaban los negocios que marchaban y poder darles un toque más sofisticado.Su secretario le nombraba los program