Camila Jansen es una traficante de pocas pulgas. Chase Ritter es un sicario despreocupado. Ellos han sido vecinos por 3 meses sin siquiera saber que vivían en el mismo vecindario, hasta que Camila, harta de las fiestas interminables de Chase, explota y decide confrontarlo. Una pelea, una declaración de guerra y odio es solo el inicio. Como si eso no fuese suficiente, su jefe la asciende como sicaria, sin saber que tendrá que soportar a Chase como su compañero de trabajo.
Leer másChase:Me muero por tocarla, quiero tomar su cintura o cualquier parte de ella y aferrarme con fuerza, pero no lo quiero arruinar. Camila me está besando, pero sé que es por la adrenalina que envuelve todo su sistema.Ella se ha dejado llevar por las intensas emociones que experimentó, pero no me ha dado permiso de tocarla, por lo tanto, debo reunir toda mi fuerza de voluntad para no sucumbir al deseo.Los movimientos de sus labios sobre los míos son hábiles, rozando su lengua en ciertas ocasiones, enviando vibraciones en mi parte baja. Aunque no pega su cuerpo al mío, la mano con la que sostiene mi nuca se aferra con fuerza, clavando sus uñas en mi piel. Un gruñido se me escapa; muerde mi labio inferior y aparta sus labios, uniendo nuestras frentes.—Gracias por cumplir tu palabra.—susurra con la voz entre cortada.—Me deje llevar, lo siento.—No te disculpes.—planto un fugaz beso en sus labios.—He esperado mucho tiempo por solo un beso.—Tengo ganas de ti... Pero tengo miedo.—confiesa
Camila:Los gritos desgarradores que Lasko emite conforme voy avanzando, vertiendo sus dedos en ácido, me hacen sentir viva. La satisfacción de que está sufriendo mucho más de lo que lo hice yo me invade con tanta intensidad que no deseo detenerme.Cuando he terminado con su mano derecha, dejo el contenedor sobre la mesa metálica.—Lo necesito de pie.Chase y Seth se acercan y lo obligan a levantarse, ajustando las cadenas por encima de su cabeza, para mantenerlo en esa posición.Tomo las tijeras de jardinería que se encuentran en la mesa y me posiciono detrás de él. Corto su camisa, dejando al descubierto su piel y dejo las tijeras en su lugar.Lo rodeo para estar cara a cara. El terror en su mirar intenta ser disimulado por la ira que refleja su rostro; algo sumamente contradictorio.—¿Alguien tiene un cinturón?Mazón se despoja del suyo y me lo entrega.Una sonrisa ladina se dibuja en mi rostro al ver su expresión.—¿Esto te recuerda a algo? —cuestiono entre dientes.El niega en res
Camila:Por la mañana, Mazón preparó desayuno para los 3. Una deliciosa avena con arándanos que no logré comer ni una cuarta parte; por más que Chase intentó persuadirme, no pude avanzar mucho en ello, el solo saborear la comida me causa náuseas.Chase dijo que un paso a la vez, que no importaba si comía una cucharada o todo el plato, que estaría orgulloso de mi en cualquiera de los casos.Después llegó una charla incómoda entre Mazón y yo; preguntaba sobre Harvard y con toda la pena del mundo tuve que ser sincera.—Te vas a Harvard en 3 meses, ya está pagada toda tu estadía allá. —soltó de la nada.—Yo... No deseo ir a Harvard. Ya no.—¿Por qué? —cuestionó seriamente.—Mis prioridades han cambiado...—Camila... Esto es lo que siempre has querido.—¡Pues ya no lo quiero! No quiero huir fingiendo que nada pasó, que todo fue solo una horrible pesadilla y que allá lo olvidaré. No quiero sentirlo de esa manera.El comedor se sumió en completo silencio, mientras Chase y Mazón me observaban
Camila:—Chúpalo, Gema. —ordena Lasko.—Por favor, no. Piedad. —suplico entre lágrimas.—He dicho que lo chupes, m*****a zorra. Te castigare si no lo haces. —sujeta con fuerza mi cabello.Acerca su asqueroso miembro a mi boca y las arcadas se hacen presente.—Abre la boca y se una buena putita.Abro la boca y la mandíbula me tiembla, entonces él se empuja hasta el fondo de mi garganta. Embiste hasta que se corre, procedo a vomitar sobre él. Me voltea la cara de una bofetada, dejándome tendida sobre la cama, se monta sobre mí, me inmoviliza y con una mano me estrangula mientras con la otra me golpea a puño cerrado. Intento liberarme y protegerme de su ataque, pero es demasiado.—¡Por favor, me duele! —imploro.—¡Cállate, zorra! —vocifera.Ahora, ambas manos están alrededor de mi cuello, asfixiándome.—No...Puedo...Respirar. —digo con dificultad.—Morirás como la perra malparida que eres.Despierto exaltada, observando a mi alrededor. El sudor se acumula en mi frente y estoy temblando. L
Camila:Ha pasado un mes desde la última vez que miré a Chase; desde que lo destruí, lo reducí a cenizas ante mí. Creo que tomé sus palabras demasiado en serio. Aunque él no lo dijera, sé que estaba sufriendo tanto como yo; lo podía ver en sus ojos, en las veces que me hacía la dormida y él estaba ahí, en las penumbras de la noche, cuidando de mí. Él lloraba y se lamentaba, eso me estaba matando, porque el simple hecho de tenerlo cerca me asfixiaba, suprimía todo el oxígeno de mi sistema, reemplazando todo lo que siento por él, en miedo.Aquel día en la azotea, ni siquiera pensé en lo que estaba haciendo, mi corazón se sentía tan roto, tan punzante, desgarrando cada parte de mi alma con sus afilados pedazos.Cuando llegamos al despacho de Mazón, simplemente entré a su oficina, lo saludé, charlamos un poco, después le dije lo mucho que lo amaba y que jamás olvidaría todo lo que hizo por mí, me retiré con la excusa de que iría al baño y terminé cediendo a mis pensamientos intrusivos.En
Chase:Aquel día del rescate, logramos huir sin contratiempos, no sin antes demoler un poco la mansión con unos cuantos ataques de las bazucas y granadas. Las chicas se encargaron de ello.Milena decidió que iba a quedarse con las víctimas hasta que la policía llegará y nosotros no perdimos tiempo.Cuando llegamos a casa, Mazón rápidamente se presentó e imploró entre lágrimas, el perdón de su hija. Camila estaba demasiado traumatizada, por lo que solo se limitó a asentir.Por la noche, los reporteros pasaron la nota en televisión abierta sobre lo sucedido en la mansión. Una imagen de Milena apareció ante todos nosotros, había sido finalmente liberada de su miseria.Estar en prisión no era tan malo como lo es ser esclavizada por largos años de tu vida, y aunque, jamás vería el mundo exterior, tenía la certeza de que parte de aquel sufrimiento había acabado.Las chicas fueron enviadas a sus diferentes países de origen con sus familiares, y quienes no tenían a donde ir, fueron acogidas po
Narrador omnisciente:La tensión crecía entre cada miembro de el equipo, cada uno sumergido en su propio mundo mientras la furgoneta se acercaba a toda velocidad, adentrándose al denso bosque que rodeaba la mansión. El peligro se sentía en el aire, con la vibración de la muerte asechando.Chase estaba decidido a destruir cada m*****a persona que se había atrevido a tocar a su mujer, no soportaba la idea de imaginar a cuanto dolor fue sometida aquel día que había sido arrastrada por el túnel junto a la proxeneta. Cuando aquellas imágenes aparecieron a través de las cámaras interceptadas y fueron apagadas por el equipo de hackers, no pudo evitar sentir el dolor y la culpa corroerlo.En la cabina trasera, el resto del equipo intentaba mantenerse sereno. El nerviosismo de creer que alguno de ellos podría morir, los consumía.Entre más se adentraban en ese denso bosque, más caótico se volvía su miedo. Estaban tan cerca de la venganza, como de la muerte, en un abismo del que no sabían si iba
Camila:Han pasado dos días desde el castigo que recibí. De todo lo que he vivido aquí en tan poco tiempo, eso fue lo peor. Después de la tortura, Lasko abusó de mí, me azotó en el trasero con el cinturón hasta que mi piel se desgarró y después me roció alcohol en las heridas de la espalda y en mi sentadera. El peor dolor que he experimentado en mi vida.Después de aquella atrocidad, me dejaron en ese lugar, encadenada y sin comer, por 24 horas. A lo único que tuve derecho fue a ser curada, para que mis heridas no se infectaran; Milena se encargó de ello mientras lloraba y me pedía perdón una y otra vez.Mis esperanzas de salir de aquí, una vez más se esfumaron. En mi mente solo maquinaba una y otra vez, las miles de maneras en las que podría terminar con mi vida.No soportaría una agresión más, estoy demasiado rota.El día de hoy fui trasladada a mi habitación, donde Milena me tenía lista la tina para ayudarme a duchar.Durante la ducha, ella limpió nuevamente mis heridas. Sentarme er
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Milena me encontró en el baño con la mirada perdida. Después de haber quedado totalmente destruida ante el grotesco abuso de Lasko, únicamente recuerdo haber entrado a la tina para una ducha, lloré como nunca había llorado en la vida, y cuando ya no quedaron lágrimas por derramar, simplemente escapé de mi mente; de ahí ya no recuerdo más nada.Ahora he vuelto en mí, y todo el dolor me taladra el corazón como un martillo golpeando lentamente hasta hacer más pequeño cada pedazo ya roto.Me encuentro recostada en mi cama, hecha bola en las sábanas negras y liberando cada una de las lágrimas que estuvieron acumulándose por el tiempo indefinido de la ausencia en mi propia mente.Escucho la puerta abrirse, y los tacones de Milena hacen eco cuando se adentra. Se acerca a mi y se sienta en el lado libre de la cama.Inclina su cuerpo sobre mi y me abraza con fuerza.—Escucha estas palabras con atención. Tienes que descifrar mi mensaje, no puedo decirlo en