Chase:
Desde pequeño fui despreocupado, pero a su vez problemático. Mis padres casi nunca estaban en casa y como hijo único, prácticamente me crié y me moldeé a mí mismo. De esa manera, siempre busqué la validación de ellos y como nada nunca fue suficiente, mandé todo a la m****a y comencé a vivir la vida a mi modo.
La escuela nunca me gustó, para ser honesto, pero me forzaba a mí mismo a sacar las mejores notas para demostrar a mis progenitores que era alguien. Cuando me di cuenta de que ni teniendo las mejores calificaciones iba a conseguir lo que quería, hice las cosas como desee, haciendo que mis materias se fueran al carajo y reprobando a diestra y siniestra.
En el instituto conocí a mis actuales mejores amigos. Seth fue el primero con el que me uní, ambos teníamos mucho en común. Éramos hijos únicos, a nuestros padres les importábamos una m****a y encontramos consuelo el uno en el otro.
Después llegaron Kryan y Holly a unirse al club de los exiliados. Y ahí es donde empieza todo.
Ellos quedaron huérfanos cuando eran unos niños. Fueron enviados a un orfanato donde sufrieron cosas realmente horripilantes. Entonces, fueron adoptados por el líder de una de las organizaciones más poderosas del país.
Cuando cumplí la mayoría de edad mis padres me echaron de casa, yo ya no era su problema, esas fueron las palabras que me dijeron.
Kryan y Holly me acogieron y cuando Seth se enteró, renunció a todo para unirse a nosotros. Ahora éramos los 4 juntos contra el mundo, pero necesitábamos un ingreso seguro.
El padre adoptivo de aquel par nos reclutó para su organización. Él se encargó de entrenarnos y moldearnos para terminar siendo sicarios.
Recuerdo la primera vez que asesine. Las pesadillas fueron recurrentes por meses, la ansiedad y la angustia me carcomían por dentro, sin mencionar que al momento de hacerlo mis manos temblaban y vomite.
Ahora, soy un completo veterano y no tengo piedad alguna, trabajo es trabajo y no debo mezclar sentimientos en ello.
Cuando logré obtener suficiente dinero para adquirir mi propio departamento, terminé en este condominio, viviendo junto a mis 3 mejores amigos.
Desde que llegamos aquí, las fiestas eran imparables. Los vecinos del departamento de al lado no duraban, ese lugar se alquilaba cada mes a diferentes personas porque no soportaban nuestra manera de vivir.
Después, nos enteramos de que ese departamento fue vendido a una joven. Siempre nos preguntábamos quien era y a qué se dedicaba para poder adquirir un departamento de este prestigio. Usualmente, ese lugar parecía estar solo, excepto los fines de semana, pero jamás nos cruzamos con aquella misteriosa chica.
El día que tocó a mi puerta, con esa expresión de cabreo total, debo admitir que me sentí cautivado.
Es una mujer preciosa, con un cuerpo escultural, cabello negro y lacio debajo de la cintura, los tatuajes que cubría sus brazos, pecho y escote me tentaron y aunque por un momento la confundí con una de mis tantas mujeres, ella se había robado un poco de mí atención.
A las personas cercanas a mí o a mis mujeres les hablo de "tu", pero a desconocidos les hablo de "usted" por respeto, algo que a ella parecía no agradarle.
Cuando aquella chica me golpeó, aunque no lo esperaba, lo disfrute, y goce más cuando declaró la guerra contra mí. Lo que ella no sabe es que yo no alzo nunca bandera blanca y ella caerá rendida.
—¿En qué piensas? —pregunta Holly interrumpiendo mi momento de divagación.
—Es curioso cómo funciona el destino. Nuestra vecina vino por fin a dar la cara y en ese mismo momento también se encuentra a su hermana. —río ante la ironía de la situación.
—Debo admitir que sí fue demasiada coincidencia. —responde y se encoge de hombros. —¿Ya fuiste a pagar los daños?
—Así es. No quiso aceptar mi pago con cuerpo. —digo con fingida tristeza.
Holly ríe ante mi comentario.
Ella es como una hermana para mí, pero no olvido que solía mirarme con ojos de amor. Me forcé a mí mismo a romper su corazón para que pudiera olvidarse de esa ridiculez. Somos como familia, ¿realmente esperaba que la mirará como algo más? Además, las mujeres me fascinan, disfruto probar de todo un poco y tener varias para diferentes ocasiones.
—¿Kelly ya se fue? —pregunta en un susurro.
Niego en respuesta.
—Está tomando una ducha.
—Me es increíble creer que después de que la vecina se marchó decidiste terminar la fiesta. —dice tomando asiento en uno de los bancos.
—Hice un trato con ella y yo cumplo mi palabra. —respondo restándole importancia.
Ella solo asiente ante mi respuesta.
Después de un rato nos dedicamos a hablar de cosas triviales, mientras desayunamos. Nosotros siempre éramos los primeros en despertar; Seth y Kryan siempre despertaban al medio día, al menos que el trabajo nos obligará a salir temprano de casa.
Kelly esta lista para marcharse, pero antes de que se fuera quería averiguar una cosa. La invito a pasar a la sala de estar y sentarse en uno de los sofás. Ella toma asiento en uno individual y me siento en uno frente a ella.
—Nunca hago preguntas personales a mis chicas, pero está es una excepción. —digo con seriedad. —¿Por qué terminaron por caminos separados tú y tu hermana?
Ella comienza a jugar con sus manos, se ha puesto nerviosa. Baja la mirada y esas acciones me hacen pensar muchas cosas.
—Es una larga historia, pero resumiendo. Mi hermana huyó de casa cuando fue vendida por mis padres a un pederasta, ella prometió volver por mí, pero jamás lo hizo. —aquellas últimas palabras las menciona en un susurro casi inaudible.
—Entiendo... Prefiero no remover más cosas del pasado de ambas. Puedes irte, ella te espera.
Se levanta de su lugar y saco un fajo de billetes de mi bolsillo, le entrego 500 dólares.
—Gracias por tu compañía, Luz. —la llamo por su apodo.
La observo desaparecer por el umbral de la entrada.
Siempre agradezco a mis mujeres por el tiempo que dedican al estar conmigo. Algunas están metidas en esto por necesidad, por lo que siempre intento ser agradecido y sutil con ellas.
Así que la testaruda resulta tener un pasado turbio.
Hay algo que no soporto para nada en este mundo y son los pederastas. No soporto que se metan con aquellos que no tienen la oportunidad de defenderse, tampoco soporto que maltraten a las mujeres.
Ahora, más que nunca tengo curiosidad sobre esa chica. Aquella que vino a mi casa a armar revuelo y a declararme la guerra.
Para haber huido de casa debe estar metida en algo. ¿A qué se dedicará? Nunca está, más que los fines de semana.
Holly se adentra a la sala de estar.
—La hermanita de la vecina se fue muy ansiosa. ¿Qué le dijiste? —pregunta curiosa.
—Nada de tu incumbencia. —respondo seco. —Necesito que hagas algo por mí.
—¿Qué cosa? —pregunta y enarca una ceja.
—Necesito que investigues a la vecina. ¿De qué vive? ¿Quiénes son sus padres? ¿Dónde se crió? ¿Qué edad tiene? Todo. Absolutamente todo.
—¿Por qué ese repentino interés en ella? —pregunta desconcertada.
Tenía un plan, pero necesitaba información para llevarlo a cabo. No podía actuar a ciegas, necesitaba tener datos concretos.
—Solo acata esa orden, después te explico a detalle.
Asiente sin decir nada más.
Si ella ya me odia, la ayudaré a que lo haga con mucha más intensidad, o quizá no, quizá venga a agradecerme de rodillas y podré obtener lo que deseo.
Camila:Despierto por segunda vez en el día, pero esta vez a voluntad propia. Había dormido como bebé, hace meses no dormía de esta manera, técnicamente desde que me mudé a este condominio.Eran las 12 pm y recién iba a desayunar.Escucho sonar el timbre de mi hogar. Lo que más odio en este mundo es que me interrumpan cuando voy a comer.Me levanto de mala gana y me dirijo hacia la puerta, con toda la intención de golpear al estúpido de mi vecino, lo más seguro es que sea él y una vez más, desee joderme la existencia.Cuando abro aquella puerta, me trago mi veneno al ver a mi hermana frente a mí. Todo rastro de enojo se disipa y lo reemplaza un sentimiento de alivio y a su vez tristeza.Lleva la misma ropa de la noche anterior y ahora sin ese maquillaje cargado.—Jamás volviste. —dice en un susurro.Aquellas palabras me llegan como una bofetada en el alma. Sentía que habían tomado mi corazón y lo habían exprimido como un trapo viejo.El sentimiento de culpa estrujó todo mi ser. Jamás
Kelly:Camila no lo sabía, pero mi hogar era la mansión de la madrota. Ahí vivíamos todas las chicas que trabajábamos para ella. Esa gigantesca casa estaba dividida en 2 secciones: sección P y sección doble P.La sección P era para las chicas que estaban ahí de modo pasajero, que en cualquier momento podían irse si deseaban abandonar el trabajo. La sección doble P, era para las chicas de planta, para aquellas chicas que fueron obligadas a estar ahí y era una sección restringida.Yo estaba en la primera y nunca tuvimos acceso al área restringida, pero sí presenciamos la llegada de varias que iban para ese lugar. Algunas entraban llorando y gritando, algunas otras cooperaban para no ser castigadas. La más pequeña que vimos entrar para aquella sección fue una niña de 10 años. Ese día lloré recordando a mi hermana, Camila.En mi área, compartíamos los espacios comunes: la cocina, la sala de estar, los patios, el comedor, la sala de juegos y el bar.Cada chica tenía su propio cuarto y eso e
Camila:Hoy era el día de la mudanza y Kelly no me había permitido ayudarla a transportar sus cosas. Alrededor de las 2 pm de la tarde, logré observar su auto pasar y parar en el estacionamiento de la casa del vecino. ¿Qué hacía allá en vez de venir directamente para acá?Había pasado una hora y ella todavía seguía allá. Pensé en ir a la casa de aquel inútil y traerla de las orejas como si de una niña pequeña se tratará, pero me tragué todo mi coraje y recelo para no darle una incómoda bienvenida. No quería que su primer día conmigo fuera una catástrofe que la haga querer salir corriendo.Esperé pacientemente, observando desde la ventana de la cocina, que es la que da directamente a la casa de a lado. Después de un rato, no sé en realidad cuanto ha pasado; observo a mi hermana salir muy sonriente de aquella casa y aquél inepto detrás de ella, se abrazan y él entra de nuevo a su hogar, Kelly se monta en su auto y doy la espalda a la ventana.Espero en mi lugar con los brazos cruzados, e
Camila:Sábado había caído con la velocidad de un rayo y aún estaba en duda si asistir a la fiesta. No era mi tipo de ambiente; los ruidos fuertes me aturden y los lugares con mucha gente me agobian. Lo único disfrutable sería el alcohol.Kelly, por el contrario, estaba más que emocionada y esas ganas suyas de divertirse irradiaban con tanta energía.—Vamos, Cami. —dice en súplica. —Habías prometido que iríamos y sí algo no te cuadraba nos íbamos a regresar.Recuerdo a la perfección mis palabras, pero me siento tan fastidiada de ese hombre que, si lo veo, lo mas seguro es que vaya a querer matarlo en primera estancia.Mi hermana me observa con ojos de cachorro regañado y ruedo los ojos para finalmente aceptar ante su sutil manipulación. Me abraza con fuerza, irradiando felicidad.—La fiesta es en 2 horas, no tenemos mucho tiempo, así que hay que poner manos a la obra. —dice rápidamente.—Kel, siempre asistes a esas fiestas, ¿Por qué estás tan emocionada? —pregunto mientras camino hacía
Chase:En este mundo hay 2 grupos que no tienen derecho de redención: asesinos y abusadores. Aquellos que atentan contra la vida de otro ser humano por puro placer y quienes atentan contra la inferioridad de fuerza para defenderse de otro individuo, no tienen opción para redimirse.Me estaba volviendo loco la imagen que me perseguía de Camila, con esos ojos oscuros cristalizados y esa expresión de pánico en su rostro. Me estaba jodiendo el hecho de saber que este monstruo la tocó sin su consentimiento y, sobre todo, como se expresó de ella intentando justificar su falta de respeto.No había manera de redimirse, no había salvación para alguien que posiblemente sea un agresor en potencia. Si eso le hizo a Camila, no quiero siquiera pensar que ya lo halla hecho anteriormente con otras chicas inocentes.La noche sería larga para él, porque estábamos drogados hasta la madre y no tendríamos sueño hasta dentro de unas largas horas.Lo habíamos montado a nuestro auto, no sin antes haberlo atad
Camila:No había podido dormir desde que volvimos a casa. Aún podía sentir las manos de aquel tipo tocándome y la manera en que sus asquerosos labios rozaban mi piel con desesperación y morbo. La clara imagen de los ojos de ese sujeto, mirándome como si fuera solo un pedazo de carne que podía devorar a su antojo, se reproducían en mi mente como una película de terror.Cuando volvimos a casa, eran la 1 am y ya habían pasado 4 horas desde que se llevaron al sujeto.Kelly me había preparado un té de manzanilla para relajarme, pero no surgió efecto. Estaba alterada, conmocionada y me sentía sucia; condenada y marcada.La primera vez que me sentí tan miserable, fue cuando mis padres me vendieron, y ahora me siento igual que aquella vez, que, por suerte, también logré salir ilesa.Observo a mi hermana hecha bola en mi cama, con la sabana que tanto me gusta. Me abrazo a mí misma, tratando de reconfortarme de alguna manera.Escucho el timbre sonar. Son las 5 am. ¿Qué carajo?El timbre resuena
Chase:No había cosa que odiara más que la gente malagradecida. Había olvidado la razón por la cuál había dejado de ser tan servicial con desconocidos, pero, Camila me lo recordó.Aunque ella no me lo pidió, el equipo y yo estuvimos dispuestos a matar por ella, lo mínimo que esperaba era un agradecimiento.Esa reacción suya, de cierto modo me provocó una sensación que no sabía cómo describir a la perfección; un sabor amargo que me estaba contaminando la mente, repitiendo sus palabras como un mantra.No eres nadie para mí.Tenso la mandíbula al sentir la impotencia de no poder pensar en otra cosa. Ella me había embrujado con aquellas palabras venenosas.Golpeo la mesa con la palma de mi mano y Holly se sobresalta.Eran las 5 pm. Habíamos dormido prácticamente todo el día y habían pasado 2 horas desde que despertamos. Estábamos esperando a Kryan, quién era el designado a cocinar los domingos.—¿Qué te pasa? —pregunta Holly, curiosa.—Me repugna la gente malagradecida. —respondo con desdé
Chase:Lunes. 8 am.Mi jefe había solicitado la presencia del equipo en su despacho a las 10 am. Había un tema a tratar con urgencia, pero no quiso mencionar detalles por llamada.El archivo de la vecina estaba listo. El contacto de Holly estaría llegando a las 9:30 am.Estaba seguro de que sería un día grandioso. Todo estaba jugando a mi favor.Los lunes era el día designado de Holly para cocinar y se encontraba haciendo el desayuno, mientras los demás esperábamos en el comedor.—Odio madrugar. —dice Seth, soltando un bostezo.—Las 8 de la mañana no es madrugar. —digo, dando un sorbo a mi café.—Para alguien que su día empieza al medio día, si lo es. —nuevamente otro bostezo.—En el almacén del bar hay un poco de polvo. —me llevo la taza a los labios para dar otro sorbo. —La otra opción es prepararte un café.—Sabes que odio el café. —dice al momento que se levanta de la silla. —Iré por el polvo mágico.Ruedo los ojos y observo a Kryan, quien mantiene los ojos cerrados por el cansanci