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Capitulo 3: Cautivado por la vecina

Chase:

Desde pequeño fui despreocupado, pero a su vez problemático. Mis padres casi nunca estaban en casa y como hijo único, prácticamente me crié y me moldeé a mí mismo. De esa manera, siempre busqué la validación de ellos y como nada nunca fue suficiente, mandé todo a la m****a y comencé a vivir la vida a mi modo.

La escuela nunca me gustó, para ser honesto, pero me forzaba a mí mismo a sacar las mejores notas para demostrar a mis progenitores que era alguien. Cuando me di cuenta de que ni teniendo las mejores calificaciones iba a conseguir lo que quería, hice las cosas como desee, haciendo que mis materias se fueran al carajo y reprobando a diestra y siniestra.

En el instituto conocí a mis actuales mejores amigos. Seth fue el primero con el que me uní, ambos teníamos mucho en común. Éramos hijos únicos, a nuestros padres les importábamos una m****a y encontramos consuelo el uno en el otro.

Después llegaron Kryan y Holly a unirse al club de los exiliados. Y ahí es donde empieza todo.

Ellos quedaron huérfanos cuando eran unos niños. Fueron enviados a un orfanato donde sufrieron cosas realmente horripilantes. Entonces, fueron adoptados por el líder de una de las organizaciones más poderosas del país.

Cuando cumplí la mayoría de edad mis padres me echaron de casa, yo ya no era su problema, esas fueron las palabras que me dijeron.

Kryan y Holly me acogieron y cuando Seth se enteró, renunció a todo para unirse a nosotros. Ahora éramos los 4 juntos contra el mundo, pero necesitábamos un ingreso seguro.

El padre adoptivo de aquel par nos reclutó para su organización. Él se encargó de entrenarnos y moldearnos para terminar siendo sicarios.

Recuerdo la primera vez que asesine. Las pesadillas fueron recurrentes por meses, la ansiedad y la angustia me carcomían por dentro, sin mencionar que al momento de hacerlo mis manos temblaban y vomite.

Ahora, soy un completo veterano y no tengo piedad alguna, trabajo es trabajo y no debo mezclar sentimientos en ello.

Cuando logré obtener suficiente dinero para adquirir mi propio departamento, terminé en este condominio, viviendo junto a mis 3 mejores amigos.

Desde que llegamos aquí, las fiestas eran imparables. Los vecinos del departamento de al lado no duraban, ese lugar se alquilaba cada mes a diferentes personas porque no soportaban nuestra manera de vivir.

Después, nos enteramos de que ese departamento fue vendido a una joven. Siempre nos preguntábamos quien era y a qué se dedicaba para poder adquirir un departamento de este prestigio. Usualmente, ese lugar parecía estar solo, excepto los fines de semana, pero jamás nos cruzamos con aquella misteriosa chica.

El día que tocó a mi puerta, con esa expresión de cabreo total, debo admitir que me sentí cautivado.

Es una mujer preciosa, con un cuerpo escultural, cabello negro y lacio debajo de la cintura, los tatuajes que cubría sus brazos, pecho y escote me tentaron y aunque por un momento la confundí con una de mis tantas mujeres, ella se había robado un poco de mí atención.

A las personas cercanas a mí o a mis mujeres les hablo de "tu", pero a desconocidos les hablo de "usted" por respeto, algo que a ella parecía no agradarle.

Cuando aquella chica me golpeó, aunque no lo esperaba, lo disfrute, y goce más cuando declaró la guerra contra mí. Lo que ella no sabe es que yo no alzo nunca bandera blanca y ella caerá rendida.

—¿En qué piensas? —pregunta Holly interrumpiendo mi momento de divagación.

—Es curioso cómo funciona el destino. Nuestra vecina vino por fin a dar la cara y en ese mismo momento también se encuentra a su hermana. —río ante la ironía de la situación.

—Debo admitir que sí fue demasiada coincidencia. —responde y se encoge de hombros. —¿Ya fuiste a pagar los daños?

—Así es. No quiso aceptar mi pago con cuerpo. —digo con fingida tristeza.

Holly ríe ante mi comentario.

Ella es como una hermana para mí, pero no olvido que solía mirarme con ojos de amor. Me forcé a mí mismo a romper su corazón para que pudiera olvidarse de esa ridiculez. Somos como familia, ¿realmente esperaba que la mirará como algo más? Además, las mujeres me fascinan, disfruto probar de todo un poco y tener varias para diferentes ocasiones.

—¿Kelly ya se fue? —pregunta en un susurro.

Niego en respuesta.

—Está tomando una ducha.

—Me es increíble creer que después de que la vecina se marchó decidiste terminar la fiesta. —dice tomando asiento en uno de los bancos.

—Hice un trato con ella y yo cumplo mi palabra. —respondo restándole importancia.

Ella solo asiente ante mi respuesta.

Después de un rato nos dedicamos a hablar de cosas triviales, mientras desayunamos. Nosotros siempre éramos los primeros en despertar; Seth y Kryan siempre despertaban al medio día, al menos que el trabajo nos obligará a salir temprano de casa.

Kelly esta lista para marcharse, pero antes de que se fuera quería averiguar una cosa. La invito a pasar a la sala de estar y sentarse en uno de los sofás. Ella toma asiento en uno individual y me siento en uno frente a ella.

—Nunca hago preguntas personales a mis chicas, pero está es una excepción. —digo con seriedad. —¿Por qué terminaron por caminos separados tú y tu hermana?

Ella comienza a jugar con sus manos, se ha puesto nerviosa. Baja la mirada y esas acciones me hacen pensar muchas cosas.

—Es una larga historia, pero resumiendo. Mi hermana huyó de casa cuando fue vendida por mis padres a un pederasta, ella prometió volver por mí, pero jamás lo hizo. —aquellas últimas palabras las menciona en un susurro casi inaudible.

—Entiendo... Prefiero no remover más cosas del pasado de ambas. Puedes irte, ella te espera.

Se levanta de su lugar y saco un fajo de billetes de mi bolsillo, le entrego 500 dólares.

—Gracias por tu compañía, Luz. —la llamo por su apodo.

La observo desaparecer por el umbral de la entrada.

Siempre agradezco a mis mujeres por el tiempo que dedican al estar conmigo. Algunas están metidas en esto por necesidad, por lo que siempre intento ser agradecido y sutil con ellas.

Así que la testaruda resulta tener un pasado turbio.

Hay algo que no soporto para nada en este mundo y son los pederastas. No soporto que se metan con aquellos que no tienen la oportunidad de defenderse, tampoco soporto que maltraten a las mujeres.

Ahora, más que nunca tengo curiosidad sobre esa chica. Aquella que vino a mi casa a armar revuelo y a declararme la guerra.

Para haber huido de casa debe estar metida en algo. ¿A qué se dedicará? Nunca está, más que los fines de semana.

Holly se adentra a la sala de estar.

—La hermanita de la vecina se fue muy ansiosa. ¿Qué le dijiste? —pregunta curiosa.

—Nada de tu incumbencia. —respondo seco. —Necesito que hagas algo por mí.

—¿Qué cosa? —pregunta y enarca una ceja.

—Necesito que investigues a la vecina. ¿De qué vive? ¿Quiénes son sus padres? ¿Dónde se crió? ¿Qué edad tiene? Todo. Absolutamente todo.

—¿Por qué ese repentino interés en ella? —pregunta desconcertada.

Tenía un plan, pero necesitaba información para llevarlo a cabo. No podía actuar a ciegas, necesitaba tener datos concretos.

—Solo acata esa orden, después te explico a detalle.

Asiente sin decir nada más.

Si ella ya me odia, la ayudaré a que lo haga con mucha más intensidad, o quizá no, quizá venga a agradecerme de rodillas y podré obtener lo que deseo.

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