AHHHH, al menos ya pudieron tener un poco de contacto físico, aunque sea mínimo 🥹🥹 Muchas gracias por seguir aquí apoyando esta historia. Espero les haya gustado este capítulo tanto como a mi ♡. Preguntas, preguntosas. ¿Qué maneras de matar a Lasko creen que Camila plasma en su diario? ¿Qué opinan del pequeño avance que hizo Camila? Las leo en comentarios ♡. Muchas gracias por todo su apoyo, sin ustedes no estaría creciendo como escritora ♡. Si la historia sigue siendo de su agrado, favor de apoyar con voto y comentario. También me ayudaría mucho que recomienden la historia. Nos leemos en el siguiente apartado. Les quiere: -DarkLove♡.
Camila:—Chúpalo, Gema. —ordena Lasko.—Por favor, no. Piedad. —suplico entre lágrimas.—He dicho que lo chupes, m*****a zorra. Te castigare si no lo haces. —sujeta con fuerza mi cabello.Acerca su asqueroso miembro a mi boca y las arcadas se hacen presente.—Abre la boca y se una buena putita.Abro la boca y la mandíbula me tiembla, entonces él se empuja hasta el fondo de mi garganta. Embiste hasta que se corre, procedo a vomitar sobre él. Me voltea la cara de una bofetada, dejándome tendida sobre la cama, se monta sobre mí, me inmoviliza y con una mano me estrangula mientras con la otra me golpea a puño cerrado. Intento liberarme y protegerme de su ataque, pero es demasiado.—¡Por favor, me duele! —imploro.—¡Cállate, zorra! —vocifera.Ahora, ambas manos están alrededor de mi cuello, asfixiándome.—No...Puedo...Respirar. —digo con dificultad.—Morirás como la perra malparida que eres.Despierto exaltada, observando a mi alrededor. El sudor se acumula en mi frente y estoy temblando. L
Camila:Por la mañana, Mazón preparó desayuno para los 3. Una deliciosa avena con arándanos que no logré comer ni una cuarta parte; por más que Chase intentó persuadirme, no pude avanzar mucho en ello, el solo saborear la comida me causa náuseas.Chase dijo que un paso a la vez, que no importaba si comía una cucharada o todo el plato, que estaría orgulloso de mi en cualquiera de los casos.Después llegó una charla incómoda entre Mazón y yo; preguntaba sobre Harvard y con toda la pena del mundo tuve que ser sincera.—Te vas a Harvard en 3 meses, ya está pagada toda tu estadía allá. —soltó de la nada.—Yo... No deseo ir a Harvard. Ya no.—¿Por qué? —cuestionó seriamente.—Mis prioridades han cambiado...—Camila... Esto es lo que siempre has querido.—¡Pues ya no lo quiero! No quiero huir fingiendo que nada pasó, que todo fue solo una horrible pesadilla y que allá lo olvidaré. No quiero sentirlo de esa manera.El comedor se sumió en completo silencio, mientras Chase y Mazón me observaban
Camila:Los gritos desgarradores que Lasko emite conforme voy avanzando, vertiendo sus dedos en ácido, me hacen sentir viva. La satisfacción de que está sufriendo mucho más de lo que lo hice yo me invade con tanta intensidad que no deseo detenerme.Cuando he terminado con su mano derecha, dejo el contenedor sobre la mesa metálica.—Lo necesito de pie.Chase y Seth se acercan y lo obligan a levantarse, ajustando las cadenas por encima de su cabeza, para mantenerlo en esa posición.Tomo las tijeras de jardinería que se encuentran en la mesa y me posiciono detrás de él. Corto su camisa, dejando al descubierto su piel y dejo las tijeras en su lugar.Lo rodeo para estar cara a cara. El terror en su mirar intenta ser disimulado por la ira que refleja su rostro; algo sumamente contradictorio.—¿Alguien tiene un cinturón?Mazón se despoja del suyo y me lo entrega.Una sonrisa ladina se dibuja en mi rostro al ver su expresión.—¿Esto te recuerda a algo? —cuestiono entre dientes.El niega en res
Chase:Me muero por tocarla, quiero tomar su cintura o cualquier parte de ella y aferrarme con fuerza, pero no lo quiero arruinar. Camila me está besando, pero sé que es por la adrenalina que envuelve todo su sistema.Ella se ha dejado llevar por las intensas emociones que experimentó, pero no me ha dado permiso de tocarla, por lo tanto, debo reunir toda mi fuerza de voluntad para no sucumbir al deseo.Los movimientos de sus labios sobre los míos son hábiles, rozando su lengua en ciertas ocasiones, enviando vibraciones en mi parte baja. Aunque no pega su cuerpo al mío, la mano con la que sostiene mi nuca se aferra con fuerza, clavando sus uñas en mi piel. Un gruñido se me escapa; muerde mi labio inferior y aparta sus labios, uniendo nuestras frentes.—Gracias por cumplir tu palabra.—susurra con la voz entre cortada.—Me deje llevar, lo siento.—No te disculpes.—planto un fugaz beso en sus labios.—He esperado mucho tiempo por solo un beso.—Tengo ganas de ti... Pero tengo miedo.—confiesa
Camila:Rara vez llegaba a casa a dormir. Mi semana se basaba en estar al pendiente de la distribución de mercancía en sus respectivos puntos, por lo que tenía que estar hospedándome en diferentes hoteles cada día. Mi trabajo es sumamente demandante, por lo que se me exige salir de la ciudad para llevarlo a cabo.Mis únicos días libres son los fines de semana, y cuando llego a casa los viernes por la noche lo único que deseo es descansar. ¿Cuál es el impedimento? Mi vecino y sus insoportables fiestas cada maldito fin de semana.Desde los 3 meses que llevo viviendo en este condominio porque supuestamente es demasiado tranquilo, jamás me he topado con ese personaje que me hace mis días libres tan miserables.Usualmente cuando llego a casa sus fiestas apenas van a iniciar, por lo que desde que cruzo la puerta de mi hogar, sé lo que me espera toda la noche, poniéndome así de mal humorEsas fiestas suyas inician a las 8 pm y terminan hasta el amanecer, con música en vivo a un volumen insan
Camila:Cuando era tan solo una adolescente de 13 años, me vi en la necesidad de huir de mi hogar. Mis padres son unos alcohólicos y adictos a la heroína.Mi vida desde pequeña se había basado en sobrevivir a las golpizas que mi padre me proporcionaba y, por otra parte, defender a mi hermana menor de las garras de ese monstruo.Podía decir que yo era el saco de boxeo de mi madre y de mi padre.Cuando solo era una niña de 8 años me enviaron a las calles con mi hermana 2 años menor a vender dulces para generar algo de dinero, ya que ellos no trabajaban. Cuando no lográbamos colectar lo esperado, eran golpes seguros para mí.Cuando el dinero ya no alcanzó, decidieron venderme. Mi valor era de medio millón de dólares y aquel hombre, Lasko Donavich, un ruso que estaba de paso en Los Ángeles, pagó ese precio.Esa misma noche decidí huir, dejando atrás a mi hermana menor, no sin antes hacer una promesa: volver por ella.Los años habían pasado y Mazón me encontró en las calles, con la ropa su
Chase:Desde pequeño fui despreocupado, pero a su vez problemático. Mis padres casi nunca estaban en casa y como hijo único, prácticamente me crié y me moldeé a mí mismo. De esa manera, siempre busqué la validación de ellos y como nada nunca fue suficiente, mandé todo a la mierda y comencé a vivir la vida a mi modo.La escuela nunca me gustó, para ser honesto, pero me forzaba a mí mismo a sacar las mejores notas para demostrar a mis progenitores que era alguien. Cuando me di cuenta de que ni teniendo las mejores calificaciones iba a conseguir lo que quería, hice las cosas como desee, haciendo que mis materias se fueran al carajo y reprobando a diestra y siniestra.En el instituto conocí a mis actuales mejores amigos. Seth fue el primero con el que me uní, ambos teníamos mucho en común. Éramos hijos únicos, a nuestros padres les importábamos una mierda y encontramos consuelo el uno en el otro.Después llegaron Kryan y Holly a unirse al club de los exiliados. Y ahí es donde empieza todo
Camila:Despierto por segunda vez en el día, pero esta vez a voluntad propia. Había dormido como bebé, hace meses no dormía de esta manera, técnicamente desde que me mudé a este condominio.Eran las 12 pm y recién iba a desayunar.Escucho sonar el timbre de mi hogar. Lo que más odio en este mundo es que me interrumpan cuando voy a comer.Me levanto de mala gana y me dirijo hacia la puerta, con toda la intención de golpear al estúpido de mi vecino, lo más seguro es que sea él y una vez más, desee joderme la existencia.Cuando abro aquella puerta, me trago mi veneno al ver a mi hermana frente a mí. Todo rastro de enojo se disipa y lo reemplaza un sentimiento de alivio y a su vez tristeza.Lleva la misma ropa de la noche anterior y ahora sin ese maquillaje cargado.—Jamás volviste. —dice en un susurro.Aquellas palabras me llegan como una bofetada en el alma. Sentía que habían tomado mi corazón y lo habían exprimido como un trapo viejo.El sentimiento de culpa estrujó todo mi ser. Jamás