Andrea es nieta de Stefano Carlucci, dueño del mejor viñedo de Piadmonte, Mío Cuore. Luego de ser testigo de la trágica muerte de su padre a temprana edad, crece como una niña acomplejada y llena de miedos, atormentada por su madre, Sofía, que la menosprecia por su apariencia descuidada. La noche que va a ser presentada en sociedad es humillada por quien era su mejor amiga y su familia, pero el golpe fatal para su joven corazón es ser rechazada por su amor platónico, Lorenzo Pasqale. Sintiéndose menos y con el corazón roto, atenta contra su vida, evento que será detonante de decisiones sobre su vida. Su abuelo pensando que lo mejor es alejarla del caos, la envía lejos, sin saber que esa decisión terminaría de destruir el corazón de Andrea. Tras la muerte de Stefano, Andrea tiene que regresar a Mio Cuore, lugar donde están sus peores recuerdos, para tomar posesión de lo que le corresponde por derecho. Lo que nadie se espera es que la única condición para que ella herede su fortuna es un matrimonio y tenga un heredero con Lorenzo, el mismo hombre que le rompió el corazón. Enemigos ocultos evitarán que esa unión ocurra, sobre todo que las mentiras del pasado salgan a la luz, porque no todo es lo que parece. Ven y descubre los secretos de la familia Carlucci con El Retorno de la Heredera.
Leer másJennifer Hoy estará de regreso Andrea y en su ausencia he tratado de que las cosas en Mio Cuore siguieran normal, pero no ha sido una tarea fácil. Primero empezó con el daño en los terrenos en el sector oeste. La mayoría de las plantas pudimos salvarlas pero hubo una perdida considerable. Suerte que Jeff y su abuelo nos apoyaron con el envío de nuevos cultivos desde California. Está es una nueva variedad de uva que tanto Andrea como mi novio han trabajado. Fue una tarea titánica conseguir todos los permisos para poder traer estas plantas. Ahora me pregunto como es posible que los controles de temperatura y humedad en una de bodegas de maduración hayan sido manipuladas hasta el punto que se pudo perder cientos de barriles de vino tinto. Mis sospechosos siguen siendo el tío de Andrea, el tal Francesco o su nieta, Romina. Esa mujer me da mala espina, hay una forma en que mira a Andrea que me da escalofríos. Es como si odiara la sola existencia de ella. Por otra parte, está Sofía. E
Lorenzo Estoy en la sala en medio de una llamada, coordinando los detalles del vuelo que nos llevará de regreso a casa cuando escucho un grito que proviene de la habitación. Cierro la llamada y sin demora abro la puerta y la imagen que veo me rompe el corazón. Mi piccolina se mueve desesperada en medio de la cama, sollozando. En eso vuelve a gritar y es cuando salgo de mi parálisis momentánea y la trato de despertar. Su hermoso rostro está bañado en lágrimas, la llamo por su nombre pero no responde y es cuando comienzo a moverla hasta que abre sus ojos. La tomo entre mis brazos, dejo que todo el dolor que tiene por dentro salga. Siento como sus lágrimas mojan mi camisa, su respiración sigue alterada y yo solo puedo darle besos en la coronilla de su cabeza y frente mientras acaricio su espalda desnuda con pequeños movimientos. Poco a poco su respiración se va calmando pero su rostro sigue bañado en lágrimas. Verla así tan rota me hace sentir impotente. ¿Qué estaría soñando que la
Andrea Siento como soy los fuertes brazos de Lorenzo, mientras mi cabeza reposa sobre su fuerte pecho. Su respiración calmada me indica que sigue dormido. Desde que llegamos a la isla, mi esposo es quien se ha encargado de consentirme en todos los sentidos. Hoy es nuestro último día en el paraíso, donde el odio, rencor y las mentiras no existen. Somos dos seres que se han dedicado a amarse sin límites. Más allá de las intensas noches de placer, hay una conexión que sigue vive a pesar del dolor y los años que estuvimos separados. Aún cuando mi corazón me dice que todo lo que estamos experimentando con Lorenzo es real, que él no volverá a lastimarnos y que puedo confiar nuevamente en él, de sus sentimientos; mi mente me dice que debemos esperar un poco más. Pero como hago con lo que me hace sentir cada vez que me dice que me ama, que soy la dueña de su mirada y sin contar las innumerables formas en que ha venerado mi cuerpo, haciéndome el amor hasta el amanecer. —Deja de pensar tant
Roberto No debería sentir algo por la mujer que llora sin control frente a mí, pero algo dentro de mí se conmueve, a lo mejor es porque a pesar de todo lo que hizo sigue siendo la persona que me trajo al mundo y sin pensarlo la rodeo con mis brazos. Siento como sus lágrimas mojan mi camisa y al darse cuenta se aleja de mí, me mira con pánico, lo que me hace preguntar a qué torturas fue sometida todos estos años. —Disculpame, mira como te he dejado. Voy a buscar con que limpiar tu camisa—me dice después de poner una distancia prudente. —No se preocupe, señora—digo y veo el dolor en sus ojos cuando me escucha como la he llamado. —Se que no puedes llamarme mamá o madre, eso lo entiendo, y nunca te lo pediría porque no tengo derecho a eso. Por favor, llámame Isabella—me dice la mujer frente a mí y veo su dolor. —Como diga, señora… digo Isabella. ¿Me puede explicar eso de que quiere enmendar sus errores antes de que se muera?—le pregunto y veo como toma un leve suspiro antes de contest
Isabella No pude resistirme a ver a Francesco, así que le robé la dirección a mi salvadora y ahora estoy aquí, frente al edificio donde vive el hombre que más amé y al mismo más odio. No lo puedo culpar por todo lo que pasó entre nosotros pues la mayor culpable de todo este desastre soy yo. Los años en que me mantuvo en cautiverio me han servido para reflexionar todas mis acciones y es hora de enmendar mis errores. Espero en la pequeña cafetería que está al frente de su edificio, decido por un espresso mientras espero su llegada. Oh mi querido Francesco, que tanto daño nos hemos hecho. Los recuerdos me invaden y recuerdo el día que me pidió que fuera su novia. Era su cumpleaños, cuando cumplió la mayoría de edad, recuerdo como ese joven de ojos azules me miraba como si yo fuera su mundo entero. Y a partir de ese día ya nuestro destino estaba marcado. Ese día me sentí la mujer más afortunada del mundo, el chico más guapo de todo Piamonte había confesado que estaba enamorado de mí
Romina Hoy es un magnífico día, no solo las plantaciones del área oeste están a punto de perderse sino que se ha filtrado información confidencial de la comercializadora Pasqale. Cómo dice el dicho: “quien ríe de último, ríe mejor”; y ahora nos toca a nosotros reír. La estúpida de Andrea cree que casándose con el idiota de Lorenzo lo iba a tener fácil y hacerse de lo que nos corresponde. Sé muy bien que nos van a señalar como los responsables pero para eso primero deben presentar pruebas y eso es algo que no tienen ni tendrán. Doy una ojeada una vez más a los portales de noticias digitales y sonrió. Me levanto de mi escritorio y me dirijo al pequeño enfriador de vinos que tengo en mi oficina y me decido por un delicioso vino tinto, de la mejor variedad nebbiolo. Estoy abriendo la botella cuando la puerta de mi oficina se abre sin previo aviso y veo a mi papá que entra enfurecido. Ya me imagino a Don Lameculos reclamando por lo sucedido en Mio Cuore. Pongo mis ojos en blanco mien
POV Desconocida Fue un milagro que Roberto contestara mi llamada y haya podido enterarme del desastre que están haciendo los Carlucci. Debí haberlo previsto, que aprovecharían la ausencia de Andrea para atacar el viñedo. —¿Pudiste hablar con él?—me pregunta ella quien acaba de entrar a la cocina. Sé que está igual de preocupada que yo por Roberto. —Hablar, no. Me contestó la llamada y fui yo la que le dije todo lo que siento pero la llamada fue interrumpida cuando su asistente llegó. Me temo que aprovecharon la ausencia de Andrea para hacer de las suyas—le confieso. —Todo es mi culpa, Francesco no sería así si no fuera por mi. Sabes, su familia nunca me quiso, decían que yo era mala influencia para él. Realmente lo amaba, y tuve la mala idea de sugerir irnos del pueblo. Si nos hubiéramos quedado tal vez todo sería diferente—me dice la mujer en cuestión. —¿Fue verdad que quiso vender a Roberto y huir con su amante?—pregunto y la mujer comienza a llorar. —Si, pero yo no estaba sie
Roberto Ha pasado casi una semana desde que abandoné el apartamento que compartía con Sofía. Por el momento me estoy quedando en un hotel. Mi padre cree que estamos en medio de una crisis, y como no tengo ánimos de escuchar sus reclamos, no le he aclarado lo equivocado que está. La verdad no tengo ánimos de ver a ninguno de ellos. Necesito averiguar si todo lo que me dijeron es verdad. ¿Hasta dónde han llegado? No he podido dejar de darle vueltas al asunto. Todo a mi alrededor ha sido una gran mentira. Y está ella, me ha estado llamando insistentemente pero no quiero saber de nada ni de nadie y menos de alguien que se acercó a mí por interés. Es que Roberto, tú no aprendes, el amor no es para ti, no después de la trágica partida de mi Stella. Estoy en mi oficina, a punto de servirme otro vaso de whisky cuando la puerta se abre de un solo golpe y veo a la persona que menos quiero ver ahora mismo, Sofía. —¡CÓMO TE ATREVES A PEDIRME EL DIVORCIO!—me grita apenas atraviesa la puerta,
Lorenzo Este viaje ha resultado ser más de lo que esperaba. Las palabras de Andrea, asegurando que voy por buen camino para reconquistarla me tienen en las nubes. Me siento como un adolecente que está a punto de confesar su amor a la chica popular. Después de tanto dolor ahora estoy viviendo el mejor momento de mi vida. Después de una larga ducha, pues mi piccolina no dejó de provocarme hasta que una vez más nuestros cuerpos se desahogaron. Amo ver a esa Andrea provocadora, aventurera y dominante, esa que se tuvo que forjar al verse sola. Me he dado cuenta que cuando amas de verdad a una persona, amas todas sus formas y eso es justo lo que me pasa con ella. Obvio ya no es aquella niña de quien me enamoré. Ahora es una mujer que los golpes hicieron que su caracter fuera más fuerte y si que lo va a necesitar. Estoy seguro que su familia no nos dará tregua una vez regresemos a Italia. Por eso quiero que el tiempo que estemos aquí, nos olvidemos de los problemas que nos esperan. Ahora