Hola, gracias por darle oportunidad a esta historia. Espero les guste, me dan sus comentarios
Andrea Lorenzo tiene que estar mal de la cabeza para proponerme un matrimonio por contrato. Acaso no se acuerda de lo que sucedió hace años. Aún tengo grabada su mirada, como me vió, y ahora pretende que acepte esa propuesta. Logro por fin deshacerme de su agarre, y estoy dispuesta a irme al escuchar las propuesta de Lorenzo, cuando las palabras que salen de su boca me detienen. “Sabes que te conviene aceptar mi oferta, Andrea. O es que ahora quieres que Francesco se haga dueño y señor del viñedo. Me quedo sin palabras por unos segundos, analizando sus palabras. Lorenzo sabe algo. ¿Cómo sabe de mis sospechas? ¿Mi nonno le habrá contado? Todas estas dudas surgen y vuelvo a sentarme. Esta vez algo alejada para no permitir que vuelva a tomar mis manos. —¿Cómo tú sabes que me conviene?—le pregunto, mirándolo fijamente y él me brinda una sonrisa cansada. —Como ya te dije Andrea, tu nonno me pidió que cuidara de tí. La última vez que fue a visitarte, no sé que pasó entre ustedes. Pero
Sofía ¿Que estaría pensando el viejo Stefano con dejarle todo a la inútil de mi hija? Aunque debo decir que me sorprendió la seguridad con la que habla. No puedo creer que se haya atrevido a echarme, a mí, su propia madre de Mio Cuore. Si bien es cierto, que ese lugar nunca fue de mi agrado, es lo único que me quedaba del recuerdo de Adriano. Hasta eso me lo arrebato la mocosa esa, mi Adriano, no hay día que no lo extrañe. Ni aún casándome con Roberto, he podido olvidarlo. ¿Cómo se puede olvidar al amor de tu vida? Sé que al principio, Stefano pensó que yo era una arribista que solo me había acercado a su hijo por su dinero. En ese entonces, lo entendí. Adriano era uno de los solteros más cotizados. Era el heredero de Mio Cuore, el mejor viñedo de Piamonte, y yo apenas una simple aspirante a modelo, proveniente de un pequeño pueblo. El destino hizo de las suyas y en uno de mis primeros trabajos, lo conocí. Era una fiesta benéfica y yo tenía que modelar o enseñar los objetos a se
Lorenzo Han pasado casi dos semanas desde la última vez que ví a Andrea. Aún me duelen las pelotas del golpe que me dió según ella por propasarme. Pero no me arrepiento, haber podido sentir sus dulces labios, los cuales me confieso ya soy adicto a ellos. Amo todo de ella hasta su carácter indomable. Escucharla gemir entre mis brazos fue tan sublime que estoy seguro que ahí mismo la hubiera hecho mía pero la magia terminó cuando mi piccolina me golpeó mi entrepierna con su rodilla. Sé que no confía en mí, pero soy su mejor opción. Tendré la paciencia suficiente hasta que ella confíe en mí y se de cuenta de mis sentimientos por ella. —Hola, fratello—me saluda Luciana, sacándome de mis pensamientos y la verdad es la última persona que quiero ver, sobre todo ahora que Andrea está de regreso. —Hola, no sabía que habías regresado. ¿A qué debo el honor de tu visita?—le pregunto y ella se acerca a la silla frente a mi escritorio. —Si alguien te escucha, pensaría que no te es grata mi pr
Andrea Hoy empieza las festividades por la vendimia y por tanto es el día donde vamos a anunciar nuestro compromiso. Decir que estoy nerviosa es poco, ya he dado vueltas a toda la Casa Grande, a las caballerizas y no pude llegar a los viñedos porque mi Nana me interceptó para que viniera a arreglarme. Pero más que el anuncio de nuestro el compromiso, lo que me tiene ansiosa son los términos del contrato. Una parte de mi está molesta porque estoy en manos de Lorenzo pero la mayor parte está ansiosa por lo que implica esas cláusulas. Cuando me besó, en la que Lorenzo bautizó como nuestra primera cita, quedé con ganas de volver a sentir sus labios sobre los míos, de sentir sus grandes manos tomando sin descaro mi trasero, tan posesivo que no voy a negar que estaba mojada pero recupere la conciencia y le di un rodillazo en su entrepierna. Ya cuando regresé a casa me dió algo de lástima, solo un poco. Lorenzo despertó algo en mi que estaba dormido o más bien desconocido. Mis experiencia
LorenzoMi bella piccolina corresponde a mi beso, dándome acceso a su boca donde nuestras lenguas danzan entre ellas. El beso escala de intensidad mientras la envuelvo entre mis brazos.De pronto, escucho un carraspeo detrás mío y es cuando nos damos cuenta del espectáculo subido algo de tono que estábamos dando, considerando que hay familias enteras presentes.Ambos rompemos el beso, pero no nos alejamos. La tomo de la cintura, acercándola a mi cuerpo. De fondo, se sigue escuchando a Andrea Bocelli cantando hasta que termina su hermosa presentación. Los presentes rompen en aplausos y veo como un par de lágrimas adornan el rostro de mi amorina.—Gracias por acompañarnos en este día tan especial como es el comienzo de la vendimia, pero sobre todo, que compartan mi felicidad porque mi bella piccolina aceptó ser mi esposa. Andrea, mi amore, sé lo que la canción significa para ti y hoy quería que Adriano y Stefano estuvieran presentes—digo y mis palabras provocan que varios de los present
Romina No puedo creer lo estúpida que es Renata. Hacer semejante espectáculo frente a todos. Solo espero que ninguno de esos peones la haya grabado. Poner la atención sobre nosotros, es lo peor en estos casos. Ahora más que nunca debo ser muy cuidadosa en mis pasos. No puedo confiar en nadie, ni siquiera en mi Nonno. Algo me dice que no confíe en él y mis instintos jamás me han fallado. Bien se dice que mejor hacer las cosas uno mismo. Hoy quedó comprobado que no puedo confiar en Renata. Cuando hace años me ayudó en sacar del camino a Andrea, pensé que tendría una aliada pero no,la muy estúpida está obsesionada con Lorenzo. Pensándolo mejor, tal vez deba volver a llamar a Luciana. Aunque después de ese día, Lorenzo prácticamente rompió relaciones con ella, sobre todo cuando mi tío Stefano la envió a Estados Unidos. Por años me esmeré en suplantar a Andrea; ser la nieta fuerte y obediente que ella jamás sería, la hija perfecta que Sofía tanto deseaba y la mujer de negocios que M
Andrea No pensé que cuando mi compromiso con Lorenzo se hiciera oficial con el mismo vendrían invitaciones de varios gremios de la industria vinícola. Ahora no hay fiesta o cena que nosotros no seamos el centro de atención. Ojalá solo fuera en Piamonte pero hasta nos han llegado invitaciones de otros países. Por suerte, ya llegó Jennifer para ayudarme con todo este caos. Ella no solo es mi asistente, es la única amiga que tengo. Después de lo de Luciana, me costó mucho volver a confiar en otra persona. Ella me ayudó a superar muchos traumas, sobre todo el tema de las citas. Después del rechazo de Lorenzo, mi autoestima estuvo por el piso por mucho tiempo. La conocí en el instituto, ella al igual que yo era el centro de burlas del estudiantado, con la diferencia que ella era becada. Sus padres eran trabajadores en un viñedo en Napa y el dueño, el señor Costello, era uno de los mayores benefactores del colegio. No solo logró callar la boca de todos al ocupar el primer puesto en nu
Andrea Me veo en el espejo y me gusta lo que veo. Un maquillaje con ojos ahumados, labios color rojo y mi cabello recogido en un moño bajo. El vestido parece hecho a la medida, entallado en las partes justas resaltando mi busto y caderas. La espalda descubierta y el estilo del corte sirena resaltan mi trasero. No puedo negar que las palabras de Jenny siguen rodando en mi cabeza. ¿Debo ceder a mis deseos? Cada maldito contacto con Lorenzo es un interruptor directo a mi v*agina. Cada vez que Lorenzo me ha robado un beso, por las noches he tenido sueños húmedos. Al principio me sentía una pervertida, pues los sentía reales, sentía como las manos de Lorenzo exploraban cada rincón de mi cuerpo, sus dedos dentro de mí, penetrando mi v*agina hasta que llegaba al más delicioso de los orgasmos. Me despertaba mojada, toda sudorosa y con ganas de más. Si antes pensaba que Lorenzo era el hombre más guapo del mundo, la versión madura de él me tiene en constante excitación. Obvio a él jamás s