4- Locura

Andrea

Mi nonno debió estar loco o los medicamentos que tomaba le hicieron alucinar.

Aunque no lo iba a aceptar frente a todos, estoy totalmente de acuerdo con Francesco. Es una total locura, yo, Andrea, casarme con Lorenzo.

El muy desgraciado sigue estando guapo, que digo guapo, es todo un maldito monumento.

Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí como mi corazón dejó de latir al sentir lo profundo de su mirada, como si pudiera leer mis pensamientos.

Para mí m*****a mala suerte, al momento de la lectura del testamento, el licenciado Marcucci le asignó justo el asiento detrás mío.

Su sola presencia hizo que todo mi cuerpo reaccionará. Me costó demasiado mantener mi actitud estoica, falta de emociones.

Aún tengo los vellos en mi nuca erizados, porque el muy descarado no dejó de posar su mirada en mí.

Francesco sigue gritando como un loco, que va a impugnar el testamento y por querer sacarlo de quicio, le regalo una sonrisa.

—Señor Francesco, debe controlarse, ya le dije que está en todo su derecho de querer impugnar el testamento, pero como se anunció previo a la lectura, el señor Stefano se sometió a pruebas certificadas y notariadas que establecen su estado mental a la hora de la confección del testamento —le advierte el licenciado Marcucci.

—¡Lorenzo! ¡Di algo! ¡No puedes estar de acuerdo con la locura que mi tío estipuló en su testamento!—grita una muy agraviada Renata y juro por lo más sagrado que hago un esfuerzo sobrehumano para no reírme.

—No tengo nada que decir, solo que estoy dispuesto a cumplir la última voluntad del señor Stefano —le contesta Lorenzo, mirándome y mi cuerpo traicionero se estremece por la intensidad de su mirada.

—¡No puedes hablar en serio! ¡¿Qué hay de lo nuestro?!—pregunta Renata y Lorenzo se ríe mientras niega con la cabeza.

—Nunca ha existido nada entre nosotros y es hora que dejes de estar imaginando cosas. Escúchame bien, Renata, si sigues gritando por todos lados que tenga una relación contigo, me voy a olvidar que estimo a tu padre y te voy a denunciar por acoso—le dice Lorenzo y me sorprendo, ya que la última vez que lo ví, él era su acompañante.

—No te preocupes, Lorenzo. Renata ya no va a molestarte más—interviene Roberto y Sofía intenta decir algo pero su esposo le da una mirada que hace que se mantenga callada.

—¡Pero, papá! ¡Tu sabes que siempre he soñado con casarme con él y ahora mi tío lo está obligando a casarse con esa! ¡No solo nos dejó sin nada, me quitó a Lorenzo!—grita una Renata histérica y yo estoy como una observadora viendo este espectáculo barato.

—¡Ya basta! Renata ya escuchaste al abuelo, no vamos a quedarnos con los brazos cruzados y dejar que esa nos arrebate lo que nos pertenece — es Romina quien habla y no me pasa desapercibido la mirada de odio que me dirige.

Lorenzo me sorprende colocándose frente a mí, en modo protector, gesto que me sorprende, ya que aún mantengo vívido en mi memoria la forma tan despectiva con la que me vió hace años.

—Ya escucharon al Licenciado Marcucci, si no están de acuerdo con la última voluntad de mi nonno, están libres de impugnar—les digo, mientras me pongo de pie, quedando al lado de Lorenzo—Licenciado Marcucci, ¿Mi nonno dejó estipulado alguna cláusula referente a la estadía de estas personas en esta casa?—pregunto viendo la cara de espanto de mi familia al sospechar a dónde va mi pregunta.

—Su nonno dejó claro que está en su casa y usted es libre de decidir si quiere que su madre, tíos y primas sigan viviendo bajo su techo —me responde el letrado y no puedo evitar que una sonrisa burlona se dibuje en mi rostro.

—Como ya lo escucharon, su estadía en esta casa depende de mi benevolencia y hasta ahora no tengo motivos para extenderles su tiempo en ella. Pero como sé que clase de personas son, les doy una semana para que la abandonen—les digo con una inocencia que ni yo le creo.

—¡Maldita malagradecida!¡¿Vas a echar a la calle a tu madre?!—me grita indignada Sofía.

—Deja tu drama, mamita querida. Mi nonno te dejó un apartamento en una de las zonas más exclusivas de Turín. Además, a ti jamás te ha gustado el viñedo—contesto, y la verdad ya estoy cansada de todo este drama innecesario.

Todos los presentes se quedan callados, analizando mis palabras. Me sorprende no recibir ninguna queja por su parte, así que decido que ya es hora de ir a descansar.

—Si no tienen nada más que decir, me retiro porque estoy cansada. Lo único que les pido es que se traten de comportar y no sigan dando estos espectáculos de telenovela barata—les digo mientras me dirijo hacia la puerta para irme a mi habitación.

No logro llegar a la puerta cuando siento la mano de Lorenzo sobre mi brazo. Su contacto me quema mi piel, un leve cosquilleo que va directo a mi centro. A pesar de las sensaciones que me provoca, mantengo mi rostro serio y calmado.

—Andrea, comprendo que estás cansada por el viaje, la lectura del testamento y el drama de tu familia, pero tenemos que conversar sobre nuestro matrimonio—me dice Lorenzo que aún mantiene su mano sobre mi brazo—yo asiento, señalando con mi mirada que aún mantiene su agarre pero el muy descarado me ignora.

—Tienes razón, debemos hablar de esa absurda condición, pero comprenderás que eso no va a ser hoy. Realmente necesito descansar de toda la locura del día de hoy—le respondo, soltando mi brazo de su agarre.

—¿Qué te parece mañana mientras te invito a almorzar en el Ristorante Mencagli?—me dice al oído, evitando asi los presentes escuchen.

—Me parece bien, al mal tiempo hay que darle prisa. Me envías la dirección, como entenderás no recuerdo las direcciones—le contesto y Lorenzo me regala una sonrisa lobuna que me hace tragar grueso.

—No, mi amorina. Vengo a recogerte, aquí, estaré pasando por tí al mediodía—me dice al tiempo que se despide y me deja parada frente a la puerta sorprendida de como me llamó.

Al salir, mi nana me espera para indicarme la habitación que ocuparé. ¿Qué se trae entre manos Lorenzo?¿Por qué aceptó esa loca condición de un matrimonio entre nosotros? ¿Está bien que acepte toda esta locura de mi nonno? Todas estas preguntas me las hago mientras llego a mi habitación.

Mañana, es otro día y sabré al fin las intenciones de Lorenzo. Tengo que prepararme porque la guerra apenas empieza, pero no descansaré hasta que al fin se haga justicia.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo