Jenna Miller, una chef gran talento y madre soltera, se enfrenta a la adversidad tras un incendio que la deja sin hogar y sin empleo. Su determinación la lleva a participar en el prestigioso concurso, donde es coronada como la ganadora, obligándola a aceptar un contrato para trabajar en la mansión de David Whitmore, un reconocido chef y crítico gastronómico, quien, tras un trágico accidente, vive paralítico y con pérdida parcial de memoria. David Whitmore, casado con Madison, ha cerrado su corazón al amor, pero la llegada de Jenna, cuya conexión él no recuerda, comienza a despertar emociones que él creía perdidas. Jenna, por su parte, lucha por mantener en secreto que David es realmente el padre de su hijo, mientras se sumerge en la compleja dinámica de la familia Whitmore, donde los secretos acechan en cada esquina, amenazando con salir a la luz. ¿Será posible que David descubra la verdad sobre su hijo y aun así encuentre espacio en su corazón para perdonar y amar? ¿Podrán encontrar la felicidad, a pesar de todo?
Leer másRachel asintió, aunque el malestar era evidente en su rostro.—Sí, es solo que… creo que me excedí en el desayuno. Estoy bien, no te preocupes —dijo, intentando reírse de la situación—. Quizás no fue buena idea comer tantos huevos revueltos, antes de la caminata.Sin embargo, Logan no parecía para nada convencido.—Rach… ya te he visto así antes. Recuerdo perfectamente nuestra primera luna de miel… —dijo, con voz seria y grave—. ¿No te parece algo demasiado familiar?—En ese momento, fue una intoxicación por los mariscos.—Pues el marisco ahora está babeándome el hombro —respondió Logan en tono de broma, a pesar de que no dejaba de estar alerta.Rachel no pudo evitar soltar una risita, antes de mirarlo, sintiendo cómo su corazón se detenía. No podía negar que Logan tenía razón, esa sensación… se parecía demasiado a cuando había descubierto que estaba embarazada de Esperanza. Pero no, no podía ser, ¿verdad?—No, Logan, no creo que sea posible… Tú y yo… nos estamos cuidando. —Rachel rio
El viento salino de las Islas Feroe soplaba con suavidad, llenando el aire de una inigualable frescura, mientras Rachel cerraba los parpados e inspiraba profundamente, antes de soltar el aire con lentitud. La brisa le acariciaba el rostro, despeinando su cabello y envolviéndola en un abrazo frío y cálido al mismo tiempo.El paisaje que se extendía frente a ella era de ensueño, y parecía haber sido sacado de una obra de arte: colinas verdes que descendían de manera abrupta hacia un océano infinito, donde las olas chocaban contra los acantilados.Rachel permaneció allí, de pie a la orilla del mar, sintiéndose parte de aquel vasto, salvaje y bellísimo paisaje. No podía creer que, por fin, después de años soñando con aquello, estuviera allí, en el lugar que tanto había idealizado y que no la había desilusionado en lo más mínimo. Un rincón del mundo tan remoto que parecía casi irreal.—Es increíble, ¿verdad? —preguntó una cálida y grave voz detrás de ella.Rachel se dio media vuelta, y vio
La fiesta continuó y las risas llenaban el ambiente, mientras, poco a poco, la conversación que había mantenido con su mejor amiga se desvanecía en la memoria de Rachel. Aquel era un momento para celebrar, y ella quería aprovecharlo y disfrutarlo al máximo. Sin embargo, cuando pensaba que todo estaba llegando a su clímax, Logan se paró al centro del jardín y golpeó su copa de champán con una cucharilla, llamando la atención de todos.—Un momento, por favor —repuso con una sonrisa que delataba que estaba a punto de develar una nueva sorpresa—. Esta noche ha sido y está siendo increíble, pero aún me queda una sorpresa más.Rachel, quien se había quedado de pie junto a Jenna y a David, frunció el ceño. ¿Qué más podía haber? ¿Acaso eso no era todo?—¿Qué está tramando ahora? —preguntó Rachel en un susurro, acercándose a Jenna, quien simplemente le devolvió una sonrisa cargada de complicidad.Logan se acercó nuevamente a ella, con una pequeña y alargada caja en la mano, ante la atenta mira
El aire de la fiesta estaba cargado de celebración y de felicidad. El jardín, que poco a poco se había ido oscureciendo con la caída de la tarde, parecía brillar bajo la luz del atardecer, mientras Rachel, con una sonrisa que no se borraba de su rostro, saludaba a todos y cada uno de los invitados, sintiéndose plena, al estar rodeada de las personas que amaba, y disfrutando del momento que Logan había preparado con tanto mimo.La música fluía, mientras las copas de champán se alzaban brindando y las risas llenaban el aire. Todo era más que perfecto. Rachel estaba envuelta en una burbuja de alegría. Sin embargo, aún había algo de incredulidad en su mente. Aún no podía procesar todo aquello por completo.Mientras miraba a su esposo, riendo junto a David y algunos socios de la empresa, Rachel no pudo evitar sentirse la persona más afortunada del planeta.—¡Rachel! —gritó una voz a sus espaldas, desde el otro lado del jardín.Rachel se giró para ver a Jenna acercándose a ella con un plato
Logan se acercó a Rachel, tomando sus manos con ternura y suavidad. Sus ojos, esos ojos azules que siempre habían calado hasta lo más profundo de ella, ahora brillaban con una evidente y apenas controlada emoción.—Rach —comenzó a decir, con voz suave, pero llena de firmeza y seguridad—. Todo esto es para ti. Para nosotros. Para celebrar lo que hemos construido juntos y, también, para cerrar un capítulo de nuestras vidas y comenzar uno nuevo, lleno de felicidad y amor.Rachel lo miraba, con incredulidad. Jamás había esperado algo como aquello. Entonces, vio algo en las manos de su esposo: un sobre.Logan inspiró profundamente y, con una mirada significativa, lo alzó frente a ella.—¿Recuerdas esto? —preguntó, abriendo el sobre con lentitud.Rachel frunció el ceño, reconociendo de inmediato el papel que sacó del interior: era el acta de matrimonio original, y, junto a ella, el contrato que ambos habían firmado al comienzo de todo. Ese acuerdo que habían sellado bajo circunstancias tan
Mientras Rachel intentaba relajarse en el Spa, Logan se encontraba en la villa, trabajando arduamente en los preparativos para la «gran sorpresa» que tenía en mente. Jenna y David estaban siendo fundamentales para la planificación, y todo estaba fluyendo conforme al plan.—¿Estás seguro de que ella no sospecha nada de nada? —preguntó Jenna, ajustado algunos de los adornos, mientras caminaba por el jardín, acomodando todo.Logan rio y se encogió de hombros.—Ella siempre sospecha hasta de su sombra. Creo que tú lo sabes mejor que nadie, al fin y al cabo, tú la conoces desde mucho antes que yo. Aunque creo que esta vez, con el Spa y en compañía de Elmer y Moira, se ha relajado lo suficiente como para no imaginar lo que estamos haciendo. Puede sospechar, pero no de esto —respondió, sin dejar de sonreír.David, quien en ese momento se encontraba colocando las luces en el patio, giró la cabeza hacia Logan.—Tienes suerte de que tu esposa no solo es lista, sino que, además, confía en ti. Po
Tres meses después…—¿Perdón? ¿Qué? —preguntó Rachel, procesando la información, mientras Logan sonreía con una sospechosa calma.—No dije nada del otro mundo como para que te pongas así. —Logan soltó una risita y se levantó del sofá, en donde estaba sentado con Esperanza dormida en sus brazos, y se acercó a ella—. Solo dije que no tienes que preocuparte de nada por unos días. Te he reservado unos cuantos días de Spa.—En serio, eso no tiene sentido.—¿Por qué no? —Logan alzó las cejas.—¿Por qué no vas conmigo?—Porque yo me encargaré de la empresa y de Esperanza durante esos días. Tú necesitas descansar, que te traten como la reina que eres, y esto es parte de ese trato. En serio, solo quiero que te relajes un poco. Ya tendremos tiempo de estar los tres juntos. Pero ahora es «tú» momento —enfatizó.Rachel estrechó los ojos, y lo miró, como si buscara algún rastro de broma en su rostro.—¿Y cómo se supone que vas a manejar todo eso solo? —inquirió, sin poder contener la duda en su vo
Rachel se quedó de piedra. Por un segundo, la sala pareció quedarse en silencio, mientras la petición de Logan retumbaba en su cabeza. ¿Presidente? ¿Ella? Era algo que no esperaba en lo absoluto.Su primera reacción fue de total y completa incredulidad, seguida por un torrente de emociones, entre ellas nerviosismo e incluso cierto temor. El corazón le latía frenéticamente, mientras sentía la mirada de todos los presentes sobre ella.—Logan… —comenzó a decir Rachel, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero el shock le dificultaba la tarea de articular una respuesta coherente—. No puedo… no creo que sea el momento… —repuso, bajando la mirada, mientras su mente intentaba procesar el deseo de su esposo.Sin embargo, antes de que pudiera seguir hablando, Logan tomó sus manos con firmeza y sonrió.—Rachel, cariño, has sido mucho más que una líder durante este último año. Has demostrado, día a día, que tienes la capacidad, la visión y la pasión de llevar esta empresa a niveles que y
Logan observó a Rachel por un momento, consciente de lo que esa noche significaba para ella, y estaba orgulloso de lo que ella había logrado. Porque sí, si bien él había participado activamente, todas las ideas habían sido de su esposa. Rachel no solo había sido clave para salvar la empresa, sino que, además, había transformado cómo se hacían las cosas, aportando una nueva visión, en donde todos y cada uno de los empleados se sentían valorados y, por consiguiente, rendían mucho más en su trabajo, permitiendo la innovación constante, que estaba llevando a la compañía a un nuevo nivel.—Será una gran noche —dijo Logan con una sonrisa cargada de confianza, antes de inclinarse y darle un suave beso en los labios.Jenna que había observado toda la escena en silencio, carraspeó de manera exagerada, provocando que ambos se separaran ligeramente, riéndose.—Bueno, bueno, bueno… nada de escenas romántico-melosas justo antes de que empiece la fiesta —bromeó Jenna, cruzándose de brazos, con una