Dos chicos jóvenes, dos mundos diferentes, un solo amor. En barranquilla las cosas se te pueden tornar las cosas muy difíciles si llegas a formar parte de la familia más acaudalada de la costa, y más no siendo un hijo legítimo. Este chico fue la lucha interna para Cristóbal, un joven sin ganas, grosero y que no le encuentra un sentido a la vida hasta que se ve atraído por nada más y nada menos que su hermanastro que llegó hace poco a vivir con ellos. Leandro, un chico dulce y decidido. En esta historia verás lo mágico que es encontrar el amor, por muy duro que sea y aferrarse a él. Encontrarás escenas divertidas, eróticas y, sobre todo, románticas.
Leer más- Oye, ¿cómo es que no puedes apurarte? Perderemos la ruta y no podremos irnos. – Le grité a Leandro mientras él se demoraba una eternidad en salir de la ducha. Yo me peinaba en el lavabo mientras lo esperaba.- Cínico, me bañaría más rápido si no hubiéramos tenido tanta actividad anoche, ¡me duele hasta él alma! – Me dijo riéndose y me sonrojé recordando las cosas que hicimos en la noche, me sentía hasta agotado después de eso, era increíble las ganas que me daban apenas lo veía.- Retiraré lo dicho.Después de lo que me pareció veinte años, por fin logramos salir. Logré convencerlo de que se mudara conmigo. Es que esto de venir a visitarlo los fines de semana no me basta, es muy difícil no verlo todos los días, lo necesito a mi lado.Desde que volvimos aquel día, no nos pudimos separar. Nos tocó mantener una relación a distancia por un año entero en que hice la maestría y trabajé al mismo tiempo en los negocios de papá. No me gustaba que pasáramos tan poco tiempo juntos, pero Leandr
Preparé todo para ir exactamente en dos semanas a Santa marta, queda a unas dos horas de barranquilla, así que no será muy difícil ir. Antes, me tocó reunirme con muchas personas, socios de papá, ver cómo es que funciona todo. De hecho, salí hasta en el periódico, papá anunció públicamente que sería su sucesor y esto fue una gran noticia para los medios, no sabía que él había llegado a ser tan reconocido a nivel nacional.No quería esperar tanto para ir a verlo, pero debía hacer muchas cosas. Me tocaba ponerme al día en todo, me costó retener tanta información en tan poco tiempo, pero creo que podría lograrlo.Había varios contadores que trabajaban para papá y con todos debía reunirme, además de otras personas.Como nunca, compré ropa y no para trabajar, sino para cuando fuera a ver a Leandro. Pensé mil veces que le diría, cómo lo diría, en cómo reaccionaría al verme. Estaba tan impaciente.Llegó el día de viajar, era sábado, no pude dormir ni un minuto la noche anterior, tenía muchos
Pasaron un par de horas y no me dejaban irme, eran cerca de las once y cada vez que decía que me tenía que ir, inventaban algo, como darme un postre, hablar de algo o lo que sea. Me fui un rato después. No pude dormir, pensé toda la noche en lo que me contó María y no pude dejar de imaginar cómo fue todo para él. Mi cabeza daba vueltas y todo llegaba a la misma conclusión, en verdad estar con Iris era un error.Cerca de las cinco de mañana Iris me llamó, estaba alterada y no dejaba de gritarme porque no le había hablado en un día entero. Intentaba hablar normal con ella, pero ni me dejaba responder casi, así que de la forma más sutil que pude, le dije que no iba a seguir con ella. Me envió numerosos mensajes de texto después, ya me imaginaba la clase de insultos que dirían, así que no los leí, luego que estuviera de mejor ánimo lo haría.Luego papá me llamó a las siete, me dijo que había algo que debía consultarme. Parecía ser algo muy serio así que le dije que podía venir a mi aparta
Comencé a trabajar en la universidad una vez que me gradué tres años después, me fue bien y por esto quedé cuando presenté el examen para ser docente. No puedo decir que mi vida era mala, tenía un buen puesto, vivía en un vecindario agradable, tenía amigos y me había comprometido con Iris. Ya sé, se deben estar preguntando como llegué a esto.Tenía mucha presión social encima, por un lado, estaban sus papás. Dos personas muy conservadoras, católicos clásicos que pensaban que ya era hora de casarnos, no dejaban de hablar de esto ni ellos ni sus demás familiares cada vez que íbamos a una de las reuniones que hacían los domingos. Por otro lado, estaban nuestros amigos, quienes también no dejaban de hablar de esto y cedí ante tanta presión. Lejos de ser esto algo satisfactorio para mí, no lo era, me sentía incompleto, vacío. Creo que este es mi destino, no puedo luchar contra ello.Iris es una mujer con un carácter fuerte, es decidida, inteligente y cuando no le gusta algo no duda en hace
Pasó un mes completo desde que él se fue y aún mi papá no me hablaba. Sólo lo hizo hace un par de días que me dijo que encontró una escuela que me iba a recibir en Londres, de esas en las que uno vive propiamente en las instalaciones. Traté de oponerme como fuera, no quería irme. Tenía la esperanza de que podría escapar e irme a buscarlo, pero todos mis esfuerzos fueron inútiles. Es cierto cuando dicen que el dinero lo puede todo y más en mi caso. Había tres tipos que me seguían a todas partes y alguien me vigilaba adentro de la casa.Papá preparó todos los trámites legales y tan sólo un mes y medio después de que se fuera Leandro, me envió al extranjero para asegurarse de que no lo volviera a ver nunca. Antes de irme, me dijo que me quería ver casado con una buena mujer cuando regresara, jamás iba a darle ese gusto.El vuelo fue agotador, muy largo y viajé nervioso todo el tiempo.¿Quién no lo estaría sabiendo que volé varias horas sobre el pleno océano de noche? Si el avión hubiera
Al día siguiente salí muy temprano a terminar la tutoría que estaba haciendo, le dije a Leandro que me esperara a las cuatro de la tarde en la casa para que saliéramos. Estaba muy aburrido en la escuela, hacía mucho frío en el comedor y el almuerzo estaba igual, solo quería que llegara rápido la tarde para ir a verlo. Quise enviarle un mensaje de texto o algo, pero él no tiene teléfono, debo darle uno.Pasaron un par de horas y al fin terminó mi tutoría, ya podría estar en paz. Salí a las dos y media de la escuela, pasé por un centro comercial y le compré un teléfono muy bonito, espero que le guste.Llegué a la casa, dejé estacionada la moto en el garaje. Entré y fui a la cocina, tenía mucha sed. Abrí la nevera y en ese momento, sentí que me agarraron por detrás, me empujaron y caí bocabajo en el suelo.¿Qué demonios pasaba? Me puse de pie alterado y giré para ver quién me había empujado. Fue papá.- Papá, enloqueciste por … - Me interrumpió dándome un fuerte golpe en la cara, caí en
Regresamos a casa y pasaron dos días en que no nos hablamos en ningún momento, él me evitaba y yo a él. Eso me hacía sentir muy mal, lo extrañaba y yo sé aceptar cuando hago algo mal las cosas, me he disculpado con él muchas veces, pero esta vez no entiendo porqué no puede aceptarlo. Sé que exageré un poco también, pero en verdad quería estar con él en su cumpleaños. No podría prohibirle que hable con él, pero tampoco es que cuando él esté me va a ignorar por completo. Eso no lo puedo justificar. No voy a hablarle hasta que él lo haga primero.Era martes y debíamos ir a clases, el lunes fue festivo y, por ende, no fuimos. Acostumbraba a llevarlo conmigo en la moto, pero ahora que no nos hablamos, no sé cómo será. Así sea que esté molesto con él, no me iría dejándolo. Lo esperé adentro, frente a la entrada. Yo traía puesto el uniforme de deportes, la mochila y los dos cascos de la moto en mis manos.Leandro bajó después de unos minutos, me miró y desvió la mirada, se veía molesto aún.
- Oye, te quedaste dormido. – Me dijo Leandro. Me quedé dormido en la sala mientras lo esperaba.- Cómo no si te demoras tanto en vestirte, no sé que tanto haces que te demoras así.- Se nos hará tarde, subamos un rato antes de irnos. – Me dijo Leandro jalándome del brazo. Íbamos a ir a almorzar, Papá nos dijo que nos vería a la una en un restaurante elegante que acostumbramos a ir. Hoy cumplía Leandro dieciséis años. Íbamos a comer temprano y en la noche iríamos a la casa de Pascual.- Siempre andas de pervertido. – Le dije mientras entrábamos a la habitación de él.- Cómo si no quisieras Cristóbal. – Me dijo mientras nos besábamos y él me tocaba.- Mira esto. – Le dije mostrándole una pequeña caja envuelta en papel de regalo que estaba sobre su cama. Le compré un reloj de marca que literalmente, me costó varios millones. Nunca había comprado algo tan costoso en mi vida, pero no sabía qué darle. Nunca le he regalado nada a nadie nunca.- Oye, esto… ¿cuánto te costó? – Preguntó mirand
Así seguimos por muchos días, nos besábamos cuando no había nadie cerca y por las noches, me escapaba de mi habitación y me iba a dormir con él, estábamos juntos todas las noches y luego nos dormíamos abrazándonos, ya no podía dormir yo solo. Me iba temprano antes de que se despertaran mis papás, todo a escondidas, como siempre, pero no nos importaba. Esta era sin duda la mejor época de mi vida hasta ahora, era feliz, muy feliz, como no lo había sido antes y no quería que esto terminara.Me ilusioné al tenerlo a mi lado, no hacía nada más que imaginar una vida entera junto a él. Si hubiera pensado que cuando llegó a nuestra casa, lo amaría de este modo, no hubiera sido tan grosero con él en ningún momento. Antes no podía ver con claridad lo que quería para mi futuro porque sencillamente nada me importaba, ni mis estudios, ni conocer a alguien ni nada. Ahora sí veía claramente las cosas, quería ser alguien para él, quería que pudiéramos tener un futuro juntos y en esto me basaba ahora.