"Un día eres la rara del instituto y a pesar de ello llega alguien que te cambia la vida. Quise huir para alejarme de todo lo malo que había vivido pero hube de regresar por mi familia. Y ahí está de nuevo él, Joshua Nigel, con sus aires de grandeza y niño rico cuya mirada continúa persiguiéndome por las noches, en mis sueños, tan vigente como hace dos años. Sé que él también tiene sus secretos, pero el mío me impide acercarme a ningún hombre. Sé que no puedo ni podré nunca volver a confiar pero me conformo con estar cerca y mirarlo de lejos porque un tipo como él jamás se fijará en mí. Sueño despierta y me imagino un mundo en el que él y yo no tengamos pasado." Extraído del Diario de Maia Low.
Leer másMichael Nigel correteaba alegre en el gran patio. Ahora era más divertido que antes pues tenía con quienes jugar. La familia había crecido exponencialmente desde hace unos años. Sus padres se casaron y a los pocos meses llegó su hermano Charles quien podía correr inseguro aún. A lo lejos atisbó la rubia cabellera de Linda, su primita un par de años menor que él, hija de Lauren con Richard, un amigo de infancia que regresó de un día para otro de su recorrido por Europa y apareció en la puerta de los Nigel. Cuando él y Lauren se miraron, pareció que su único objetivo era buscarla para desposarla. Fue un amor intenso, rápido y así también trajo rápido fruto. Convertirse en madre transformó a Lauren de una manera que nadie jamás imaginó. Se volvió una señora de su casa y los niños empezaron a llegar a tropel. Tenía además de Linda, a Marcus y esperaba otro que aun no sabían el sexo. Se la veía feliz y era una excelente madre. Josh adoptó a Michael como su propio hijo, y es de al
—¿Sabes quien fue? —temblaban las palabras y salían casi en un murmullo.—Si, Maia. Sé quien fue...y no solo eso. He estado investigándolo, contraté a alguien para que buscara información, le llevó un tiempo porque la búsqueda fue difícil pero finalmente tengo el archivo completo. Lo puedo enviar a tu correo si realmente necesitas verlo, aunque te sugiero no lo hagas. con lo que yo voy a decirte creo que será más que suficiente para darte por satisfecha y continuar con tu vida, con la de Michael y con la mía...—hice una pausa. Ella cambió la calma con la que escuchaba antes por un estado de nerviosismo que le causaba leves temblores en todo su cuerpo. Apreté más fuerte su mano.—Maia, el que te hizo eso fue Harry Lewis. Lo recuerdas, ¿verdad? —casi no reconocía mi voz al nombrarlo, tenía una mezcla de rabia, t
Maia—¿Cuándo pensabas contarme? —fue lo primero que me dijo mi madre apenas salió Josh. Ni siquiera se acercó a darme un beso como siempre lo hacía al verme.—No sé de que habl.... —fui brutalmente interrumpida con su tono bastante más elevado de lo habitual.—No creas que soy tan estúpida, Maia. ¿De dónde saliste? ¿Te materializaste aquí y ya? ¿Crees que no sé que pasaste la noche en la habitación de Josh? —miles de excusas se atropellan en mi cabeza pero sé que es inútil. No es posible tapar el sol con un dedo.—Estuvimos juntos. Asistimos a la cena de presentación de mi proyecto. ¿Sabes lo que fue eso, mamá? ¡Fue alucinante! Mi nombre fue repetido un montón de veces como co-autora de uno de los proyectos más importantes del mundo de las empresas!&
Maia"Es un gorila", sabía que esto no funcionaría. Detesto cuando despliega sus aires de grandeza y su espíritu posesivo delante de todos. Me siento confundida cuando estoy cerca de él. Pero vaya que el momento de alegría que había vivido cuando me nombró no se disipaba, seguía allí, alimentando los bombeos de mi corazón. Estaba orgullosa de mí misa. "Al fin estas viendo tus frutos", le decía a mi propìa imagen proyectada en el espejo del baño. Me sentía en un estado que pocas veces había experimentado en mi vida: euforia. Abrí la canilla para remojarme la cara y el cuello y quitar el calor que me había provocado el beso de Josh. Era increíble lo que sentía con solo apoyar sus labios sobre los míos.Estaba distraída en mis pensamientos cuando escuché detrás mío la puerta cerrarse. Al levantar
JoshLlegamos juntos a la cena. Ya era un poco tarde, la comida estaba en su apogeo y se encontraban dando las palabras de agradecimiento por los micrófonos que habían preparado, el encargado en la entrada vino corriendo a nuestro encuentro en cuanto nos vio llegar, con los ojos desorbitados y con manchas de transpiración debajo de sus axilas y chorreando por la cara y cuello.—Señor Nigel, ¡qué bueno que ya está entre nosotros!. En breve le toca dar las palabras, síganme por favor —sudaba profusamente y se le notaba nervioso. Nos condujo hasta nuestra mesa en la que se habían dispuesto los nombres de cada invitado. El de Maia se encontraba a dos sillas de la mía por lo que solicité amablemente a la morocha con curvas grandes que habían sentado a mi lado que le cediera el lugar. Hice un despliegue de mis artes seductoras hasta que finalmente la mujer accedió no sin ant
JoshPor Dios, ¡ cuánto la había extrañado'. Sin ella me faltaba un trozo de mí mismo. Hace años que estaba loco por esta mujer, si antes fui un cobarde ahora debía compensar con hechos valientes, arrojados, que ella sepa realmente que no soy solo palabras. En ese gran momento que quería perpetuar venían las letras de una bella canción que escuché aquella vez que realice mi viaje hacia la sanación de mi alma y mi corazón, cuando también hube de desprenderme de ella para encontrar el camino correcto. Recordé llorar todo el tiempo, pues reflejaba nuestra relación, surcada de dolores y pesares:Quiero volver a ser quien te amabaComo un juego de niñosVolver al verde de tu miradaY secar la pena que hoy nos calaArrancaré del calendario las despedidas grisesLos días más felices no han llegadoTe prometo
MaiaLlegué convertida en un manojo de nervios al parque que me traía tantos recuerdos, fue en ese lugar donde tuvimos nuestra primera charla seria e íntima. El mismo banco donde nos habíamos encontrado estaba ocupado por un señor que comía algo con mucha grasa a juzgar por los restos aceitosos alrededor de su boca y una anciana que permanecía completamente inmóvil mirando al infinito y más allá. Me quedé parada, sintiéndome ridícula por la forma en la que estaba vestida. Miré para todos lados esperando que por una vez en su vida el imbécil sea puntual, jamás lo había sido así que era mucho pedir que ahora llegara a horario. Estaba por darme vuelta y regresar cuando casi choco de nuevo con su amplio pecho. Estaba con un traje que le quedaba perfecto, resaltando su cuerpo espectacular que me había vuelto loca durante los años de instituto
MaiaNúmero desconocido"Te busco a las 19. Envíame ubicación."Casi caigo de bruces cuando recibí el mensaje. Parece que el señorito consiguió otro teléfono del cual hablarme porque a su número lo tengo bloqueado.Maia"No pienso enviarte nada, no quiero que sepas donde vivo. Dime donde nos encontramos y allí estaré."Carita triste.Casi me rio, no sé que bicho le picó.Número desconocido"En el parque aquel donde estuvimos aquella vez, ¿recuerdas? Estoy seguro que si. Espérame en el mismo banco y llegaré por tí. Vestimenta formal."Carita enojada.¿Quién se creyó? Iré vestida como me plazca. Ni siquiera tenía intenciones de salir con él, si no fuera porq
Maia"Dios, siento que voy a morir", salí de la reunión hecha un trapo, las piernas me bailaban del temblequeo que tenía y no tengo en claro el causal de que me sintiera tan acalorada, no se si fue la calentura con la que todos los monos juntos metidos en la misma sala me observaban o la mirada de uno de ellos que atravesaba como un láser mis ropas y que buscaba mis ojos en todo momento. Estoy segura que si fuera un arma ya me habría desintegrado. Tuve que hacer un esfuerzo para concentrarme en la presentación. "Al señor Nigel le gusta meterme en problemas", maldije mientras continuaba arreglando el archivero, el cual estaba hecho un desastre después de las vacaciones forzadas que me había tomado. No entendía porque me encargó a mí esta ardua tarea, sin dudas era algo muy importante que renovaría los aires de la empresa. Podrían haberlo hecho ambos herederos, estaban igual