Relator omnisciente
"Quiero guardar tus sueños en de mi corazón"...empezaba el libro que leía Maia. "Desde que te fuiste no puedo ya vivir", suspiraba profundamente sin percatarse de que aún el aula estaba llena. Unas carcajadas estrepitosas se oyeron y vió por todas partes las miradas burlonas. Ella estaba más allá de todo eso. Había logrado construir un muro entre el mundo exterior y ella. "Que digan y piensen lo que quieran", se dijo a sí misma.
Pronto se dió por finalizada la aburrida clase, el timbre anunciaba el recreo y el profesor procedió a retirarse sin siquiera girar a mirar. Maia se quedó como siempre, pues no acostumbraba a salir porque no tenía con quien hablar, en todos los años en los que estudiaba allí evitó acercarse a nadie. Sacó una golosina que había guardado en la mochila. Estaba afanada rebuscando entre las decenas de lápices que tenía allí pues debía presentar un trabajo en los siguientes días. De repente, una gran mano le tapó la boca. Sintió un aliento en su nuca.
—SSShhh... —le susurró alguien de atrás.
Ella quedó paralizada, en silencio. Quiso voltear para ver quien era y un movimiento brusco le hizo saber que no permitiría que viera su rostro. Sintió miedo...¿Qué quería? ¿Robarle? No tenía nada de valor, solo el celular. Le ofreció que revisara la mochila. La persona detrás de ella la tiró a un costado con un movimiento brusco y despectivo, no esperaba que le diera nada materiasl. Lo que había ido a buscar no estaba en esa sucia mochila. De repente empezó a tocarla y por la forma y tamaño de sus manos, se dió cuenta que era un hombre. La mano empezó revisando sus pechos primeramente, se detuvo en sus pequeños pezones, los cuales empezaron a notarse incluso con toda la ropa puesta. Él jadeaba detrás haciendo chocar su ardiente aliento en su cuello. Luego las manos bajaron por encima del uniforme, acarició sus muslos y fue subiendo lentamente hasta tocarla allí donde jamás a sus diecinueve años nadie la había tocado. Estaba caliente por encima de la falda gris, él tenía curiosidad por saber como sería por debajo. Le pasó la mano por la ropa interior y se apretó a sus nalgas para que ella sintiera su erección. Maia quedó de una pieza, se sorprendió de la dureza detrás suyo.
Este pervertido ya estaba así antes de encarala pero miles de preguntas acudían a su atormentada cabeza...¿por qué la eligió a ella? No era sexy, no usaba maquillaje ni ropa apretada, es más, su falda era cinco centímetros más abajo que la reglamentaria del instituto privado al que asistía. No acudía allí porque pudieran costearla como todos los demás, sino porque se había ganado una beca por su excelente desempeño académico. Por eso era el bicho raro para todos, era pobre, rara y tímida, tenía todo lo que odiaban los estudiantes del instituto. Los muchachones que iban eran de las mejores familias de Valle Largo. Las chicas eran todas sexys, se vestían bien y usaban los mejores maquillajes y peinados. ¿Por qué este personaje que la sobaba por todos lados la buscó a ella? Podría estar con quien quisiera. Tenía entendido que ninguna de las que iba allí era virgen, todas tenían su historial. Trató de pensar rápido quien podría ser este que empezó a subirle la falda por detrás. No había establecido ni siquiera contacto visual con alguno de ellos.
Al principio intentó resistirse pero supo que no podría hacer nada para evitar lo que vendría. Había leído en alguno de los cientos de libros que devoraba a diario que era mejor no resistirse y "relajarse"...aunque no sabía bien a que se refería esto. Nunca había pasado por una situación como esta, su único novio del primer año fue un muchacho como ella, sin grandes aspiraciones a ser el matador del grupo y se dejaron cuando él se mudó a otra ciudad. Había soñado muchas veces con lo especial que sería su primera vez y quien sería el afortunado en llevársela. "Ojala fuera Josh", se dijo.
Era el tipo más hermoso que hubiera conocido en su vida. Era alto, todo músculo, el rostro con el mentón cuadrado que le recordaba a las estatuas romanas antiguas. Se pavoneaba por los pasillos como si solo él existiera y un harén de chicas babeándose por detrás. Una sola vez se cruzaron de cerca y ella quedó impactada con su mirada de ojos negros y largas pestañas. Él hizo una mueca hacia el costado que ella interpretó como sonrisa...más bien era de desprecio por esa cosita tan insignificante con anteojos y las faldas por los tobillos.
Josh se dio vuelta a mirarla para después reírse de ella en las reuniones con sus amigos. Eso era lo que demostraba, nadie podía descubrir que se le quedaba mirando incluso cuando ella doblaba al final del pasillo. Cada día se admiraba más de su cobardía, él era el rey, ¿por qué no podía imponerse ante los demás y hacer lo que realmente quería? Si alguien lo descubría, estaría perdido. Tenía que seguir disimulando...
La mano se abrió paso entre sus nalgas y se encaminó a su vagina. Metió un dedo mojado por su saliva y cuando vio que había espacio, metió el otro. Ella se sorprendió de que lo hiciera tan suavemente, como pidiendo permiso. Alguien la violaba gentilmente. sin quererlo, empezó a lubricarse, y cuando él sintió que el camino estaba preparado, acercó su miembro lentamente y le abrió más las piernas, apoyando parte del cuerpo de ella en el pupitre. La sostuvo de la cabeza para evitar que se diera vuelta a ver de quien se trataba. Ella ni siquiera intentó gritar. Aunque lo hiciera, nadie vendría en su ayuda. El recreo duraba unos veinte minutos y el aula quedaba sola en el segundo piso. Todos iban a la sala VIP a comer panecillos, sandwiches o frutas y jugaban un rato al pool o simplemente charlaban. El que sea que estaba intentando meterle algo en su vagina por la forma en la que le iba abri
Dos meses despuésAsí terminó el último año y ya era tiempo de encontrar un trabajo que le ayudara a solventar los gastos de su madre y su hermanito menor. Terminó con excelentes notas y el día de la graduación recibió una medalla por su dedicación y conducta.Mientras ella estaba en lo alto del podio, el muchacho la observaba disimuladamente. Se sintió orgulloso de sus logros como si fueran suyos. Esa muchacha le pertenecía y todo lo que lograra sería para él. "Un día, voy a casarme contigo, Maia Low", dijo en su mente, solo en su mente porque temía expresarlo en voz alta.En ese momento alguien se acercó para darle a ella un sobre. En medio de la charla con su madre, no le dio importancia pero cuando llegó a casa, se acordó del sobre que había guardado en su bolso durante el acto de graduación."Empresas Nigel busc
Actualidad:Esa mañana, Josh debía encargarse de cubrir el puesto de una asistente que pronto saldría de licencia por maternidad, era el último día que tenía para analizar los perfiles de los que habían enviado su currículum y estaba agotado. Miró la pila de carpetas en su escritorio y empezó la ardua tarea de revisar uno a uno.A la mitad del montón encontró la foto de alguien muy familiar. Miró el nombre: Maia Low. Se quedó observando aquellos ojos grises cubiertos siempre por las gafas. Miró su currículum: era impecable, tal como se lo imaginó. Maia siempre había sido un ratón de biblioteca y siempre obtenía las mejores calificaciones. Tuvo curiosidad por saber donde estuvo ese par de años en los que la perdió de vista: una licenciatura, un posgrado y otro sinfín de cursos y especializaciones. Destino anteri
MaiaCreo que ese día mi experiencia en Nigel Co. fue una que quedaría guardada en los anales de mi mente. Todo para mí ha sido difícil. Hace tan solo una semana que mi familia y yo habíamos regresado a este lugar al que habíamos prometido olvidar, pero la situación económica nos orilló a volver con el rabo entre las piernas:Estaba nerviosa sentada en el hall de espera del gran edificio ubicado estratégicamente en el centro de Valle Largo. Me sorprendió al no ver a las demás aspirantes al puesto, en miexperiencia laboral siempre tuveque luchar con una tanda de mujeres que, como yo,solo buscaban progresar y abrirse paso en la vida. Tenía muy en claro lo queera esforzarse al máximo...no sólo por lo laboral sino porque tenía muchas más responsabilidades que la mayoría de chicas de su edad. Volvía revisar
La verdad lo que menos quería Maia era entablar contacto con aquellas personas que la habían detestado durante su larga adolescencia y principio de juventud. Un día se prometió que no volvería a caer en todos los errores que la llevaron hasta donde estaba hoy. Suspiró mientras analizaba la propuesta de trabajo de Josh. No estaba en sus planes volver a encontrase con el único muchacho que le había quitado el sueño... hasta aquel día en la que la desfloraron en el aula. Ese día supo que jamás iba a ser adecuada para ningún hombre...temía que un día la rechazaran por todo lo que había vivido. Además del otro asunto que debía explicar en algún momento. Por eso decidió que se quedaría sola, atendiendo solo a su mayor responsabilidad. Si bien Josh se había convertido en un hombre con todas las letras, estaba más guapo que nunca pu
Relator omniscienteLuego de aquel acontecimiento que le marcó la vida, Maia llegó a su casa callada, no quiso sentarse a cenar con su madre y su hermanito que tenía muchas cosas que contarle de su día. Dijo que le dolía mucho la cabeza y se encerró en su cuarto rememorando en todo momento lo que le había pasado. No entendía nada, ¿quién querría hacerle daño? Ella nunca se metió con nadie, es más, ni siquiera hablaba con nadie precisamente para evitar todo tipo de confrontaciones. Ni siquiera se atrevía a emitir opiniones contrarias en horario de clases para no tener que escuchar los insultos de los demás. Además del chico con el que tuvo un intento de relación durante el primer año con el único que había "intimado" de cerca fue con Josh aquel día en el que chocaron sin querer en el pasillo, él iba apresuradamente a e
El diario de Maia"El estúpido de Josh me encontró en el camino y me trajo a casa. No podía soportarlo, menos aún a la chica que llevaba a su lado. Me miraba como si yo estuviera envuelta en materia fecal. Debí mirarla de igual manera pero lo único que quería era llegar rápido a casa y estar con Michael. La próxima vez tomaré otro camino. No quiero volver a encontrarme con él fuera del trabajo. Me hace mal verlo. No sé si resistiré mucho más pasando tanto tiempo en el mismo espacio que él...es muy duro lo que me tocó, pareciera que el destino se apaña para que nos encontremos en todos los ámbitos. Debo olvidarme de lo que siento por Josh Nigel o sufriré siempre"Cuando Josh regresó luego de desligarse de la rubia de turno y quedó finalmente solo, le llegaron de repente los recuerdos que tenía ta
Relator omniscienteEl señor Nigel y Maia se encontraban finiquitando detalles del proyecto cuando entró Josh a dejar una documentación pendiente. Miró sorprendido pues no sabía que Maia trabajaba también con su padre. En un principio se había determinado que estaría bajo sus órdenes, su padre dijo que sería su asistente. Se sentía frustrado y lo dejó entrever cuando saludó fríamente.—¿Terminaste los informes que te pedí? —preguntó el padre a su hijo.—En realidad, estaba esperando a que la señorita Low me pasara el detalle.—Pues no debes esperar a que otra persona haga tu trabajo, Josh —le reclamóseriamente el señor Nigel.—Y tampoco puedes usar a mi personal a tus anchas, aún tenemos pendientes que terminar. Dijiste que trabajaríamos en el proyecto de la aceit