Maia
Creo que ese día mi experiencia en Nigel Co. fue una que quedaría guardada en los anales de mi mente. Todo para mí ha sido difícil. Hace tan solo una semana que mi familia y yo habíamos regresado a este lugar al que habíamos prometido olvidar, pero la situación económica nos orilló a volver con el rabo entre las piernas:
Estaba nerviosa sentada en el hall de espera del gran edificio ubicado estratégicamente en el centro de Valle Largo. Me sorprendió al no ver a las demás aspirantes al puesto, en mi experiencia laboral siempre tuve que luchar con una tanda de mujeres que, como yo, solo buscaban progresar y abrirse paso en la vida. Tenía muy en claro lo que era esforzarse al máximo...no sólo por lo laboral sino porque tenía muchas más responsabilidades que la mayoría de chicas de su edad. Volví a revisar la convocatoria con miedo de haberme equivocado de fecha y hora aunque era poco probable ya que siempre prestaba mucha atención a estos detalles. No, en efecto, era ese mismo día y a esa hora. "Aún faltaba un minuto", me dije mientras no quitaba la mirada del gran reloj digital empotrado en la pared...pero nadie llegaría tarde a una entrevista laboral tan importante. Pasaron otros quince minutos antes de escuchar mi nombre en la voz de la secretaria pelirroja y sexy sentada detrás de la mesa de entrada.
—Señorita Low, sígame por favor. El señor Nigel la espera.Sentí escalofríos cuando escuché ese apellido. El señor Nigel tenía fama de ser muy estricto con sus empleados. Decían que con su voz podía paralizar a cien personas en una sala y su presencia era temible. Y estaba el otro Nigel...pero enseguida espanté el naciente pensamiento. Me acomodé los anteojos de montura negra y me alisé la falda que aún usaba dos dedos por debajo de la rodilla, solo que esta era de un estilo más moderno y de un color más vivo que las que usaba cuando aún estudiaba. A pesar de la experiencia vivida en el pasado, no cambié mucho, no permitiría que un tipo cualquiera que ni siquiera conocía me trastocara la vida. Por supuesto que me la cambió de una manera que jamás imaginé, pero siempre intento que mi esencia seguía siendo la misma.La secretaria me hizo un ademán de que pasara a la oficina. Había un hombre parado de espaldas con las manos cruzadas que miraba por el gran ventanal que tenía vista a la mejor zona de la ciudad.—Hola, Maia —me dijo dándose vuelta. —Hace tiempo que no nos vemos...Me quedé muda. "Tragame, tierra", grité por dentro. Era la primera vez que me quedaba sin palabras en una entrevista. Con que este Nigel sería mi jefe. Pensé que tal vez estuviera en alguna isla afrodisíaca revolcándose con una rubia con tetas plásticas. Nunca se me pasó por la cabeza que fuera el "señor" Nigel.—Hola, Josh. No esperaba encontrarte. Pensé que el señor Nigel era tu padre —espeté nerviosa, ni en mis más remotos sueños me hubiera imaginado estar frente al semental del instituto y con sus ojos oscuros mirándome fijamente.—Y así es...pero la secretaria aún no se acostumbra a tutearme. Tal vez le falte un poco de intimidad conmigo para que aprenda, ¿no te parece? —manifestó con sorna. "Es que este tipo no cambia más", bufé internamente pero me aseguré de no expresarlo en voz alta.No sé porque pero me ruboricé. Siempre supe que él era un patán con las mujeres..."y pensar que hubo un tiempo en el que soñaba con él"...
—Al parecer sigues siendo la misma Maia del instituto, ¿verdad? —aseveró de repente, sacándome de sus ensoñaciones, las que ya tomaban un rumbo indescifrable para mí.—Y yo pensé que estaba aquí por motivos laborales, "señor" Nigel...no para que me contara chistes —expresé molesta, con el ceño fruncido pero aún colorada... obvio no podía verme pero lo sentía con muchas fuerzas.Aquí mi día ya se había arruinado, definitivamente.
Relator
Él aprovechó para mirarla más de cerca. Ya había visto sus ojos aquel día que chocaron en el pasillo cuando él se dirigía tarde a un entrenamiento y ella iba toda cargada con libros. Y se le quedaron grabados para siempre. Ahora observó la forma de su boca, de su nariz, de sus pómulos. Lo hizo descaradamente mientras ella buscaba un pañuelo en su bolso para limpiarse las finas gotas de sudor de su frente. Estaba...¿nerviosa? ¿o era solo su imaginación?.
—Bueno, entonces nos concentremos ahora en lo que nos convoca, señorita Low...¿o debo decir señora? —le preguntó al pasar, moría por saber más de ella aunque también se aseguró de no expresarlo.—Señorita para usted, señor Nigel —le dijo sin levantar la mirada y resaltando el "señor". Ya se sentía molesta por la forma en que él la miraba a la cara. Sabía que tenía muchos defectos por lo que no le gustaba que se detuvieran a observarlos, en cambio, desviaba la atención en sus ocurrencias brillantes y charlas amenas. Sabía que debía compensar la falta de gracia física con la intelectual, aunque había aprendido que a los hombres eso no les interesaba.—Esta es la propuesta de trabajo, señorita Low. los horarios, la paga y las tareas asignadas. Puedes analizarlas y darme tu respuesta mañana a primera hora.. —propuso altaneramente.
Maia se despidió sintiendo su oscura mirada pegada en su espalda y estuvo a punto de darse vuelta a replicar por ello pero lo pensó mejor, no valía la pena hacerse mala sangre por alguien como Joshua Nigel, el nombre que había repetido tantas veces en la oscuridad de su cuarto. Le costó mucho tiempo recuperarse del encuentro y de las sensaciones que le causó. Debía ser fuerte, siempre lo había sido y debía seguir siéndolo si quería que el pasado la atrapara.
La verdad lo que menos quería Maia era entablar contacto con aquellas personas que la habían detestado durante su larga adolescencia y principio de juventud. Un día se prometió que no volvería a caer en todos los errores que la llevaron hasta donde estaba hoy. Suspiró mientras analizaba la propuesta de trabajo de Josh. No estaba en sus planes volver a encontrase con el único muchacho que le había quitado el sueño... hasta aquel día en la que la desfloraron en el aula. Ese día supo que jamás iba a ser adecuada para ningún hombre...temía que un día la rechazaran por todo lo que había vivido. Además del otro asunto que debía explicar en algún momento. Por eso decidió que se quedaría sola, atendiendo solo a su mayor responsabilidad. Si bien Josh se había convertido en un hombre con todas las letras, estaba más guapo que nunca pu
Relator omniscienteLuego de aquel acontecimiento que le marcó la vida, Maia llegó a su casa callada, no quiso sentarse a cenar con su madre y su hermanito que tenía muchas cosas que contarle de su día. Dijo que le dolía mucho la cabeza y se encerró en su cuarto rememorando en todo momento lo que le había pasado. No entendía nada, ¿quién querría hacerle daño? Ella nunca se metió con nadie, es más, ni siquiera hablaba con nadie precisamente para evitar todo tipo de confrontaciones. Ni siquiera se atrevía a emitir opiniones contrarias en horario de clases para no tener que escuchar los insultos de los demás. Además del chico con el que tuvo un intento de relación durante el primer año con el único que había "intimado" de cerca fue con Josh aquel día en el que chocaron sin querer en el pasillo, él iba apresuradamente a e
El diario de Maia"El estúpido de Josh me encontró en el camino y me trajo a casa. No podía soportarlo, menos aún a la chica que llevaba a su lado. Me miraba como si yo estuviera envuelta en materia fecal. Debí mirarla de igual manera pero lo único que quería era llegar rápido a casa y estar con Michael. La próxima vez tomaré otro camino. No quiero volver a encontrarme con él fuera del trabajo. Me hace mal verlo. No sé si resistiré mucho más pasando tanto tiempo en el mismo espacio que él...es muy duro lo que me tocó, pareciera que el destino se apaña para que nos encontremos en todos los ámbitos. Debo olvidarme de lo que siento por Josh Nigel o sufriré siempre"Cuando Josh regresó luego de desligarse de la rubia de turno y quedó finalmente solo, le llegaron de repente los recuerdos que tenía ta
Relator omniscienteEl señor Nigel y Maia se encontraban finiquitando detalles del proyecto cuando entró Josh a dejar una documentación pendiente. Miró sorprendido pues no sabía que Maia trabajaba también con su padre. En un principio se había determinado que estaría bajo sus órdenes, su padre dijo que sería su asistente. Se sentía frustrado y lo dejó entrever cuando saludó fríamente.—¿Terminaste los informes que te pedí? —preguntó el padre a su hijo.—En realidad, estaba esperando a que la señorita Low me pasara el detalle.—Pues no debes esperar a que otra persona haga tu trabajo, Josh —le reclamóseriamente el señor Nigel.—Y tampoco puedes usar a mi personal a tus anchas, aún tenemos pendientes que terminar. Dijiste que trabajaríamos en el proyecto de la aceit
Cuando estuvo conforme con la imagen que le devolvía el espejo salió rápidamente del baño, pues ya había hecho esperar demasiado al señor Nigel. Hizo una zancada larga cuando sintió un golpe seco en el pecho. Sus anteojos volaron y sintió una mano que la sostenía alrededor de la cintura. Otra vez había chocado con el idiota de Josh. ¡Era un deja vu!.—¿Estás bien? —le preguntó éste, le pareció como si estuviera realmente preocupado. Su mirada era intensa, tenía un brillo inusual en sus oscuros ojos.Ella pensó que le hacía burla y no le contestó. Estaba muy enojada por la contrariedad. Se acomodó un poco la ropa sin percatarse que él aún la tenía enganchada en su brazo derecho y su pecho tocaba levemente su otro brazo. Estaban tan cerca que uno pudo escuchar la respiración del otro. Era com
Su madre estaba encantada. Nunca había estado en una mansión y mucho menos con una familia de tan alta escala. Pero le daba vergüenza no tener ropas adecuadas ni sabía como comportarse ante ellos.—No, mamá. ¡No iremos! ¡No podemos ir! —le decía exaltada —¿De quéhablaremos con ellos? No conoces a Lauren y tampoco a Josh...ellos pueden llegar a ser muy hirientes —prácticamente estaba en el llanto.—No me interesa lo que hagan unos mocosos igual que tú. Me gustaría conocer al mismo señor Nigel y si él nos invita pues, iremos —le dijo muy resuelta.Nada pudo hacer Maia para convencerla.Diario de Maia"No puedo creer que mi madre aceptara ir a comer con los Nigel, ¿que bicho le picó? Ojala pasara algo antes de ese día que evite encontrarme con esa gente insoportable. El único que val
El día previsto, llegaron en taxi Maia, su madre, Cris y Michael sumidos en un silencio incómodo, sin saber bien que les esperaba en una casa a la que no pertenecían. Los niños abrieron sus bocas y ojos en señal de asombro ante el imponente edificio que se alzaba frente a sus ojos y creía más a medida que se acercaban a la entrada El señor Nigel salió el mismo a recibirlos con mucha alegría, como si los esperara de hace tiempo., repartiendo sonrisas, abrazos y besos a todos los presentes Los llevó primeramente al salón de juegos que había en la casa. Allí había dispuesto de videojuegos para Cris, un juego inflable para el pequeño Michael y diversos juegos de mesa, billar y tiro al blanco para los demás. Obligó a Lauren y a Josh a estar dispuestos ese día. ¡Lauren traía una cara terrible! Tuvo que suspender una reunión con el grupo d
Maia se encargó de acostar a dormir a Michael. Josh le ofreció su cuarto porque su padre se lo había pedido. Era el cuarto más cercano al pasillo y evitaba que caminaran con el niño dormido en brazos hasta el otro extremo de la casa. Maia estaba un tanto cohibida al encontrarse en el cuarto de Josh. Todo allí gritaba que pertenecía a él, era tan masculina y avasallante como su presencia misma, el aroma de su perfume se difuminaba tenue en el ambiente, incluso en las sábanas de la gigantesca cama.Para que pudiera quedarse en una cama ajena a la suya y pudiera dormir, Maia tuvo que recostarse a su lado hasta que él se durmiera. En determinado momento Josh entró imprevistamente pues había olvidado que estaban en su cuarto, la vio dormida al lado del niño y tuvo un dejo de ternura. Se quedó observando a ambos por un buen rato y le pareció que había visto antes a es