Josh
Llegamos juntos a la cena. Ya era un poco tarde, la comida estaba en su apogeo y se encontraban dando las palabras de agradecimiento por los micrófonos que habían preparado, el encargado en la entrada vino corriendo a nuestro encuentro en cuanto nos vio llegar, con los ojos desorbitados y con manchas de transpiración debajo de sus axilas y chorreando por la cara y cuello.
—Señor Nigel, ¡qué bueno que ya está entre nosotros!. En breve le toca dar las palabras, síganme por favor —sudaba profusamente y se le notaba nervioso. Nos condujo hasta nuestra mesa en la que se habían dispuesto los nombres de cada invitado. El de Maia se encontraba a dos sillas de la mía por lo que solicité amablemente a la morocha con curvas grandes que habían sentado a mi lado que le cediera el lugar. Hice un despliegue de mis artes seductoras hasta que finalmente la mujer accedió no sin ant
Maia"Es un gorila", sabía que esto no funcionaría. Detesto cuando despliega sus aires de grandeza y su espíritu posesivo delante de todos. Me siento confundida cuando estoy cerca de él. Pero vaya que el momento de alegría que había vivido cuando me nombró no se disipaba, seguía allí, alimentando los bombeos de mi corazón. Estaba orgullosa de mí misa. "Al fin estas viendo tus frutos", le decía a mi propìa imagen proyectada en el espejo del baño. Me sentía en un estado que pocas veces había experimentado en mi vida: euforia. Abrí la canilla para remojarme la cara y el cuello y quitar el calor que me había provocado el beso de Josh. Era increíble lo que sentía con solo apoyar sus labios sobre los míos.Estaba distraída en mis pensamientos cuando escuché detrás mío la puerta cerrarse. Al levantar
Maia—¿Cuándo pensabas contarme? —fue lo primero que me dijo mi madre apenas salió Josh. Ni siquiera se acercó a darme un beso como siempre lo hacía al verme.—No sé de que habl.... —fui brutalmente interrumpida con su tono bastante más elevado de lo habitual.—No creas que soy tan estúpida, Maia. ¿De dónde saliste? ¿Te materializaste aquí y ya? ¿Crees que no sé que pasaste la noche en la habitación de Josh? —miles de excusas se atropellan en mi cabeza pero sé que es inútil. No es posible tapar el sol con un dedo.—Estuvimos juntos. Asistimos a la cena de presentación de mi proyecto. ¿Sabes lo que fue eso, mamá? ¡Fue alucinante! Mi nombre fue repetido un montón de veces como co-autora de uno de los proyectos más importantes del mundo de las empresas!&
—¿Sabes quien fue? —temblaban las palabras y salían casi en un murmullo.—Si, Maia. Sé quien fue...y no solo eso. He estado investigándolo, contraté a alguien para que buscara información, le llevó un tiempo porque la búsqueda fue difícil pero finalmente tengo el archivo completo. Lo puedo enviar a tu correo si realmente necesitas verlo, aunque te sugiero no lo hagas. con lo que yo voy a decirte creo que será más que suficiente para darte por satisfecha y continuar con tu vida, con la de Michael y con la mía...—hice una pausa. Ella cambió la calma con la que escuchaba antes por un estado de nerviosismo que le causaba leves temblores en todo su cuerpo. Apreté más fuerte su mano.—Maia, el que te hizo eso fue Harry Lewis. Lo recuerdas, ¿verdad? —casi no reconocía mi voz al nombrarlo, tenía una mezcla de rabia, t
Michael Nigel correteaba alegre en el gran patio. Ahora era más divertido que antes pues tenía con quienes jugar. La familia había crecido exponencialmente desde hace unos años. Sus padres se casaron y a los pocos meses llegó su hermano Charles quien podía correr inseguro aún. A lo lejos atisbó la rubia cabellera de Linda, su primita un par de años menor que él, hija de Lauren con Richard, un amigo de infancia que regresó de un día para otro de su recorrido por Europa y apareció en la puerta de los Nigel. Cuando él y Lauren se miraron, pareció que su único objetivo era buscarla para desposarla. Fue un amor intenso, rápido y así también trajo rápido fruto. Convertirse en madre transformó a Lauren de una manera que nadie jamás imaginó. Se volvió una señora de su casa y los niños empezaron a llegar a tropel. Tenía además de Linda, a Marcus y esperaba otro que aun no sabían el sexo. Se la veía feliz y era una excelente madre. Josh adoptó a Michael como su propio hijo, y es de al
Relator omnisciente"Quiero guardartus sueños ende mi corazón"...empezaba el libro que leía Maia. "Desde que te fuiste no puedo ya vivir", suspiraba profundamente sin percatarse de que aún el aula estaba llena. Unas carcajadas estrepitosas se oyerony vió por todas partes las miradas burlonas. Ella estaba más allá de todo eso. Había logrado construir un muro entre el mundo exterior y ella. "Que digan y piensen lo que quieran", se dijo a sí misma.Pronto se dió por finalizada la aburrida clase, el timbre anunciaba el recreo y el profesor procedió a retirarse sin siquiera girar a mirar. Maia se quedó como siempre, pues no acostumbraba a salir porque no tenía con quien hablar, en todos los años en los que estudiaba allí evitó acercarse a nadie. Sacó una golosina que había guardado en la mochila. Estaba afanada rebuscando entre las
La mano se abrió paso entre sus nalgas y se encaminó a su vagina. Metió un dedo mojado por su saliva y cuando vio que había espacio, metió el otro. Ella se sorprendió de que lo hiciera tan suavemente, como pidiendo permiso. Alguien la violaba gentilmente. sin quererlo, empezó a lubricarse, y cuando él sintió que el camino estaba preparado, acercó su miembro lentamente y le abrió más las piernas, apoyando parte del cuerpo de ella en el pupitre. La sostuvo de la cabeza para evitar que se diera vuelta a ver de quien se trataba. Ella ni siquiera intentó gritar. Aunque lo hiciera, nadie vendría en su ayuda. El recreo duraba unos veinte minutos y el aula quedaba sola en el segundo piso. Todos iban a la sala VIP a comer panecillos, sandwiches o frutas y jugaban un rato al pool o simplemente charlaban. El que sea que estaba intentando meterle algo en su vagina por la forma en la que le iba abri
Dos meses despuésAsí terminó el último año y ya era tiempo de encontrar un trabajo que le ayudara a solventar los gastos de su madre y su hermanito menor. Terminó con excelentes notas y el día de la graduación recibió una medalla por su dedicación y conducta.Mientras ella estaba en lo alto del podio, el muchacho la observaba disimuladamente. Se sintió orgulloso de sus logros como si fueran suyos. Esa muchacha le pertenecía y todo lo que lograra sería para él. "Un día, voy a casarme contigo, Maia Low", dijo en su mente, solo en su mente porque temía expresarlo en voz alta.En ese momento alguien se acercó para darle a ella un sobre. En medio de la charla con su madre, no le dio importancia pero cuando llegó a casa, se acordó del sobre que había guardado en su bolso durante el acto de graduación."Empresas Nigel busc
Actualidad:Esa mañana, Josh debía encargarse de cubrir el puesto de una asistente que pronto saldría de licencia por maternidad, era el último día que tenía para analizar los perfiles de los que habían enviado su currículum y estaba agotado. Miró la pila de carpetas en su escritorio y empezó la ardua tarea de revisar uno a uno.A la mitad del montón encontró la foto de alguien muy familiar. Miró el nombre: Maia Low. Se quedó observando aquellos ojos grises cubiertos siempre por las gafas. Miró su currículum: era impecable, tal como se lo imaginó. Maia siempre había sido un ratón de biblioteca y siempre obtenía las mejores calificaciones. Tuvo curiosidad por saber donde estuvo ese par de años en los que la perdió de vista: una licenciatura, un posgrado y otro sinfín de cursos y especializaciones. Destino anteri