La mano se abrió paso entre sus nalgas y se encaminó a su vagina. Metió un dedo mojado por su saliva y cuando vio que había espacio, metió el otro. Ella se sorprendió de que lo hiciera tan suavemente, como pidiendo permiso. Alguien la violaba gentilmente. sin quererlo, empezó a lubricarse, y cuando él sintió que el camino estaba preparado, acercó su miembro lentamente y le abrió más las piernas, apoyando parte del cuerpo de ella en el pupitre. La sostuvo de la cabeza para evitar que se diera vuelta a ver de quien se trataba. Ella ni siquiera intentó gritar. Aunque lo hiciera, nadie vendría en su ayuda. El recreo duraba unos veinte minutos y el aula quedaba sola en el segundo piso. Todos iban a la sala VIP a comer panecillos, sandwiches o frutas y jugaban un rato al pool o simplemente charlaban. El que sea que estaba intentando meterle algo en su vagina por la forma en la que le iba abriéndola sabía esto. Era obvio que era alguien del colegio, un alumno...o un maestro!!!
Él iba preparándola para que pudiera recibir su gran pene. Notó lo estrecha que ella estaba ahí abajo y por eso le llevó más tiempo del que pensaba. En realidad, no lo había pensado. Simplemente se dio la oportunidad. Hace tiempo que la deseaba pero sería una vergüenza decírselo a sus amigos o que las demás chicas del colegio lo vieran con ella. Sabía que si se lo proponía ella no aceptaría porque ella no hablaba con nadie. Desde el día que la vio por primera vez hubo algo que no podía describir ni entender que le pasó con esa muchacha de grandes anteojos y siempre despeinada. Caminaba por los pasillos en silencio y agachada la cabeza mirándose los pies. No miraba a nadie, mucho menos a él. Eso le molestó un poco, no conocía a ninguna que se resistiera a sus encantos.
Se sorprendió que ella empezara a mojarse lentamente a medida que introducía más y más sus dedos. También le pareció extraño que no se resistiera, pensó que debía amordazarla en un primer momento si empezaba a gritar, pero ella estaba en silencio. Igualmente se sorprendió que estuviera esperándola a ella, pensaba embestir y salir corriendo antes que ella lo viera, pero una vez allí, al oler su cabello y la piel de su cuello quiso detenerse.Pudo palpar el cuerpo de ella debajo de la ropa ancha que siempre usaba y se sorprendió porque su cintura era pequeña y anchas sus caderas. Había mucha carne en sus nalgas y estaban firmes al tacto. Se enloqueció con la suavidad de su piel y creció su lujuria cuando la tocó abajo. Había tocado a muchísimas allí, pero esta le pareció que era especial, se dió cuenta que nunca antes ninguna mano anduvo por ahí y se sintió un ladrón además de violador, pensó. Pero poco podía pensar en realidad, esa muchacha lo traía loco. Intentó varias veces contactarse con ella sin que nadie lo notara pero era inútil pues nunca se juntaba con nadie y él siempre estaba rodeado, así que solo se conformaba con verla de lejos. No iba a ninguna fiesta que hacía ni participaba de ningún evento. Se convirtió en una obsesión para él, se levantaba eyaculando por las mañanas después de tener sueños eróticos con ella. Sabía que tenía que hacer algo antes de enloquecer de todo. Por eso empezó a estudiar sus movimientos y se dio con que nunca salía al recreo largo. Se quedaba sola en el salón de clases leyendo sus libros o escuchando música con auriculares. Sería la oportunidad perfecta para sacarse las ganas locas que tenía. En un momento de lucidez, optó por detenerse. No quería lastimarla y por un momento quiso que ella también lo sintiera a él.
— ¿Puedes sentirme? — le dijo impostando la voz en su oído.— ¿Q-quien eres? — preguntó con un hilo de voz.— ¡Contesta! — le dijo tironeándole un poco los cabellos.— S-si...puedo sentirte... — le dijo temblando.Él fue suave y tierno, se encargó de no causarle daño. Limpió el leve sangrado de ella cuando se rompió el himen y la tranquilizó en susurros cuando ella hizo ademán de dolor. Ella lo recibió resignada y con la mente en blanco. No fue como siempre se lo imaginó...pero no era desagradable...si tan solo fuera quien ella quería. Trató de hacerse una imagen mental del hombre a quien deseaba en sueños y eso permitió que la experiencia no fuera traumática. Él terminó jadeando y con temblores en todo el cuerpo, le puso sobre la cabeza de ella una prenda para que no lo descubriera cuando saliera por la puerta de atrás. Ella se quedó un rato inmóvil, tratando de escuchar sus jadeos...nada.
En ese momento se empezaron a escuchar voces que se acercaban. Aprovechó para darse la vuelta pero ya no había nadie. Logró acomodarse como pudo la ropa y arreglarse el cabello y se sentó temblando e intentando contener las lágrimas.En ese momento sonó el timbre y todos empezaron a llegar y a sentarse. Ella miró a cada uno a la cara para ver si encontraba al autor del manoseo a su cuerpo, ninguno la miró, como siempre y no había ninguna señal de que fueran culpables. Josh fue el último en entrar conversando animadamente con Kenia y pasó a sentarse en la parte de atrás, donde siempre lo hacía. A él no lo miró pues el chico jamás se fijaría en ella y mucho menos tendría deseos de tocarla. Decidió que tomaría precauciones la siguiente vez y se preparó para continuar con su jornada de clases.
Dos meses despuésAsí terminó el último año y ya era tiempo de encontrar un trabajo que le ayudara a solventar los gastos de su madre y su hermanito menor. Terminó con excelentes notas y el día de la graduación recibió una medalla por su dedicación y conducta.Mientras ella estaba en lo alto del podio, el muchacho la observaba disimuladamente. Se sintió orgulloso de sus logros como si fueran suyos. Esa muchacha le pertenecía y todo lo que lograra sería para él. "Un día, voy a casarme contigo, Maia Low", dijo en su mente, solo en su mente porque temía expresarlo en voz alta.En ese momento alguien se acercó para darle a ella un sobre. En medio de la charla con su madre, no le dio importancia pero cuando llegó a casa, se acordó del sobre que había guardado en su bolso durante el acto de graduación."Empresas Nigel busc
Actualidad:Esa mañana, Josh debía encargarse de cubrir el puesto de una asistente que pronto saldría de licencia por maternidad, era el último día que tenía para analizar los perfiles de los que habían enviado su currículum y estaba agotado. Miró la pila de carpetas en su escritorio y empezó la ardua tarea de revisar uno a uno.A la mitad del montón encontró la foto de alguien muy familiar. Miró el nombre: Maia Low. Se quedó observando aquellos ojos grises cubiertos siempre por las gafas. Miró su currículum: era impecable, tal como se lo imaginó. Maia siempre había sido un ratón de biblioteca y siempre obtenía las mejores calificaciones. Tuvo curiosidad por saber donde estuvo ese par de años en los que la perdió de vista: una licenciatura, un posgrado y otro sinfín de cursos y especializaciones. Destino anteri
MaiaCreo que ese día mi experiencia en Nigel Co. fue una que quedaría guardada en los anales de mi mente. Todo para mí ha sido difícil. Hace tan solo una semana que mi familia y yo habíamos regresado a este lugar al que habíamos prometido olvidar, pero la situación económica nos orilló a volver con el rabo entre las piernas:Estaba nerviosa sentada en el hall de espera del gran edificio ubicado estratégicamente en el centro de Valle Largo. Me sorprendió al no ver a las demás aspirantes al puesto, en miexperiencia laboral siempre tuveque luchar con una tanda de mujeres que, como yo,solo buscaban progresar y abrirse paso en la vida. Tenía muy en claro lo queera esforzarse al máximo...no sólo por lo laboral sino porque tenía muchas más responsabilidades que la mayoría de chicas de su edad. Volvía revisar
La verdad lo que menos quería Maia era entablar contacto con aquellas personas que la habían detestado durante su larga adolescencia y principio de juventud. Un día se prometió que no volvería a caer en todos los errores que la llevaron hasta donde estaba hoy. Suspiró mientras analizaba la propuesta de trabajo de Josh. No estaba en sus planes volver a encontrase con el único muchacho que le había quitado el sueño... hasta aquel día en la que la desfloraron en el aula. Ese día supo que jamás iba a ser adecuada para ningún hombre...temía que un día la rechazaran por todo lo que había vivido. Además del otro asunto que debía explicar en algún momento. Por eso decidió que se quedaría sola, atendiendo solo a su mayor responsabilidad. Si bien Josh se había convertido en un hombre con todas las letras, estaba más guapo que nunca pu
Relator omniscienteLuego de aquel acontecimiento que le marcó la vida, Maia llegó a su casa callada, no quiso sentarse a cenar con su madre y su hermanito que tenía muchas cosas que contarle de su día. Dijo que le dolía mucho la cabeza y se encerró en su cuarto rememorando en todo momento lo que le había pasado. No entendía nada, ¿quién querría hacerle daño? Ella nunca se metió con nadie, es más, ni siquiera hablaba con nadie precisamente para evitar todo tipo de confrontaciones. Ni siquiera se atrevía a emitir opiniones contrarias en horario de clases para no tener que escuchar los insultos de los demás. Además del chico con el que tuvo un intento de relación durante el primer año con el único que había "intimado" de cerca fue con Josh aquel día en el que chocaron sin querer en el pasillo, él iba apresuradamente a e
El diario de Maia"El estúpido de Josh me encontró en el camino y me trajo a casa. No podía soportarlo, menos aún a la chica que llevaba a su lado. Me miraba como si yo estuviera envuelta en materia fecal. Debí mirarla de igual manera pero lo único que quería era llegar rápido a casa y estar con Michael. La próxima vez tomaré otro camino. No quiero volver a encontrarme con él fuera del trabajo. Me hace mal verlo. No sé si resistiré mucho más pasando tanto tiempo en el mismo espacio que él...es muy duro lo que me tocó, pareciera que el destino se apaña para que nos encontremos en todos los ámbitos. Debo olvidarme de lo que siento por Josh Nigel o sufriré siempre"Cuando Josh regresó luego de desligarse de la rubia de turno y quedó finalmente solo, le llegaron de repente los recuerdos que tenía ta
Relator omniscienteEl señor Nigel y Maia se encontraban finiquitando detalles del proyecto cuando entró Josh a dejar una documentación pendiente. Miró sorprendido pues no sabía que Maia trabajaba también con su padre. En un principio se había determinado que estaría bajo sus órdenes, su padre dijo que sería su asistente. Se sentía frustrado y lo dejó entrever cuando saludó fríamente.—¿Terminaste los informes que te pedí? —preguntó el padre a su hijo.—En realidad, estaba esperando a que la señorita Low me pasara el detalle.—Pues no debes esperar a que otra persona haga tu trabajo, Josh —le reclamóseriamente el señor Nigel.—Y tampoco puedes usar a mi personal a tus anchas, aún tenemos pendientes que terminar. Dijiste que trabajaríamos en el proyecto de la aceit
Cuando estuvo conforme con la imagen que le devolvía el espejo salió rápidamente del baño, pues ya había hecho esperar demasiado al señor Nigel. Hizo una zancada larga cuando sintió un golpe seco en el pecho. Sus anteojos volaron y sintió una mano que la sostenía alrededor de la cintura. Otra vez había chocado con el idiota de Josh. ¡Era un deja vu!.—¿Estás bien? —le preguntó éste, le pareció como si estuviera realmente preocupado. Su mirada era intensa, tenía un brillo inusual en sus oscuros ojos.Ella pensó que le hacía burla y no le contestó. Estaba muy enojada por la contrariedad. Se acomodó un poco la ropa sin percatarse que él aún la tenía enganchada en su brazo derecho y su pecho tocaba levemente su otro brazo. Estaban tan cerca que uno pudo escuchar la respiración del otro. Era com