Relator omnisciente
El señor Nigel y Maia se encontraban finiquitando detalles del proyecto cuando entró Josh a dejar una documentación pendiente. Miró sorprendido pues no sabía que Maia trabajaba también con su padre. En un principio se había determinado que estaría bajo sus órdenes, su padre dijo que sería su asistente. Se sentía frustrado y lo dejó entrever cuando saludó fríamente.
—¿Terminaste los informes que te pedí? —preguntó el padre a su hijo.—En realidad, estaba esperando a que la señorita Low me pasara el detalle.—Pues no debes esperar a que otra persona haga tu trabajo, Josh —le reclamó seriamente el señor Nigel.—Y tampoco puedes usar a mi personal a tus anchas, aún tenemos pendientes que terminar. Dijiste que trabajaríamos en el proyecto de la aceitCuando estuvo conforme con la imagen que le devolvía el espejo salió rápidamente del baño, pues ya había hecho esperar demasiado al señor Nigel. Hizo una zancada larga cuando sintió un golpe seco en el pecho. Sus anteojos volaron y sintió una mano que la sostenía alrededor de la cintura. Otra vez había chocado con el idiota de Josh. ¡Era un deja vu!.—¿Estás bien? —le preguntó éste, le pareció como si estuviera realmente preocupado. Su mirada era intensa, tenía un brillo inusual en sus oscuros ojos.Ella pensó que le hacía burla y no le contestó. Estaba muy enojada por la contrariedad. Se acomodó un poco la ropa sin percatarse que él aún la tenía enganchada en su brazo derecho y su pecho tocaba levemente su otro brazo. Estaban tan cerca que uno pudo escuchar la respiración del otro. Era com
Su madre estaba encantada. Nunca había estado en una mansión y mucho menos con una familia de tan alta escala. Pero le daba vergüenza no tener ropas adecuadas ni sabía como comportarse ante ellos.—No, mamá. ¡No iremos! ¡No podemos ir! —le decía exaltada —¿De quéhablaremos con ellos? No conoces a Lauren y tampoco a Josh...ellos pueden llegar a ser muy hirientes —prácticamente estaba en el llanto.—No me interesa lo que hagan unos mocosos igual que tú. Me gustaría conocer al mismo señor Nigel y si él nos invita pues, iremos —le dijo muy resuelta.Nada pudo hacer Maia para convencerla.Diario de Maia"No puedo creer que mi madre aceptara ir a comer con los Nigel, ¿que bicho le picó? Ojala pasara algo antes de ese día que evite encontrarme con esa gente insoportable. El único que val
El día previsto, llegaron en taxi Maia, su madre, Cris y Michael sumidos en un silencio incómodo, sin saber bien que les esperaba en una casa a la que no pertenecían. Los niños abrieron sus bocas y ojos en señal de asombro ante el imponente edificio que se alzaba frente a sus ojos y creía más a medida que se acercaban a la entrada El señor Nigel salió el mismo a recibirlos con mucha alegría, como si los esperara de hace tiempo., repartiendo sonrisas, abrazos y besos a todos los presentes Los llevó primeramente al salón de juegos que había en la casa. Allí había dispuesto de videojuegos para Cris, un juego inflable para el pequeño Michael y diversos juegos de mesa, billar y tiro al blanco para los demás. Obligó a Lauren y a Josh a estar dispuestos ese día. ¡Lauren traía una cara terrible! Tuvo que suspender una reunión con el grupo d
Maia se encargó de acostar a dormir a Michael. Josh le ofreció su cuarto porque su padre se lo había pedido. Era el cuarto más cercano al pasillo y evitaba que caminaran con el niño dormido en brazos hasta el otro extremo de la casa. Maia estaba un tanto cohibida al encontrarse en el cuarto de Josh. Todo allí gritaba que pertenecía a él, era tan masculina y avasallante como su presencia misma, el aroma de su perfume se difuminaba tenue en el ambiente, incluso en las sábanas de la gigantesca cama.Para que pudiera quedarse en una cama ajena a la suya y pudiera dormir, Maia tuvo que recostarse a su lado hasta que él se durmiera. En determinado momento Josh entró imprevistamente pues había olvidado que estaban en su cuarto, la vio dormida al lado del niño y tuvo un dejo de ternura. Se quedó observando a ambos por un buen rato y le pareció que había visto antes a es
ActualidadLa noche fue cerrándose y todo parecía andar bien, podía verse a Josh dando y devolviendo arrumacos con la rubia espectacular, lo mismo Lauren con un moreno gigante puro músculos. El único que sacó a bailar a Maia fue el señor Nigel que ya a esas horas estaba muy animado por todo lo que había bebido. Maia se puso roja pues en su vida había bailado, solo trató de seguirle el ritmo. Era inevitable que sus ojos volaran hacia el extremo en el que un apuesto Josh brillaba con su presencia, era tal cual lo recordaba en el instituto y no había perdido el encanto De repente se escuchó un bullicio en el salón principal y fueron a ver sorprendidos lo que acontecía. Rufus, el gran perro danés de la familia se había soltado y andaba haciendo de las suyas por todo el espacio, había derribado una mesa llena de copas de vidrios y salió despavorido a hacer
El tiempo transcurría sin poder frenarlo. Maia se embebía cada vez más con las cuestiones relacionadas con la empresa y el señor Nigel insistía cada vez más que fueran a trabajar a casa pues se sentía muy cansado y solo ahí se relajaba. Un par de veces insinuó a que se mudaran a su casa. Maia no sabía que hacer, pues su secreto cada vez pesaba más, esos momentos en que trabajaba junto al señor Nigel constituían precioso tiempo que le quitaba para estar con Michael. Sentía que últimamente lo había visto muy poco y su corazón se arrugaba cuando pensaba en sus largas pestañas negras durmiendo cuando llegaba agotada de noche. Leah empezó a notar el cansancio en los ojos de su hija la que, antes orgullosa se erguía en todo su largo y mantenía la cabeza arriba pero últimamente algo pesaba en sus hombros y no sabía como ayudarla.
Unas semanas más tarde, mientras estaba organizando la agenda del resto de la semana de Josh, escuchó una voz que gritaba desde la entrada:—¡Miren nada más a quien tenemos aquí! —y se abalanzó hacia ella con los brazos abiertos. Maia quien estaba detrás de su escritorio se sorprendió mucho. Estaba frente a alguien de quien jamás esperó un recibimiento tal. Esquivó el supuesto abrazo dejándolo rígido.—Nada más y nada menos que a la nerd del instituto, Maia Low —dijo con una carcajada que hizo que todos se dieran vuelta a mirar. El desaire sufrido unos segundos antes lo tenía al borde de la furia.—Rick Summer, el muchacho más patético del instituto, creía que alguna de tus novias ya te había matado —le dijo ella con la boca torcida en un intento de sonrisa sarcástica. Continuaba sin mirarlo y ha
El señor Nigel estaba encantado con lo que se avecinaba, aunque sus hijos dejaron de dirigirle la palabra y amenazaron con irse de casa. El sabía que no podrían dejar de disfrutar de las comodidades de la mansión, los conocía muy bien y sabían que jamás se irían de su lado mientras él manejara el dinero de la familia. Se tomaba de la cabeza al pensar lo interesados que eran. Reconocía que había cometido muchos errores en su crianza pero era tiempo de corregir muchos de ellos, "y esta era la oportunidad", se alentaba a sí mismo.En tiempo récord dispuso una habitación especial para Michael, con una cuna celeste con dibujos infantiles fabulosa y la pared haciendo juego. Maia largó un par de lágrimas al ver como estaba dispuesto todo. Había bolsas con pañales y cómodas llenas de ropa nueva de la talla del niño. Era más de lo que hab&iac