La mano se abrió paso entre sus nalgas y se encaminó a su vagina. Metió un dedo mojado por su saliva y cuando vio que había espacio, metió el otro. Ella se sorprendió de que lo hiciera tan suavemente, como pidiendo permiso. Alguien la violaba gentilmente. sin quererlo, empezó a lubricarse, y cuando él sintió que el camino estaba preparado, acercó su miembro lentamente y le abrió más las piernas, apoyando parte del cuerpo de ella en el pupitre. La sostuvo de la cabeza para evitar que se diera vuelta a ver de quien se trataba. Ella ni siquiera intentó gritar. Aunque lo hiciera, nadie vendría en su ayuda. El recreo duraba unos veinte minutos y el aula quedaba sola en el segundo piso. Todos iban a la sala VIP a comer panecillos, sandwiches o frutas y jugaban un rato al pool o simplemente charlaban. El que sea que estaba intentando meterle algo en su vagina por la forma en la que le iba abri
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