El día previsto, llegaron en taxi Maia, su madre, Cris y Michael sumidos en un silencio incómodo, sin saber bien que les esperaba en una casa a la que no pertenecían. Los niños abrieron sus bocas y ojos en señal de asombro ante el imponente edificio que se alzaba frente a sus ojos y creía más a medida que se acercaban a la entrada El señor Nigel salió el mismo a recibirlos con mucha alegría, como si los esperara de hace tiempo., repartiendo sonrisas, abrazos y besos a todos los presentes Los llevó primeramente al salón de juegos que había en la casa. Allí había dispuesto de videojuegos para Cris, un juego inflable para el pequeño Michael y diversos juegos de mesa, billar y tiro al blanco para los demás. Obligó a Lauren y a Josh a estar dispuestos ese día. ¡Lauren traía una cara terrible! Tuvo que suspender una reunión con el grupo d
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