Cuando regresamos a casa me puse a pensar. Me encerré en mi habitación y me acosté bocarriba sobre la cama. Es gay, no es que sea homofóbico ni nada así, ¿pero andar con una persona que tiene esas preferencias todo el tiempo sería raro? Por lo que he visto, es respetuoso y nunca ha hecho nada fuera de lugar. De igual manera es extraño. No me esperaba que dijera eso.
De igual forma yo sé quién soy, eso no es un problema y no debería afectarme. Aunque al parecer sí lo hacía, ahora cuando lo veía era diferente, no podía verlo igual que antes, ¿cuál es mi problema?Al día siguiente, me llamó Pascual para confirmar si iba a ir a su casa. Le dije que sí y me dijo que llevara a Leandro, dudé un momento y luego le dije que le iba a preguntar, aunque no sabía si en realidad lo iba a hacer.Era de tarde y salí a comprarAdentro, estaba mucho más lleno que afuera. Había mucha gente bailando, algunos completamente ebrios y casi todas las mesas estaban llenas. Nos sentamos atrás, en una de las pocas mesas vacías. Eran cerca de las once de la noche. Empezamos a beber cervezas, papá odia que haga eso. Prefiere que beba algo como whisky o coñac, eso no me gusta. Opino que las cervezas han sido una de las mejores creaciones de la humanidad. Después de unas dos horas, habíamos bebido muchas y la pasábamos genial.- Llevaba rato sin tomarme tantas de estas, en casa solo puedo tomar whisky y es horrible. – Dije admirando la botella que tenía en la mano.- Tú porque te han hecho tomar eso, mi querido y veterano padre, me hacía beber tequila, eso me quemaba la garganta. Cuando conseguía dinero por algún trabajo que hice, me escapaba a la ciudad a comprar unas cervezas artesanales que si las probara
Pasaron varios días y no le volví a hablar, cuando pasaba cerca de mí por la casa, me desviaba o fingía que no lo había visto. Ni cuando íbamos en el auto camino a la escuela lo miraba o si quiera le dirigía la palabra. No tenía ningún tipo de contacto con él.No sé qué me pasaba o por qué, pero no podía dejar de pensar en él. Tal vez fui muy duro en hablarle así, tal vez exageré… No, no exageré. No puedo acercarme a él, no debo hacerlo.En la escuela las cosas se volvieron muy complicadas, en la práctica de fútbol no sé que pasó, pero Leandro apareció con moretones en la cara. Se veía triste y apagado. Cuando pasó a mi lado me miró, pero yo desvié la mirada y bajé la vista hacia mi teléfono. En el salón de clases lo seguían molestando y empeorab
“Hoy es un día muy triste para la humanidad. Cumple años el hijo mayor del grandísimo Pedro Bustamante, ese hijo que mira mal a la gente por la calle, ese que tiene una lista negra en la parte de atrás del cuaderno de biología, el zurdo, la barracuda, el que se come solo la crema que cubre el pudín y deja el resto, ese que vomitó en la montaña rusa de niños, el que patinó sobre hielo un año en contra de la voluntad de su valiente y heroico padre, ese que le teme a los barcos y a viajar sin un mapa, ese que había leído varios libros a los siete años de edad y que aprendió coreano a los diez. Ese que no es como yo, pero, aun así, lo quiero como a nadie en el mundo. Feliz cumpleaños, hijo mío, mi primogénito”. Ese fue un cartel que encontré en la puerta de mi habitación ese día. La mañana del sábado.
En la noche fuimos a cenar a un restaurante costoso que no es de mi agrado, hacen comida árabe y sabe muy mal, el arroz sabe cómo a almendras, es simple y pastoso, me dan ganas de escupirlo, no puedo mantenerlo mucho en mi boca sin que me haga querer vomitarlo, la carne es blanda, tanto que se deshace y es muy dulce, lo demás está bien, excepto un vino blanco que sabe amargo. Sofía no comió nada, se estuvo quejando todo el tiempo, igual que yo en mi mente, pero no dije nada porque hoy me había dicho a mí mismo que no iba a irritar a nadie. Mañana sí lo haré.- ¡Mamá ya! ¡no quiero! ¡no quiero! Esto se queda en mis dientes. – Dijo Sofía llorando, mamá la obligaba a comer, pero era inútil.- Ella no come porque ve que el otro idiota arruga la cara al probar algo. – Dijo papá mirándome mal.- Sí, cómo no voy a
Terminaron las clases, por lo general cuando acaban, Leandro se acerca y salimos conversando, pero esta vez no me apetecía hablar con él. Salí rápidamente, caminé por el pasillo y luego lo vi aparecer a mi lado, me llamó, pero no respondí.- Cristóbal, ¿está todo bien? – Me dijo Leandro y sé que me miraba, pero yo miraba hacia otro lado.- Sí, ¿por qué no lo estaría?- Estás raro, ¿seguro que estás bien?- Sí.- No te creo.- ¿Cómo te fue con tu amigo en el descanso? – Le pregunté, se me salió, me dieron ganas de pegarme.- Bien. – Me dijo sonando extrañado. – ¿Nos viste?- Sí, no sabía que ya tenías amigos en la escuela.- No es precisamente un amigo, me escribió porque al parecer le gusté. – Cuando escuché eso me molesté el doble, no lo pude evitar. Creo que cualquiera hubiera notado mi cara de amargura.- ¿Y a ti te gusta él?- No, no me gusta. – Me dijo a la defensiva.- ¿Entonces por qué te viste con él?- No lo sé, quería conversar con alguien. No tengo amigos. ¿Por qué te moles
Entré a mi casa, ansiaba bañarme y luego encerrarme en mi habitación, no tenía hambre, no tenía ganas de nada. Subí, iba a dejar mi mochila sobre la cama, pero vi a Leandro en mi habitación esperándome.- ¿Qué haces acá? Quiero que te vayas, me estorbas. – Dije y me puse de espaldas fingiendo buscar algo en él armario, no debía estar en mi mejor momento, menos con los ojos hinchados y mi cabello sudado.- Estaba esperándote, te vi molesto conmigo y no sé por qué era, eso me preocupó, pensé que te pasaba algo, pero ahora veo que estás muy bien, tu acostándote con esa chica estúpida y yo pensando que estabas mal.- ¿Por qué dices cosas tan absurdas? No me acosté con nadie. – Dije y la verdad no tenía ánimos para discutir.- Hasta acá se siente el olor a sexo, de verdad eres tonto. Mírate, mira tu cabello, mira tú ropa, cualquiera se daría cuenta.- Vete, por favor, solo vete. – Dije y mi voz se quebró, no pude evitar llorar de nuevo y él me miró preocupado.- ¿Te pasó algo? ¿algún probl
Rápidamente pasaron seis meses desde que él llegó a mi casa, nos hicimos muy unidos, hacíamos todo juntos. Nunca le dije que me gustaba, no me atreví, seguí fingiendo que lo veía solo como mi mejor amigo y él me creía por completo, me preocupaba que esto no se iba y, por el contrario, incrementó mucho más. Me estoy enamorando de él, odio que así sea, pero no puedo mentirme a mí mismo diciendo que no es así.Últimamente, Leandro se veía mucho con el chico británico, eso no me gustaba para nada, pero no se lo hice saber. Eso me preocupa, me preocupa mucho que deje de quererme y sí, sé que suena cínico de mi parte porque no le he dicho nada, pero verlo con él me dan muchos celos. Me hace querer llorar y por más que me haya sentido bien en el día, luego me entero de que se vieron y se me pasa.Tengo mucha rabia acumulada, pero no le puedo decir nada. ¿Cómo podría celar a alguien que no es mi pareja? Sería ridículo de mi parte.¿Será que debería actuar? ¿rendirme ante él? Cada vez que pien
Al día siguiente, él se sentía muy mal. Le dolía la cabeza y no quiso comer nada. Recordó que bailamos y lo que pasó en el bar, pero no lo que hablamos en su habitación. Estaba entredormido y ebrio, sé que no lo iba a recordar. Eso era lo mejor, que no supiera nada. No sé por qué se lo dije y no fue porque bebí dos cervezas, eso no me hizo nada y ya no puedo excusarme. Es cierto lo que dije, me enamoré de él. Lo hice y ahora mi vida era un caos de emociones.Este mes era el dichoso baile de vacaciones, algo aburrido y todos los años acostumbro a evadir este tipo de eventos sociales, pero este año de ningún modo puedo hacerlo porque sé que Leandro va a ir. Lo sé porque escuché hablando sobre esto por teléfono. Y adivinen un dato curioso, ¿con quién irá? Si señores, con el británico y no conmigo, ni me consideró una opción.Esto ya empieza a molestarme, toda esta mezcla de sentimientos absurdos. Estaba tan bien antes de enamorarme. ¿Cuál es mi problema? ¿cuál es? Nunca fui así y menos m