Celeste es una chica huérfana en la pobre manada de los Lobos Rebeldes. Huye de su hogar porque su tío, el alfa, quiere casarla con un vampiro temible que solo quiere aprovecharse de ella, ya que dicen que es descendiente de hechiceras, aunque ella nunca ha mostrado ningún poder. Pero, durante su huida, termina en manos de su peor adversario: el Rey de todos los Lobos, quien considera a su manada enemigos y la tiene prisionera bajo su poder. El rey Alaric es un lobo antiguo amargado y violento que se ha dedicado a cazar a todos aquellos que han estado en su contra, pero con la pequeña Celeste no sabe qué hacer. Por un lado, la odia por hechizera y quiere acabar con ella... por otro, no puede alejarse de ella. Tiene muchos enemigos y que alguien le importe, es un lujo que no se puede dar. ¿Pero qué puede hacer cuando su peor enemigo es la persona destinada a estar con él? ¿El Rey poderoso estará dispuesto a sacrificarlo todo por una pobre humana?
Leer másCeleste—Sombras de la Noche es el catalizador perfecto y la única forma de acercarnos realmente a los herejes y controlar esa región. Si alguien inadecuado controla la manada, podría acercarse a los Herejes… inclusive tomar la ciudad —indicó Fabrizio—. Tenemos a Alfa Magnus, es nuestro as bajo la manga, pero no podemos presentarlo ahora. Debemos tener pruebas… y Magnus aún no está preparado.—Alfa Damián está desesperado. Algo está ocurriendo, algo que podría llevar al desastre. La pelea por el poder de esa manada puede llegar a límites catastróficos— indicó Agata.—Por eso las necesitamos, Lunas poderosas— dijo mi rey. —Mi madre me dijo que eran las mujeres sin lobos las que eran desprestigiadas por las manadas, aquellas a las que la diosa Luna favoreció y, finalmente, a quienes mi madre les otorgó el poder. Y yo creo que es la forma en que el equilibrio debe funcionar: no solo los poderosos gobiernan, sino que todas las personas tienen la posibilidad de cambiar el destino. Los lob
AlaricQuizás había que esperar un tiempo para obtener lo que queríamos, lo que siempre fue para nosotros. Somos criaturas impacientes, queremos tener lo que deseamos cuando y cómo lo queremos. Pero el destino tiene sus propias reglas y, a veces, la espera tiene una razón. Podríamos sorprendernos teniendo más de lo que habíamos soñado.—¿Ya estás despierta, mi pequeña? —susurré, viéndola estirando sus manos. Mis brazos la rodearon y sentí como si el círculo se cerrara, como si tuviera todo lo que deseaba y estuviera completo. —Mi princesa, mi hechicera, porque eso eres, pequeña Bianca. Me hechizaste incluso antes de conocerte —digo, mientras ella me sonríe.Para mí, era una copia de su madre, pero todos insistían en que se parecía a ambos. No fue hasta la noche, justo cuando la luna apareció, que ella llegó a este mundo. Era un mundo difícil y cruel, y quizás ella no lo tendría fácil, pero yo haría todo lo posible para que no sufriera.—Estabas esperando a tu padre, ¿no es cierto? Pue
Celeste—Han sido los meses más largos del mundo —dijo Alaric, masajeando mi cintura y cadera. Va suavemente por mi espalda y yo controlo mis suspiros. Se siente tan bien sus manos sobre mí. Estoy tan cansada y solo él me consuela.—¿Te sientes mejor? —pregunta preocupado mientras acaricia cada espacio libre de mi piel.—Sí, es solo que siento que ella puede venir en cualquier momento.Bianca. Todas las mujeres de nuestra familia tenían nombre de colores. Sentí el fuego en la punta de mis dedos y ya había provocado varios accidentes. El fuego era poderoso, el contrario de mi propio elemento, y complementaba la tierra, que era el de mi rey. La tierra y el fuego podrían crear cosas maravillosas decía Nana.—Has llevado esto con tanta valentía y fuerza, mi cielo. Me siento tan orgulloso de ti.Mi mate estaba cada vez más ansioso y sobreprotector. Los primeros días habían sido escandalosos, Alaric simplemente no lo podía creer. Índigo decía que éramos hechiceras, que teníamos un poder dife
FreyaEl castillo había sido el espacio en el que siempre había soñado vivir desde pequeña. Pensé que iba a ser el mismo, y, sin embargo, solo habían pasado unos años para que todo cambiara radicalmente. Eran las mismas paredes, con los mismos adornos y arreglos. Eran las mismas guerreras protegiendo a Su Majestad, con los mismos trabajadores y consejeros. Y, sin embargo, los cambios no estaban en las paredes ni en las decoraciones.Todo comenzó cuando llegaron las lunas humanas, mostrándonos que nuestro mundo era diferente, no solo de lobos. Lo veía cuando escuchaba la risa de Eva, la ilustre guerrera, en los pasillos bromeando. En Margarita, que había despertado de un sueño aún más largo que el mío. Solía encontrarla en la biblioteca, discutiendo incluso con Su Majestad, mientras Fabrizio la veía con orgullo. Lo veía en las hechiceras, rondando el castillo, despertándolo con sus poderes. Y lo veía, por supuesto, en mi señor: un rey con una mate poderosa, una mujer buena, amable, una
Fabrizio—¿Qué quiere decir con eso, alfa? ¿Que mi reinado es injusto? Se han hecho cambios como nunca antes, y se les ha dado prioridad y respeto a todas las criaturas. Los ataques de rogues han disminuido y, si bien algunos todavía se resisten, no pueden negar que el mundo de los lobos es mejor —clamaba el rey.—Su Majestad tiene razón, pero también ha cambiado, la presencia de las hechiceras... Se dice que nuestra reina es capaz de evaporar a un vampiro antiguo de un solo movimiento —respondió el hombre. Eva me miraba entre escandalizada y divertida, sin poder creer lo que escuchábamos. Alaric no había dado muchos detalles de las hechiceras, pero los rumores eran así, tenían alas propias.—Lo destruyó desde adentro y explotó como un globo —respondió Eva tranquilamente, mientras el alfa se agitaba.—Los lobos tienen miedo. Solo pedimos el derecho de poder solucionar nuestros propios problemas como manada —solicitó el hombre. Alaric estaba entre la espada y la pared, pues, a simple vi
Eva—¡Vamos, Magnus!—¡Tú puedes! — Las hechiceras, Adriana y el Duque habían trabajado en conjunto para traerlo de vuelta. —Sé que tienes miedo. Yo también tuve miedo al salir al mundo, pero es mejor que estar atrapado —le decía al vampiro, y parecía que hasta lo entendiera. —Por supuesto que tu lugar es aquí, con nosotros. Todos queremos conocer tu historia. Fuimos presos de Valerius, pero él ya está muerto y tenemos derecho a tener nuestra vida. El trabajo de las hechiceras había sido fantástico. Yo, estaba absorta por sus dones. Cielito era muy poderosa, pero cada una, tenía algo especial. Su Majestad había habilitado un espacio especial para que las más jóvenes practican. Margarita había creado una biblioteca para que ella y los demás cerebritos se dedicaran a estudiar e investigar. —Vamos a intentarlo más tarde con mi poder —dijo Ágata. Sabía que podía meterse de alguna forma en la mente de las personas, como si el aire pudiera colarse por todas partes. Aterrador, pero funcion
AlaricDicen que cuando un lobo marca a su mate se vuelve más poderoso y más obsesionado, apasionado y enloquecido con ella. No sabía si era más poderoso y poco me importaba; ella tenía poder por ambos y con eso bastaba. En cuanto a lo segundo, no tenía dudas: yo y mi lobo estábamos desbocados. No sabía cómo iba a poder seguir mi día a día sin estar pegado a ella. No pude dormir, solo quería ver si ella estaba bien“Me habías prometido una noche larga, una mañana y quizás una tarde” me había recordado en cuanto despertó luego de marcarla. Ya era de madrugada y la había besado, poseído y hecho gritar varias veces.—No sé si estoy dormida, despierta, es de noche o estoy en el paraíso —murmuró ella, aún con los ojos cerrados. Besé su cadera, subiendo por su ombligo, mordiendo ligeramente entre sus costillas. Quería dedicarle atención a cada parte de su cuerpo. Me había dedicado a unas en especial… pero todo el cuerpo de mi cielo merecía la misma consideración.—Ya ha amanecido y estás con
Celeste —¿Cómo logramos escaparnos tan rápidamente? —me reía mientras él me conducía más allá de la cocina. Mis ojos se posaron en ese jardín que conocía tan bien, aquel lugar donde solía recolectar mis plantas para elaborar mis pociones, en tiempos en que no sabía quién era realmente.—Fue un regalo hermoso de parte de mis guerreras. Ellas sabían a la perfección cuándo necesitaba estar contigo... O quizás se estaban anticipando a lo insoportable que podría llegar a ser si no conseguía lo que deseaba —me recostaba suavemente contra la pared y me ofrecía un beso apasionado. La ceremonia había sido gloriosa, repleta de elegancia y adornada con la presencia de los personajes más relevantes. Mi amor lucía tan perfecto, el rey rojo, el elegido por la profecía. Cualquiera que se atreviera a mirarlo no dudaría en que había nacido para ser rey. Todos los alfas estaban arrodillados, junto a todas las demás criaturas, mientras él y yo nos tomábamos de la mano, jurando proteger a cada uno de el
Alaric —Debí haber insistido en que la ceremonia de mate se hiciera antes que la coronación —gruñí.—Tiene que ser primero para que su mate sea la reina —indicaba Freya mientras acomodaba mis anillos y mis joyas.Rachel sostenía la nueva Eterna. Miré de reojo hacia la entrada y vi a Elías y a Diana. La joven guerrera ya estaba tomando su lugar en el castillo. Amelia había regresado con su clan, lo que era lo correcto. La extrañaba, por supuesto, pero siempre venía si necesitaba consejo. Y Diana había mostrado tanto valor siendo tan joven.—Yo ya soy un rey. El Rey Rojo. El rey de todos los lobos. El Alfa de una hechicera grandiosa. El único que queda de los lobos originales —contesté molesto. Mi querida ni se inmutó ante mi arrebato. Habían sido varios desde que se acercaba la fecha de la ceremonia.—Así es, Su Majestad, y no está mal que el mundo y los lobos lo recuerden. Con todo lo que ha pasado, al parecer, necesitan que se lo refresquen varias veces —decía ella como si nada. Mi