Señales del Destino

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Romántica
MargaRemón  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Elizabet es una joven y exitosa escritora que se mueve en los recuerdos de un aterrador pasado que la marcó de una forma cruel e inhumana. En su camino hacia la sanación conocerá a un ángel que revolucionará su mundo. La despojará de sus miedos y le enseñará a pelear por sus sueños. ¿Podrá la joven interpretar de forma adecuada las indiscutibles señales del destino?

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MargaRemón
Elizabet es una muestra de crecimiento personal y espiritual
2024-11-03 04:56:15
1
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MargaRemón
Elizabet es una joven atormentada, superada por los traumas del pasado. Es un personaje que se presenta como un ejemplo de superación, mostrando que, a pesar de los problemas que enfrentes, la perseverancia, la dignidad y el amor siempre triunfarán.
2024-10-26 03:49:25
2
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Capítulo 1
- Llegamos señorita - avisó Jerry, con su acostumbrada seriedad, apenas estacionó frente al enorme e imponente edificio de la editorial. Bajó en silencio y rodeó, con elegantes movimientos el auto, para abrirme la puerta del asiento del copiloto. Suspiré, tratando de despojarme del miedo que invadía mi cuerpo. El corazón acelerado me recordaba constantemente que no estaba acostumbrada a socializar y que odiaba la invasión de mi espacio personal. Capté, inmediatamente, la luz emitida por una cámara fotográfica y me aterré. La noche promete, me dije internamente, tratando de reprimir el sentimiento de frustración que luchaba por salir. - ¡Buitres! – exclamé molesta, refiriéndome a los fotógrafos y reporteros que esperaban mi llegada. Caminé con pasos rápidos, aunque algo inseguros, hacia el vestíbulo de la monumental construcción. Los periodistas me acosaron, tratando de buscar un acercamiento que les permitiera interrogarme sobre el lanzamiento de mi libro. No quería hablar, por
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Capítulo 2
- Tienes que venir Elizabet - me gritó la responsable de la editorial con verdadera frustración - en media hora debes firmar autógrafos. - Lo siento, yo fui muy clara con ustedes. No me gustan las personas. Yo no quiero socializar. - ¿No? - preguntó ella con ironía - ¿Cómo promocionamos tu obra? A las personas sí les gusta el contacto físico. - No me interesa, ya te lo dije - alegué desesperada y visiblemente molesta. - Mira, las cosas son así, tú tienes un contrato conmigo y, este evento, está contemplado dentro del mismo, así que, tienes veinte minutos para llegar aquí o te demando por incumplimiento - amenazó la mujer sin la más mínima gota de paciencia ni sensibilidad. Suspiré estresada. ¿No podría simplemente desaparecer? Me mudaría para un lugar solitario, donde, a los idiotas que me absorbían la sangre como sanguijuelas, les fuera imposible molestarme, pero tenía razón, el contrato contemplaba el evento. Debía ceder, al menos por esta vez. Luego pondría en su sitio a
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Capítulo 3
Mientras manejaba lo detallé anonadada. Pensé que era totalmente ilegal poseer esa belleza. Me atraía su carácter serio y centrado, su fortaleza física, su atractivo cuerpo y, particularmente, sus profundos ojos verdes. De repente su mirada logró descubrir mi acoso y pude percibir una ligera sonrisa estampada en el rostro del chico. - ¿Pasa algo? - preguntó irónico. Negué, depositando la vista en mis intranquilas manos. El.sentimiento me agobiaba. - Tranquila – dijo – a mí también me gusta lo que veo. ¿Tan obvia era? Me reacomodé nerviosa en el asiento. Debía controlarme, pero a pesar de saberlo, la inexperiencia que poseía en los temas de seducción, me exponían ante él, sin embargo más que avergonzada me sentía contenta, porque era la primera vez, que mi cerebro registraba esa atracción tan poderosa y agradable al mismo tiempo. El camino fue corto. Su presencia especial e imponente me generaba una paz que, ni con mis padres adoptivos, había experimentado. - Llegamos - av
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Capítulo 4
Después del desagradable incidente y, con los nervios a flor de piel, no estaba preparada para volver a mi casa, por lo que, busqué el apoyo incondicional, que tanto necesitaba, en la mansión de mis padres. A pesar de la negativa del rubio, le brindé una merecida noche de descanso junto a los suyos. Quería alejarme un poco de las caricias que me desconcertaban y pensar, con la mente despejada, en los recientes acontecimientos. Continuaba negándome a la posibilidad de cambiar mi vida, por el miedo al fracaso. Cuando mi progenitora me vio atravesar el umbral de su casa, sonrió ampliamente pero, al contemplar mi rostro rojo y los hinchados labios, sustituyó la alegría por una expresión de confusión, temor y tristeza. - ¡Oh! Querida - dijo abrazándome - ¿Qué pasó? - Vi a Ransés en el evento - dije sin separarme de su cuerpo - me amenazó mamá y, de no ser por Jerry yo… No logré terminar la frase. Rompí a llorar sin consuelo. Tanto tiempo en terapia y, ante su presencia, reaccionaba,
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Capítulo 5
En la estación de policías todo fue un caos. Comenzaron a cuestionarme, pensando que se trataba de una forma exagerada de reaccionar, de mi parte, ante la nota. Aseguraban que estaba molesta por su libertad y que, esta, era mi forma de vengarme. Aterrada ante las palabras del oficial, quise abandonar el lugar pero, Jerry, me lo impidió con un gesto. - ¿Cómo pueden decir tantas estupideces? - preguntó frustrado - ustedes saben que el imbécil es un violador y aun así ponen en duda lo que decimos. Me equivoqué al pensar que la justicia actuaría ante la amenaza, pero veo que no es así. Me tomó de la mano y me condujo hacia la entrada de la instalación. Sus pasos rápidos recorrían el pasillo, conmigo a rastras. No me quejé porque pensé que esa era su forma de librarse de la tensión del momento. De igual manera yo estaba insultada. ¿Por qué los guardianes de la ley preferían brindarle el beneficio de la duda a un ser tan maquiavélico como Ransés? No tenía la respuesta para esa interro
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Capítulo 6
Pasé gran parte de la noche molesta, pues la negativa del guardaespaldas ante mi decisión de regresar a la mansión, fue exagerada. Le expliqué que contrataría seguridad extra y que él se encargaría de chequearlo todo, pero lo tomó como un rechazo o queja hacia su trabajo. Sabía que Ransés no descansaría hasta poner en práctica su plan macabro y me aterraba pensar que, su familia, pudiera enfrentar los desatinos de ese loco. Finalmente dio por terminada la charla y subió a la habitación dando señales de inquietud. La tensión de los últimos acontecimientos había cambiado su estado de ánimo. Su humor irritable actuaba, directamente, sobre mi ansiedad. ¿Jerry no entendía que necesitaba paz y que solo él podía brindármela? Intenté dormir, pero, únicamente, conseguí extenuarme dando vueltas en la cama. Cuando amaneció ya me encontraba vestida y maquillada, dispuesta para la partida. Bajé en silencio las escaleras que me separaban de la enorme cocina y me asusté al llegar, pues esperaba en
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Capítulo 7
Me desperté como tantas veces, con una molesta sensación de calor. No recordaba haber prendido la calefacción. Salí de la cama y caminé hasta el baño, para dejarme acariciar por la lluvia artificial. El agua caliente me relajó. Disfruté, cada minuto, de la caricia agradable en mi piel. Cuando concluí el ritual comencé a vestirme, dispuesta a esmerarme en la tarea. Un largo vestido estampado y el sencillo peinado y maquillaje, completaron la obra. El espejo me mostró una imagen diferente,agradable y juvenil. - ¡Qué hermosa! – exclamó Isabel, cuando me coloqué a su lado en la cocina. - ¿Ya comenzaste? – pregunté, refiriéndome a los golpes, aún visibles, ocasionados por Ransés – ¿Te sientes bien? - Estoy mejor – respondió la joven con una sonrisa en sus labios. Me sentí avergonzada porque, el agravio recibido, fue, aunque no directamente, mi culpa, había traído al diablo a sus vidas y eso me estaba torturando. Cada señal en su cuerpo, las percibí como muestra de la conducta cruel
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Capítulo 8
El oficializar nuestro romance era un paso de avance en mi aspecto psicológico. Me adentraba en un cuento de hadas, donde mi príncipe azul, me llenaba de respeto, consideración, confianza y amor cada día. Era un hombre detallista y tierno que se debatía entre la ola de emociones y responsabilidades. No habíamos tenido más señales del sádico, pero, aquel ataque, era la primicia de nuevas tentativas de secuestro. Yo estaba calmada, porque sabía que, mi guardián, me protegería siempre, pero el rubio mostraba una creciente inquietud y, aquel silencio, no le parecía tan satisfactorio como a mí, pues pensaba que Ransés se estaba preparando para atacar. Una mañana me despertó el grito de Isabel proveniente de la cocina. Espantada salí corriendo del cuarto, presa de una enorme ansiedad y, al llegar, pude presenciar el rostro desencajado de la joven, que estrujaba rabiosa un papel con sus manos. Jerry entró, con desesperación, a la estancia, sin dudas porque también había escuchado la fuerte l
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Capítulo 9
Me desperté aturdida y con un enorme dolor en la cabeza. Deparé, de inmediato, en que, mis manos, estaban atadas y, la soga, me lastimaba la piel. Recordaba el secuestro y, la forma tan fácil, en que lo llevaron a efecto. Comencé pensar en la posibilidad, no tan lejana, de la existencia de un cómplice dentro de mi casa. Detallé la habitación, presa del miedo y la desesperanza. ¿Qué piedad podía tener conmigo Ransés cuando me consideraba culpable del tiempo que estuvo en prisión? De repente, sentí el sonido de la puerta, al abrirse y comencé a temblar. Mi verdugo se posicionó frente a mí con una sonrisa de suficiencia. - ¿Pensaste que podrías librarte de mí? – preguntó – cuando yo quiero algo – rápidamente, anuló la distancia que nos separaba y me apretó, bruscamente, el rostro – ya debías de saberlo, nunca me doy por vencido. Lo escuché, con un sentimiento de repulsión. El tono irónico, de siempre, molestaba mis oídos y experimenté los primeros síntomas de un ataque de ansieda
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Capítulo 10
Abrí los ojos, pero, la claridad me molestó. De repente, la idea del secuestro me asaltó la mente y, aterrorizada, comencé a detallar la habitación. Las paredes blancas me llamaron la atención, porque contrastaban con el sucio recinto donde me tenían secuestrada. Me incorporo en la cama y veo el suero que han conectado a mi brazo. ¿Cómo llegué aquí? Intento quitarme las agujas, totalmente asustada. Si Ransés me había traído al hospital tenía poco tiempo para escapar. - Tranquila, te vas a lastimar. Estás a salvo – me sobresalté. ¡Esa voz! Creí que no volvería a escucharla. -¿Jerry? – pregunté sin poder pararme a observarlo. Me tomó las manos, con delicadeza y las apretó, brindándome apoyo, después se colocó a mi lado y preguntó: - ¿Cómo te sientes? - Mi cuerpo está adolorido, por los golpes… - no pude terminar porque comencé a llorar, totalmente desconsolada. Mi protector se sentó a mi lado, besó mis manos y me abrazó. - No, preciosa, no llores, ya estás a salvo – dijo.
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