Por el abandono de sus padres, Jennifer se ve obligada a irse a vivir con sus tíos paternos en Berkeley california. Ella esconde muchos secretos unos más oscuros que otros. Jennifer conocerá un grupo de amigos que la harán volver a creer en la confianza y en el amor entre amigos. Tendrá su corazón divido en dos y por traiciones, rencores y mentiras solo uno ganará. Descubrirá las mentiras de su familia y el secreto que todos ocultaban. ¿Será capaz de descubrir todo su pasado? ¿Tendrá el valor de tomar decisiones difíciles? ¿Podrá encontrar las respuestas que necesita? O… ¿Continuará con su vida y dejará todo en el pasado? <<Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres>>- Maquiavelo.
Leer másJennifer Todo es oscuridad. Todo es confuso. Al abrir mis ojos me siento desorientada cuando veo a Demon a mi lado sacudiendo mi hombro.—Despierta que la película se está poniendo buena—. Me habla muy relajado como si hace un momento no me hubieran intentado matar.Me acerco a él y le susurro:—¿No me he movido de aquí? ¿me quede dormida? —, sueno preocupada y eso provoca que sus cejas se arrugan y me mire extraño.—¿Dónde más vas a estar? Empezó la película y te quedaste dormida en esa silla.Me enderezo y miro fijamente la pantalla. La película apenas va por la mitad y mi cerebro intenta asimilar lo que acaba de ¿soñar? No puede ser posible que esto fue una aterradora pesadilla. El dolor que sentía era de verdad… se sentía real.> mi respiración se acelera y mi mente se nubla.Una mano acaricia la mía y bajo mi mirada para ver la mano de Demon entrelazada con la mía. Él no me mira. Observo su perfil y un sentimiento raro inunda mi pecho y ese cosquilleo en la part
3 semanas después… GabrielEstas tres semanas han sido las mas pesadas de mi vida. Jennifer no come, no sale de la casa, ni siquiera ha pisado el colegio. Al frente del espejo me acomodo mi traje y salgo de la habitación para asomarme a la de mi hermana. Esta dormida. Despacio abro la puerta y me acerca a la cama.La muerte de nuestra madre le afecto de una manera que nunca espere. Aunque ella diga que los odiaba, que no los perdonaría por completo por haberle hecho tanto daño… ella la adoraba, así como también adora a Nicolás.Ella quiere hacerse la dura, la impenetrable, la que nunca podrán herir, pero en realidad es una chica sensible que solamente quiere que la quieran y aprecien tal y como es. Recojo la cobija del suelo y la vuelvo a arropar para que no sienta frio, cierro la ventana que lleva abierta toda la noche y salgo del cuarto cerrando la puerta a mis espaldas.Agarro mis llaves y abandono el apartamento, luego de cerrar la puerta con seguro. Abordo el ascensor y contesto
—¿Segura? —, el nudo de mi estómago se agranda.No sé qué pensar o que decir, todo esto es... inesperado. Estamos hablando de un bebé o de un embrión, algo que es el tamaño de un guisante y que está creciendo en el vientre de mi mejor amiga.Victoria se limpia las lágrimas y asiente con la cabeza, apoyo mis codos en las rodillas y agarro mi cabeza, sintiendo la desesperación recorrer por mis venas.—¿Cuánto tienes de embarazo?—Un mes y seis semanas—. Piensa—. Eso creo—. Me vuelve a decir, pero dudosa.—Se lo tienes que decir a Andrés—. Ella se levanta a la defensiva— ¿Es de Andrés, Victoria?Quiero creer que sí, pero ella no se ve segura. Evita mi mirada y mi pregunta. Solo está de pie mirando hacia la cocina, apretando sus manos en puños.—Clar
Reparo sus ojos heterocromaticos, su cabello peinado perfectamente hacia un lado y esa misma sonrisa que recuerdo muy bien.Doy varios pasos hacia atrás, al volver a verlo. Si, sé que lo estaba buscando al querer respuestas, pero verlo me deja un sentimiento de angustia, de miedo. Gabriel, me dijo que lo que paso ese día en el que Iván "intento drogarme", no es lo que parece, pero mi cuerpo me manda alertas para alejarme, pero hay otra que me deja quieta, sin poder moverme.El recuerdo está intacto en mí. El miedo que sentí al estar encerrada con él, al ver esa sonrisa burlona, llena de suficiencia; la confusión, el terror al no estar en mis cinco sentidos y saber que no podría defenderme. Cuando lo vi sacar ese frasco, con ese pañuelo que todavía conservo y que lo veo todas las noches en la cómoda de mi cuarto, tuve el mismo sentimiento cuando estaba en cautiverio y escuchaba lo
Jonathan—Adiós, Jonathan—. Me dice para luego girarse e irse lejos de mí y de mis palabras.Solo la dejo irse porque sé que la he lastimado lo suficiente como para que ahora le cuente la verdad de mis palabras de anoche. No me perdonaría verla llorar más por mi culpa, solo quiero hacerla feliz, pero con Alicia aquí no estará segura y no quiero que Jennifer sea el nuevo objetivo de esa loca.Me percato de la persona que volvió a mi vida y con todas mis fuerzas finjo que su presencia no me importa, porque al fondo de mi ser me sigue impactando verla. Después de tantos años no ha cambiado en lo absoluto, sigue siendo esa misma chica de la que alguna vez me enamoré.Paso a su lado, ignorándola por completo.—¡Jonathan! —, exclama mientras me sigue —. Por favor, detente.Me detengo y con toda la rabia
Dos semanas han pasado desde que me entere que mi mamá tenía leucemia y hasta el día de hoy me duele saber que sus días están contados. El 31 de diciembre la pase con ella en el hospital, las dos solas en esa habitación fría y oscura. Hasta ahora nadie sabe por lo que está pasando mi mamá y he estado distante con mis amigos y sobre todo con Jonathan.He evitado sus mensajes, sus llamadas, pero sobre todo sus visitas porque en estas dos semanas he notado actitudes raras de él y me preocupa que las advertencias de victoria sean verdaderas y que Jonathan todavía no haya olvidado a Alicia. Se me encoje el corazón con tan solo pensarlo y sé que el primer amor no se olvida, pero se supera y aprendes a vivir con su recuerdo.Mi mente siempre me recuerda que ella le mintió de su embarazo, lo dejo por una carta y rompió sus ilusiones con esa criatura que él pensaba qu
24 de diciembre Visualizo mi aspecto en el viejo espejo colgado en unas de las paredes de mi cuarto. Mi cintura es decorada con una falda corta blanca, mis pechos son tapados por un top de lentejuelas dorado que se sostiene de mi cuello, dejando el centro de mis pechos al descubierto, y para finalizar me pongo unos tacones de tres centímetros negros.Para algunas personas será exagerado mi atuendo, pero para mí es algo normal de vestir en estas fechas. Me encanta sentirme diferente que el resto de los días, es algo que me encanta hacer; salir de mi zona de confort y ponerme lo que se me antoje.Me plancho mi cabellera castaña y me maquillo sencillo para que mi atuendo llame totalmente la atención, me coloco mi perfume La Vie Est Belle de la marca Lamcome y abandono mi habitación, bajando lentamente las escaleras.Bajo el ultimo escalón y dejo que la melodía de la músic
JonathanAcaricio la mejilla de la mujer que tengo al frente y me siento el hombre más afortunado del mundo. No me canso de ver esos ojos tan hermosos que tiene, los que me enamoran cada vez más cuando me miran con ese brillo especial que solo ella posee. Tampoco puedo negar la hermosa sonrisa que tiene, al igual que su risa contagiosa y la alegría que transmite con tan solo hablar.No nos dejamos de mirar y sonrío al verla tan enamorada como yo lo estoy de ella. Jennifer no me lo confiesa de todo, pero con tan solo ver en cómo me mira, en cómo solo me sonríe a mi… sé que le gusto y mucho.No tengo palabras para explicar lo que siento. Bueno no volví a sentir nada como esto sino después de…—¿Podemos ir a la feria? —, Jennifer interrumpe mis pensamientos.—Para eso te traje, tonta—. Agarro su nariz entre mis dedos, d&a
Corro por la casa agarrando mis cosas y me detengo en la cocina para terminar de tomarme el resto de mi café.—¡Tía, ya me voy! —, grito.—¡Esta bien, mi amor y que tengas un lindo día!En un dos por tres estoy dentro de mi carro, yéndome lo más rápido hacia la cafetería. La alarma no sonó y me desperté una hora después de la que ya debería estar en el cafetín. En otros veinticinco minutos estoy entrando en la cafetería, dejo mis cosas debajo del mesón y me pongo el delantal.Al final del local veo a Susy recogiendo los platos y me apresuro a ella tomando la bandeja en donde dejo todos los trastes.—Perdóname por llegar tarde, Susy—. Me disculpo, pero me quedo confundida al verla con una sonrisa en su cara y sin ninguna pizca de enojo.En los microsegundos que pasa no recibo ningún rega&nti