Cuando Giselle Lemaire descubre a su esposo siéndole infiel con su amante a la cual embarazó, siente que su mundo se derrumba; sin embargo, después de escuchar como desean humillarla en público decide vengarse de él y traza un plan para hacerle creer que ella también la he sido infiel con el hombre que más desprecia. Nathan Dubois es el dueño de una de las más grandes empresas de perfumes en Francia y aunque podría ser el número uno, siempre queda detrás de Oliver Lefebvre, gracias a que durante años se ha dedicado a robarle todas sus ideas. Cansado de esto, decide enfrentarlo sin esperar que en un encuentro fortuito una desalineada mujer le haga una oferta bastante tentadora, darle el nombre de la persona que lo ha traicionado por años y acabar con su enemigo a cambio de algo muy sencillo, casarse con ella. ¿Podrá el amor nacer de esa venganza o será más fuerte el deseo de destruir a su enemigo por encima de sus sentimientos?
Leer másCuando salgo de ese lugar, sostengo con una mano mi pequeño vientre donde mis bebés parecen resentir mi estado de ánimo, ya que un ligero malestar en la parte baja de mi vientre me obliga a soltar un jadeo y sin dejar de llorar le lanzo una última mirada al lugar donde Oliver pagará por todos sus crímenes, porque estoy segura de que por fin lograré la justicia que tanto había anhelado.—¿Estás bien? —me cuestiona una voz sacándome de mi ensimismamiento.—¿Qué haces aquí? —inquiero, alejándome de Nathan cuando enreda su brazo en mis hombros—. No me toques, te lo advertí la última vez, así que mantente alejado de mí. Detesto cualquier tipo de contacto contigo por mínimo que sea.—¿Por qué estás así? ¿Oliver te hizo algo? —insiste sin prestar atención a lo que acabo de decirle.—E-eso no es de tu incumbencia, lo que haya sucedido entre Oliver y yo es asunto nuestro, así que déjame tranquila —balbuceo con la voz entrecortada e intentando seguir mi camino, no obstante, debido a que me sient
—Es mejor que salgamos —me pide Matteo, posando una mano en mi hombro hasta hacerme volver a mis cinco sentidos—. Ya escuchaste al juez, la sesión se ha pospuesto.—S-sí —le doy la razón con un ligero temblor en todo mi cuerpo e incapaz de moverme debido al miedo.—Te ayudo —interviene Nathan acercando su brazo para que lo tome.—Vamos Matteo —le pido apartándome de mi exesposo y pasando por su lado, sin volver a dirigirle ni una sola mirada—. Por cierto, —giro mi rostro solo lo suficiente para hablar con Nathan—, no te quiero volver a ver aquí. Es una hipocresía de tu parte que vengas cuando nunca tuviste intención de ayudarme, además, tu presencia me molesta —siseo con frialdad.Cuando salimos del juzgado, me sostengo con fuerza del brazo de Matteo y empiezo a llorar sin dejar de acariciar mi vientre.—P-por un momento, creí que Oliver nos haría daño —sollozo sin poder contenerme.—Tranquila, ya pasó —Matteo, acaricia mi espalda y me lleva hasta el auto, donde permite que me tranqui
Giselle Días después —¿Sucede algo malo? —cuestiono a Matteo, quien parece un poco molesto—. Me pediste reunirte conmigo ni bien habías llegado de Francia. —Es sobre el juicio contra los Lefebvre —me explica, soltando un suspiro. —¿Han logrado comprar al juez? —inquiero con temor de que nuevamente a base de mentiras me sea imposible recuperar lo que me pertenece. —No, pero durante el desahogo de pruebas, Oliver Lefebvre ha decidido permanecer en silencio aun cuando se le ha insistido en innumerables ocasiones que aunque lo haga se tienen pruebas en su contra y que el juicio continuará —ante esas palabras frunzo el ceño sin entender sus verdaderas intenciones. —¿Por qué lo hace? ¿Cree que con eso podrá convencer al juez de su inocencia? —No sé cuál sea su estrategia, es posible que esté intentando cansarnos para ver si con eso retiras la denuncia en su contra y es extraño, ya que sus padres no han dejado de insistir en que ellos son inocentes y que todo esto es una venganza tu
Tiempo presente —¿C-cómo nos encontró? —cuestiono a Aiden—. Se supone que él no tendría forma de averiguar que estamos aquí —sollozo, sin dejar de mirar hacia atrás, mientras sostengo mi pequeño vientre.—Tranquila, él no podrá seguirnos —asevera, ayudándome a subir a su auto.Casi al instante el chófer arranca y al cabo de unos minutos llegamos a la casa donde ahora vivo con Ginevra. Con manos temblorosas abro la puerta, por lo que Aiden me lleva hasta la estancia donde me ayuda a sentarme.—Cuídala en lo que regreso campeón —le pide al pequeño Henry, quien me entrega su pelota y sonríe.—No te vayas, por favor. N-no quiero quedarme sola —balbuceo sin dejar de llorar.—Iré por un vaso con agua, no te dejaremos sola —asegura antes de salir de la estancia y dejarme al cuidado de su pequeño.Justo como prometió, al cabo de unos segundos regresa con un vaso de agua y con mucha dificultad le doy unos cuantos sorbos, sin que esto me ayude a tranquilizarme, ya que la idea de que Nathan ha
Estaciono el auto cerca del parque que Giselle visita todos los días y bajando de él, me acerco lentamente hasta llegar a unos enormes árboles, justo cuando estoy por salir de detrás de ellos, las delicadas notas de magnolia, peonia y madera de ámbar que no he podido olvidar en estos meses llega a mi nariz.Cierro los ojos disfrutando de ese aroma que pertenece a Giselle y cuando los vuelvo a abrir, observo como su delicada figura reposa sobre una banca. Con movimientos lentos acaricia su pequeño vientre donde ahora crecen nuestros bebés y partiéndome el alma por completo, soy testigo de cómo unas gruesas lágrimas se deslizan por sus mejillas, al tiempo que sus labios murmuran algo que mis oídos no logran captar.Bajo mi rostro sintiéndome como un miserable al verla en ese estado, ya que sé que soy el único culpable de su sufrimiento, del dolor y la pena que la embarga cuando en este momento debería de ser la mujer más feliz por saber que no es estéril como ella creía, no obstante, esa
Nathan Después de escuchar su confesión, permanezco en silencio por un par de segundos tratando de procesar todo lo que me ha dicho, aun sin poder creer que desde hace años los Lefebvre han sido los causantes de varias de las desgracias de mi familia.—¿Por qué…? ¿Por qué tu padre le pagó a Iris para convertirse en la amante de mi padre? —lo cuestiono cuando soy capaz de encontrar mi voz.—¿No conoces la historia de nuestros padres?—Solo sé que durante años ustedes nos han robado sin que nosotros les hayamos hecho algo malo —replico con frialdad.—Veo que hay muchos secretos que no conocías, Dubois. Pensé que por lo menos esta historia la sabrías de primera mano, no como yo que me enteré hace poco, pero dado que ya no me sirve de nada seguir guardando silencio puedo contarte todo lo que sé —musita, lanzándole una breve mirada al agente que al igual que yo, parece expectante sobre lo que pueda decirme, olvidándose por completo que ya han pasado más de los cinco minutos que nos dio. Cu
Bajo del taxi y cuando observo varias patrullas rodeando el edificio de los Lefebvre, comprendo que las palabras de Pierre eran ciertas, están por detener a Oliver, por lo que es bastante probable que no pueda hablar con él.Entro al vestíbulo donde todo es un caos y sin perder tiempo me dirijo a una de las recepcionistas.—¿Puedo hablar con Oliver Lefebvre? —la cuestiono aun cuando es más que obvio que no me será posible.—Lo siento, pero eso será un poco complicado… —sus siguientes palabras quedan eclipsadas cuando un incesante murmullo llena el lugar y al igual que el resto veo como el rostro de la mujer se queda estático con una mueca de asombro.Dirijo mi vista hacia lo que parece ser el centro de su atención y cuando varios agentes sacan de uno de los ascensores a Bastian y Chantal Lefebvre, esposados, tal como los criminales que son, siento una inmensa satisfacción. Por fin, después de tantos podrán pagar por un poco del daño que han causado.Ambos pasan por mi lado, pero al est
¡¡Hola!!No deseaba hacerlo por este medio, pero dado que cada día me es más desgastante estar repitiendo lo mismo en cada comentario, lo haré por aquí. Desde hace ya varias semanas había compartido con ustedes la situación personal por la que estoy atravesando en la que les comentaba que mi papá sufrió un infarto cerebral (ACV), motivo por el cual las actualizaciones dejaron de ser diarias y sin día fijo.Como comprenderán mi prioridad y mi tiempo está enfocado en cuidarlo a él y solo a él, y aunque ha mejorado, deben de comprender que muchas veces hay días buenos y no tan buenos, como solo lo entenderán aquellas personas que han pasado por la misma situación.Las que tienen tiempo leyéndome saben que siempre actualizó día tras día, sin falta y que nunca he dejado una historia inconclusa, sin embargo, el cansancio ya me ha sobrepasado, es por ello por lo que las actualizaciones quedan suspendidas hasta nuevo aviso.Si gustan retomar la historia hasta que esté finalizada están en todo
Flashback Después de hablar con Giselle y verificar que se encuentra mejor, me dirijo a la cafetería de siempre y cuando la persona que me cierra el paso deja en claro sus intenciones, intento seguir nuevamente de largo.—Te aseguro que te conviene, es algo referente a tu esposa.—¿En serio? ¿Y qué me vas a decir que no sepa de ella? —me burlo.—¿En verdad quieres saberlo?—Veo que no eres capaz de entender cuando soy sarcástico. Por tu propio bien aléjate de mí, Sarah —gruño, cuando me toma del brazo.—Por favor, Nath…—No me llames así, la única que puede hacerlo es Giselle por ser mi esposa y la mujer que amo.—De acuerdo, no te llamaré así —se disculpa, dando un paso atrás—. Dices que la amas, ¿pero alguna vez te has preguntado si ella siente lo mismo por ti?—Claro que siente lo mismo por mí y es algo que no pienso discutir contigo.—Si en verdad te amase, no se vería a escondidas con su exmarido —suelta de golpe, en el momento justo que estoy por abrir la puerta de la cafetería