Siguiendo sus pasos

Nathan

Cuando observo la determinación en los llorosos ojos de Giselle, comprendo que sin importar lo que haga, ella no podrá perdonarme y mucho menos volver a confiar en mí y con ese pensamiento devastador, me quedo hincado en el piso, mirándola partir.

—¿Es verdad lo que ella dijo? —me cuestiona mi nana.

—Yo nunca le mentí, yo sí estaba buscando información sobre su laboratorio…

—No hablo de eso —me corta con frialdad—. Me refiero a la amenaza que le hiciste. ¿Es verdad? —insiste cuando desvío la mirada, evitando decirle que sí, que fui tan miserable como para amenazarla con algo tan delicado.

—Sí, es verdad lo que dijo —confieso cuando el peso de su mirada me obliga a hablar.

—¿Cómo fuiste capaz de hacer algo semejante? —me reprende, negando con su cabeza—. Sé que debo de conocer mi lugar y que me estoy extralimitando, pero yo siempre te he visto como uno más de mis nietos y no solo como el pequeño al que debía de cuidar por ser tu nana, no obstante en este momento estoy muy decep
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