Dicen que la venganza es un plato que se come frío y Leonidas Cavani lo sabe, el atractivo empresario ha esperado el momento ideal para cobrar la deuda del pasado que tiene con su familia y es la traición de su hermano, lo que le da la oportunidad perfecta, esto lo lleva a unirse a la hermosa Luciana, la ex novia de Mario. Ambos bajo un contrato sin amor tienen un matrimonio que será una lección para sus enemigos y ellos mismos, pues el fuego de la pasión amenaza con jugar un papel importante cediendo al deseo de pertenencia o la separación absoluta. .
Leer másLUCIANA —No es mi intención De verdad no lo es, voy a matar a Bianca por haber metido esto entre mis cosas, por estar metiéndome en este problema y a mi por no poder respirar bien teniendo a este hombre cerca. La pregunta de qué demonios me pasa con Leónidas es algo que tiene respuesta, el me gusta y me gusta mucho, tanto que no tengo suficiente razonamiento cuando lo tengo como ahora, su aliento cálido calienta mi oído y mi corazón se puede salir cuando sus manos recorren mi cintura, su altura me encanta, soy pequeña de tamaño y sentir su cuerpo grande y bien tallado pegado al mío hace que parezca una gelatina sin cuajar, la manera en la que su voz ronca dice que lo estoy volviendo loco solo es una invitación para que me una taquicardia porque nunca, jamás me había sentido así con nadie, mis hormonas andan muy mal y aunque es incorrecto, yo misma lo beso olvidando que esto es solo un contrato, que es el hermano de un hombre que ha unido nuestro caminos que solo tienen baches, que
LEÓNIDAS —Leonidas ya, vas a dejar sin aire a mi hermana. ¡Guacala! Escucho, no solo el comentario del imprudente que parece tuviera 30 diciendo que los besos son asquerosos, también las risas de quienes le celebran y las maldiciones de quienes odian este matrimonio tanto como yo detesto no tener el control de la situación que debía de ser muy fácil pero no lo es. El perfume de la mujer que es mi esposa lo tengo impregnado y no precisamente de ahora, es un aroma familiar que no me ha dejado en paz porque en este tiempo me preocupa estar acostumbrado a ella, a ella que ahora tiembla de vergüenza, roja haciéndome ver sus labios hinchados, sus pecas resaltando en su piel cálida y el pecho agitado tanto como el mío. —Bájame por favor— pide mucho cuando no deja de mirarme la boca— Leo. —¡Qué falta de pudor!. —Tu no te avergüences niña— el abuelo hace caso omiso a la ira de Mario y el veneno de Vanessa— sigan así que ya quiero ser bisabuelo.Creo que la edad lo está volviendo loco y a
LUCIANA Los días han pasado y es tan extraño que no puedo conciliar el sueño como quisiera y esto ya tiene muchos días por lo que me siento realmente irritante. Por un lado aprovecho lo mejor que puedo la tranquilidad de no tener a Mario cerca, tanto él como su flamante esposa salieron de viaje su contra su voluntad, al parecer Suiza no es tan atractivo como hacerme la vida miserable, sin embargo, sus negocios lo requieren al igual que Leónidas que está en Miami molesto sin hablar conmigo porque no fui con él. —No puedo creer que te estés perdiendo el clima de Miami por estar aquí encerrada con una suegra odiosa y el abuelo enfermo— escucho a mi única amiga que ha venido de visita— entre la vista de ese lugar y el mango de tu marido, no habría nada que me separe de él. —Tengo cosas que hacer. Porque aunque a muchos se les ha olvidado, tengo un hermano que debe ir a la escuela, matricularlo en uno de esos colegios millonarios y a mitad de año ha sido una lucha que solo he podido
LUCIANA —Pues yo no, Leónidas dijo algo y si se trata de respetar este maldito infierno llamado acuerdo con este objeto, no me harás regresar ahí. ¡No lo acepto!. Grito como quizá nunca lo he hecho en mi vida por ser demasiado obediente, sin embargo, la impulsividad que tengo me hace pelear sin medir las consecuencias de mis actos y me preguntó que le hice a Dios para que todo me salga tan mal. La respuesta está ahí, la cara molesta del hombre con el que me case por despecho, por estúpida, el que me ve como un objeto sin importancia para su venganza y ante la imagen de la mujer que no tenía idea existía pero ama, soy nada más que la oportunista ex de su hermano y para variar la persona que le está provocando otra crisis a su abuelo. —Por favor Don Vicente— las enfermeras ingresan a velocidad— no puede ser— mis ojos se nublan de lágrimas tratando de consolar a Santiago que está demasiado asustado cuando lo tratan y él se ahoga— por favor no. —Abuelo no te mueras, por favor no te
LEÓNIDAS —Interesante, tienes casi media hora respirando como un animal cansado después de esa llamada cuando en realidad no has hecho nada más que estar aquí sentado, aparentemente como visita pero parece que te comieron la lengua los ratones. ¿Quedamos en que ella no te importa verdad?. —Me alegra darme cuenta que estás muy bien. Eso me alegra, pero me irrita aún más pensar que estoy aquí realmente siendo una compañía de porquería cuando la incertidumbre de no saber nada de Luciana me está haciendo trizas y no hay nada que me moleste más que eso. Yo la vi hecha un desastre por culpa de ese imbécil, intento pensar que solo es mi orgullo herido, el odio que siente por Mario es abismal, ella tiene que sentir lo mismo, me ha dicho que lo detesta, no expondría al niño a estar cerca de él, es lo que me ha dicho pero desgraciadamente, no le creo, no confío en nadie y explotó ante las provocaciones del abuelo.—¡Maldita sea!— reviso el teléfono y sigue sin contestar— Mario tampoco resp
LEÓNIDAS —¡Es mi culpa!, Mierda, no quiero que pase lo mismo que pasó con papá, el abuelo no se puede morir. —No se va a morir. Es lo que más deseo porque esto no me puede pasar dos veces, mis intenciones no son buenas y lo sé, no me quiero ver cómo una víctima porque después de vivir para la venganza no lo podría ser, sin embargo, no espero que sean los seres que quiero que paguen por nuestros errores. Me parece increíble sentirme tan mal por la situación y realmente querer salir corriendo al hospital pero la seguridad que un cuerpo tan pequeño como el de Luciana me ofrece es sublime, ella no deja de repetirme que no es mi culpa y me parece irónico como puedo haber llegado a esto por rabia y estar encontrando refugio en una mujer que no llega ni a los 30 años pero su nobleza es de admirar tanto como su belleza. —Me vio como un monstruo, como un animal igual que me vio mi papá, de verdad no fue mi culpa, te juro que yo no quise que eso pase. —Y te creo— la escucho, la siento aca
MARIOY como si sería me preguntó totalmente adolorido del cuerpo, pero más aún de la mente y el orgullo que este maldito está destrozando, no solo han sido sus golpes, es esa cercanía que tiene con la mujer que era mía, yo conocí primero, estaba a mis pies y no comprendo que hace así, tan cerca de él. Con dinero se puede hacer lo que nos dé la gana y aunque todos crean que mi hermano es mejor que yo, se que no es así, Leónidas es tan ambicioso e inescrupuloso como yo, es por ello que se ha metido con quien pasó de ser mi mujer a ser su esposa, absolutamente no hay más dolor que ese porque yo no pierdo, Luciana me creía si le decía que el cielo estaba en la tierra y el mar no era agua, ella miraba por mis ojos y ahora no se que carajos le pasa pero parece hipnotizada por el animal que estoy seguro como mínimo me partió una costilla. Por mucho que me quejo a ellos no les importa, se miran como si las fortunas estuvieran en sus caras, me late la cabeza y siento que me ahogo más aquí q
LUCIANA —¿Qué diablos hacías con el?. —¿Le vas a creer?, joder le crees, después de que tú mismo me hiciste la propuesta, me tratas como un robot y me traes aquí sin importar como me siento, después de ver cómo me humilla, le crees— sus ojos tienen tanta rabia pero al mismo tiempo me mira con pena— ¡No!— lo alejo de mi— no me mires con lastima porque no te lo permito. —Luciana. —Prefiero que me mires como una idiota que le creyó todo al maldito de tu hermano pero no me mires como si te diera lastima porque no lo voy a tolerar, tu no me puedes mirar así. —¿Y cómo quieres que te mire?. —Yo no fui, solo he tomado malas decisiones, meterme con él— las lágrimas rozan mis labios— ser tan estúpida— siento que me falta el aire— y creer que podría confiar en ti. Duele, diablos duele y me preguntó qué pasa conmigo y a dónde quiero parar porque está sensación tonta de necesidad que el me crea me carcome, lo conozco hace muy poco y es estúpido que su opinión sea importante para mí. Camino
LUCIANA —¡Me quiero ir de aquí!. —Eso es imposible. —Imposible eres tú. Discuto con Leónidas porque realmente lo es, no hay un solo minuto en el que no me de cuenta del error gigante que he cometido y ni eso me molesta tanto como la emoción absurda que se instala en mi ser cuando el arrogante gira los ojos y me deja con la palabra en la boca para irse con mi hermanito. Después de decir que prefiere comer en el jardín y no en el comedor, le cambia todos los planes a la madre que le cumple los caprichos moviendo al personal como loco y el está de pie, elegante y grande al lado del rubio vendido que está fascinado con los peces, es un lugar muy hermoso eso no se puede negar, la laguna cruza parte del jardín y lo colorido de eso es de no creer sabiendo las oscuras intenciones de Leónidas. —Vi un pez gordo de color negro y líneas amarillas— Santiago está en su gloria— ¿Lo podemos traer aquí?. —Absolutamente. Se agacha a su altura, se remanga la camisa haciendo que algo tan simple s