En un mundo donde hombres y mujeres conviven como lobos, la protagonista Emma enfrenta una dura realidad al ser condenada por su propia manada tras un trágico evento. A los 20 años, su loba finalmente despierta, cuatro años más tarde de lo esperado. En este crucial momento, Emma se encuentra con su pareja predestinada, el alfa de la manada, Alexander. Pero su encuentro termina en un rechazo desgarrador que desafía la fortaleza de Emma. Ahora, con el corazón destrozado y enfrentándose a su propia fragilidad, Emma deberá descubrir la verdadera fuerza que yace en su interior para enfrentar su destino con valentía.
Leer más>--------------------------------------------Narrador(minutos antes)La mirada de Emma reflejaba un terror absoluto. Su cuerpo temblaba al ver a su compañero tendido en el suelo, atrapado por un velo oscuro casi imperceptible a simple vista, pero lo suficientemente fuerte como para bloquear su escudo de protección.Kira no podía contener los sollozos, llamando desesperada a Dago. Iker, por su parte, observaba la escena con una atención casi hipnótica. La caída inesperada de Alexander lo había dejado atónito; su alfa, famoso por salir invicto de innumerables batallas,
Nota: El punto de vista de Alexander contiene descripciones violentas que pueden ser perturbadoras para algunos lectores. Puedes saltarte este capítulo si lo deseas y continuar con el próximo.--------------------------------------------------Elías (Rey del Norte)Cuando la luz disipó la oscuridad, no pude evitar sonreír. La loba bendecida por la diosa estaba presente, por fin hoy será su sacrificio y yo obtendré el poder del oscuro.Visualicé a la loba en lo alto de la montaña, pero no estaba sola; estaba protegida. Llevará un tiempo llegar a ella. Sin embargo, Morgan, el brujo, le había enviado a los asquerosos lobos pícaros para eliminar a los lobos que estaban con ella.-¿Por qué no te unes a la batalla?- Preguntó Morgan.-¿Por qué lo haría? Mis guerreros acabarán pronto con esto.- Respondí.Pero poco tiempo después, tuve que tragarme mis palabras. En el aire se sentía la energía lunar, y podía visualizar la energía vibrante de los escudos que ella les brindó a sus guerreros, imp
JacobEl rey del norte llegó antes de lo calculado, era una posibilidad que habíamos previsto. Como también, habíamos considerado que las manadas enemigas del sur se unirían al rey, antes de que nos dividieramos y así fue.Al ver al ejército llegar, nuestros guerreros rápidamente se posicionaron en filas, listos para enfrentarlos.Un hombre robusto de cabello negro y piel trigueña hizo una señal con la mano. Varios de sus guerreros arrojaron objetos hacia nosotros. Mi cuerpo se congeló, varias cabezas rodaron en nuestra dirección, no tardé en reconocer que les pertenecían a los guerreros espías que Killian y yo habíamos enviado a la manada Blue Luna.La risa del hombre, que no tardé en darme cuenta que se trataba del supuesto rey, se escuchó en todo el campo de batalla. Me enfureció.En ese momento, una figura emergió de las sombras, envuelta en una capa roja que ocultaba su rostro. Con un gesto dramático, levantó sus brazos hacia el cielo y, en un abrir y cerrar de ojos, el sol radia
AlexanderLa noche había caído sobre la manada, envolviendo las calles en un manto de sombras. El aire estaba cargado de emociones, los llantos y las despedidas se escuchaban como susurros desgarradores. El reloj marcaba la cuenta regresiva, solo una hora nos separaba de enfrentar un futuro incierto.Los preparativos estaban completos. Habíamos organizado refugios seguros para los que se quedaban en la manada, estaban abastecidos con agua y comida suficiente para sobrevivir durante nuestra ausencia. En la frontera del territorio, los lobos omegas, fuertes y valientes, tomarían posiciones, armados y vigilantes, listos para defender nuestro hogar de cualquier amenaza que pudiera surgir. Además, los brujos habían conjurado poderosos hechizos de defensa, una barrera mágica que protegería a todos los que se quedaban.Me dirigí a la casa de Emma acompañado de Marcos. Al llegar, encontré un grupo de personas reunidas en el salón, las "chicas del río" como Emma las llamaba, estaban abrazándol
EmmaMe quedé petrificada ante las palabras de Amanda, como si un rayo hubiera iluminado mi alma. Una tormenta de emociones se desató dentro de mí, pero no lograba entender bien cuáles eran. Mi mente era un laberinto de recuerdos y sentimientos entrelazados. La voz de Amanda y Gema se desvaneció en el fondo, convirtiéndose en un murmullo lejano que se perdía en la niebla de mi confusión. Me levanté, como impulsada por una fuerza invisible, y me dirigí a la cocina, buscando un momento de calma.Me senté, intentando aclarar mis pensamientos. Amanda me acercó un vaso de agua, pero me negué con un gesto de mano. Levanté la cabeza y dije con voz apenas audible:-Lo siento... pero ahora no. Necesito estar sola y pensar.-Me puse de pie y me encaminé hacia la puerta, necesitaba escapar del caos emocional que sentía que me estaba ahogando.-Te acompaño.- Dijo Gema, su voz llena de preocupación.Pero sacudí la cabeza, necesitando un momento de soledad-Necesito estar sola, por favor.- Insistí,
AmandaLa aurora se desplegaba en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rosados y anaranjados. Sin embargo, la belleza del amanecer contrastaba con la tensión que reinaba en la manada. La guerra se acercaba, y mañana sería el día decisivo.Los guerreros lobos, fuertes y orgullosos, se movían con determinación y precisión. Ajustaban sus garras afiladas, comprobaban su armamento y se preparaban para el enfrentamiento. Sus ojos brillaban con una mezcla de ansiedad y resolución. Su motivación era palpable, y su determinación inquebrantable.En un rincón del campamento, los omegas practicaban arquería con precisión y concentración, su responsabilidad era proteger a los niños y ancianos que se quedaban en la manada. A pesar de su valentía, el miedo comenzaba a hacer acto de presencia. Sus manos temblaban ligeramente al tensar las cuerdas de sus arcos, pero su determinación no flaqueaba.-¿Estás bien, hermano?- Preguntó uno de ellos, notando el temblor.-Sí, estoy listo.- Respondió el otro
AlexanderLa sala de reuniones estaba sumida en una atmósfera de tensión. Las discusiones acaloradas estaban poniendo a prueba los nervios de los presentes. Me mantuve observando la larga mesa donde se sentaban los alfas de las manadas que participarán en la guerra venidera, junto a sus betas y las brujas líderes de las aldeas vecinas.La sala resonaba con gritos y gruñidos de desacuerdo, reflejando la ansiedad y la incertidumbre que rodeaba el futuro. En ese momento, Marcos intervino con un gruñido autoritario, exigiendo silencio para iniciar la reunión.El alfa Jacob fue el primero en hablar: -El ejército del rey del Norte llegará en dos días. Por el momento, solo tenemos información de que las manadas Blue Luna, Oscura Noche e Infierno Lunar se han unido al rey.- Informó con voz grave.Las palabras de Jacob cayeron como un golpe contundente sobre los presentes. Las brujas intercambiaron miradas de inquietud, mientras el resto del grupo murmuraba en voz baja. La atmósfera se cargó d
EmmaCada mañana, después de desayunar, me dirijo al dispensario para visitar a Briana. Aunque aún no había recobrado la conciencia, yo seguía llevando sus flores favoritas.Al llegar, caminé directamente a la mesita junto a su cama y cambié las flores, llenando el espacio con su rico aroma. Luego, me senté a su lado, como cada mañana, para hablarle, con la esperanza de que pudiera escucharme. Para mi sorpresa, al volverme hacia ella, noté que Briana me estaba observando, sus ojos fijos en mí.Me quedé sorprendida al encontrar su mirada y estaba a punto de salir a buscar a un sanador, pero me detuve al escuchar su voz débil pero clara: -Ya me revisaron.- Me acerqué un poco más y le pregunté en voz baja, con cuidado: -¿Cómo te sientes?--¿Tú cómo crees que me siento? Seguro que sabes bien el sentimiento de no tener loba.- Dijo con una mezcla de melancolía y enojo en su voz.-¿Necesitas algo?- Pregunté, intentando suavizar el ambiente.-Si. Dile a tu hombre que me mate de una vez.- Re
EmmaEstaba en la biblioteca de la Torre de la Luna, un lugar donde la magia reinaba. La sala gigantesca se extendía hasta el techo, con estanterías infinitas donde libros de todos tamaños y diversos colores flotaban, acomodando solos en su sitio, mientras pequeñas escobas mágicas barrían el polvo con suaves movimientos. La luz se filtraba a través de las ventanas de cristal tallado, iluminando las cubiertas de los libros antiguos, resaltando letras doradas y plateadas.Hacía casi una semana que venía regularmente a la aldea Prisma, y mi progreso había sido verdaderamente impresionante. A pesar de las intensas prácticas, que me dejaban exhausta, había logrado superar mis límites y avanzar con sorprendente rapidez. Bueno, esas fueron las palabras del brujo mayor, ya que la bruja líder no necesitaba crear más un portal dimensional para mí; después de días de estudios y práctica, había dominado la magia para crear mi propio portal. También había logrado dominar el flujo de energía, perm