Pol, un español que ha crecido con todas las comodidades, es ahora el director de una exitosa agencia de publicidad y disfruta conociendo chicas a través de Tinder. Durante un viaje a Colombia, se cruza con Laia, una joven estudiante colombiana que aún está tratando de encontrar su camino en la vida. ¿Qué ocurriría si Laia quedara embarazada tras su encuentro con Pol? ¿Qué pasaría si él la abandonara? ¿Y qué sucedería si, después de un tiempo, Pol decidiera regresar?
Leer másPolDesesperación, es lo único que había sentido cuando me dijeron que Laia había tenido un accidente y rabia cuando me dijeron quién había sido la responsable. —Ella está bien, solo tiene una leve contusión, los niños no están seguros de que tan mal quedaron. —Encárgate, tengo que hacer algo. No habían atrapado a Amelia, pero estaba casi seguro de donde estaba. —No hagas ninguna estupidez. —Manda gente a esta dirección —Se la dictó y salgo para la casa que fue de mi mejor amiga, mientras le aviso a ella que iré. Cuando llegó me bajo del carro para tocar la puerta, el padre es quien me abre y me da la bienvenida, veo a lo lejos como llega Anya corriendo, en la sala escucho como hablan.—Joder, Amelia —La madre regañaba a la hija —¿Cómo hiciste eso? Te di la oportunidad de salir y poder conseguir a alguien mejor, entiendo que Pol sea maravilloso ante tus ojos, pero debes reaccionar. —¡Mamá! Pol es el amor de mi vida, él debe estar conmigo, simplemente quite un pequeño obstáculo
LaiaMaldita sea y mil veces maldita sea, ¿mi madre estaba loca? Dios mío, ¿qué quería de mí?—Dame su número —Le digo a Nicole mientras suspiro y llevo mi cabeza hacia atrás un poco cansada.Noviembre había llegado y con esto el séptimo mes de embarazo, ya sabíamos el sexo del bebé, bueno lo sabía Anya y Nicole que se estaban encargando de todo el baby shower. Yo solo trabajaba, comía y veía series cuando no me sentía capacitada para nada más.—Amore, alguien necesita... —Nos encontró con Nicole haciendo un trabajo y Laia tomando tremenda malteada de fresa —¿Estás tomando una malteada gigante, pero no desayunaste?—¿No desayuno? —Mi amiga se voltea a verme y entre cerrar sus ojos mientras niega con la cabeza —Ni Judas me engaño tanto como tú —Suelto una pequeña risa, le había dicho que si había desayunado.—Perdón, el antojo me llego y no pude negarme a caer en la tentación.—Dios —Me da un beso en la frente —Te traeré en seguida algo de comer, no puedes pasar tanto tiempo comiendo n
LaiaTratamos de que todo vuelva a la normalidad; sin embargo, no pasa porque tengo que salir con Pol para el próximo evento que sería con los inversores, la mamá de mi futuro esposo me ayuda para darme un baño y poner maquillarme y peinarme.Estaba totalmente desconcentrada con la situación, no tenía ni idea de que vendría, los bebés se habían movido demasiado en todo ese evento que había sucedido.Mire por la ventana, la habitación vieja de Pol era muy especial, no tenía nada fuera de lugar, todo estaba totalmente organizado, de colores fríos y solo había una planta falsa que le daba color a la habitación. Totalmente contrario a nuestra habitación, yo le había puesto sábanas de colores, había tejido cojines para poner en una silla que teníamos, había hecho tantas cosas para darle luz a la habitación; mi futuro esposo jamás se negó a lo que ponía, simplemente me dejaba ser, cuando necesitaba inspiración me ponía a tejer y mi mente se concentraba tanto que simplemente todo fluía.—Est
PolLa fiesta de compromiso con las personas cercanas sería mañana-Medio día, ya que en la noche teníamos la reunión con los inversores y sería una fiesta elegante, había evitado decirle a Laia porque sabía lo nerviosa que se ponía con esa situación.Estaba nervioso, nunca me imagine en esta situación, jamás pensé verme en esta loca situación donde me casaría, claro que deseaba una familia, claro que quería tener hijos. No pensé que sería en este momento, nunca se cruzó por mi cabeza que sería en este preciso momento.—Todo está arreglado —Menciona David, parecía como una tarde de asado, la única diferente es que no sería en la tarde.A lo lejos puedo ver llegar a Laia, con un vestido blanco y siento un leve cosquilleo en mi vientre, ella de verdad estaba aquí, estaba mirándome con esos ojos de amor, la que siempre me dio, solo podía recordar todos los momentos que estuvo conmigo. Nuestra primera vez, nuestra primera salida casual, cuando me dijo que estaba embarazada, podía recordar
Laia—Ya hoy regresa David —Miro a Pol que estaba mirando algo en su tablet, totalmente concentrado en el trabajo.—¿Qué quieres decir?—Se fue para donde sus padres, para que pudieran intervenir en el acosador.—¿Son tan importantes?—Es de Madrid, conoce las suficientes personas para que no vuelva a entrar a Europa.—¿Europa?—Sí, son una cosa seria.—¿En serio?—No solo los padres, los hijos también, la hermana, sobre todo.—¿Qué?—La conocí cuando era joven, nos lleva cinco años, entonces yo tendría 15 años y ella 20 —Suspira para verme —Disparaba excelente, tenía un talento que pocos tienen, tal vez por eso no tuvieron problema en incluirla como militar.—¿David es el más pequeño?—Sí, fue la sorpresa de todos.—¿Los mayores cuánto se llevan?—Dos años, el hermano es un excelente policía, pero primero sirvió como militar naval, luego se fue a la academia de policía.—Por mi propia seguridad, no voy a preguntar más —Me concentro en el computador para seguir trabajando, escucho la
Nicole No había escuchado nada de David y cuando le preguntaba algo a Pol se hacía el loco, el primer día que encerraron al acosador solo exigía verme, el español de mi mejor amiga no quería ceder en que viera al chico, pero tomó la decisión cuando negocio que ellos estarían pendientes todo el tiempo.—¿Para qué me querías ver? —Es lo primero que pregunto cuando entro a la sala de interrogación, era muy... Raro estar aquí, como algo de ficción, pero en medio de esa habitación estaba la mesa, de un lado estaba él y al frente donde me iba a sentar yo.—Oh, mi dulce ángel —Se emociona al verme, pero yo siento un pequeño escalofrío al escucharlo. —Solo dime que necesitas —Le digo directamente, sus gestos cambian para volverse más frío.—Nicole, no has cambiado nada. —¿Qué creías? Éramos amigos y por eso te traté bien, ahora no tengo nada que perder.—Podrías perder demasiado, porque no solo yo tengo rencor contra ti, tu ex te odia tanto. —¿Ese? ¿Crees que me afecta lo suficiente?—Bue
DavidHabía salido con Pol hablar de la situación, estaba pensando en ir donde mis padres para ver si podía adelantar todo el proceso de acoso, la desventaja la teníamos porque Nicole era extranjera y la iban a tratar mal solo por eso. Mi única opción era pedir el apoyo de mis padres, que estábamos lejos de llevarnos bien, por muchos problemas internos que habíamos tenido en el pasado, cuando no quise seguir la línea de policía. —Deberías hacerlo —Fue el comentario de mi frío amigo, ese imbécil había cambiado demasiado desde que conoció a la carismática Laia. Aunque por lo poco que sabía, también fue una mierda con ella, pero algo cambio dentro de él al conocerla del todo pudo mover algo en su interior, no estaba seguro, pero me agradaba ver que ese amigo que la mitad del tiempo era alguien y sin ningún sentimiento de por medio estaba por fin mejorando. —No quiero tener nada de contacto con mi familia, no quiero dar explicaciones de porque no estoy con ella. —No deberías, total y
Nicole Mi pecho empieza a doler, ¿qué puta mierda estaba pasando? ¿Cómo carajos ese desgraciado está aquí? Muchas preguntas, no estaba teniendo respuesta de ninguna, agarro la camisa de Laia, ella se gira a verme, no sé ella que ve, pero se asusta, Pol también se gira a verme, igual que mi amiga se asusta. Puedo escuchar las típicas preguntas, pero no soy capaz de formular una respuesta, no soy capaz de decirles que estoy bien, solamente quiero hundirme, ellos me llevan hasta la agencia, donde me sientan y tratan de darme agua, pero yo digo temblando y mis lágrimas empiezan a salir sin parar, tiemblo de una manera forma agresiva. Mi cabeza se llena de imágenes donde él puede hacerme lo que quiere, no le había dicho a nadie que venía a España, ni siquiera mi familia sabe que estoy aquí, saben que estoy en Europa, pero no en que parte. Me cubro la boca al sentir unas tremendas náuseas del miedo que tengo, ¿qué iba a hacer? ¿Tendría que irme a otro lado? No, no podía hacer eso. ¿Qué
NicoleYo tuve dos relaciones, en mi corta vida no he tenido muchas experiencias, no he salido de forma oficial con muchos, tal vez por eso soy tan tonta en ocasiones, confió fácilmente cuando no debería. Mi relación anterior fue maravillosa al principio. Todos solemos pensar que las relaciones son perfectas en un principio, y para alguien como yo, que necesita que todo esté organizado, que lleva un control meticuloso de las cosas en una agenda o en una hoja de cálculo, resultó complicado mantener esa relación. Sin embargo, lo amaba y deseaba tener hijos con él, convencida de que era el amor de mi vida. Ahora veo lo ingenua que fui.Las cosas las dejé de esa forma, ambos terminamos siendo amigos que no duraron mucho porque no podía aguantar ver la verdadera cara de él, alguien controlador que no era para nada parecido a mí, quería tenerme solamente para él, siempre pensando que era el único que podía tenerme y por esa razón dejo de prestarme tanta atención, descuidándome. Me resultó