Laia
Un nuevo día, una nueva existencia, un nuevo estrés.
Estaba en mi quinto semestre de universidad, estaba cansada de la existencia en sí, cansada de todos los proyectos de clase que se habían acumulado, tal vez tenía la culpa por no haber aprovechado el tiempo que tuve libre anteriormente.
—Laia, ¿quieres salir esta noche? —Medite unos segundos, ¿si tenía muchas cosas que hacer?
—Está bien —Respondí rápidamente y mi mejor amiga me miro negando con su cabeza.
—¿No qué tenías muchos trabajos?
—Tenemos las mismas clases, si tú vas yo también.
—Buen punto —Pedir permiso a mis padres fue tan jodido de lo que imagine, pero no hubo tanto problema porque yo iba a poner el dinero para ir.
—¿Entonces a las 9? —Todos confirmamos para encontrarnos en cierta parte y vamos a la casa para vernos en unas horas.
Adelanto unos trabajos y luego me empiezo arreglar para la salida que tendría, estaba emocionada.
—Laia, ¿por qué no eligieron eso con tiempo?
—Fue bastante improvisado, mamá, es por eso.
—Ay mija, deben tener cuidado con esas fiestas, usted sabe que mucho extranjero vienen y hacen lo que quieren con esas niñas.
—Sí, mamá —Le doy un beso en la mejilla para calmarla, sin embargo, ella me sigue advirtiendo lo que podía ser la noche para una joven.
Mi celular vibra dos veces seguidas por unos mensajes, me fijo y era un mensaje en I*******m, y casi se me van los ojos al ver de quien era y solo se me sale un «Maldito» Para ignorar y seguir como si nada, sin embargo, el celular vuelve a vibrar y por curiosidad me fijo que decían los mensajes «Estoy en tu ciudad, ¿te gustaría que nos viéramos?» Lo medito unos segundos y respondo por impulso «Hoy saldré, si quieres nos vemos ahí» Responde rápido y le mando la dirección y le digo que solo estaré hasta cierta hora y dejo el celular en algún lado de la cama para que no se me olvide llevarlo.
No pasa mucho para encontrarme con mis amigos, los cuales estaban jodiendo con otros que estaban esperando para ir a la discoteca.
—Laia, ¿qué quieres decir que vendrá ese? —Suspiro para mirar a mi mejor amiga, Nicole, me miraba con la cara de «¿Qué mierdas estás pensando?»
—No sé, fue un impulso.
El imbécil que me había copiado lo conocía hace mucho tiempo, más de lo que decir, simplemente había un chat por Tinder, había que destacar que yo nunca había tenido novio, siempre había sido virtual, según era porque tenía miedo al compromiso, tal vez no era muy alejado de la realidad, pero no estaba preparada para aceptarlo. Fue la primera vez que hablé con él, había terminado una relación de mucho tiempo, tanto que parecía irreal que nunca nos hubiéramos visto, pero una relación a distancia implica mucho más que afecto, porque eso puede durar si tienen fecha límite para cortar los kilómetros, si eso no se hace, no tiene mucho futuro por delante, al menos videollamadas para no sentir muy lejos esa soledad que parecía estar soltera. Cada uno tenía planes distintos, él siempre se puso de primeras y yo siempre quise ponerlo de prioridad.
El imbécil me había encantado, no de una manera tranquila, era guapo, tenía algo que ver con mi carrera, inteligente, pero no cabía duda que era un inestable, nunca supo que quería conmigo, me hablaba de fluir y solo me llenaba de rabia, ¿acaso era agua? Yo no era agua para estar fluyendo con alguien, pero quise seguir el juego, porque algo en mi ego quería que él me prestará atención para llenar un vacío que había dejado mi anterior pareja.
Espóiler: Solo lloré por no sentirme suficiente, por no ser eso que él quería y simplemente por me hacía sentir inferior, hasta que un día corte distancia hasta el día de hoy que venía como la persona más normal del mundo a querer verme, ¿por qué no? Tal vez sería un viejo feo, tal vez no sería tan lindo como indicaba las fotos, aunque ya lo había visto en una videollamada, ya sabía que era lindo, ya sabía que era el hombre más guapo que había conocido en ese momento.
—¿Quieres ver a ese pedazo...? —No pudo continuar, porque al cambiar la dirección de mi mirada me encontré de frente con él, solo una calle nos separaba, yo estaba rodeada de mis amigos, no habíamos llegado donde acordamos, ¿qué estaba haciendo aquí? No estaba solo, también estaba con sus amigos o eso creía yo. Era igual de guapo, no podía negarlo, su barba bien organizada, su cabello también, ¿tal vez sería más enano que yo? Sí, yo era bastante alta a decir verdad, entonces en eso si podía ganarle un poco, ¿no?
No quería probarlo, no me sentía preparada, estaba casi segura que él también me había reconocido, tal vez por la foto que había subido anteriormente a I*******m, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me lo tenía que encontrar?
Uno de mis amigos paso su mano por mi hombro y me llamo.
—Laia, ¿qué miras? —Cuando gire a verlo estaba a centímetros de su rostro, pero estaba acostumbrada a este tipo de cercanía entonces solo le sonreí y luego volví a mirar al imbécil.
—Nada —Su ceja se enarco, miro a mi amigo y luego a mi, y vi como su boca se movió diciendo algo y sus mis amigos chocaron la mirada con todos nosotros.
—Dime que no es el mismo que nos esta mirando junto con sus amigos.
—Ojalá pudiera decirte eso —Vi como iba a sacar su celular, y por primera vez me digne a pasar el tonto semáforo en verde —No lo saques —Es lo primero que digo agarrando su mano, esto sin contexto sonaba jodidamente mal.
—¿Qué? —Carajo, mil veces m****a, ¿qué era ese acento tan caliente que tenía? Era un acento español que me encantaba, yo supe que mi debilidad serían los españoles cuando tuve un amigo de esa nacionalidad.
—No saques tu celular de esa forma —Podía recordar que tenía uno de alta gama, sacar ese celular es mucha inseguridad —No es tan seguro como en tu país.
—Gracias por avisar, pero no iba a sacar el celular —Me puse roja, sentía mi cara tan caliente, que solo sentí como mi amigo agarro mi mano y me ordeno.
—Vamos, ya nos están esperando —Lo seguí sin decir nada.
—¿No me dirás más? —Me giro a mitad del camino y lo miro, ya estaba un poco más relajada, solo necesitaba unos segundos.
—¿Qué? —Le devolví la pregunta.
—Es la primera vez que nos vemos, ¿no me dirás nada más? —Suelto una risa, y pongo un paso hacia él, pero Nicole me frena y niega con la cabeza, trato de pensar con la cabeza fría.
—Tranquila —Le digo con una sonrisa para mirar al imbécil —¿Qué debía hacer según tu? —Digo no con la misma sonrisa que le di a mi amiga, estaba lejos de ser tan amable, esta vez burlona. No me responde y yo solo suspiro para volver hablar —Si vas a ir a donde vamos, se pueden demorar, nosotros vamos desde ya para no pagar por la entrada, divertete con tus amigos —Me vuelvo a voltear para seguir el rumbo y despedirme con la mano.
Todos notan que no quiero hablar del tema entonces seguimos el paso hasta llegar donde los otros, nos preguntan porque nos tardamos tanto, les decimos por encima, y otra amiga cercana me pregunta específica que había sucedido.
—Lo de todos los días, viene un maldito a mi vida, se va y luego vuelve como si nada hubiera pasado, inestable nada más —Ella ríe por mi forma de contar las cosas pero la capta fácil.
¿Cómo debía sentirme? Sobre todo porque tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, me había dejado de hablar de un momento a otro, se había desaparecido pero subía historias y yo con mi orgullo del todo dije que no le iba hablar por nada del mundo, porque ya había pasado eso dos o tres veces y trate de arreglar la situación, solo recibí un "Solo quiero pasarla bien"
—Jodida m****a —Las cosas se tardaron en emocionar, aunque estaban poniendo música buena, la gente invitaba a bailar, y yo no iba a desaprovechar nada de eso, seguí bailando con cualquier que me invitaba.
Solo tenía coraje en todo esto, entonces iba a disfrutar, estaba casi segura que él no iba a llegar, no tenía nada de fe. Mi celular empezó a vibrar cuando hubo tiempo fuera para descansar, un mensaje de él, confirmando el lugar, respondí un "Sí" Pero seguí como si nada, cuando pusieron una de las mejores canciones, y alguien me invito a bailar.
Ese "Quiero bailar" me traía buenos recuerdos de hace unos meses, sin embargo, esta vez fue una m****a, porque justo cuando estaba restregando mi trasero con un desconocido, trago grueso al ver la mirada de él, y solo pensé "Me llevo la que me trajo" Siento como el chico se pega más para que le siga bailando, bueno, quien sabe que habrá hecho él con otras mujeres, la vida es una.
Giro mi cabeza para concentrarme en bailarle al desconocido, no me iba a importar menos la actitud de él, se podía meter eso por el trasero, esta vez no iba a interrumpir mi vida por él, cuando la canción finaliza me separo del chico, pero este me agarra del brazo.
—¿me puedes dar tu número o I*******m? —Le iba a responder al chico, pero alguien me agarra del brazo y cuando me fijo es el querido imbécil.
—Ella esta ocupada —Cierro los ojos al sentir ese acento que me encantaba, era un idiota, pero ese idiota estaba bueno, guapo y tenía una voz que me hacía enloquecer con todo el sentido de la palabra. Desvío mi mirada para no tener que cruzarla con el otro desconocido, el cual no tarda en alejarse—Tu ven —Me saca a la fuerza de la discoteca, y alzo el pulgar hacia mis amigos para que se calmen porque uno se iba a parar para discutir, incluso los amigos de él estaban confundidos.
—¿Qué sucedió? —Digo indiferente, mirando a mi alrededor, destacábamos un poco, pero nada fuera de lo normal.
—Eso debería preguntarte yo a ti.
—¿Qué? —Suelto una carcajada —Me estas dejando loca —Lo peor es que veía que su actitud era tan genuina que me daba más rabia.
—Tu a mi —Lo encaró con toda la energía del mundo, le llegaba a los ojos, por lo cual no veía para nada ridícula.
—Mira... Tu, gran.. ¡Ah! —Exclamo enojada, mientras cierro los ojos para concentrarme en que decir —No me vas a venir a decir eso en la cara, me dejaste de hablar unas tres o cuatro veces, ¿olvidaste lo de fluir? Aquí aplica, terreno sin dueño es del pueblo, ¿lo captas o tu gran ego no te lo permite?
—No deberías hablarme así.
—¿O qué? —Suelto con una sonrisa burlona.
—O tendré que tomar las riendas —Se acerca más a mi, sin dejarme intimidar le respondo con la misma cercanía, mirandolo con la misma actitud desafiante.
—No tienes ningún derecho a decirme nada, verdad, tu gran ego es más grande que tu —No tarda mucho en agarrarme de la nuca y darme un beso, un beso que quedaba corto.
La forma en que me había agarrado era como siempre lo imagine, claro... Como una virgen lo imagina.
LaiaEra el beso más jodido de mi vida, el beso que me hizo sentir un cosquilleo que me temblaron hasta las piernas, no era mi primer beso, aunque hacia unos buenos años no había conseguido uno de estos, me había dejado fuera de base.—Eres un maldito —Digo cuando me separo, luego de concentrarme y cuadrar mi cerebro.—¿por qué? —Una leve sonrisa burlona, y me hizo recordar a una vez que lo hice hacer ese mismo gesto por videollamada.—Llegas y me confundes, me haces sentir la mujer más deseada y luego te vas a la puta mierda sin importarte los sentimientos de los demás, ¿dime que se siente tener un ego tan grande que no te importe a quién lastimar? —Digo con lágrimas en los ojos, él había sido muchas cosas para mi al mismo tiempo, un pasatiempo, un amigo y quien me deseaba.—No te quiero hacer sentir así —Acaricia mi mejilla.—Ya lo hiciste —Respondo enojada para respirar hondo y agarrar energía para volver a entrar —No perderé mi tiempo, ya lo hice bastante —Dispuesta a nuevamente e
LaiaLo supe en un instante, me iba a terminar acostando con él, que sería mi primera vez, tal vez no era la forma de hablar, era la forma en que estábamos en un constante coqueteo entre nosotros, la gran tensión que teníamos que no se podía negar, yo me quería acostar con él y él conmigo.—Joder —Escucho como maldice, no había parado de tocar mis muslos, me hacía sentir cosquillas en mi parte baja, simplemente era delicioso, no se aleja de mí.—Paremos —Le digo mientras respiro un poco agitada luego de esa gran manera que me hizo sentir deseada.—Está bien —No me discute, al contrario de eso, se preocupa por mí y simplemente asiente para poner su mirada en la calle, pero no arranca —Necesito dos minutos para concentrarme en algo diferente.—No te preocupes —Trato de contener mi risa porque había entendido de una la situación y simplemente me giré a ver por mi ventana, por la cual se podía ver como las personas pasaban viendo el auto y se quedaban admirándolo, no podían mirar que está
LaiaNo podía explicar el sentimiento que tenía, estaba temblando y más como mi madre me miraba, la forma en que me estaba juzgando y sobre todo como mi padre evitaba mi mirada y lo supe, el doctor estaba diciendo la verdad.—¿Está seguro?—Sí, las pruebas de sangre dieron positivas, solo tendría que hacerse la ecografía —Asiento, pero mi cabeza se llena de mucha información que estaba tratando de asimilar, no podía creer que estaba embarazada.—Nicole, ¿cómo fue la exposición? —Luego de unos minutos que mis padres se alejan para hablar con el doctor, y puedo evitar un poco el tema.—¿Te sigue preocupando eso cuándo te acaban de decir que estás embarazada?—Es mi forma de huir de la situación, no me siento preparada —le respondo con sinceridad.—Está bien —Suspira para responder a mi pregunta —Nos fue bien, el profesor dijo que lo hiciste bien para estar tan mal, que no deberías hacer eso porque dañaría tu salud mental y física, debes tener más cuidado y que te mejores —Me habla ella,
LaiaEsa primera noche no pude dormir, estuve haciendo mi hoja de vida para buscar empleo, para luego mandar lo más pronto posible donde se requería experiencia, teniendo la edad que tenía, era bastante extraño que yo no supiera lo que era trabajar.—¿Cómo durmieron? —Pregunta la abuela de mi amiga.—Muy bien, muchas gracias nuevamente por recibirme.Ayer que habíamos llegado después del parque se preocupó al verme con los ojos rojos e hinchados, por tanto, llorar, me dio un poco de comida para hacerme sentir mejor y me dio consejos de mamá para no estresarme demasiado con esa situación, me sentía un poco más a gusto con eso.—Bueno, ¿hoy tienen que estudiar? ¿No? —Ambas asentimos, ella trae dos cocas de almuerzo —Le sirve a las dos, para que no se sienta muy presionadas, después de todo un embarazo es muy duro, debes cuidarte para que no le pase nada, ¿si? —Asiento ante la sugerencia de la señora.Sin esperar más ambas nos vamos a la universidad, mi otra amiga me abraza, apenas me ve
Pol Había pasado un mes desde que dejé a Laia sola, cada vez me mataba el remordimiento, recordaba que desde el inicio había dejado en claro que no seríamos nada, que solo éramos diversión.Tal vez porque fui amable, confundió las cosas, sin embargo, no era mi problema... O eso pensé la primera semana que traté de quitar el remordimiento, porque a la segunda semana me estaba diciendo a mí mismo que era un hijo de puta, ¿cómo le había hecho eso a un ser humano? Me había acostado con ella, no solo una o dos veces, más de las que puedo contar con mis dedos, ¿por qué le hice eso? Sobre todo, esos comentarios que le dije al alejarme, tratándola como si fuera una cualquiera. De verdad quería creer que era como las otras, que solo me había buscado para el dinero y ahora deseaba amarrarme con un hijo, pero recordar su sonrisa, su risa o cuando me miraba confundida me hizo sentir como una mierda. —¿Quieres salir este fin de semana? —Me pregunta mi amigo y mi socio, lo miro, era un hombre gu
Laia Habían sido los días más locos que tuve, estaba cada día más cansada del trabajo, pero acababa de hacer las cuentas y me daba para asistir este semestre a las clases, entonces debía ahorrar dinero para las citas, para pagar el arriendo y para todo, no podía darme ningún lujo. —Reira, ¿quieres hacer horas extras? Pagamos el doble por hora —Me pregunta mi jefe y asiento para limpiar más cuartos, no me iba a negar para nada, necesitaba mucho dinero —Hoy empiezas, en mi tercera semana de trabajo había comenzado horas extras, casi a la semana no sabía el significado de dormir, había estado tantos días despierta que no podía hacer más. —¿Si estás durmiendo correctamente? —Me pregunto Ashley el día que fue a visitarme, un sábado a medio día. —Sí, solo que llevo el bebé no me deja dormir mucho que digamos —Le miento de forma descarada, no podía decir que estaba trabajando tanto, cuando se enteraron de que tenía tres trabajos, me discutieron un día completo diciendo que mi salud era p
Laia—Yo... —Mis amigos interrumpen la conversación para darme un pastel, era de tres leches, lo cual me hizo ignorar con todo el placer a Pol —Gracias —Respondo feliz por el postre que me dieron luego de la comida, pero ninguno paro en su discusión. —No entiendo lo de padrinos. —No sé como sea en tu país, es algo similar a que si me pasa algo, ellos van a cuidar el bebé, al mismo tiempo es algo que la religión da para que el niño sea católico. —Ah, creo que nosotros le decimos de forma diferente —Lo miro de reojo y asiento, para seguir comiendo. —¿Si me vas a aceptar nuevamente en tu vida?—No en mi vida, más bien en la de mis bebés, por el bien de ambos deben tener a su padre. —También tenemos una sorpresa para ti —Me dice Caled, el mismo amigo que me cargo y me acompaña a casi todo, me rio al verlo tan serio, me lleva a mi habitación y veo una nueva almohada, tenía una forma como un rectángulo, pero no se cumplía del todo. —Es algo que vimos en internet que servía para embara
LaiaLa ida a una piscina había sido muy divertida, hacía mucho tiempo no hacía estos planes y estuve demasiado en el agua, más de lo que debería decir, simplemente jugando y hablé con gente desconocida, una señora mayor que sí se atrevió a preguntar si estaba embarazada. —Sí, aunque tengo pocos meses. —Entonces debe venir muy grande o varios —Asiento. —Es gemelar —La señora abre la boca sorprendida.—Yo tengo dos, pero no como tú, el mayor —Señala a uno de los chicos que estuvo jodiendo hace un rato al muchacho sonrojado —Tiene 18 años recién cumplidos, por eso sigue saliendo con nosotros, aunque esta vez invitó a sus amigos para pasarla con nosotros también —Asiento, escuchando la vida de la señora —El menor tiene 8 años. —¿no es mucho tiempo de diferencia?—Claro, fue comenzar de uno, sumado que el mayor entraba en la adolescencia, y el otro pequeño también necesitaba mi atención de una forma diferente —Asiento escuchando atentamente lo que dice la señora, cuando me giro a busc