Laia
Lo supe en un instante, me iba a terminar acostando con él, que sería mi primera vez, tal vez no era la forma de hablar, era la forma en que estábamos en un constante coqueteo entre nosotros, la gran tensión que teníamos que no se podía negar, yo me quería acostar con él y él conmigo.
—Joder —Escucho como maldice, no había parado de tocar mis muslos, me hacía sentir cosquillas en mi parte baja, simplemente era delicioso, no se aleja de mí.
—Paremos —Le digo mientras respiro un poco agitada luego de esa gran manera que me hizo sentir deseada.
—Está bien —No me discute, al contrario de eso, se preocupa por mí y simplemente asiente para poner su mirada en la calle, pero no arranca —Necesito dos minutos para concentrarme en algo diferente.
—No te preocupes —Trato de contener mi risa porque había entendido de una la situación y simplemente me giré a ver por mi ventana, por la cual se podía ver como las personas pasaban viendo el auto y se quedaban admirándolo, no podían mirar que estábamos dentro de él, entonces era mucho más divertido y pasable la situación.
Fueron semanas de esa forma, un cortejo un poco disimulado, la forma de tratarme y siempre respetar los límites cuando decía no, me hacía sentir respetada y deseada al mismo tiempo, nada inferior por decirle que «No» al hombre.
La cita que más me había marcado fue cuando fuimos a ver la ciudad desde un mirador, un mirador donde me invito a comer, hablamos por primera vez un poco del pasado de cada uno.
—¿Entonces fuiste a un buen colegio?
—¿Así le dicen aquí? Nosotros le decimos instituto, y sí, conocí a muchas personas en ese lugar, por ejemplo a mi mejor amiga.
—¿Tienes una mejor amiga? —Claro que sabía que tenía una mejor amiga, era rubia y con ojos verdes que llamaban mucho la atención, era muy bonita, pero como dijo una amiga "Muy Europea para mí"
—Sí, creo que se llevarían bien, aunque son bastante opuestas.
—¿Qué quieres decir?
—Tú tienes mucha energía, ella es más seria, es como yo —Suelto una leve risa.
—Ya lo imagine, con razón son mejores amigos —Él niega.
—Ella si sabe reír más que yo, es como una hermana, nos llevamos muy bien.
—¿Nunca pensaron el salir? —Él se queda en silencio unos segundos para luego asentir.
—Sí, hubo un tiempo que lo intentamos, incluso acostarnos, ¿sabes en qué resulto? En los dos riéndonos sin parar porque no eramos capaces de hacerlo.
—¿Se vieron desnudos?
—Sí, pero no pudimos vernos como hombre y mujer, siempre nos reímos al recordar la situación.
—La ventaja es que ya no volverían a intentarlo.
—Para nada, ella esta con su pareja que es un buen hombre a mi parecer y es perfecto para ella —Me da una leve sonrisa y en ese momento me doy cuenta que él es una persona muy fría para todas las situaciones, lo único que si lo animaba era el sexo o eso creo yo.
—¿Ella sabe de mi? —él me mira y asiente para echarse para atrás.
—Sí, sabe que eres colombiana y que me aleje de ti, cuando le dije a donde iba a viajar la mirada en sus grandes ojos verdes no la olvido —Suelta una carcajada, era la primera vez que la escuchaba —Fue una m*****a porque se burló de mi, diciendo que el insensible si tenía sentimientos.
—¿Insensible?
—Bueno, tuve muchos ligues, solo quería divertirme y no me importaba a quien lastimar, cuando ella se dio cuenta que tenías un algo que no sé qué, no pudo evitar reírse de mí.
Dos días pasaron, y tenía otra cita con él, tenía algunos trabajos como siempre, pero no estaba totalmente llena de eso, por esa razón estaba sacando más tiempo para el español antes de concentrarme del todo.
—¿Entonces si te vas a acostar con él? —Pregunta Nicole, asiento, luego de una gran reflexión que me había metido.
—Supongo que sí, no es como si fuera lo peor del mundo —Digo con sinceridad —No sé como voy a evitar las preguntas de mis padres, estos días he salido mucho con ustedes, cuando no tengo plata para esos lujos tan seguidos.
—Bueno, por la forma en que te está tratando, supongo yo que será algo serio, ¿no? —Asiento —No es normal que se esté comportando de esa forma contigo, entonces en algún punto lo vas a presentar, haz lo que creas correcto —Me indica mi amiga para darme su apoyo total.
Luego de un día donde no pude dormir por un dolor de estómago horrible, tome la decisión de seguir mi corazón y simplemente ejecutar la misión de acostarme con Pol, ¿qué podía salir mal? Aunque si debía decirle que era mi primera vez, no me trato diferente al decirle que no lo era, estaba segura de que no pasaría nada malo.
Una tarde le dije a mis padres que saldría con mis amigos todo el día; mi madre si me dijo que donde sacaba tanta plata, si no estábamos en una buena situación económica, que debía tener cuidado en que me metía, no le contesté mucho, traté de darle la razón en lo que fuera, para que no me castigará.
—Sí, madre —Contesté al finalizar la «conversación» y salí de la casa rumbo a la universidad, cuando las clases terminaron recibí el mensaje de Pol «Ya estoy afuera» No espere mucho para salir rápido y poder encontrarme con él, no le había dicho que por fin estaba preparada mentalmente.
—Esta vez me gustaría ir a una nueva pizzería —Me comentó luego de un saludo de beso, me dio una leve sonrisa.
Había descubierto en medio de todo el cortejo algo de él, y tal vez era la cultura o personalidad, yo era mucho más animada que él, aunque todos me habían dicho que era muy seria, nada se comparaba con él, de verdad era una persona muy centrada en lo suyo, a cada cita que íbamos, llegaba en la noche y comenzaba su trabajo de manera seria, para lograr su objetivo en la agencia.
—¿No podemos pedir domicilio? —Pregunté bastante coqueta, él me miro al principio sorprendido por la clara insinuación para luego negar con la cabeza y ver algo en el celular —Hablo en serio, esta quiero hacerlo.
—¿Estás segura?
—Sí, sin embargo... —Suspiro para armarme de valor en lo que diría a continuación —Nunca lo he hecho con nadie, entonces... Ve un poco lento, ¿si? —No espero mucho para darme un beso.
—Te trataré como la reina que eres —No pude evitar sonreír por la dulce forma en que me estaba tratando.
Al llegar a su hotel, que prácticamente se había vuelto donde vivía, no dudo en besarme y cada vez las cosas seguían subiendo de tono, no podía mentir respecto a lo que sentía, ¡Tenía miedo!
¿Era normal? No estaba segura, llevaba 19 años de vida donde no había tenido mucha cercanía con un hombre, en algún punto mande fotos, claro tuve casi dos años de relación a distancia, incluso Pol había visto esa faceta de mí, pero no podía comparar eso con el mundo real, con el tacto de una mano más grande que la mía, claro.
No dudamos en sumergirnos en una pasión desenfrenada, donde todo era color rosa, algo tierno e inocente de mi parte, no se podía evitar porque yo tenía vergüenza, lo podía conocer, pero no quitaba el hecho que me iba a ver desnuda, tal cual Dios me trajo al mundo y no era una foto, era algo real.
¿El toque de alguien me podía gustar tanto como me gustaba el de él? No podía describir como me sentía, sí, simplemente era fabuloso, cuando conseguí soltar la pena por fin, fue la mejor una mejor experiencia.
Los días pasaron, que no fue solo una vez o dos, pasaron más veces de las que podía contar con mi mano, no estaba segura si esto estaba siendo una relación seria, simplemente la estaba pasando genial en muchos aspectos.
Cada vez se hacía imposible ocultar la relación, porque él quería salir más seguido conmigo y mis padres ya no me querían dejar salir.
—No estoy segura si pueda seguir saliendo tan seguido —él me mira confundido —Mis padres no me dejan.
—Son bastante estrictos, ¿sabes? —Asiento.
—Siempre lo han sido, soy la mayor, tienen la loca idea que seré la niña perfecta toda la vida, cosa que no siempre pasará —Pol se acerca y me da un leve abrazo, sin evitarlo me largo a llorar por el sentimiento tan fuerte que estaba sintiendo en ese momento, de verdad que era una m****a de situación en todo el sentido de la palabra, no solo por el hecho que me dolía el pecho cuando hablaba de la situación de mi casa, la poca libertad que había obtenido para salir y hacer algo que me hacía sentir "viva" sería arrebatado nuevamente.
—Todo estará bien.
Cuatro semanas desde que había tenido mi primera relación y desde hace una había empezado con náuseas, cosa que quería ignorar porque tenía proyectos finales, y tenía poca energía, tal vez eran los nervios y por eso me estaba afectando un poco más que los anteriores semestres.
Por mi propia salud mental no deseaba prestar atención a esa tonta forma de enfermarme, los días continuaron de forma tranquila, Pol me sacaba a comer, pero las vacaciones cada día se acercaban más, entonces no podía darme ese lujo de salir tan seguido y sin ninguna excusa, porque incluso mis amigos no tenían la plata que le estaba haciendo creer a mis padres que tenían, todos me estaban apoyando no solo porque estaban cansados de la sobreprotección de mis padres, me veían tan emocionada por alguien que no evitaban darme su total apoyo.
Mi primer vomitada fue a punto de entrar en una clase del terror con el profesor más duro de la carrera, había vomitado todo el desayuno que mi madre me preparo a las cinco de la mañana, cerré mis ojos mientras me sentía tranquila, pero cansada luego de quitar toda la comida, ¿qué me estaba pasando? ¿Era por la exposición o era algo más?, negué con mi cabeza para no estresarme, faltaba poco para entrar a la clase, no podía pensar en eso.
Era mi última exposición con el profesor, todo saldría bien, eso trataba de hacerme suponer.
—¿Estás bien? —Me pregunta Nicole, le iba a decir que sí, pero me encuentro con mi reflejo en el espejo del baño, estaba pálida y con unas grandes bolsas debajo de los ojos, y me di cuenta de que no estaba para nada bien.
—No sé —Respondo de forma sincera, ¿qué estaba pasando?
—Tal vez estás nerviosa por la exposición, no te preocupes que nos irá bien.
Cuando empezamos la clase y uno por uno fue saliendo, fue fácil intuir que no estaba para nada bien, porque el profesor que me conocía un poco me miraba preocupado, creo que yo también lo estaba, porque cada vez que hablaba sentía que todo estaba dando vueltas, pero no paraba de hablar, cuando fue el turno de Nicole para seguir esta tonta campaña, me fui cayendo mientras cerraba los ojos, solo pude observar como el profesor me alcanzó en el aire y escuché muchos gritos de parte de todos.
Al recobrar el sentido de mí misma, estaba en una camilla, con algo entrando en mi antebrazo, Nicole estaba a mi lado y mis padres los pude hablar con alguien de bata blanca, pude deducir que un doctor; mi madre lloraba y no entendía por qué.
—¿Qué sucede?
—Ya estás despierta —Suspira mientras busca con la mirada —¡Doctor! —Exclama llamando al mismo señor que estaba hablando con mis padres.
—¿Cómo se encuentra, señorita? ¿Está mejor? —Asentí, sintiéndome un poco incómoda por la formalidad que me estaba dando.
—Sí, solo un leve mareo y un poco de hambre.
—Es totalmente normal en su estado.
—¿En mi estado? —Pregunto confundida.
—¿Te harás la tonta? —La actitud de mi madre me toma por sorpresa.
—¿Qué?
—Está embarazada —Sentí el bajón más grande mi vida, ¿qué me acaba de decir? ¿Yo qué? —Tiene buena salud hasta ahora, pero debería cuidarse un poco y notificar al papá.
LaiaNo podía explicar el sentimiento que tenía, estaba temblando y más como mi madre me miraba, la forma en que me estaba juzgando y sobre todo como mi padre evitaba mi mirada y lo supe, el doctor estaba diciendo la verdad.—¿Está seguro?—Sí, las pruebas de sangre dieron positivas, solo tendría que hacerse la ecografía —Asiento, pero mi cabeza se llena de mucha información que estaba tratando de asimilar, no podía creer que estaba embarazada.—Nicole, ¿cómo fue la exposición? —Luego de unos minutos que mis padres se alejan para hablar con el doctor, y puedo evitar un poco el tema.—¿Te sigue preocupando eso cuándo te acaban de decir que estás embarazada?—Es mi forma de huir de la situación, no me siento preparada —le respondo con sinceridad.—Está bien —Suspira para responder a mi pregunta —Nos fue bien, el profesor dijo que lo hiciste bien para estar tan mal, que no deberías hacer eso porque dañaría tu salud mental y física, debes tener más cuidado y que te mejores —Me habla ella,
LaiaEsa primera noche no pude dormir, estuve haciendo mi hoja de vida para buscar empleo, para luego mandar lo más pronto posible donde se requería experiencia, teniendo la edad que tenía, era bastante extraño que yo no supiera lo que era trabajar.—¿Cómo durmieron? —Pregunta la abuela de mi amiga.—Muy bien, muchas gracias nuevamente por recibirme.Ayer que habíamos llegado después del parque se preocupó al verme con los ojos rojos e hinchados, por tanto, llorar, me dio un poco de comida para hacerme sentir mejor y me dio consejos de mamá para no estresarme demasiado con esa situación, me sentía un poco más a gusto con eso.—Bueno, ¿hoy tienen que estudiar? ¿No? —Ambas asentimos, ella trae dos cocas de almuerzo —Le sirve a las dos, para que no se sienta muy presionadas, después de todo un embarazo es muy duro, debes cuidarte para que no le pase nada, ¿si? —Asiento ante la sugerencia de la señora.Sin esperar más ambas nos vamos a la universidad, mi otra amiga me abraza, apenas me ve
Pol Había pasado un mes desde que dejé a Laia sola, cada vez me mataba el remordimiento, recordaba que desde el inicio había dejado en claro que no seríamos nada, que solo éramos diversión.Tal vez porque fui amable, confundió las cosas, sin embargo, no era mi problema... O eso pensé la primera semana que traté de quitar el remordimiento, porque a la segunda semana me estaba diciendo a mí mismo que era un hijo de puta, ¿cómo le había hecho eso a un ser humano? Me había acostado con ella, no solo una o dos veces, más de las que puedo contar con mis dedos, ¿por qué le hice eso? Sobre todo, esos comentarios que le dije al alejarme, tratándola como si fuera una cualquiera. De verdad quería creer que era como las otras, que solo me había buscado para el dinero y ahora deseaba amarrarme con un hijo, pero recordar su sonrisa, su risa o cuando me miraba confundida me hizo sentir como una mierda. —¿Quieres salir este fin de semana? —Me pregunta mi amigo y mi socio, lo miro, era un hombre gu
Laia Habían sido los días más locos que tuve, estaba cada día más cansada del trabajo, pero acababa de hacer las cuentas y me daba para asistir este semestre a las clases, entonces debía ahorrar dinero para las citas, para pagar el arriendo y para todo, no podía darme ningún lujo. —Reira, ¿quieres hacer horas extras? Pagamos el doble por hora —Me pregunta mi jefe y asiento para limpiar más cuartos, no me iba a negar para nada, necesitaba mucho dinero —Hoy empiezas, en mi tercera semana de trabajo había comenzado horas extras, casi a la semana no sabía el significado de dormir, había estado tantos días despierta que no podía hacer más. —¿Si estás durmiendo correctamente? —Me pregunto Ashley el día que fue a visitarme, un sábado a medio día. —Sí, solo que llevo el bebé no me deja dormir mucho que digamos —Le miento de forma descarada, no podía decir que estaba trabajando tanto, cuando se enteraron de que tenía tres trabajos, me discutieron un día completo diciendo que mi salud era p
Laia—Yo... —Mis amigos interrumpen la conversación para darme un pastel, era de tres leches, lo cual me hizo ignorar con todo el placer a Pol —Gracias —Respondo feliz por el postre que me dieron luego de la comida, pero ninguno paro en su discusión. —No entiendo lo de padrinos. —No sé como sea en tu país, es algo similar a que si me pasa algo, ellos van a cuidar el bebé, al mismo tiempo es algo que la religión da para que el niño sea católico. —Ah, creo que nosotros le decimos de forma diferente —Lo miro de reojo y asiento, para seguir comiendo. —¿Si me vas a aceptar nuevamente en tu vida?—No en mi vida, más bien en la de mis bebés, por el bien de ambos deben tener a su padre. —También tenemos una sorpresa para ti —Me dice Caled, el mismo amigo que me cargo y me acompaña a casi todo, me rio al verlo tan serio, me lleva a mi habitación y veo una nueva almohada, tenía una forma como un rectángulo, pero no se cumplía del todo. —Es algo que vimos en internet que servía para embara
LaiaLa ida a una piscina había sido muy divertida, hacía mucho tiempo no hacía estos planes y estuve demasiado en el agua, más de lo que debería decir, simplemente jugando y hablé con gente desconocida, una señora mayor que sí se atrevió a preguntar si estaba embarazada. —Sí, aunque tengo pocos meses. —Entonces debe venir muy grande o varios —Asiento. —Es gemelar —La señora abre la boca sorprendida.—Yo tengo dos, pero no como tú, el mayor —Señala a uno de los chicos que estuvo jodiendo hace un rato al muchacho sonrojado —Tiene 18 años recién cumplidos, por eso sigue saliendo con nosotros, aunque esta vez invitó a sus amigos para pasarla con nosotros también —Asiento, escuchando la vida de la señora —El menor tiene 8 años. —¿no es mucho tiempo de diferencia?—Claro, fue comenzar de uno, sumado que el mayor entraba en la adolescencia, y el otro pequeño también necesitaba mi atención de una forma diferente —Asiento escuchando atentamente lo que dice la señora, cuando me giro a busc
Laia —Yo tengo pareja —Agarró del brazo a Pol, ese rubio estaba muy guapo, pero ahora embarazada, sería duro conseguir alguien, por esa razón era mejor evitar problemas, la cara triste del señor me hace sentir un poco mal. —Está bien —Se retira cabizbajo y yo suspiro un poco cansada, para mirar a Pol. —No quiero meter a nadie en la relación que tenemos, ya es suficiente con los bebés —Le digo y le dejo en claro —Sé que no me quieres para nada serio, no te preocupes —Le digo tranquila y voy hacia al ascensor no sin antes despedirme del gerente con la mano, a los segundos llega el español para hacerse a mi lado a esperar. —No me molesta que dijeras que era tu pareja. —No te preocupes, esta vez yo no quiero nada serio contigo —Le digo neutra, era bueno trazar esta línea directa, no quería sentir nada por él, las lloradas que había tenido por su culpa nunca se me iban a olvidar, incluso cuando teníamos momentos lindos y de un momento venía el recuerdo me hacía sentir como una mierda.
LaiaAl llegar al apartamento estábamos emocionados por esa pequeña ecografía, en el carro le había mostrado a mis amigos la foto de los bebés, los cuales emocionados la subieron por todas partes diciendo "Los tíos más felices del mundo" Cuando lo iba a subir en mi historia de Instagram veo la de Pol, me sorprendió al ver la ecografía con un dos bebés como emoji y un #Míos.—¿Esa historia no te va a sacar el ganado?—¿El qué? —Me pregunta con una sonrisa. —Ganado, las chicas que están detrás de ti. —No me importa, estoy satisfecho con mi vida —Asiento con una sonrisa, estaba emocionada, de verdad estaban dentro de mí. —Te diré algo, pero nunca paso esto, ¿de acuerdo? —Él me mira confundido. —Solo diré —Agarro aire —Me gustabas un montón, no me negaba a tener un hijo tuyo, incluso si en unos años viajaba a España y seguía soltera, pensaba buscarte y tener un acostón de una noche y poder tener un hijo tuyo, aunque fuera madre soltera. —Bueno, yo quiero hacer parte de tu vida, har