Parte 7

Laia 

Habían sido los días más locos que tuve, estaba cada día más cansada del trabajo, pero acababa de hacer las cuentas y me daba para asistir este semestre a las clases, entonces debía ahorrar dinero para las citas, para pagar el arriendo y para todo, no podía darme ningún lujo. 

—Reira, ¿quieres hacer horas extras? Pagamos el doble por hora —Me pregunta mi jefe y asiento para limpiar más cuartos, no me iba a negar para nada, necesitaba mucho dinero —Hoy empiezas, en mi tercera semana de trabajo había comenzado horas extras, casi a la semana no sabía el significado de dormir, había estado tantos días despierta que no podía hacer más. 

—¿Si estás durmiendo correctamente? —Me pregunto Ashley el día que fue a visitarme, un sábado a medio día. 

—Sí, solo que llevo el bebé no me deja dormir mucho que digamos —Le miento de forma descarada, no podía decir que estaba trabajando tanto, cuando se enteraron de que tenía tres trabajos, me discutieron un día completo diciendo que mi salud era primero y no mentían, pero tenía que conseguir un trabajo para mantener a flote de la situación.

—Está bien, por favor, tienes que cuidarte porque todos estamos preocupados —Asiento con una sonrisa y me levanto de la cama para ir a la cocina y agarrar, empezar a prepararme algo de comer mientras hablamos un poco de su vida, Ashley me empieza a contar sobre su vida amorosa, cuando termino de preparar mi comida, me siento y acaricio un poco mi vientre, le hablaba aunque no estaba segura de cuando me escucharía, esperaba que me escuchará todas mis historias. 

El lunes nuevamente llego e ir al trabajo de forma seguida fue el plan, suspire mientras entraba al trabajo, no había tenido nada raro hasta ahora, sin embargo, cuando entro a la habitación escucho sonidos extraños, rápidamente me doy cuenta de que estaban teniendo intimidad, me incomodo un poco y creo que me pongo hasta un poco roja, pero sigo haciendo mi trabajo tal me indicaron mi primer día de trabajo, cuando termino la pequeña sala, sigo con los baños y los ruidos no habían parado, decido ir a la cocina y limpiar lo que se podía, cuando ya iba a salir escucho la voz del hombre. 

—Qué fastidio, no estaba tan buena como esperaba —Siento la voz de la persona y me incomodo, era parecido al acento de Pol, pero no era su voz, supongo que la nacionalidad si la compartían, dispuesta a irme y en caso de emergencia aprieto el botón de auxilio que a todas nos dan por cosas que pueden pasar a mayores —Oiga chica —Me giro ya en la puerta y me encuentro un hombre con barba que no era tan pulida como la de Pol, y el cabello un poco más largo —Tú si estás buena, ¿no quieres divertirte un rato conmigo?

—No, señor, muchas gracias —Doy un pequeño saludo, dispuesta a irme, pero su mano me detiene y me doy cuenta de que está desnudo. 

—Oye, te daré buen dinero, solo que esa puta no rindió tanto como quería, simplemente hazme ese favor y ya —Trato de quitar su agarré, pero no me funciona —Te lo estoy diciendo de buena manera, solo será una vez.

—No, señor —Nuevamente trato de quitar su agarré, cuando no funciona siento la ansiedad brotar de mi cuerpo, ¿qué iba a hacer?

—Hazlo, al menos un oral o algo —Niego con la cabeza, ¿cuánto se iban a tardar?, estaba presionando el botón varias veces, tenía miedo. 

—Señor, por favor suélteme. 

—Todas son unas putas, ¿tú por qué te niegas? Solo es decirles que les darás unos cuantos euros y dan todo fácil, aunque está muy usado —Cierro los ojos, sintiendo las ganas de llorar, no podía poner en peligro a mi bebé, no podía permitir que le hicieran daño. 

—Por favor, solo suélteme —Me agarra de los brazos y el botón cae en mi bolsillo, evitando así un caos donde se hubiera dado cuenta lo que trataba de hacer. Me mira de arriba a abajo, me escanea de una forma que no me gusta para nada. 

—Estás muy buena, me imagino que debes un trasero asombroso —Tiemblo al sentir como me quería acercar a besarlo, pero la puerta es interrumpida por el gerente que me ve temblando, y el señor desnudo y tratando de besarme, me agarra para ponerme a su lado. 

—Disculpe, señor —Da un pequeño saludo —Aquí no permitimos ese tipo de servicios, hasta luego —Y se retira conmigo, me empiezo a sentir mareada, tal cual la vez de la exposición y lo supe.

—Jefe, llame una ambulancia y llame a Nicole —Me siento caer, poniéndose todo negro. 

No estaba segura de cuanto había pasado, pero cuando despierto estaba en un hospital, las cortinas estaban corridas para que nadie me viera, jadeo al estirarme, me dolía todo mi cuerpo, sobre todo mi cabeza, cuando miro la hora en mi celular, me asusto, era muy tarde, me iban a despedir de los dos trabajos, cuando trato de pararme una enfermera llega. 

—¡Señor! La paciente Reira se acaba de levantar —El doctor, el mismo que me había atendido la otra vez, estaba aquí. 

—Un placer volverla a ver, aunque no me gustaría que en estas circunstancias. 

—¿Qué quiere decir? ¿Mi bebé está bien?

—Querrá decir Bebés —¿Por qué me estaba hablando en plural?

—Creo que se equivoca. 

—No, señorita —Niega con su cabeza —Usted nunca se hizo la ecografía, entonces al saber su historial la hicimos mientras dormía, y se encontraron dos latidos, usted tiene un embarazo gemelar, aunque es algo raro porque en su familia no tiene ningún historial de esto y al parecer de su pareja tampoco. 

—¿Mi pareja? —Preguntó confundida.

—Sí, del señor Munté —Siento un escalofrío, necesitaba irme, pero carajo las cuentas del hospital.

—Yo tengo que irme, me puede mandar la cuenta, la pagaré, apenas tenga. 

—Ya está pago —Me estaba asustado cada vez más, pero me terminé de asustar cuando lo vi a lo lejos, se había dejado crecer un poco más la barba, aunque no se veía mal ni desarreglado, solo un poco mayor. 

—Ay, Jesús —Murmuró asustada, cuando trato de pararme el médico me levanta. 

—No estoy seguro de que sucede entre ustedes, sin embargo, debería guardar reposo, no se cuidó en tanto tiempo que su cuerpo siente la carga de más, si sigue de esa forma le hará daño a los bebés, tiene que guardar reposo hasta nuevo aviso —Siento ganas de llorar, ¿es en serio? No bastaba con que ese imbécil volvería, también puse en riesgo a los bebés, no podía permitirme hacer eso, aunque... ¿Cómo llegaría de comer? ¿Cómo iba a comer?

—Deja de pensar tanto, yo lo resolveré —Escucho la voz ronca de Pol, una voz que no pensé extrañar tanto y aunque lo odiará me genera paz, ¿era por las hormonas?

—¿Con huir? —Le digo sería, evitando su mirada, siento como me mira, pero no me dice nada, solo le habla al doctor sobre los cuidados, y el doctor dejo en claro que tenía que guardar reposo casi dos semanas para estabilizarme y luego venir al chequeo diario para saber más de los bebés. 

—Listo, doctor, seguiremos sus indicaciones al pie de la letra —Habían traído una silla de ruedas para mí —Ya te dieron de alta, y Nicole nos espera afuera en el auto. 

—No quiero ir contigo, no quiero estar cerca de ti. 

—Lo entiendo, pero hazlo por los bebés —Me muerdo el labio inferior conteniendo las ganas de llorar —Lo otro lo dirá el tiempo. 

—Por los bebés, nada más —Una enfermera me ayuda a pasarme a la silla, con mucho cuidado, la gente nos mira raro, y yo trato de evitar las miradas de los demás, me sentía débil por estar de esa forma, puedo notar a Nicole a lejos, que se acerca rápido a mí. 

—¿Estás bien? Cuando me llamaron sentí que todo estaba mal, ya le avisé a los chicos, los que pueden están esperando en el apartamento —Carajo, me iban a meter la regañada del siglo por tener tantos trabajos y no descansar, aunque tenían una muy buena razón —Por ahora, tomemos la palabra de este y vamos a cuidarte —Asiento con una leve sonrisa hacia Nicole, ella acaricia mi cabeza y me ayuda a subir de copiloto y me pone el cinturón —Debemos cuidarte el doble, estos niños tendrán los tíos más cansones del mundo. 

—Lo sé —El camino se hizo en un  profundo silencio —¿Dónde está mi celular? —Pregunto asustada.

—Lo tengo yo —Escucho a voz de Pol —Nicole habló con tus jefes, renunciaste a todos tus trabajos, mañana iremos por el pago que te deben. 

—¿Por qué renunciaron? —Digo asustada, carajo, necesitaba el dinero. 

—El doctor dijo que tenías que reposar y cuidarte, con esos trabajos no podías hacerlo. 

—Al menos el de limpiar cuartos me podía quedar.

—Ese menos —Bufa Nicole enojada —Ya me contaron la situación que tuviste, el señor luego en sus cinco sentidos, pago de más para que te dieran por los problemas. 

—¿Qué sucedió? —Trato de evitar que le diga, pero no funciona.

—Un extranjero, que es de tu país, estaba teniendo relaciones con una prostituta de élite, y bueno, no estaba muy satisfecho, no sé que se metieron, máximo una droga fuerte o así, cuando la chica se desmayó quería más, Laia estaba en la habitación y trato de abusar de ella.

—Yo podía evitarlo, ¿sabes? —Digo defendiéndome. 

—No, porque no tienes la misma fuerza, te vimos las muñecas, no fue mucho lo que te retuvo, aunque una estaba peor que la otra —Nicole niega con la cabeza —Ese trabajo era peligroso, sobre todo por todo lo que pagaban, desde el principio sabían que esas cosas podían pasar, por algo te dieron ese puto botón, Laia —Bajo la cabeza avergonzada, y puedo ver como Pol aprieta el volante con fuerza, pero no dice nada, solo tensa su mandíbula. 

—Está bien, no volverá a ese trabajo. 

—Nunca hubiera ido si tú no hubieras huido —Lo sentencia Nicole, y Pol no vuelve hablar en todo el trayecto.

Al llegar al apartamento, puedo ver como uno de mis amigos estaba afuera esperando, no me saluda ni nada, solo me agarra y me levanta para llevarme hasta el ascensor. 

—Puedo caminar —Digo, pero él me mira y niega. 

—Debes guardar reposo, es mejor que él te cargue y no hagas nada para evitarlo —Nuevamente me agarra cuando el ascensor se abre y toca mi puerta, donde me abre Ashley, tenía la música puesta y mis otros amigos estaban limpiando la casa, suelto una carcajada al verlo de esa forma. 

—¿Qué carajos pasó?

—Teníamos que ayudarte, después de todo ahora nos vamos a turnar para cuidarte. 

—¿Por qué?

—No esperes menos, ahora somos los tíos de dos, tenemos que sacar un papel para ver quienes serán los padrinos. 

—No, yo ya dije que sería una —Habla Ashley y todos empiezan a discutir, incluso el que me había cargado se une a la pelea cuando me siento en el sofá, ¿desde cuándo tenía sofá?

—Lo compré a última hora, quería que tuvieras un lugar más acogedor —Habla Pol. 

—¿por qué volviste?

—Perdón —Es lo que me dice —Perdón por huir, por hacerte sentir de todas esas formas, por hacerte llorar no solo una vez, si no todas las veces que te lo hice, todas las veces que desaparecía —Cerré los ojos, nunca me había pedido perdón, nunca se digno hacerlo, tal vez por su gran ego se negaba hacerlo, pero escuchar esas palabras de él, me hizo sentir tranquila, pero no lo suficiente.

—¿por qué me haces esto? —Digo tratando de limpiar mis lágrimas, Nicole pasa y me da comida. 

—Come, llorar deshidrata mucho —Me sonríe y sigue discutiendo con los chicos, como mientras lloro, Pol solo me observa. 

—Lo siento, lo siento, no tengo la suficiente capacidad para tener una relación con alguien y simplemente me desquite contigo.

—Te odio —Digo, él me mira y asiente. 

—Lo entiendo,me puedes odiar lo que quieras, pero por favor, dejame remediar mis errores, por los bebés —¿Qué debía responder? ¿Qué sí?

—Yo... 

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