Laia —Yo tengo pareja —Agarró del brazo a Pol, ese rubio estaba muy guapo, pero ahora embarazada, sería duro conseguir alguien, por esa razón era mejor evitar problemas, la cara triste del señor me hace sentir un poco mal. —Está bien —Se retira cabizbajo y yo suspiro un poco cansada, para mirar a Pol. —No quiero meter a nadie en la relación que tenemos, ya es suficiente con los bebés —Le digo y le dejo en claro —Sé que no me quieres para nada serio, no te preocupes —Le digo tranquila y voy hacia al ascensor no sin antes despedirme del gerente con la mano, a los segundos llega el español para hacerse a mi lado a esperar. —No me molesta que dijeras que era tu pareja. —No te preocupes, esta vez yo no quiero nada serio contigo —Le digo neutra, era bueno trazar esta línea directa, no quería sentir nada por él, las lloradas que había tenido por su culpa nunca se me iban a olvidar, incluso cuando teníamos momentos lindos y de un momento venía el recuerdo me hacía sentir como una mierda.
LaiaAl llegar al apartamento estábamos emocionados por esa pequeña ecografía, en el carro le había mostrado a mis amigos la foto de los bebés, los cuales emocionados la subieron por todas partes diciendo "Los tíos más felices del mundo" Cuando lo iba a subir en mi historia de Instagram veo la de Pol, me sorprendió al ver la ecografía con un dos bebés como emoji y un #Míos.—¿Esa historia no te va a sacar el ganado?—¿El qué? —Me pregunta con una sonrisa. —Ganado, las chicas que están detrás de ti. —No me importa, estoy satisfecho con mi vida —Asiento con una sonrisa, estaba emocionada, de verdad estaban dentro de mí. —Te diré algo, pero nunca paso esto, ¿de acuerdo? —Él me mira confundido. —Solo diré —Agarro aire —Me gustabas un montón, no me negaba a tener un hijo tuyo, incluso si en unos años viajaba a España y seguía soltera, pensaba buscarte y tener un acostón de una noche y poder tener un hijo tuyo, aunque fuera madre soltera. —Bueno, yo quiero hacer parte de tu vida, har
PolEstaba sorprendido por semejante beso que nos habíamos dado y la mirada que tenía Laia me hacía entender que estaba igual que yo, sin embargo, no podía seguir, porque si lo hacía no iba a parar, esta vez lo quería hacer bien.—Mira, comamos en este lugar —Me dice ella, puedo notar sus mejillas rojas por el beso que nos habíamos dado, esta mujer tenía algo que me hacía caer siempre que podía, estaba a sus pies.—Sí —Le digo sin dejar de verla, era preciosa, en todo el sentido de la palabra, tenía un aura que cualquier hombre se podía voltear a verla, con la cabeza en alto y cuando sonreía me hace derretir, cuando ladeada su cabeza para darme esa sonrisa a mí. —Quiero una hamburguesa y una limonada de coco —Siempre que comíamos fuera, que estaba siendo muy seguido estos días, ella pedía la misma limonada. —¿por qué te gusta tanto la limonada? —Preguntó luego de hacer la orden al mesero, ella me mira y medita unos segundos.—No sé, tiene una combinación de sabores que no puedo desc
LaiaEl primer día en la cabaña había sido asombroso, la forma en que Pol me había tratado me hizo sentir cosquillas, aunque me hizo sentir tan tranquila que caí profundamente por esa misma emoción. —¿pasaste buena noche? —Lo primero que veo es a Pol, fuera de la habitación con su laptop, trabajando, aun así pregunta sobre mi noche.—Sí, gracias —Nos habíamos quedado hasta tarde viendo películas —¿Tú? ¿Hace cuánto estás despierto?—Desde las 3 de la mañana —Me levanto sorprendida, no había dormido mucho. —Tranquila, estoy acostumbrado. —El cuerpo pasa factura, ahorita que puedas en la tarde te puedes acostar, ¿no? Para que descanses un poco. —¿Y tú que harás mientras? —Comer y ponerme al día con las series, ¿no? —Suspira y asiente.—Acepto la oferta. En la tarde, luego de almorzar, cumple la promesa de ir a dormir, yo que había aprendido a tejer, me quedé todo ese tiempo viendo una serie mientras tejía, estaba emocionada porque sería la primera vez que intentaría hacerle algo a
LaiaEn algún punto de la noche, Pol se perdió con Nicole, lo cual me pareció raro, sin embargo, cuando llegaron Nicole venía con una cara triste. Quise preguntar que había sucedido, pero ya venía siendo hora de volver a casa, el español tenía que trabajar a las 4 de la mañana y esté paso, terminaría casi muerto.—Que les vaya bien —Ashley se despide de nosotros, medio prenda. —¿Tus amigos son borrachos? —Me volteo divertida al escucharlo. —No, bueno, si son adictos a las fiestas y tal vez sustancias psicoactivas, pero nada fuera del otro mundo —Me mira de reojo y sigue manejando —¿Tus amigos no tienen nada de eso?—Son fiesteros, les gusta salir mucho, pero nada de eso —Suelto una risa. —Es el primer mundo, ¿qué esperabas?—No pensé que fuera tan diferente, solo eso. —Nosotros no tenemos tanto dinero, recordemos que tu mundo y mi mundo son opuestos. —Ahora vendría hacer tu mundo.—¿Por qué?—Yo hago parte de él, no soy tan cruel para eso. —Bueno, si hablamos de cruel —Hago una
LaiaHabía comenzado la lista para salir con Pol, había muchas cosas que quería hacer, pero al mismo tiempo, ya había cumplido con otra, estaba un poco nerviosa en decidir cuáles sería. Empezamos a salir esos lugares que siempre quise, desde parques temáticos que no podía hacer mucho por mi estado, hasta ir a restaurantes que en algún momento vi por recomendaciones en TikTok o Instagram, las risas y las charlas no faltaron en ningún momento. Aprendí de su pasado, descubriendo su anterior relación seria, su trauma iba en esa persona, lo amo demasiado, a un nivel que no se puede explicar, llegando al punto que sin querer se volvió un apego. —La amaba, creo que ahora puedo decir que no, pero si me hubieras preguntado hace cuatro meses te hubiera dicho que sí. —¿por qué terminaron?—Yo quería una familia, formalizar del todo, ella quería seguir experimentado y saliendo, ¿quién era yo para dañar ese sueño? —¿no pudieron hacerlo juntos?—Se intentó, créeme, pero le llego una oferta de
LaiaTerminé llorando junto con mis amigos, porque no solo habían hecho una gran despedida con palabras emotivas, habían dado regalos para mis hijos.—No podré estar en su nacimiento, no podré cuidarlos cuando los papás se quieran ir a divertir, por eso les daré todo lo que puedo desde ya —En una caja un poco grande decía "Los pequeños Munté Reira" me hace llorar más, había un montón de ropa pequeña, de diferentes colores —Espero le enseñen a sus hijos a que el color no define tu género. —Yo también les tengo regalo —Dice Ashley —Le compramos los juguetes e interacciones que los bebés van a ir necesitando de pequeños —Una caja más grande —Entre nosotros le compramos eso —Señala a mis otros amigos —No es mucho, creo que no define nuestro gran amor por ti y los niños que vienen en camino, no somos tu familia de sangre, pero de corazón somos eso y más, seremos los tíos locos que vienen muy lejos, aunque estos tíos darán todo por esos niños.Fue el momento donde todos estábamos llorando,
LaiaLloré y lloré, fueron horas en donde mi cuerpo solo era capaz de llorar, tanto lloraba que Pol tuvo que llamar a Nicole para tratar de consolarme, ella no consiguió calmarme, lo único que sentía era dolor por lo que pasaba. Luego de casi tres horas de llorar sin parar, me quedé sin lágrimas, y en un cuarto oscuro mire un punto fijo, absorta en muchos sentimientos, no podía evitar sentir dolor por todo lo que me estaba pasando. ¿De verdad me quedaría sin mi madre? Sí, mi mamá era una persona tan terca que no estaba dispuesta a ceder y tampoco había tiempo, yo me iba a ir. —¿Estás bien? —Escucho la voz de Pol y me volteo a verlo, estaba preocupado, sus ojos apagados por verme así, me hizo sonreír y abrí mis manos para que me diera un abrazo, no dudo en hacerlo, me dio un cálido abrazo luego de llorar por hoy y por las próximas. Le di un beso en la mejilla, me cargo para sentarme sobre él, mientras acariciaba mi cabello, de forma lenta y suave, con amor. —¿Me quedaré sola? —Le