Pol Puedo ver a lo lejos como Laia estaba hablando de forma animada con mis familiares, incluso mis tías estaban emocionadas de hablar con ella. —¿Cómo la encontraste? —Me pregunta un tío, me giro a verlo y suspirar, había sido uno de los comentarios más fuera de lugar que había escuchado en el día, ¿qué estaba queriendo decir?—¿Qué quieres decir con eso? —Pregunta mi papá. —Bueno, no creo que se hayan encontrado por casualidad, ¿Cómo la encontró? —¿Debía explicar todo el proceso? Tinder lo había utilizado demasiado para ligar y conocer chicas de mucha variedad. —Nos encontramos y nos llevamos bien, no es mucha ciencia —Le respondo tratando de dar una sonrisa, odiaba las preguntas fuera de lugar. —Está bien, si tú lo dices —Mi tío se retira de la conversación y suspiro, me quedo solo con mi padre. —No le hagas caso —Me da una leve palmada en la espalda. Es raro decirle a tu familia que la conociste por una aplicación de citas, y ver que no fue hace un mes o dos, íbamos a cumpl
Laia El domingo, solo había sido dormir, dormir a gusto, había cocinado en la mañana, y en la tarde para almorzar habíamos pedido comida, porque queríamos descansar el resto del día, ya el lunes Pol iría a trabajar, para comenzar una semana muy movida. —¿Vas a pedir sushi? —Le pregunto cuando lo veo concentrado en el celular. —Sí, aunque mamá me dijo que mañana te acompañaría hacer el mercado para que no pidamos tanto. —Sí, así aprenderé a cocinar, aunque tú no almuerzas ni comes en casa, ¿cierto?—Es verdad —Se ríe —Pero, haré lo posible para cenar aquí.—No te preocupes —Le doy un beso en la mejilla —Mientras yo me pueda hacer lo que quiera, estoy feliz.Así es como comenzó un día nuevo en España, era lindo, pero hacía un calor de mierda que era mucho peor que en mi país, estaba sudando como cerdo. —Que te vaya bien —A las 8 estaba saliendo para ir a la agencia, le había dado un desayuno sencillo con lo que había en la nevera, ya hoy en la tarde doña María vendría para enseñarm
LaiaEscucho como Pol y David sé molestando entre ellos, cuando el español se fija en la hora, se gira hacia mí —Vamos, tenemos cosas que hacer —Asiento —David, tú quedas a cargo —Él se ríe y asiente. —Un placer haberte conocido, Laia —Le doy una sonrisa. —Igualmente —Ambos salimos del lugar para subir al auto, un Ferrari, la primera vez que lo vi, quedé muy sorprendida, ahora me daba un poco igual. En menos de 20 minutos llegamos a un centro comercial, había bastantes personas. —Primero iremos a comprar el celular —Lo miro confundida —Claro, no bromee cuando dije que te compraría uno. Efectivamente, me da uno de Apple, era el mismo que el de él, pero yo había elegido negro, en cambio, el de él era azul, bastante bonito, en la propia tienda compramos el vidrio y un estuche para este. Luego de esa compra y que me pasaran todas la información, había pasado casi dos horas, primero iríamos a comer para seguir con las compras que según Pol eran bastante importantes. Asentí y los se
LaiaMis lágrimas no dejaban de salir, los recuerdos de todas las veces que Pol me hizo daño, haciéndome sentir como mierda, todas las noches que lloré sintiéndome la persona más indefensa del mundo vinieron a mi mente. Tal vez tenía razón, yo no tenía por qué estar allí, no debía estar.—Que ridícula eres —Me mira con asco —No sé por qué lloras, se nota que eres una niña. Me trato de levantar, pero suelto un quejido, el sol cada vez se ocultaba más, había agarrado un dolor bajo.—¡Laia! —La voz de Anya llega a mí, su grito resuena en toda la playa, vuelvo a tratar de levantarme, pero me duele más la parte baja del vientre —Oh, Dios mío —Ella trata de levantarme, sin embargo, cuando vuelvo a tratar de hacerlo suelto un quejido. Mierda y mil veces mierda, los bebés. —De verdad eres una niña, ¿cómo te vas a quejar por un empujón? —Anya se gira a verla, como una bestia —¿Qué?—¿La empujaste? —La voz fría y dura de Anya hace estremecerme. —¿por qué me hablas así? tú me apoyabas con qu
Laia —Gracias a ustedes por recibirme. Esa noche todos sus amigos se presentaron, empezaron hablar de las cosas que Pol hacía de joven, lo serio que era, como atraía a las chicas. —Una vez, cuando ambos estábamos solteros, empezó a ligar en un grupo de chicas —Habla un amigo —Es guapo, tiene porte y confianza, dos chicas terminaron discutiendo en la mesa porque quien se iría al final de la noche con él. —¿Con quién termino? —Pregunto curiosa. —Con ninguna —Se empiezan a reír —Su excusa fue "Mañana tengo que madrugar" —Me giro a verlo divertida, él toma su botella de vino sin verme. —¿En serio? —No quería acostarme con ella, parezco fácil, pero no soy tanto de una noche —No puedo evitar reír y asentir. —Lo sé, tenemos que pasar muchos filtros —Le digo recordando que era bastante molesto con todo —Aunque tú también tuviste que pasar muchos. —Hablando de eso —Menciona una chica —¿Cómo se conocieron? —Ambos nos miramos y empezamos a reír.—Por Tinder —Respondo de forma sincera, P
Laia Luego de disfrutar el tiempo en la playa, hacen una fogata, mientras ellos estaban organizando unas cosas, me fije en el celular, una historia de parte de Pol, la abrí al instante, era yo con el vestido sonriendo hacia la cámara, ¿cuándo había sonreído? Me veía linda, demasiado. —Así es como te ves cuando te cruzas con Pol, no importa donde o cuando, siempre haces esa cara —Escuchó la voz de Anya —Es tierno. —¿En serio sonrió?—Siempre lo haces, cuando de él se trata —Asiento, mirando la foto —No ha querido poner tu Instagram, porque habrá muchas personas que van a querer saber de ti, es alguien muy social —Ríe. —Sí, lo sé. La noche solo se basa en contar historias entre todos, preguntan sobre mis amigos y se los voy mostrando, los más destacados fueron Ashley, Nicole y Caled. Había que aceptarlo, mis amigos eran muy guapos, una me dijo rápidamente que le presentará a Caled, cosa que no podía porque estaba intentando con alguien. Ese fin de semana termino, sin embargo, todo
Pol En la playa cuando sentí el ruido salí rápido, me asusto porque no veía a Laia por ningún lado, me fije que la chica estaba siendo cargada por Bruno, el novio de mi mejor amiga, me preocupe el doble, me acerqué a preguntar. —¿Qué pasó? —Pregunto a Anya y Laura. —Tu amiga, la empujo —Miro a Laura, cuando iba a responder me acercó rápido, pero siento que mis amigos me sujetan. —Se lo merece, pero es mujer y no podemos hacerle daño —trata de calmarme un amigo, pero solo siento rabia. —Ella no aguanto un empujón, ¿yo por qué tengo culpa?—Maldita —Digo tratando de zafarme de mis amigos, pero no me lo permiten. —Cálmate, Pol. —Te juro que si le llega a pasar algo a ella o mis hijos, ni tu papá te va a salvar de lo que hiciste. —¿Hijos? ¿Esta embarazada? —Se pone pálida —Yo no sabía. —Claro que no lo sabías pedazo de idiota —Le respondo grosero, me valía una mierda lo que pensará de mí, había tratado a mi mujer como una mierda, nadie tenía ese derecho. Estuve aguantando la act
LaiaDejando en claro que no volvería a tener nada con Alex, me di cuenta de que me estaba gustando Pol, y me asusté un poco, porque se lo dije de frente, el español me gusta. —Carajo —Murmuro en la ducha. Yo estaba consciente que Pol era una belleza andante, su barba que debía estar bien perfilada, su cabello cortado, jodida mierda, era tan guapo que me hacía enloquecer, sin duda era algo nuevo para mí. Tenía miedo de volver a sentir algo fuerte por el español, ¿de verdad volvería a irse? ¿Aceptaría lo que yo siento por él? No estaba segura, pero solo me generaba más ansiedad de la que debía.Decidí posponer toda clase de sentimientos por él, no era el momento de sentir eso, ahora debía enfocarme a cuidarme por el bien de mis bebés. —Los niños se encuentran muy bien —Me avisa el doctor viendo moviendo el aparato en mi vientre —Están sanos, lo que contaron que paso en la cabaña, no paso a mayores, pudo resultar en un aborto espontáneo, me alegro de que no fuera así, son unos bebés