LaiaTerminé llorando junto con mis amigos, porque no solo habían hecho una gran despedida con palabras emotivas, habían dado regalos para mis hijos.—No podré estar en su nacimiento, no podré cuidarlos cuando los papás se quieran ir a divertir, por eso les daré todo lo que puedo desde ya —En una caja un poco grande decía "Los pequeños Munté Reira" me hace llorar más, había un montón de ropa pequeña, de diferentes colores —Espero le enseñen a sus hijos a que el color no define tu género. —Yo también les tengo regalo —Dice Ashley —Le compramos los juguetes e interacciones que los bebés van a ir necesitando de pequeños —Una caja más grande —Entre nosotros le compramos eso —Señala a mis otros amigos —No es mucho, creo que no define nuestro gran amor por ti y los niños que vienen en camino, no somos tu familia de sangre, pero de corazón somos eso y más, seremos los tíos locos que vienen muy lejos, aunque estos tíos darán todo por esos niños.Fue el momento donde todos estábamos llorando,
LaiaLloré y lloré, fueron horas en donde mi cuerpo solo era capaz de llorar, tanto lloraba que Pol tuvo que llamar a Nicole para tratar de consolarme, ella no consiguió calmarme, lo único que sentía era dolor por lo que pasaba. Luego de casi tres horas de llorar sin parar, me quedé sin lágrimas, y en un cuarto oscuro mire un punto fijo, absorta en muchos sentimientos, no podía evitar sentir dolor por todo lo que me estaba pasando. ¿De verdad me quedaría sin mi madre? Sí, mi mamá era una persona tan terca que no estaba dispuesta a ceder y tampoco había tiempo, yo me iba a ir. —¿Estás bien? —Escucho la voz de Pol y me volteo a verlo, estaba preocupado, sus ojos apagados por verme así, me hizo sonreír y abrí mis manos para que me diera un abrazo, no dudo en hacerlo, me dio un cálido abrazo luego de llorar por hoy y por las próximas. Le di un beso en la mejilla, me cargo para sentarme sobre él, mientras acariciaba mi cabello, de forma lenta y suave, con amor. —¿Me quedaré sola? —Le
Pol Puedo ver a lo lejos como Laia estaba hablando de forma animada con mis familiares, incluso mis tías estaban emocionadas de hablar con ella. —¿Cómo la encontraste? —Me pregunta un tío, me giro a verlo y suspirar, había sido uno de los comentarios más fuera de lugar que había escuchado en el día, ¿qué estaba queriendo decir?—¿Qué quieres decir con eso? —Pregunta mi papá. —Bueno, no creo que se hayan encontrado por casualidad, ¿Cómo la encontró? —¿Debía explicar todo el proceso? Tinder lo había utilizado demasiado para ligar y conocer chicas de mucha variedad. —Nos encontramos y nos llevamos bien, no es mucha ciencia —Le respondo tratando de dar una sonrisa, odiaba las preguntas fuera de lugar. —Está bien, si tú lo dices —Mi tío se retira de la conversación y suspiro, me quedo solo con mi padre. —No le hagas caso —Me da una leve palmada en la espalda. Es raro decirle a tu familia que la conociste por una aplicación de citas, y ver que no fue hace un mes o dos, íbamos a cumpl
Laia El domingo, solo había sido dormir, dormir a gusto, había cocinado en la mañana, y en la tarde para almorzar habíamos pedido comida, porque queríamos descansar el resto del día, ya el lunes Pol iría a trabajar, para comenzar una semana muy movida. —¿Vas a pedir sushi? —Le pregunto cuando lo veo concentrado en el celular. —Sí, aunque mamá me dijo que mañana te acompañaría hacer el mercado para que no pidamos tanto. —Sí, así aprenderé a cocinar, aunque tú no almuerzas ni comes en casa, ¿cierto?—Es verdad —Se ríe —Pero, haré lo posible para cenar aquí.—No te preocupes —Le doy un beso en la mejilla —Mientras yo me pueda hacer lo que quiera, estoy feliz.Así es como comenzó un día nuevo en España, era lindo, pero hacía un calor de mierda que era mucho peor que en mi país, estaba sudando como cerdo. —Que te vaya bien —A las 8 estaba saliendo para ir a la agencia, le había dado un desayuno sencillo con lo que había en la nevera, ya hoy en la tarde doña María vendría para enseñarm
LaiaEscucho como Pol y David sé molestando entre ellos, cuando el español se fija en la hora, se gira hacia mí —Vamos, tenemos cosas que hacer —Asiento —David, tú quedas a cargo —Él se ríe y asiente. —Un placer haberte conocido, Laia —Le doy una sonrisa. —Igualmente —Ambos salimos del lugar para subir al auto, un Ferrari, la primera vez que lo vi, quedé muy sorprendida, ahora me daba un poco igual. En menos de 20 minutos llegamos a un centro comercial, había bastantes personas. —Primero iremos a comprar el celular —Lo miro confundida —Claro, no bromee cuando dije que te compraría uno. Efectivamente, me da uno de Apple, era el mismo que el de él, pero yo había elegido negro, en cambio, el de él era azul, bastante bonito, en la propia tienda compramos el vidrio y un estuche para este. Luego de esa compra y que me pasaran todas la información, había pasado casi dos horas, primero iríamos a comer para seguir con las compras que según Pol eran bastante importantes. Asentí y los se
LaiaMis lágrimas no dejaban de salir, los recuerdos de todas las veces que Pol me hizo daño, haciéndome sentir como mierda, todas las noches que lloré sintiéndome la persona más indefensa del mundo vinieron a mi mente. Tal vez tenía razón, yo no tenía por qué estar allí, no debía estar.—Que ridícula eres —Me mira con asco —No sé por qué lloras, se nota que eres una niña. Me trato de levantar, pero suelto un quejido, el sol cada vez se ocultaba más, había agarrado un dolor bajo.—¡Laia! —La voz de Anya llega a mí, su grito resuena en toda la playa, vuelvo a tratar de levantarme, pero me duele más la parte baja del vientre —Oh, Dios mío —Ella trata de levantarme, sin embargo, cuando vuelvo a tratar de hacerlo suelto un quejido. Mierda y mil veces mierda, los bebés. —De verdad eres una niña, ¿cómo te vas a quejar por un empujón? —Anya se gira a verla, como una bestia —¿Qué?—¿La empujaste? —La voz fría y dura de Anya hace estremecerme. —¿por qué me hablas así? tú me apoyabas con qu
Laia —Gracias a ustedes por recibirme. Esa noche todos sus amigos se presentaron, empezaron hablar de las cosas que Pol hacía de joven, lo serio que era, como atraía a las chicas. —Una vez, cuando ambos estábamos solteros, empezó a ligar en un grupo de chicas —Habla un amigo —Es guapo, tiene porte y confianza, dos chicas terminaron discutiendo en la mesa porque quien se iría al final de la noche con él. —¿Con quién termino? —Pregunto curiosa. —Con ninguna —Se empiezan a reír —Su excusa fue "Mañana tengo que madrugar" —Me giro a verlo divertida, él toma su botella de vino sin verme. —¿En serio? —No quería acostarme con ella, parezco fácil, pero no soy tanto de una noche —No puedo evitar reír y asentir. —Lo sé, tenemos que pasar muchos filtros —Le digo recordando que era bastante molesto con todo —Aunque tú también tuviste que pasar muchos. —Hablando de eso —Menciona una chica —¿Cómo se conocieron? —Ambos nos miramos y empezamos a reír.—Por Tinder —Respondo de forma sincera, P
Laia Luego de disfrutar el tiempo en la playa, hacen una fogata, mientras ellos estaban organizando unas cosas, me fije en el celular, una historia de parte de Pol, la abrí al instante, era yo con el vestido sonriendo hacia la cámara, ¿cuándo había sonreído? Me veía linda, demasiado. —Así es como te ves cuando te cruzas con Pol, no importa donde o cuando, siempre haces esa cara —Escuchó la voz de Anya —Es tierno. —¿En serio sonrió?—Siempre lo haces, cuando de él se trata —Asiento, mirando la foto —No ha querido poner tu Instagram, porque habrá muchas personas que van a querer saber de ti, es alguien muy social —Ríe. —Sí, lo sé. La noche solo se basa en contar historias entre todos, preguntan sobre mis amigos y se los voy mostrando, los más destacados fueron Ashley, Nicole y Caled. Había que aceptarlo, mis amigos eran muy guapos, una me dijo rápidamente que le presentará a Caled, cosa que no podía porque estaba intentando con alguien. Ese fin de semana termino, sin embargo, todo