Laia
Esa primera noche no pude dormir, estuve haciendo mi hoja de vida para buscar empleo, para luego mandar lo más pronto posible donde se requería experiencia, teniendo la edad que tenía, era bastante extraño que yo no supiera lo que era trabajar.
—¿Cómo durmieron? —Pregunta la abuela de mi amiga.
—Muy bien, muchas gracias nuevamente por recibirme.
Ayer que habíamos llegado después del parque se preocupó al verme con los ojos rojos e hinchados, por tanto, llorar, me dio un poco de comida para hacerme sentir mejor y me dio consejos de mamá para no estresarme demasiado con esa situación, me sentía un poco más a gusto con eso.
—Bueno, ¿hoy tienen que estudiar? ¿No? —Ambas asentimos, ella trae dos cocas de almuerzo —Le sirve a las dos, para que no se sienta muy presionadas, después de todo un embarazo es muy duro, debes cuidarte para que no le pase nada, ¿si? —Asiento ante la sugerencia de la señora.
Sin esperar más ambas nos vamos a la universidad, mi otra amiga me abraza, apenas me ve, y todos mis otros amigos me ven preocupados por la situación que suponía, yo había hablado.
—¿Todo está bien? —Y nuevamente empiezo a llorar contando la historia, se había vuelto un abrazo grupal que todos miraban raro la escena tan vergonzosa.
—No te preocupes, saldrás adelante, nosotros te podemos ayudar si quieres, no tendremos mucho, pero tampoco te vamos a dejar sola.
—Ya Ashley me ayudo a conseguir un apartamento, hoy en la tarde iré a verlo.
—Vamos con ella, ¿no? Quien tenga clase en la tarde se queda, los otros nos vamos —Afirma un amigo y todos asienten dándole la razón, esta vez siento ganas de llorar, pero no es de tristeza, sino de sentirme acompañada por los que mis padres dirían que no darían ni 5 pesos por mí.
—Los quiero un montón, chicos —Suelto mientras lloro y nuevamente un abrazo en grupo se realiza.
Al finalizar la jornada más jodida de la vida, la tarde llega para ir a ver el apartamento, era pequeño, apenas para mí y sumado que no iba a permanecer demasiado en él, justo y necesario.
—¿no creen que le hace falta cositas? ¿No habrá uno por mejor precio? —ninguno de mis amigos me presto atención cuando dije que esté me gustaba, solo hablaban entre ellos.
—¿por qué no me prestan atención?
—Te conocemos y ahora en esta situación te va a parecer cualquier cosa bien, por eso no te vamos a prestar ni poquito de razón —Hago puchero y suspiro para concentrarme en ver alguna distracción en el celular mientras ellos hablan, primero me meto al correo para ver si me había llegado algo de los trabajos que solicité, me emociono al ver uno de mesera los fines de semana.
—¡Ya tengo trabajo! —Salto emocionada, pero alguien me agarra del brazo.
—No saltes, te puedes hacer daño y hacerle algo al bebé —Me cruzo de brazos, enojada, ellos tenían razón, pero deberían sentirse emocionados también por el trabajo.
—Felicidades por tu primer trabajo —Me dice Nicole con una sonrisa y me abraza —Nuestro siguiente objetivo es conseguir un buen apartamento para ti —Suelto una risa al escucharlos, es verdad, tenía que buscar un buen lugar para vivir, sería el lugar donde iba a llegar luego de un agotador día.
Dos días pasaron y entre todos habían conseguido un buen apartamento para mí, lo peligroso era ir por la noche, por lo que tendría que descontar los carros que tendría que pagar para llegar a la casa sana y salva por el trabajo.
Ya había comenzado con el trabajo y tenía otro adicional en la semana cuando no estudiaba, no era mucho, pero tal vez tendría suerte luego de finalizar este semestre, que faltan pocos días.
—¿De verdad quieres vivir sola? —Por fin el día de irme al apartamento había llegado, y con ello el mensaje de mi madre diciendo que debería pensar las cosas.
—Sí, ya no quiero molestar a nadie —Le digo a Nicole, mientras me ayuda a empacar las cosas que mis padres dijeron que no necesitaban de mí, además de un poco más de ropa.
—Buena elección —Otro amigo se había sumado a esta ayuda, los otros estaban en el nuevo apartamento ayudando a limpiar y dejar bien limpio el apartamento.
—¿Él es el papá del bebé? —Mi madre no dejaba de ser intensa buscando quien sería el hombre con el que me acosté.
—No, está unos buenos kilómetros lejos de mí —Respondí mientras empacaba algunas cosas en las cajas.
—¿por qué no reflexionas en deshacerte del bebé? Te podríamos volver a recibir —Suspiro para mirarla.
—Ya no mereces el respeto que siempre te di, por esa razón lo diré de la manera más vulgar posible, métete tu ayuda por el culo —Le digo con una sonrisa, lo cual la hace reaccionar con más rabia a punto de pegarme, pero mi amigo la frena y la ignora para hablarme a mí.
—Ya terminamos todo, Laia, ven te ayudo —Agarra la caja que ya había finalizado y empuja a mi madre para salir detrás de él, no miro atrás, esta vez no sería la hija perfecta, ella siempre tuvo razón en algo cuando me decía "Cuando tengas hijos lo sabrás" Fue verdad, ahora que seré madre daré todo por ese bebé.
Al llegar al apartamento todos mis amigos estaban con sus ropas viejas pintadas, ¿qué m****a había pasado? No quisieron mostrarme el apartamento, solo me habían dicho que era barato y un buen lugar para mí, donde sería feliz.
—¿Qué m****a? —Es lo primero que digo al verlo, todos se voltean a verme.
—¡Salte! El olor a pintura puede ser malo —Me sacan del apartamento nuevamente, Nicole se empieza a reír.
—Parecen que están emocionados de más por el nuevo integrante del grupo.
—Ni que lo digas, parecen estar loquitos por el bebé —Digo riendo, no había ido al doctor desde que descubrí el embarazo, sobre todo porque no tenía el dinero para ir de manera particular.
—Vengan, los invitaré a almorzar —Miro a mi amigo y le sonrío, él me da un abrazo por el hombro y vamos a cualquier parte cercana a comer, me pongo a ver algunas historias de I*******m y boom, veo la del español, había llegado a Barcelona otra vez, y sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas, no le había importado menos que tuviera a su hijo, que así sea.
Inhalo profundamente y exhalo para bloquear su perfil de todas las partes que lo tenía registrado y sin querer recordé la primera vez que volvimos hablar, él como le pregunte de forma clara que quería de mí, cuando le dije que podía hablar con más si era fluir me dijo que no, que quería algo serio; sin embargo, no me hablaba por días y le daba igual lo que hiciera, solo había dicho lo que yo quería escuchar para tenerme a su merced, para recibir esas tontas fotos, porque si no lo hacía todos los días, no me hablaba.
Yo sabía que no me quería para nada serio, ¿por qué caí? Era una tonta e ilusa buscando afecto de alguien.
—¿Todo bien? —Pregunta mi amigo y asiento, él también me devuelve la sonrisa, para empezar a comer tranquilamente e insulté al imbécil, con todas las groserías que mi mente se sabía o recordaba, lo odiaba por hacerme sentir de esa forma, lo odiaba por la forma tan cruel en el que me hizo daño, lo odiaba porque era un imbécil que no sabía qué quería; sin embargo, me odiaba más a mí por creerle.
No tardamos mucho en comer e ir al apartamento, aunque también le compramos a todos mis amigos por la pintada, cuando entramos todo estaban en el suelo, con tres ventiladores, ¿de dónde habían sacado eso? Sin evitarlo, me reí un poco sorprendida por el gran esmero que metieron en la pintada, era un piso muy lindo y un balcón se veía al final del pasillo, todos se sentaron, recibieron su plato y vaso de gaseosa para comer.
—¿Ya pusieron la cama y lo otro? —Mis amigos asienten mientras tienen sus mejillas llenas de la comida.
—Sí, si quieres puedes ir a ver tu habitación, es la última en el pasillo al lado izquierdo —Asiento ante la indicación y Nicole me acompaña, la cama que mis padres me habían dado cuando tuve 7 años, estaba en la mitad, con la mesa de noche y el tocador que recibí como regalo cuando cumplí 13 años, la habitación era perfecta para mí.
—¿Cómo supieron armar la cama?
—No somos estúpidos —Contesta otro amigo y me rio.
—Cuando reciba mi primera paga, una parte será para un pastel celebrando el día —Miro el resto de la casa, era bastante grande, ¿no debía ser más cara? —¿Cuándo cuesta el arriendo de este lugar?
—No es tan caro, además, vamos a venir aquí a todas los trabajos que tenemos, queda cerca de la universidad, entonces será una inversión —Suelto una risa al escucharlos, decir semejante cosa, tenían razón, me iba a ahorrar los pasajes, sin embargo, en la noche sería tremendo la llegada.
—Tienen razón, lo importante es que se pueda —Esta semana íbamos a terminar la universidad, tendría que iniciar unas vacaciones de casi dos meses.
Una semana después ya tenía tres trabajos de medio tiempo, los fines de semana que pagaban mucho más, era perfecto, en la semana tenía uno de lunes a viernes que era de 6 a 2 de la tarde y de 3 a 9 tenía otro, el día sábado y domingo descansaba para en la noche funcionar, casi siempre los lunes eran lo peor por la jornada completa que me metía, no había dicho que estaba embarazada, si decía esa barbaridad no me iban a dar trabajo.
Hoy sería mi primer lunes, luego de trabajar hasta casi las 2 de la mañana, ahora tenía que dormir casi una hora para llegar a tiempo al otro trabajo que tenía para limpiar cuartos de habitaciones de hoteles, a las cuatro sonó la alarma, quería seguir durmiendo, pero no podía, era hora de seguir la jornada laboral; me tardé quince minutos en arreglar para salir de la casa, descubriría si iba a tener tiempo para dormir o debía seguir derecho.
—En la cocina hay leche para que tomen café —Le digo a un amigo que se había quedado este fin de semana en el apartamento porque llevo una chica de sábado a domingo, incluso trajeron una cama para hacer sus cosas, cada uno daba un pequeño porcentaje para poder quedarse cuando quisieran, el último día de clase, tuvieron una gran fiesta cerca de aquí, y llegaron aquí porque sabían que les iba a abrir y llegaron parejo conmigo del trabajo.
No me molestaba que llegarán de esa forma, me habían ayudado y no tenía que poner tanto para el arriendo, tal vez llegaría a ahorrar para la cita de la ecografía, solo tenía que cuidarme un poquito, el mercado costaba demasiado y las vitaminas que necesitaba para mantenerme a flote eran costosas.
—Bienvenida al trabajo, ¿es tu primer día? —Me pregunta una señora mayor y asiento con una sonrisa —No te preocupes, te irá muy bien, algunos dan buenas propinas, otros si nos tratan peor que la basura, pero no te incomodes —Asiento y ella me enseña como debía limpiar y doblar las cobijas, sábanas, etc.
—¿Se divide por pisos?
—Sí, el jefe dijo que te quería en las de arriba, que son las más costosas, entre menos hables es mucho mejor, simplemente saludas y te despides cuando termines, no preguntes demasiado, si ves alguna escena... Subida de nivel, te haces la boba y sigues limpiando, la habitación donde lo estén haciendo lo dejas de último, ¿de acuerdo? —Asiento nuevamente un poco sorprendida por la información que me acaba de decir.
No me pasaron grandes cosas, el primer día fue tranquilo y no necesite dormir demasiado, llegar al siguiente trabajo que era de mesera, pero de una heladería que quedaba cerca de mi casa, me enseñaron hacer todo para empezar al siguiente de manera rápida.
Cada día se fue haciendo más agotador y sumado a las náuseas, no sé como iba a poder, pero cada vez que sentía que iba a caer, recordaba que le daría buena vida a mi bebé, la única motivación me animaba al finalizar una jornada.
Pol Había pasado un mes desde que dejé a Laia sola, cada vez me mataba el remordimiento, recordaba que desde el inicio había dejado en claro que no seríamos nada, que solo éramos diversión.Tal vez porque fui amable, confundió las cosas, sin embargo, no era mi problema... O eso pensé la primera semana que traté de quitar el remordimiento, porque a la segunda semana me estaba diciendo a mí mismo que era un hijo de puta, ¿cómo le había hecho eso a un ser humano? Me había acostado con ella, no solo una o dos veces, más de las que puedo contar con mis dedos, ¿por qué le hice eso? Sobre todo, esos comentarios que le dije al alejarme, tratándola como si fuera una cualquiera. De verdad quería creer que era como las otras, que solo me había buscado para el dinero y ahora deseaba amarrarme con un hijo, pero recordar su sonrisa, su risa o cuando me miraba confundida me hizo sentir como una mierda. —¿Quieres salir este fin de semana? —Me pregunta mi amigo y mi socio, lo miro, era un hombre gu
Laia Habían sido los días más locos que tuve, estaba cada día más cansada del trabajo, pero acababa de hacer las cuentas y me daba para asistir este semestre a las clases, entonces debía ahorrar dinero para las citas, para pagar el arriendo y para todo, no podía darme ningún lujo. —Reira, ¿quieres hacer horas extras? Pagamos el doble por hora —Me pregunta mi jefe y asiento para limpiar más cuartos, no me iba a negar para nada, necesitaba mucho dinero —Hoy empiezas, en mi tercera semana de trabajo había comenzado horas extras, casi a la semana no sabía el significado de dormir, había estado tantos días despierta que no podía hacer más. —¿Si estás durmiendo correctamente? —Me pregunto Ashley el día que fue a visitarme, un sábado a medio día. —Sí, solo que llevo el bebé no me deja dormir mucho que digamos —Le miento de forma descarada, no podía decir que estaba trabajando tanto, cuando se enteraron de que tenía tres trabajos, me discutieron un día completo diciendo que mi salud era p
Laia—Yo... —Mis amigos interrumpen la conversación para darme un pastel, era de tres leches, lo cual me hizo ignorar con todo el placer a Pol —Gracias —Respondo feliz por el postre que me dieron luego de la comida, pero ninguno paro en su discusión. —No entiendo lo de padrinos. —No sé como sea en tu país, es algo similar a que si me pasa algo, ellos van a cuidar el bebé, al mismo tiempo es algo que la religión da para que el niño sea católico. —Ah, creo que nosotros le decimos de forma diferente —Lo miro de reojo y asiento, para seguir comiendo. —¿Si me vas a aceptar nuevamente en tu vida?—No en mi vida, más bien en la de mis bebés, por el bien de ambos deben tener a su padre. —También tenemos una sorpresa para ti —Me dice Caled, el mismo amigo que me cargo y me acompaña a casi todo, me rio al verlo tan serio, me lleva a mi habitación y veo una nueva almohada, tenía una forma como un rectángulo, pero no se cumplía del todo. —Es algo que vimos en internet que servía para embara
LaiaLa ida a una piscina había sido muy divertida, hacía mucho tiempo no hacía estos planes y estuve demasiado en el agua, más de lo que debería decir, simplemente jugando y hablé con gente desconocida, una señora mayor que sí se atrevió a preguntar si estaba embarazada. —Sí, aunque tengo pocos meses. —Entonces debe venir muy grande o varios —Asiento. —Es gemelar —La señora abre la boca sorprendida.—Yo tengo dos, pero no como tú, el mayor —Señala a uno de los chicos que estuvo jodiendo hace un rato al muchacho sonrojado —Tiene 18 años recién cumplidos, por eso sigue saliendo con nosotros, aunque esta vez invitó a sus amigos para pasarla con nosotros también —Asiento, escuchando la vida de la señora —El menor tiene 8 años. —¿no es mucho tiempo de diferencia?—Claro, fue comenzar de uno, sumado que el mayor entraba en la adolescencia, y el otro pequeño también necesitaba mi atención de una forma diferente —Asiento escuchando atentamente lo que dice la señora, cuando me giro a busc
Laia —Yo tengo pareja —Agarró del brazo a Pol, ese rubio estaba muy guapo, pero ahora embarazada, sería duro conseguir alguien, por esa razón era mejor evitar problemas, la cara triste del señor me hace sentir un poco mal. —Está bien —Se retira cabizbajo y yo suspiro un poco cansada, para mirar a Pol. —No quiero meter a nadie en la relación que tenemos, ya es suficiente con los bebés —Le digo y le dejo en claro —Sé que no me quieres para nada serio, no te preocupes —Le digo tranquila y voy hacia al ascensor no sin antes despedirme del gerente con la mano, a los segundos llega el español para hacerse a mi lado a esperar. —No me molesta que dijeras que era tu pareja. —No te preocupes, esta vez yo no quiero nada serio contigo —Le digo neutra, era bueno trazar esta línea directa, no quería sentir nada por él, las lloradas que había tenido por su culpa nunca se me iban a olvidar, incluso cuando teníamos momentos lindos y de un momento venía el recuerdo me hacía sentir como una mierda.
LaiaAl llegar al apartamento estábamos emocionados por esa pequeña ecografía, en el carro le había mostrado a mis amigos la foto de los bebés, los cuales emocionados la subieron por todas partes diciendo "Los tíos más felices del mundo" Cuando lo iba a subir en mi historia de Instagram veo la de Pol, me sorprendió al ver la ecografía con un dos bebés como emoji y un #Míos.—¿Esa historia no te va a sacar el ganado?—¿El qué? —Me pregunta con una sonrisa. —Ganado, las chicas que están detrás de ti. —No me importa, estoy satisfecho con mi vida —Asiento con una sonrisa, estaba emocionada, de verdad estaban dentro de mí. —Te diré algo, pero nunca paso esto, ¿de acuerdo? —Él me mira confundido. —Solo diré —Agarro aire —Me gustabas un montón, no me negaba a tener un hijo tuyo, incluso si en unos años viajaba a España y seguía soltera, pensaba buscarte y tener un acostón de una noche y poder tener un hijo tuyo, aunque fuera madre soltera. —Bueno, yo quiero hacer parte de tu vida, har
PolEstaba sorprendido por semejante beso que nos habíamos dado y la mirada que tenía Laia me hacía entender que estaba igual que yo, sin embargo, no podía seguir, porque si lo hacía no iba a parar, esta vez lo quería hacer bien.—Mira, comamos en este lugar —Me dice ella, puedo notar sus mejillas rojas por el beso que nos habíamos dado, esta mujer tenía algo que me hacía caer siempre que podía, estaba a sus pies.—Sí —Le digo sin dejar de verla, era preciosa, en todo el sentido de la palabra, tenía un aura que cualquier hombre se podía voltear a verla, con la cabeza en alto y cuando sonreía me hace derretir, cuando ladeada su cabeza para darme esa sonrisa a mí. —Quiero una hamburguesa y una limonada de coco —Siempre que comíamos fuera, que estaba siendo muy seguido estos días, ella pedía la misma limonada. —¿por qué te gusta tanto la limonada? —Preguntó luego de hacer la orden al mesero, ella me mira y medita unos segundos.—No sé, tiene una combinación de sabores que no puedo desc
LaiaEl primer día en la cabaña había sido asombroso, la forma en que Pol me había tratado me hizo sentir cosquillas, aunque me hizo sentir tan tranquila que caí profundamente por esa misma emoción. —¿pasaste buena noche? —Lo primero que veo es a Pol, fuera de la habitación con su laptop, trabajando, aun así pregunta sobre mi noche.—Sí, gracias —Nos habíamos quedado hasta tarde viendo películas —¿Tú? ¿Hace cuánto estás despierto?—Desde las 3 de la mañana —Me levanto sorprendida, no había dormido mucho. —Tranquila, estoy acostumbrado. —El cuerpo pasa factura, ahorita que puedas en la tarde te puedes acostar, ¿no? Para que descanses un poco. —¿Y tú que harás mientras? —Comer y ponerme al día con las series, ¿no? —Suspira y asiente.—Acepto la oferta. En la tarde, luego de almorzar, cumple la promesa de ir a dormir, yo que había aprendido a tejer, me quedé todo ese tiempo viendo una serie mientras tejía, estaba emocionada porque sería la primera vez que intentaría hacerle algo a